No es la primera vez que escribo sobre esa sutil campaña que, desde hace ya algún tiempo, preconiza, explícita o tácitamente, la necesidad de reforzar las instituciones centrales del Estado sobre la base de recuperar parte de las competencias estatutariamente atribuidas a las Comunidades Autónomas. En un principio, esta campaña se apoyaba sobre bases estrictamente ideológicas. Venía auspiciada, más o menos abiertamente, por exaltados nacionalistas españoles, para los que la España fuerte que desean, sólo puede darse sobre la base de una desmesurada concentración de poder en las instituciones centrales del Estado, por jacobinos impenitentes, firmemente convencidos de que las fórmulas más efectivas de organizar la distribución territorial de poder son las de corte centralista y por grupos de interés, bien organizados, a los que, sencillamente, la concentración de todo el poder en la capital -es decir, en el centro- les había ido muy bien en el pasado y no estaban por la labor ceder posiciones frente a posibles competidores.
Estos colectivos, que han nutrido varias generaciones de elites políticas en el Estado español, siempre han mirado con desconfianza y recelo al proceso de descentralización política abierto a partir de 1978. Nunca han mostrado simpatía hacia los procesos autonómicos, ni han prestado el más mínimo apoyo al Estado compuesto resultante de la experiencia estatutaria de los últimos treinta años. Se han limitado a convivir civilizadamente con él, puesto que no podían impedir su desarrollo y han produrado adaptarse a sus requerimientos aunque, eso sí, sin renunciar un ápice a sus personales postulados políticos.
Pero de un tiempo a esta parte, su tradicional frialdad ha ido trocándose en beligerancia. En una beligerancia calculada e inteligente; no abiertamente hostil. En una beligerancia que no reivindica la vuelta al férreo centralismo de antaño -que no goza de buena prensa- sino que se disfraza de racionalidad, para poner al descubierto las fallas -teóricas o reales- del sistema autonómico vigente y plantear de inmediato la necesidad de corregirlas reforzando los poderes centrales en detrimento de los periféricos. Durante el tedioso debate que precedió a la aprobación del Estatut de Catalunya, se repitió hasta la saciedad la idea de que los sucesivos procesos de descentralización habidos en el ruedo ibérico, estaban despojando al centro de su -irrenunciable- poder vertebrador, convirtiéndolo en un «Estado famélico», incapaz de dar cumplimiento a sus misiones esenciales. El Estado, se nos decía, no puede ser el despojo final que resulte de la asunción por parte de las comunidades autónomas de las competencias que unilateralmente deseen. El discurso era falso. Radicalmente falso. Basta aproximarse mínimamente a la evolución del Estado Autonómico para darse cuenta de que el único ente público territorial que tiene constitucionalmente blindadas sus competencias exclusivas, es el Estado. Pero no por ello la campaña recentralizadora dejó de surtir efecto en la opinión pública. El éxito de las campañas no siempre va parejo a la veracidad de los datos sobre los que se construyen. Hubo y hay gentes bienintencionadas que cayeron presa de sus afiladas garras y que hoy, todavía, siguen repitiendo sus postulados como si se fundasen sobre axiomas incontrovertibles.
Es cierto que, junto a este discurso disfrazado de razonabilidad y formalmente apoyado sobre argumentos relacionados con la eficacia y la eficiencia del sistema, se han venido produciendo, también, algunas invocaciones a la necesidad de recentralizar competencias, que encierran un mayor nervio ideológico. En el caso de la Educación por ejemplo, se han alzado voces abiertamente partidarias de devolver al Estado las competencias atribuidas y transferidas a las comunidades autónomas, que no han ocultado el propósio de garantizar, con ello, la adecuada transmisión a los escolares de la conciencia nacional española. Pero, en general, este tipo de apologías de la recentralización no han pasado de ser ramalazos puntuales, en el marco de una campaña más sutil y cuidadosa con las formas y los argumentos.
