Durante la pasada legislatura aludí en más de una ocasión a lo que los diputados del Grupo parlamentario vasco conocemos como la «frontera nacional». En el primer post en el que hice referencia a este fenómeno (ver «La frontera nacional», publicado el 22.11.08) definía la frontera nacional como «la línea divisoria que se refleja en el panel [luminoso que da cuenta del sentido del voto emitido en cada escaño] en aquellas votaciones en las que los defensores acérrimos de España y sus esencias nacionales -fundamentalmente PP y PSOE, aunque ahora habría que añadirles a Rosa Díez y al diputado de UPN que ha emigrado del grupo popular al mixto- votan en coherencia con su fervoroso sentimiento patriótico y los demás diputados lo hacen en sentido contrario».
Pues bien, hoy hemos vuelto a contemplar el mismo espectáculo. Hoy hemos visto de nuevo que el tablón trazaba la línea divisoria que evoca la frontera nacional. El cambio de la legislatura no ha alterado, por lo que se ve, las grandes líneas que enmarcan el espectro parlamentario. Ha sucedido con ocasión del debate de una Proposición de Ley del Grupo vasco, en la que se planteaba una reforma de la vigente Ley del Deporte con el fin de reconocer explícitamente la posibilidad de que las selecciones deportivas catalanas, gallegas y vascas puedan participar en competiciones y encuentros oficiales de carácter internacional.