En un seminario celebrado recientemente en Bruselas, Carlos Iturgaitz afirmó que en Euskadi se da un caso de «emergencia nacional». Un caso excepcional y único, que explica y justifica el acuerdo recientemente suscrito entre el PP y el PSOE, a los que en España vemos de uñas a todas horas, aunque en Euskadi son capaces de proceder con generosidad , aparcar «mezquindades partidistas» y fundirse en un patriótico abrazo fraternal.
En España, es preciso reconocerlo, no son muchos los casos de emergencia nacional capaces de provocar entre socialistas y populares arrebatos de responsabilidad tan enfáticos. La crisis económica, por ejemplo, que tan atribulado tiene a todo el personal, dentro y fuera de la política, carece de la fuerza necesaria para unirles en un designio único . Hoy mismo, El Mundo publica una entrevista con Cristobal Montoro -portavoz parlamentario del PP en asuntos económicos- en la que se le pregunta si en su partido aceptarían una especie de Pactos de la Moncloa «adaptados a esta emergencia nacional». La respuesta es que no: «Dos no se ponen de acuerdo si uno no quiere -precisa Montoro- y el Gobierno no acepta ninguno de los planteamientos económicos del PP».