Sin embargo, la irrupción de la crisis económica ha venido a proporcionar a los impenitentes partidarios de la recentralización, una coartada de primer orden para dotar a su discurso de una apariencia de mayor razonabilidad. La tesis que ahora se impone es la de que el Estado Autonómico constituye, literalmente, un dispendio al que hay que poner coto. Una acusación bajo la que subyace un planteamiento tan claro como simplista: la racionalidad económica va inexorablemente asociada al centralismo. O, dicho en otros, términos, la descentralización es, siempre, sinónimo de derroche y despilfarro. La crisis, por tanto -según su perspectiva- nos obliga a cortar de raíz los caprichosos ensayos descentralizadores que nos han traído a este lamentable escenario de dispendio y malversación. «Se acabó la diversión autonómica», sostienen. «Pongamos fin a esta broma», afirman. «Volvamos al centralismo de siempre», postulan, «porque la situación económica nos obliga a ser serios». Ni que decir tiene que los inveterados defensores del centralismo han cerrado filas en torno a este sencillo argumentario, en el que creen haber encontrado la palanca que les servirá conseguir en poco tiempo lo que no lograron durante varios lustros, mientras intentaban persuadir a la opinión pública que el rabioso centralismo franquista era más eficaz y eficiente que el modelo descentralizador posteriormente implantado. El pretexto de la crisis les ha venido muy bien para reforzar su discurso recentralizador, ocultando sus trasnochados impulsos ideológicos tras una razonable cortina economicista, que lo hace más asumible para el ciudadano.
En estos días hemos asistido a nuevos episodios de esta -siempre viva, pero siempre renovada- serie. En un coloquio organizado por la FAES, Esperanza Aguirre y Luis Fernanda Rudi comparecían junto a José María Aznar para postular, desde el mismo corazón del poder autonómico que ostenta el PP, la conveniencia de recortar el Estado de las Autonomías. La propuesta más nítida que salió de aquel encuentro fue la que formuló la presidenta de la Comunidad de Madrid para devolver algunas competencias a la Administración central y «restaurar cuerpos de funcionarios que han desaparecido». Aguirre sostuvo que la «carrera desenfrenada» planteada entre las comunidades autónomas por el incremento de sus atribuciones y competencias ha llevado a que el poder central se convierta en un mero «siervo de las autonomías». Y se mostró dispuesta a devolver, entre otras, las competencias asumidas por la Comunidad de Madrid en materia de Justicia, argüyendo que «ha multiplicado por cinco el presupuesto de justicia durante estos años, sin que haya supuesto más eficacia en la gestión».
Ayer, otros protagonistas populares se reiteraron en semejantes planteamientos. Murcia y Castilla-La Mancha, ambas gobernadas por el PP, rechazaron públicamente las transferencias pendientes a las respectivas comunidades autónomas en el ámbito de la Justicia, aduciendo argumentos de hechura economicista: «no es el momento más apropiado»; «no la descartamos pero no son tiempos de mudanza», etcétera.
El mensaje implícito en esta actitud es el ya conocido: el Estado Autonomómico ha ido demasiado lejos. Los niveles de descentralización alcanzados han quebrado las reglas de la racionalidad económica. Hay que corregir lo excesos cometidos. Y corregir significa inequívocamente recentralizar. Hoy hablamos de Justicia, pero mañana hablaremos de cualquier otra materia.
Al analizar lo que está sucediendo con las competencias autonómicas en materia de Justicia, cuya transferencia rechazan o aparcan algunas comunidades del PP y otras aspiran a devolver al Estado, uno se pregunta si es cierto que, más allá de los concretos desaciertos en los que se haya podido incurrir a la hora de gestionar esta materia por parte de esta o aquella Comunidad Autónoma, la racionalidad económica exige inexorablemente dejar esta competencia en manos de las instituciones centrales del Estado.
