En el Pleno de hoy se ha tomado en consideración una Proposición de Ley de nuestro Grupo Parlamentario, por la que pasan a denominarse oficialmente “Araba-Álava”, “Gipuzkoa” y “Bizkaia” las demarcaciones provinciales anteriormente llamadas “Álava”, “Guipúzcoa” y “Vizcaya”. Se trata de una vieja reivindicación de las instituciones vascas y de un amplio sector de la población que, hasta la fecha, había tropezado reiteradamente con la oposición de los dos grandes partidos del Estado. Nos hallamos, pues, ante un logro histórico, que consigue vencer una resistencia inveterada -todavía no disipada del todo- equiparando el caso vasco al de otras comunidades autónomas bilingües, que hace tiempo que habían alcanzado este propósito.
La denominación de las provincias del Estado español fue fijada por el Real Decreto de 30 de noviembre de 1833, cuyo artículo 1 estableció, en lo que ahora interesa, que “tomarán el nombre de sus capitales respectivas, salvo las de Álava, Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya, que conservan sus actuales denominaciones”. Con posterioridad, la legislación de régimen local ha regulado el procedimiento que ha de observarse para alterar el nombre oficial de una provincia. En la actualidad, este procedimiento está previsto en el artículo 25.2 del RDL 781/1986, de 18 de abril, según el cual, “sólo mediante ley aprobada por las Cortes Generales puede modificarse la denominación y capitalidad de las provincias”.
Durante la presente etapa democrática, han sido varias las provincias que han promovido el cambio de su denominación oficial. En los primeros ochenta, Logroño, Oviedo y Santander cambiaron sus nombres tradicionales, por los de La Rioja , Asturias y Cantabria , respectivamente. En el primer caso, el cambio se produjo con anterioridad a la aprobación del Estatuto y en el de Asturias en un momento posterior. Por su parte, Cantabria promovió el cambio de su denominación, a través, precisamente, de la propia norma estatutaria.
Con posterioridad, ya en la década de los noventa, varias provincias de comunidades bilingües acometieron, también, la modificación legal de su nombre, con el común objetivo de instituir como oficial la versión expresada en la lengua autonómica correspondiente. Así, las provincias de Gerona y Lérida pasaron a denominarse Girona y Lleida, el archipiélago balear cambió su nombre por el de Illes Balears y las provincias gallegas de La Coruña y Orense optaron por fijar su denominación oficial bajo los apelativos de A Coruña y Ourense .
En los supuestos de La Rioja y Asturias, las leyes a través de las cuales se produjo el cambio oficial de denominación, que responden al mismo esquema formal, se limitaron a hacer efectivo el cambio legal y a especificar que, pese a la alteración de la denominación provincial, se mantenía el nombre de la capital, añadiéndose, en ambos casos que, “las referencias que al antiguo nombre se hubieren realizado por los órganos del Estado u otros organismos públicos se entenderán hechas, en lo sucesivo, a la nueva denominación”. Ninguna razón se aduce, sin embargo, para justificar el cambio. En el caso de Cantabria, el Estatuto expresa como motivación del cambio, el propósito de recoger “el sentir mayoritariamente ya expresado por la Diputación y Ayuntamientos de la actual provincia de Santander”.
Las Baleares fundamentaron el cambio, invocando una triple razón: “…hacer coincidir la denominación oficial de la Comunidad Autónoma y la de la provincia, por respeto a la tradición cultural e histórica y para establecer el uso oficial del topónimo Illes Balears en lengua catalana, propia de los mallorquines, menorquines, ibicencos y formenterenses”. Y finalmente, en el caso de las provincias gallegas se apeló, sin más, a la necesidad de buscar la concordancia “con el nombre oficial (…) que tiene reconocida su capitalidad”
En este marco general, los territorios históricos del País Vasco han promovido, también, desde hace ya varios años, un proceso de cambio de su denominación oficial orientada a hacer valer la versión euskérica. El proceso se inicia cuando, en la segunda mitad de los ochenta, las Juntas Generales de los tres territorios acuerdan fijar su denominación oficial . El órgano representativo alavés estableció a tal efecto la doble voz Araba/Álava, mientras que los otros dos territorios hicieron coincidir el nombre oficial con la grafía correspondiente a la lengua vasca: Bizkaia y Gipuzkoa.
