La cosa está divertida, no me lo nieguen por favor. El sofocante clima preelectoral que se vive en la piel de toro, está dando lugar a situaciones extremadamente paradójicas. Lo está haciendo en España, como todo el mundo puede comprobar, y ya no digo nada en Euskadi, donde los principales contendientes del ruedo ibérico, el PSOE y el PP no saben qué cara poner para disimular el hecho de que, si al sur del Ebro se pasan el día regañando con furia, aquí, en Euskadi, están a partir un piñón, aunque sin dejar de mirarse de reojo para propinarse todos los codazos laterales que permita la situación.
El presidente de los socialistas vascos, Jesús Egiguren, bendice el matrimonio patriótico que les une indisolublemente al PP
Hace unos días, el portavoz de PSE-EE, José Antonio Pastor, llamó la atención por «el idilio continuado que está empezando a darse» entre el PP y el PNV de Gipuzkoa, «con el único fin de perjudicar y debilitar políticamente al Partido Socialista». No se rían, por favor. Ya sé en lo que están pensando y, ciertamente, no les falta razón para soltar una carcajada. Los socialistas vascos llevan dos años inseparablemente unidos al PP en un matrimonio patriótico tan sagrado como indisoluble y tienen el tupé de salir a la palestra denunciando un “idilio” de sus socios-consortes con el PNV.
Blog de Josu Erkoreka 