En su interesante obra sobre El arte de mirar, el cineasta alemán Win Weders destaca la extraordinaria relevancia política que encierra la decisión sobre el sentido en el que se va a orientar la mirada de la gente. «La decisión más política que tomas -sostiene- es hacia dónde vas a dirigir los ojos de la gente […] lo que muestras a la gente, una día sí y otro también, es político».
Suscribo plenamente su reflexión. La decisión más política de cuantas adopta el autor de una obra a lo largo del proceso creativo, es aquella en virtud de la cual elige el sentido hacia el que va a dirigir las miradas de sus seguidores. Cuando un periodista -o el director del medio en el que trabaja, tanto da- decide elaborar un reportaje sobre el tipo de oposición que el PNV llevará a cabo en Euskadi, por ejemplo, y no sobre el tortuoso e incomprensible modelo de pactos en el que se encuentran enzarzados los socialistas -con ERC en Catalunya, con Unió Marlloquina en Baleares y con el PP en Euskadi- está sirviéndose de la facultad política de orientar la mirada de la gente. Sus lectores acabarán reflexionando sobre el asunto que él o ella han elegido para elaborar el reportaje y olvidarán o dejarán en un segundo plano muchas otras cuestiones que el informador no ha querido o no ha podido seleccionar como objeto de su trabajo.