Las instituciones del Estado ofrecieron desde el primero momento una resistencia tenaz a la aceptación de las denominaciones oficiales acordadas por los máximos órganos de representación de los diferentes territorios. De hecho, las instancias públicas dependientes del Estado continuaron, a todos los efectos oficiales, utilizando la grafía castellana a la hora de consignar por escrito el nombre estos territorios. Sólo cuando el texto en el que se insertaba la referencia iba redactado en lengua vasca se admitía la denominación oficial acordada por las respectivas Juntas Generales. Durante los noventa, por ello, se sucedieron una serie de iniciativas ante las Cortes Generales con el fin de resolver esta disfunción.
La primera fue la Proposición de Ley del Grupo Vasco en el Congreso, que pretendía modificar la denominación de los territorios vascos a través del procedimiento previsto en la legislación general de régimen local, con el fin de adaptarla a lo acordado por las respectivas Juntas Generales. Esta iniciativa, sin embargo, fue pronto retirada por el Grupo proponente, sobre la consideración de que la técnica correcta para lograr lo que se pretendía no era la Proposición de Ley, sino la Proposición No de Ley, dado que, a su juicio, el órgano competente para fijar la denominación oficial de estas demarcaciones eran las Juntas Generales de cada territorio histórico y no las Cortes Generales. No se trataba, por tanto, de que el Parlamento español fijase esta denominación oficial -algo para lo que no era competente- sino de que las instituciones centrales del Estado hicieran suyo o asumiesen un nombre oficial fijado por las instituciones representativas de cada territorio histórico, que son las legalmente investidas con la facultad para hacerlo.
Casi de inmediato, y en coherencia con esta posición, el Grupo Mixto del Congreso presentó una Proposición no de Ley, que pretendía instar tanto al Gobierno central como a la propia cámara a la utilización de “las denominaciones oficiales de Gipuzkoa, Araba-Álava y Bizkaia, conforme a lo aprobado por sus respectivas Juntas Generales en el ejercicio de sus competencias”. Su objetivo era, pues, que las instituciones del Estado hicieran suyas las denominaciones oficiales acordadas por los máximos órganos representativos de los territorios históricos, que eran, a juicio del Grupo proponente, los órganos competentes para hacerlo. Pero la Proposición fue rechazada porque, pese al importante esfuerzo dialéctico que desplegaron tanto la portavoz del Grupo Mixto como el del Grupo Vasco para defender -con base en la especificidad foral vasca y su proyección en materia de autoorganización institucional y demarcación territorial, así como en la legislación dictada por la Comunidad Autónoma para la normalización del uso del euskera- que la competencia para fijar la denominación oficial de los territorios históricos vascos corresponde, en exclusiva, a los propios territorios, los grupos popular y socialista se opusieron radicalmente a esta tesis.
Muy resumidamente, el argumento que ambos utilizaron para echar abajo la iniciativa sostenía que, al margen de lo que acordasen las Juntas Generales a propósito del nombre con el que han de ser oficialmente conocidas estas tres demarcaciones forales, en tanto que provincias españolas, los territorios históricos vascos sólo podían alterar su denominación oficial a través del procedimiento previsto en el art. 25.2 del Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, antes citado, es decir, mediante la tramitación del oportuno proyecto o proposición de Ley en las Cortes Generales. El portavoz del Grupo Popular sostuvo a este respecto que, las Juntas Generales “son competentes para establecer la cooficialidad de topónimos y no la oficialidad exclusiva de los mismos”, por lo que invitó a los proponentes a que “si quieren que la única grafía oficial sea la euskérica, presenten la iniciativa adecuada”, poniendo como ejemplo al Grupo Parlamentario Catalán que “cuando planteó (…) el cambio de denominación oficial de Lérida y Gerona por los correspondientes de Lleida y Girona, lo hizo mediante proposición de ley para que fueran las Cortes Generales quienes, en su caso, oficializasen el cambio”. Por su parte, el portavoz socialista recordó la doble naturaleza de los tres entes públicos que integran la Comunidad Vasca, -la de territorios históricos forales y la de provincias de régimen común- y concluyó que la iniciativa “o bien resulta innecesaria, por existir normativa aplicable a la denominación de los territorios históricos, o bien es improcedente si lo que se pretende es la utilización de las denominaciones oficiales de los territorios históricos a la demarcaciones provinciales del país Vasco. En este último caso no basta, pues, la mera solicitud a las máxima instituciones del Estado, Cortes o Gobierno, como se hace en la proposición no de ley, para que se utilicen tales denominaciones; es preciso poner en marcha el correspondiente proceso legislativo para el cambio de tal denominación, como recientemente tuvimos ocasión de ver en la Cámara cuando se propuso por el Grupo Parlamentario Catalán (CiU) el cambio de denominación de Lérida por Lleida y de Gerona por Girona, o anteriormente cuando se cambió la denominación de Logroño por La Rioja o de Oviedo por Asturias” .