La respuesta es que no. Y valga un ejemplo como argumento. En Alemania, cuya apuesta por la racionalidad económica en la organización territorial de la cosa pública nadie pone en cuestión, la organización judicial y el procedimiento judicial no son de competencia exclusiva de la Federación, sino materias abiertas a la legislación concurrente de los Länder. Es más, todas las constituciones de los Estados que integran la Federación, contienen previsiones sobre la organización judicial propia de cada territorio que ofrecen modelos bastante diferentes entre sí, algo inimaginable en España. La administración de Justicia, por tanto, -y muy especialmente lo que ha venido a conocerse como la administración de la administración de Justicia- no opera en Alemania con arreglo a esquemas centralistas. Antes al contrario, obedece a un modelo más descentralizado que el español.
El corolario de todo ello es claro: la recentralización de la Justicia, devolviendo al Estado las competencias transferidas a las comunidades en esta materia, constituye un postulado legítimo, acorde con el intenso discurso recentralizador que recorre España durante los últimos tiempos, pero no es una exigencia derivada de la racionalidad económica. Que no intenten darnos gato por liebre. Si las comunidades autónomas gobernadas por el PP desean contribuir a alimentar la causa recentralizadora del Estado español, devolviendo competencias a las instituciones centrales, son libres de hacerlo. Pero que no pretendan colarnos la especie de que es una imposición derivada la crisis económica.
Se le puede dar la vuelta al argumento de los furibundos nacionalistas españoles: ¿cuál es la razón de la existencia de una comunidad autónoma sin competencias relevantes? ¿Acaso no es un gobierno autonómico puramente decorativo (y, en el peor de los casos, corrupto) el mayor despilfarro?
Y es que, para empezar, una autonomía que no es autónoma económicamente (y de esas sólo hay dos) es (obsérvese el oximóron), una autonomía dependiente, una autonomía sin vocación de serlo, autonomía sólo para los gastos, pero no para los ingresos. En definitiva, caldo de cultivo para la corrupción.
Sí, ya sé que vosotros los políticos no entrais en el mismo saco que el resto de los mortales, que vosotros con pocos años cotizados teneis derecho a la máxima pensión de jubilación, pero eso no implica que sea una cabronada por vuestra parte apoyar al gobierno para que a los que no somos políticos nos jubilen más tarde y con menos dinero.
Lo mismo digo para la subida del IVA, que repercute sobre todo en las rentas más bajas a las que se les ha congelado su pensión también con vuestro apoyo.
De verdad, los votantes de más edad y menos recursos no entendemos cómo se nos maltrata de esa manera.
Es curioso que el partido político que más despilfarro – y malversación- tiene en su haber en las autonomías que gobierna venga a darnos lecciones de «racionalidad» financiera a base de recortar competencias autonómicas. Esa racionalización podría empezar por inhabilitar a los presidentes y consejeros del PP que han llevado a la ruina las cajas de ahorros y las comunidades que gobiernan. Que analicen para qué hemos usado los vascos las competencias en la administración de Justicia (que pregunten a los propios funcionarios si la descentralización ha mejorado o no las cosas en Euskadi) o que lean los ratings de solvencia de las cajas de ahorros de nuestros territorios. Tratan de disimular su pura incompetencia.
Josu,
Tengo entendido que ahora quienes apoyasteis la invasión de Libia «para porteger a los civiles libios» causando miles de muertos hasta la fecha (civiles, me refiero) ahora vais a financiar, a propuesta del gobierno hispano, a «los rebeldes».
Al parecer primero destrozáis la economía libia (que crecía al 10% hasta que entrateis los espanoles y los del PNV a saco de monaguillos de Francia) y ahora tenemos que pagar dinero a los desgarramatas bazokeros «rebeldes».
Ahora ya incluso en política exterior, quién lo iba a decir hace annos. De escudero de los invasores a bombazo limpio, en este caso del Elíseo en África. El colmo.
