Rebuscando entre viejos papeles, esta mañana he encontrado un artículo que el poeta vasco Gabriel Aresti publicó hace cuarenta y cinco años en el diario Hierro de Bilbao. Su título, que figura parafraseado en la cabecera de este post, tiene un profundo regusto clásico, pero reviste, al mismo tiempo, una rabiosa actualidad. Reza así: “Reivindicaciones forales ¿para quién?”.
En aquella vetusta columna, cuya hoja impresa amarillea ostensiblemente en mi hemeroteca, el autor de Harri eta Herri se hace eco del movimiento que en ese momento estaba teniendo lugar en “ciertas esferas de nuestra clase dirigente”, con el fin de “reivindicar de la Administración Central, el retorno de nuestros viejos (no tan viejos) Conciertos Económicos”. Corría el año 1966. El franquismo atravesaba todavía tiempos de esplendor. Y las iniciativas sociales surgidas al margen del poder establecido eran vistas con extrema prevención, cuando no abiertamente perseguidas. Mas, pese a todo ello, el asfixiante clima político impuesto por el régimen no pudo impedir que, aprovechando los actos organizados para la conmemoración del VI centenario de la fundación de la villa de Gernika, emergiese, tímidamente, una reclamación que gozaba de notables e inveterados apoyos en Bizkaia y Gipuzkoa: la devolución del Concierto Económico, que un Decreto-ley de 23 de junio de 1937 había dejado sin efecto, para estos dos territorios, por considerarlos provincias traidoras.