Cuatro años después, el Grupo Vasco en el Congreso retomó, en un señalado gesto de pragmatismo, la invitación que le cursaron los grupos popular y socialista. Presentó una nueva iniciativa -esta vez bajo la forma de Proposición de Ley, con arreglo a lo que le sugerían los grupos mayoritarios de la cámara- que planteaba modificar la denominación oficial de estos tres territorios “en concordancia con lo aprobado por sus Juntas Generales” . La iniciativa fue tomada en consideración por el Pleno de la cámara, pero tanto el portavoz socialista como, sobre todo, el popular, hicieron patente su propósito de enmendarla con objeto de impedir que la grafía euskérica se instituyera como única de cara a la denominación oficial de estos tres territorios. Y en efecto, así fue. Inmediatamente después de la toma en consideración de la iniciativa, ambos grupos registraron una serie de enmiendas que pretendían reorientar su contenido en el sentido de validar oficialmente las dos grafías -la vasca y la castellana- para que se eligiera la que procediese en cada caso, en función de la lengua cooficial utilizada. Pero como el Grupo promotor de la iniciativa no compartía esta desnaturalización, la Proposición y las enmiendas durmieron el sueño de los justos en un cajón de la comisión correspondiente, hasta que la conclusión de la legislatura determinó su caducidad.
En alguna ocasión he llamado la atención sobre la concurrencia, en este caso, de una circunstancia diferencial, específica para el caso vasco, que no resulta fácilmente comprensible. Un hecho diferencial de carácter negativo, porque impide a su titular hacer algo que, sin embargo, se permite a los territorios de régimen común. Lo que se da por bueno para Lleida, Girona, A Coruna, Ourense, e Illes Balears, mutaciones que, en algunos casos, entrañan cambios fonéticos incluso de difícil pronunciación para el castellanoparlante, se les niega a los territorios vascos, por muchos que sus nombres sean de raíz netamente euskérica y la modificación propuesta apenas suponga alteraciones fonéticas de relevancia, limitándose prácticamente a lo gráfico. En el caso de los territorios vascos, no estamos hablando de denominaciones distintas, una castellana y otra vasca, sino de una única denominación, de sustrato inequívocamente euskérico, pues nadie cuestiona la raíz vasca de las voces Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Lo que se pretende, por tanto, no es suprimir una voz castellana para sustituirla por otra vasca, sino hacer que la expresión gráfica oficial de unos términos de origen incuestionablemente vasco, se lleve a cabo con arreglo a las reglas ortográficas establecidas por la Academia de la Lengua vasca. En el uso privado, cada cual podrá escribir estas denominaciones como prefiera. La iniciativa sólo se refiere, obviamente, al uso oficial.
Pero la vocación de asimetría que en este punto han exhibido los socialistas y los populares –lo que vale con otras comunidades no vale para Euskadi- se ha mantenido firme durante años. En 2006, se volvía a debatir una nueva iniciativa del PNV en la que se reiteraba la cuestión. Una vez más, los portavoces popular y socialista expresaron su propósito de enmendar la iniciativa, una vez tomada en consideración, con objeto de desnaturalizarla, instituyendo la doble grafía . No lo hicieron con Ourente y A Coruña. Tampoco lo hicieron con Lleida, Girona e Illes Balears. Sin embargo, no podían dejar de hacerlo con Bizkaia y Gipuzkoa. El caso de Araba/Álava es diferente.
