Hoy he contemplado en televisión una imagen muy emotiva. Una escena en la que se veía a un Zapatero encandilado, literalmente derretido, dejándose querer por un Obama sonriente, que expresaba su afecto al lider de los socialistas españoles, respaldando sus amistosas palabras con el cariñoso gesto de posar su mano izquierda sobre el hombro derecho del presidente hispano.
Ha sido un flash deslumbrante. La visión me ha enternecido tanto que he estado a punto de llorar de emoción. Y todavía no me he recuperado plenamente del impacto anímico que me ha producido.

No me digan, que el gesto de Zapatero no es de fascinación