Se entiende por qué a Patxi López sus socios del PP no le han permitido aceptar ni una sola transferencia de Madrid. Si fuera de Basagoiti, no solo no se aceptarían transferencias, sino que se devolverían al Estado la mayoría de las recibidas durante los últimos años.
Señor Ercoreca, los vascos deberían devolver al Estado las competencias de Educación y de Hacienda, para que los niños nacidos en esa entrañable tierra se eduquen en el amor a España y los mayores contribuyan, como el resto de los españoles, al levantamiento de las cargas de la Nación, con el fin de favorecer su promoción y engrandecimiento.
¿Por qué no van a solicitar los peperos la devolución de competencias al Estado si Bildu acepta la Ley de Partidos Políticos, asume particpar en unas elecciones convocadas por el presidente del Gobierno español, se integra en unas instituciones que está reguladas por la legislación española de régimen local y cuelga la bandera española hasta en el Ayuntamiento de Lizartza?
Dentro de poco Garitano competirá con Basagoiti para ser el socio de Patxi López. En la reunión que el otro día tuvieron en Ajuria Enea se cruzaban miradas de simpatía y cariño. Y luego los dos reconocieron que estaban de acuerdo en muchas cosas.
El deseo de centralización de los gobiernos del PP con Madrid es consecuente con su programa y su estructura, por lo tanto no podemos echarnos las manos a la cabeza, ni tampoco podemos evitar que aprovechen la puesta de escena del rechazo a tal competencia. Los votantes les escogieron, sarna con gusto…
Desde un punto de vista externo mas de lo mismo, la descentralización impone por denominación una gestión independiente con una asignación de patrimonio, todo ello con intención de optimizar los recursos, vamos como cualquier gran empresa que se precie.
Sin embargo es perfectamente legítimo el acabar con el café para todos.
Pienso que se pueden mantener el estado autonómico sin remedar punto por punto el caso vasco, navarro, catalán o gallego.
Es perfectamente posible centralizar servicios en el resto de las comuniudades.
Servicios como sanidad, educación y justicia si fuera centralizado sería más rentable y sostenible.
No es un ataque a las autonomías citadas, sino simplemente una actualización del estado autonómico restante.
Necesitamos más España y por esa vía es posible
Kaixo,
Totalmente de acuerdo con su argumentación, quien quiera es libre de contribuir a la centralización, pero que no se apoyen para ello en una disculpa económica.
No obstante, si tan convencidos están de la centralidad, que propongan la modificación de los estatutos de autonomía, o incluso su derogación, ahora que la derecha centralista gobierna en muchas comunidades. Acordémonos del famoso café para todos. Si alguien no quiere que no se lo tome.
En mi opinión, en relación con el llamado estado de las autonomías, me parece una injusticia, que mas de 30 años después haya que estar negociando un derecho reconocido por la legislación vigente.
Yo por mi parte, estoy siguiendo muy de cerca el estupendo trabajo que su grupo está haciendo en Madrid, para poder conseguir un mayor cumplimiento de ese derecho, y quiero aprovechar para consultarle abiertamente por el contenido de una de las transferencias que están encima de la mesa.
¿Por que siempre todas las informaciones que surgen de dicha negociación, mencionan en exclusiva a las agencias de viajes al referirse a la competencia de turismo?. ¿Donde quedan los Paradores? ¿Por qué se olvidan de ellos?, que ya en los acuerdos del Parlamento Vasco del año 1993 se contemplaban los paradores como una materia más de la competencia de turismo.
Hubo una época en que estuve profesionalmente ligado al mundo del turismo y los hoteles, y recuerdo que cuando el Sr. Roca (que ha sido el único político que ha defendido esta idea) desde Catalunya insistía en la transferencia de los paradores, se recurría nada menos que a la unidad nacional para negarlo. ¡Como se va a trocear la empresa que representa la imagen de España en el exterior! decían.