Pero en la sesión plenaria de hoy se ha conseguido vencer el imposible, y la inmensa mayoría de la cámara -con la excepción del PP y de Rosa Díez- ha votado a favor de la toma en consideración de la iniciativa, que se tramitará en los próximos meses desde el más absoluto respeto a su espíritu inicial y no, como ocurría hasta ahora, bajo la amenaza de adulterar su contenido, convirtiéndola en algo cualitativamente distinto. Es un logro más -este sí- del acuerdo presupuestario del año pasado, que ha logrado que los diputados socialistas asuman sin réplica lo que hasta ahora rechazaban. El acuerdo reviste una gran fuerza simbólica. Las Cortes Generales hacen suya una decisión de las Juntas Generales de los territorios históricos vascos, reconociendo a estas una innegable primacía en la definición de un elemento tan relevante para su identidad como es el de la denominación oficial.
Permítame, señor Ercoreca, expresarle mi más absoluta discrepancia a lo que acaban de hacer en la Cámara de la Soberanía Nacinal Española. Las entrañables y españolísimas provincias vascas han de recibir el tratamiento lingüístico y ortográfico que siempre recibieron por partes de las personas nobles y cultas. Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. En la escuela nos enseñaron que eran las tres provincias con más personalidad, las únicas con un nombre propio distinto al de la capital. Y ahora van ustedes y se lo cambian.
¡¡¡¡¡Una vez satisfecha esta ansiada reivindicación popular, por fin podrá dormir el pueblo tranquilo!!!!!
El apoyo al moribundo Zapatero va dando sus frutos. ¡Muchísimas gracias! Si tardáis un poco más, Madrid pasa a ser El Cairo…
Verás Josu, tengo una foto preciosa hecha en Palafrugell donde se ve mi “mini” chulo matrícula GE-2026-D… no hay problema, el photoshop hará el milagro de convertir la “E” en “I”.
Va a ser que no. Lo siento, pero mientras me dejéis, seguiré -no me tachéis excesivamente de españolista franquista, porfa- llamando a Gerona gerona y a La Coruña lacoruña (¡reconoce que a A Coruña suena fatal!).
Me rindo. No me cabe ninguna duda de que el tiempo es inversamente proporcional a vuestra tenacidad.
¡Hay gente pa to!
Saludos cordiales
Me parece convincente la justificación de Erkoreka.
Claro está que sólo desde aquella posición política, la jeltzale, que pretende paulatinamente, sin pausa y sin prisa, la acomodación de lo vasco en el estado espanol.
Hasta ahí podíamos llegar que se pretendiera con ello, como parecía -está bien que Erkoreka lo aclare en este su bien estudiado artículo-, que ha de usarse el término Bizkaia al escribir en inglés o en espanol (Biscay & Vizcaya) porque una ley de las Cortes Generales hispánicas lo mande hacer en términos oficiales de un Estado que, por anadidura -y por si fuera poco- no reconoce oficilamente la libertad del País Vasco y su Pueblo a decidir sobre su futuro soberanamente (sino todo lo contrario).
:::::::::::::::::::::::::::::::::::
Pero fijemonos en la extraordinaria placidez con la que Erkoreka, el PNV, el otrora partido nacional y foralista por excelencia vasco, degrada a los egregios históricos territorios vascos:
Tal como bien senala nuestro diputado de Vizcaya por Bizkaia al recordarnos la historia de las provincias del estado contemporáneo de Espana, se asimilan territorios que nunca fueron provincias de nadie, sino que existían por sí mismos como repúblicas o estados, senoríos, reinos, virreynatos, desde la alta edad media hasta entrado el siglo XIX. Se hace en 1833, con el nacimiento del concepto de «nación espanola» con una adherida soberanía supuesta y con una territorialidad, que a de administrase de un modo homogeneizador. Los territorios vascos se asimilan así como provincias, como lo sería Rio Muni más de un siglo después.
