
Pedro Sanz, presidente de La Rioja y de la asociación de amigos del Concierto Económico.
Ocurrió a finales de 2006. En las postrimerías del mes de noviembre. Me encontraba en Roma, participando, junto a otros delegados del PNV, en un Congreso del Partido Demócrata Europeo. Creo que era el segundo. Había llegado a la capital italiana en un vuelo directo procedente de Madrid. Poco antes de embarcar, me habían comunicado que no iban a ser incorporadas al informe de la ponencia las enmiendas que meses atrás habíamos presentado al proyecto de reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional para hacer efectivo el blindaje del Concierto Económico. Llevávamos tiempo negociándolo pero, al parecer, nuestra última propuesta no acababa de convencer a los socialistas. Y como todavía no habíamos alcanzado acuerdo alguno, me anunciaron su intención de remitir el asunto a la Comisión Constitucional para que fuera ella la que decidiese. «Para cuando llegue el momento de la votación -observaron- seguro que ya sabremos qué hacer con vuestras enmiendas»