Esto recuerda un poco al centralismo como remedio para evitar la ruptura de España, al que usted alude en su entrada del blog.
De aquellos años no hay mucha constancia en la red, pero si podemos encontrar alguna información posterior: http://www.hosteltur.com/27935_presidente-paradores-descarta-privatizacion-transferencia-gestion-red-establecimientos-comunidades-autonomas.html
Aunque también hay quien se acuerda de ellos:
http://www.farodevigo.es/galicia/2499/bng-reclama-transferencia-paradores/38509.html
Desde mi experiencia en el mundo del turismo, opino que sería tremendamente interesante una cadena hotelera propia, léase Euskal Paradoreak o cualquier otro nombre, pero que refleje la realidad de nuestro país a los visitantes extranjeros, ya que lo que ahora representan estos establecimientos es la realidad centralizadora de España, incluso con herencias de la época feudal a la que nos remiten los castillos y palacios que sirven de soporte de los establecimientos.
Es aún más sangrante en el caso de Hondarribia, donde el fabuloso castillo de Carlos V, que lleva muchos años siendo un parador, da la sensación de seguir siendo propiedad de la corona de castilla. A pesar de ser el edificio más importante de dicho municipio, y lo que podría ser su motor turístico, en su actividad diaria da la espalda por completo al pueblo y parece resistir como un punto avanzado de defensa de los valores castellanos.
Quiero creer que aunque no haya trascendido a la opinión pública, sea una matería que está sobre la mesa, y que siguiendo el criterio que han tenido hasta ahora, solo acepten transferencias si son completas.
De cualquier modo, Zorionak por lo conseguido hasta ahora. Eskerrik Asko.
Estatu mailan, bat nator zurekin, Josu.
Baina, Euskadin, zertarako 3 Foru Aldundiak?
Lo peor del asunto es que la Constitución es tan ambigua en este aspecto, que se puede considerar tanto que el Estado abarca únicamente las instituciones del poder central, como que el Estado son todas las instituciones públicas que asumen tareas de gobierno y gestión, independientemente de su alcance.
Con esta segunda acepción, la frase «devolver competencias al Estado» es simplemente absurda, puesto que el Estado nunca las perdió, simplemente pasaron a gestionarse en otros lugares distintos de la capital de España. Por lo tanto, en realidad, las únicas competencias que habría que devolver al Estado son las que se transfirieron a empresas privadas. Pero de eso seguro que no dijeron ni mu ninguno de los tres personajes de la foto.
El TS, el mismo que dice que Sortu no puede ser una asociación legal, dice que una mujer embarazada puede ser despedida sin más si simultaneamente se despide a un hombre el mismo día.
(…) el Supremo argumenta que, aunque la empresa hubiera conocido el embarazo, el hecho de que en la misma fecha se extinguiera un contrato idéntico a un trabajador varón, ofrece dudas acerca de que el despido de la mujer fuera discriminatorio.
Este es el mismo razonamiento esgrimido en la sentencia recurrida, dictada el 11 de junio de 2010 por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y que a su vez confirmó la dictada en diciembre de 2009 por un Juzgado de lo Social.
Según esas sentencias, «la extinción del contrato en periodo de prueba de la trabajadora embarazada sólo será nulo cuando resulte discriminatoria» y añade que, aunque «se aceptara que la empresa conocía el embarazo, los indicios de lesión quedarían destruidos por el hecho de que en la misma fecha se extinguió otro contrato de trabajo de otro trabajador varón».
Desde el Juzgado de lo Social hasta el TS. Qué cachondeo. Hace tiempo decidí «defraudar» a Hacienda todo lo que pueda; paso de pagar a esta gente.
Donatien,
¿No pagar a Hacienda? …
¡Pero si vives y trabajas en Hungría!