A diferecia de Rio Muni, los nacionalistas indígenas quieren seguir siendo provincia, e insertar su nacionalidad en la organización territorial del Estado metropolitano soberano: Espana.
Enhorabuena Sr. Erkoreka. Por mucho que los irreductibles españolistas como Curro el de Madrid se pongan como una fiera incluso llegando a decir que no somos cultos los que no defendemos el cambio de denominación, se ha conseguido por fín que sea una realidad. Ladran, luego cabalgamos.
Euskaraz bizi garenok beti erabili izan ditugu gure herrialdeen euskal izenak. Ez dut inondik ere ulertzen Madrila begiratu behar etenbako hori, zeren bila? homologazioaren bila? Espainol erdalzaleen oniritzia eta «nihil obstat-a» jasotzeko? Euskal kulturari dagokion guzti-guztia Madriletik edo Parisetik pasatu beharra dago? Erkoreka jauna, aldez aurretik eskerrik asko honako duda hauek argitzearren!
kaixo josu:goiko lelo biei jaramonik ez,horrela jartzen ba dira abertzaleak ondo gabiltza.gauza bat nahi nizuke galdetu.joko hau ez da bixkat zikiña? orain arte psoeren erantzuna izan da beti zuen eskaerak ukatzea eta orain esaten dizue baietz kalkulo politikoaren gaitik eta ez ganorazko pertsonak direlako.badakigu politika horrelakoa dela baina ibarretxek esan ziona peleleri egia da : sozialistak ez dira fidatzekoak.
Erkoreka Jauna!!!
¿Porque Araba/ Alava y no ARABA y punto??
No entiendo mi provincia Vitoria-Gasteiz, Araba/Álava
¿Porque no se conservan unicamente los nombres en euskera??
Lo de Bizkaia y Gipuzkoa ya era hora, Enhorabuena!!
Daniel eres un tío gracioso.
Digo lo que he puesto en el foro de El País. Soy euskalzale, euskaldun e independentista… Y cuando escriba en castellano escribiré Guipúzcoa. Pero el cambio tiene que ver con la oficialidad, es decir con la visibilidad que tendrá en el mapa del tiempo de TVE. De ahora en más, la población española tendrá la inmensa suerte de interiorizar otra grafía a los nombres de los territorios históricos vascos aumentando así su sinápsis neuronal monolingue. En el País Vasco hace rato que somos bilingues, trilingues… Es buenísimo!! Lo recomiendo.
¡Enhorabuena, Sr. Erkoreka!
Hoy somos todos un poco mas vascos gracias a su tenacidad.
Cuando dejen de perder el tiempo con chorradas a lo mejor también salimos de la crisis.
Ondo ibili
Entonces, cuando yo hablo en castellano, ¿tengo que pronunciar los nombres de las provincias en euskera? Asimismo, ¿debo decir London en vez de Londres o New York en vez de Nueva York?
Bon dia Josu Erkoreka le mando un vídeo que si lo valora usted positivamente me gustaría que le diera difusión nuestro sector no es el responsable de lo que se denomina deficif tarifario ya que este problema se viene arrastrando aun cuando no había energías renovables significativas, si no mas bien a que las eléctricas temen a seguir mandando por la perdida de control que supone que la población pueda suministrarse de la energía solar y solo acceder al loby de noche y que todas las las inversiones que ellos han echo sobre todo al gas pues las tengan paradas o a medio gas sus centrales, además de un sin fin de tejemanejes que se llevan nuestros políticos «» tu me apoyas , yo quito las denuncias,yo te apoyo, tu me das esto o lo otro, tu me apoyas y yo te doy un puesto en CNC, y como moneda de cambio quitar del mercado a los inversores de la solar ya que es el sector que los lobys no manejan y que no han invertido de la misma manera que en el resto de renovables ya que no le dieron el valor necesario por que pensaban que solo iba a ser instalada en plantas aisladas donde ellos no daban o no querían dar suministro
Carta abierta al ministro de industria hacerla llegar a
mas gente muchísimas gracias
sin mas me despido de usted
Jose Ferreira (aguilareal)
Le acabo de escuchar en Telemadrid diciendo que importamos energía nuclear de Francia… Por favor, infórmese. España exporta energía neta tanto a Francia como a Marruecos y Portugal. Todo lo demás son mitos del pasado.