El problema es que estamos a merced de los caprichos de los nacionalistas españoles. La Constitucion es suya y la interpretan ellos (Tribunal Constitucional) como les da la gana. Si ahora toca devolver competencias, porque asi lo han decidido en Madrid, nos forzaran a todos a hacerlo. Nos guste o no nis guste. Cuando Espe Aguirre dice que devolvera al Estado la competencia de Justicia, no esta pensando en su Comunidad Autonoma, sino en un plan general, que el PP piensa imponer a todas las CCAA.
Es el momento de demostrar que a nosotros no nos afecta el cafe para todos. Si los españoles de la mayoria de las Comunidades Autonomas, que nunca pidieron la autonomia ni creyeron en ella, quieren devolver competencias al Gobierno central, que lo hagan. Los vascos no solo no devolveremos nada, sino que exigiremos mas y mas poder, hasta la independencia total. En eso se distinguira nuestra voluntad de autogobierno, de la autonomia de carton piedra con la otros se vieron implicados, sin comerselo ni beberselo, ni haberlo pedido jamas.
Y tű qué sabes cuántos días soy residente fiscal en Hungría? Y tú qué sabes a qué persona jurídica me refiero, Alien Alf?
Donatien,
En eso tienes razón ….
¿Necesitamos mas España, alfred? Glub! Lo peor que puedes decir por ahi es que eres español (perdon, solo es peor decir que eres griego) y sostienes que necesitamos mas España? Estoy admirado. ¡Que amor le profesas a tu patria! Yo creo que no. Cuanto mas lejos de España, mejor que mejor. Mucho mejor.
El que quiera devolver, que devuelva. Y el que quiera coger mas, que coja mas. Yo quiero coger mas… Hasta la independencia.
Se les olvida a los nacionalistas vascos, que las empresas vascas fueron una vez arrasadas por el ejército de franco, y que la independencia supone una violación sangrante de la Constitución, lo que supondría una declaración de guerra a todos los efectos, pero no una guerra de bombas de matar inocentes, cómo hasta ahora. El ejercito español tiene el deber de salvaguardar la Constitución, y si ello implica entrar a sangre y fuego para devolver el orden, pues se hará. Aparte de abolir el Conicerto Vasco definitivamente como pasó con Castilla y Aragón.
¡Hombre Purchase!
como es lógico no deberías darte por aludido, ya que tu no eres español. Yo me refería a los que somos españoles y respetamos la constitución.
Pais Vasco, Navarra, Galicia y Cataluña con sus estatutos, el resto del Reino de España con sus entes autonómicos unificando la justicia, sanidad y educación en un territorio común podrá ser más fuerte y viable.
No se pòrque los extranjeros opinan sobre España ….
Crearon las autonomías con el pretexto de acercar la administración al ciudadano.
1) Entonces, ¿Por qué existen otras instituciones como diputaciones, pedanías, cabildos, veguerías,…? Todas esas instituciones no debería existir. Y si existen habrá que eliminar la autonomías porque no cumplen la función de acercar la administración al ciudadano.
2) Si tan cerca están del ciudadano, ¿Por qué necesitan subdelegaciones?
3) A mi me da igual entrar en una sede que ponga «gobierno de españa», o que ponga «gobierno de la taifa», o «diputación X»,…. para mi se traduce en lo mismo: un funcionario con el que tendré que lidiar pidiendome toda clase de fotocopias. Es más, para mi es peor. En vez de poder hacer todos los trámites de un tirón en un solo edificio, tengo que dedicarme una mañana entera a entrar y salir de edificios públicos. Cercana no siento a la administración. Y creando nuevas instituciones no la voy a sentir más cercana.
«En un principio, esta campaña se apoyaba sobre bases estrictamente ideológicas. » Lo que si se asienta sobre bases estrictamente ideológicas es negarse a reorganizar la administración y racionalizarla por parte de exaltados nacionalistas.
Yo pago impuestos para que la administración me de servicios. La ideología no cura mis enfermedades, ni me da comida.
Las autonomías solamente han servido para crear 17 centralismos a imagen y semejante del estado.
Y mientras la mayoría de los ciudadanos no hemos participado de la fiesta, hemos pagado la factura de la fiesta.
Y si usted lo quiere, puede llamarme «exaltados nacionalistas españoles» o como le de la gana. Estoy hasta las narices de pagar tantos impuestos para nada.
No alfred, no. Yo soy vasco, pero no soy español. Y vivo en Gipuzkoa. Aquí hay muchos que sienten como yo, ¿No te habías dado cuenta? Somos miles y miles, que no necesitamos a España para nada. ¿Has visto los resultados de las últimas elecciones? Somos miles. ¿Nos vas a ilegalizar a todos o vas a empezar a ser tolerante y aabrir los ojos a la realidad?
Hombre, que mas da, si, como dices, el Ejercito español va a entrar en Euskadi “a sangre y fuego a reestablecer el orden», supongo que tendras la decencia de avisarnos previamente, ¿no? A alfred no hace falta que le avises. A el, seguro que el Ejercito ejpañol no le hara daño, aunque no estaria mal que descubriese en su propio pellejo, el escaso recorrido que tiene la democracia española. A republica bananera si, adviertele. Y a a@a.com tambien. A ver si se dan cuenta de que antes de arremeter contra las CCAA, habria que meter la tijera en el Ejercito, que cuesta un potosi y encima le quieren utilizat para entrar «a sangre y fuego» contra los ciudadanos.
Alderdikide,
es absurda y fantasiosa la imagen de un ejercito español «entrando a sangre y fuego» en Euskadi ni en ningún territorio español, ningún español bien nacido aceptaría tamaña barbaridad.
España es una democracia y nuestro ADN es el acuerdo pacífico. Claro que si algunos como ETA y sus lameculos utilizan la violencia el estado español sabe responderles con el imperio de la ley.
Purchase,
¡Uy perdona! pensé que eras francés.
Tu pregunta merece una respuesta: ¡Claro que me he dado cuenta del resultado de las últimas elecciones municipales!.
El ascenso de BILDU en un par de semanas ha hecho más en nuestro ánimo el aceptar una Euskadi independiente que los años y años de viles asesinatos de ETA.
Somos muchos los españoles que no nos interesa tener compatriotas por obligación que solo nos hacen perder el tiempo, dinero y energías.
Pero primero. acabar con ETA para que quede achatarrada.
Luego, las consultas secesionistas por provincias.
«Yo soy vasco, pero no soy español»
Siento decirte que si eres español. Una cosa es lo que eres y otra lo que te gustaría ser.
1º Quienes van contra mi son los politicos en general, y los naciolistas en particular, con sus dichosas normalizaciones culturales. Y si, hay nacionalistas españoles, como esos «artistas» que dicen que los españoles debemos ver cine español porque para algo somos españoles.
2º 8000 municipios (el 60% con menos de 1.000 habitantes), autonomías, diputaciones, senado, subdelegaciones del estado, subdelegaciones de la autonomía, veguerías, mancomunidades, consejos comarcales, consejos insulares, cuadrillas, pedanías, cabildos, ……. con sus presidentes, boletines oficiales, legislaciones, oficinas de prensa, séquitos, burocracia, coches oficiales, «asesores», cargos de «confianza», clientelas,….
3º No se porque me mezclas con matanzas, nunca he matado a nadie, ni he pedido a nadie mate en mi nombre al que no piensa como yo, ni me he alegrado de esos chiflados que les gusta matar al que no piensa como yo sean terroristas nacionalistas o terrorismo de estado, cosa que otros que escriben en este post no pueden decir
4º Lo que no necesito es tener que mantener a una legión de políticos y otros parásitos que dicen que su puesto es necesario alegando que lo hacen por mi bien, por no se que construcción nacional,….