Un saludo
Santi
Daniel piensa lo mismo que la insigne Isaben San Sebastián que en EL MUNDO de hoy escribe un artículo titulado «Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, España» declarándose INSUMISA en relación con el uso de la grafía vasca para designar a las tres provinicas vascognadas. «Yo seguiré diciendo y escribiendo Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, ahora y siempre, porque soy vasca en español y española a fuer de vasca».
No seré yo quien le tache de «españolista fascista», pero lo cierto es que su argumento coincide plenamente con una mucher que es furibundamente españolista y se encuentra a la derecha de la derecha del PP, que ya es decir.
Me encanta ver a los abertzales irreductibles de la izquierda independentista, coincidiendo con la carcundia más retrógrada del periodismo y de la política españolas en sus ataques al PNV. Es una pinza diabólica de esas que a veces se forman en política. Donatien=Isabel San Sebastián. Dos bilbainos unidos por el antipeneuvismo más patológico.
Igor, hasta donde yo sé, lo que se ha planteado en Madrid es que acepten lo que han acordado las juntas generales de los tres territorios en relación con su nombre oficial. Y en Araba, creo que las juntas generales acordaron por unanimidad que el nombre oficial sería en las dos lenguas, empezando por el euskera Araba/Álava, cosa que no ocurrió ni en Bizkaia ni en Gipuzkoa. Cuando la mayoría del territorio vote abertzale, se podrá cambiar. Y si alguna vez (cosa que no creo) la mayoría política del territorio cae en manos de SORTU, volverán a implantar el nombre en castellano Álava, porque ya se ve en este blog que a los borrokillas no les gusta que se llame Araba. Por cierto, Sortu haría lo mismo que el PP.
La cosa no es tan difícil de entender. Cada persona se puede llamar como quiera y constar así en los registros. Igualmente, los TTHH son los que deben ser quienes decidan cuál es su propio nombre oficial, sin necesidad de que venga nadie de Madrid a decir como se tienen que llamar.
La época en que había que bautizar a los niños obligatoriamente con nombres en castellano ya acabó, igual que ha de acabar la manía por imponer a las regiones/provincias/ciudades/territorios históricos el nombre que han de llevar por oficial.
Las Juntas Generelares de cada territorio decidieron en su día que, oficialmente, los tthh serían Bizkaia, Gipuzkoa y Araba/Álava (lo decidieron sus juntas, así contesto a Igor de paso). El Congreso, por fin, no ha hecho más que reconocer eso.
Ahora, los españoles haréis en vuestra vida privada lo que os venga en gana. Podéis escribir Vizcaya, Bizcaia o Vyzkaia, a mi poco me importa. Pero oficialmente es lo que es. Igual que hacéis al escribir Ercoreca, por ejemplo.
P.D.: No se si London o New York, pero también podéis escribir Guasintón, Marraquech, Monpelie o Mallami.
«Cuando dejen de perder el tiempo con chorradas a lo mejor también salimos de la crisis.»
Imanol, gracias por tu higiene mental.
Saludos cordiales
Daniel y Manuel, Manuel y Daniel, acaban de arrojar por la taza del wc entre el 85% y el 90% de la Constitución española, que no habla de economía ni sirve para que salgamos de la crisis económica. O sea, son chorradas, según su teoría ¿O la Corona sirve para salir de la crisis económica? ¿O la declaración de soberanía del pueblo español sirve para la crisis económica? ¿O la afirmación de la unidad indiisoluble de la nación española sirve para salir de la crisis económica?
«Soy euskalzale, euskaldun e independentista…»
A, siempre me ha llamado la atención la incontinencia que tienen los nacionalismos generando términos verbales. Es como una especie de necesidad imperiosa (sólo superada en el mundo de las sacristías). ¿La falta de contenido se compensa con terminología?
Venga tío, mientes como un bellaco al afirmar genéricamente que los vascos sois trilingües, conozco mogollón de ellos que no lo son. Desgraciadamente, algunos incluso sólo se expresan en un deficiente castellano.
Dicen que el amor suele cegar, pero el amor al terruño más bien es que saca los ojos (¿de propios y extraños?).
Saludos cordiales
Hombre, Alderdikide,
Como siempre exhibiendo la complejidad de tu visión de la vida.
Como Isabel San Sebastián -a saber quién es esa sra.- y yo mismo «coincidimos» en algo, entonces somos iguales (él no, claro. cuando Alderdikide coincide con esa dama no significa que sean iguales en absoluto, cuidadín, que siempre ha habido clases).
Pero la realidad es …………….. :
1.) Yo no estoy en contra de que los espanoles llamen Bizkaia a Vizcaya en sus papeles oficiales. Me la suda. ///// Isabel San Sebastián, por lo que nos refieres, está que trina por ello, está en contra.
2.) Yo estoy en contra de la acomodación de Euskadi en Espana, que es lo que se hace con esa medida, que es como tú y Erkoreka os sentís ahora, más cómodos en ella gracias a esa medida (por eso lo hacéis, para sentiros mejor, ese es el fin que el propio Erkoreka confiesa; quiere sentirse igual que los demás, como un espanol más, reconocido como le gusta que le reconozcan, como a un senor de Murcia) ///// Isabel San Sebastián, esa sra., está a favor de la máxima acomodación de los vascos en Espana, de que no tengan que pensar en irse de Espana para poder sentirse a gusto.
Alderdikide sigue sin abstraer. Son muchas horas de la TV del batzoki con «Los 40 Principales Latinos» de fondo, que es lo que ponen en los batzokis que conozco (Abando, Lemoa, por ejemplo, entre otros).
Aitor,
Estás muy equivocado. Lo espanol será ahora escribir Araba/Álava o Bizkaia al escribir un texto en idioma castellano con el argumento -que no puede ser más superespanol- de que, como dices tan plácidamente, «ES LO OFICIAL EN ESPANA».
Porque, aunque te parezca extrano, fuera de tu querido Estado Espanol, también hay vida. Por ejemplo en los escritos no oficiales y militantes no-espanoles.
PNV = regionalista
Hola,
me podría decir si el PNV está a favor de aplicar medidas retroactivas contra las plantas fotovoltaicas ya en funcionamiento? Como Vd ya debe saber, estas medidas equiparan a España a países sin seguridad jurídica y la UE ya he mostrado su más enérgico rechazo.
¿Piensan que nosotros los productores somos culpables de haber seguido el BOE y un RD fijado por el Estado Español?
Salutacions,
Me he leído el debate en el diario de sesiones de la página web del Congreso y hay una cosa que me ha gustado. Rosa Diez, como algunos comentaristas de este blog pregunta como se puede plantear una cosa así con la que esta cayendo. Claro que ella se ha pasado la mitad de la legislatura hablando de la reforma electoral, como si eso fuese decisivo para acabar con la crisis. Pero Llamazares le ha replicado que no somos diputados de una sola neurona y que lo uno no quita lo otro. Ya es casualidad que sean los españolistas mas enfermizos los que se escudan en la crisis para argumentar que no se puede hablar de otra cosa. La crisis se esta convirtiendo en la gran coartada del centralismo españolista mas cañi. ¿O será que solo tienen una neurona?
La opinión de José Luis Lizundia, un académico de la Lengua Vasca, sobre el particular:
La Constitución española de 1978 y los estatutos de autonomía de las nacionalidades históricas plebiscitadas, Cataluña, Euskadi y Galicia, hicieron posible el fin del monolingüismo jurídico castellano-centralista y la secular marginación, cuando no la prohibición de las otras lenguas españolas.
La propia Constitución fue publicada en catalán, gallego y euskera en el Boletín Oficial del Estado, tema que conozco perfectamente por haber participado en el equipo traductor. Nos resultó grato a varios millones de ciudadanos españoles con lengua propia distinta al castellano.
Por fin el Estado de Derecho de la nueva democracia lo reconocía oficialmente, facilitando su posterior desarrollo legislativo. Uno de los problemas a adecuar era el campo de la onomástica en general y de la toponimia en particular. Veníamos de una situación pretérita en la que fueron prohibidos, 1938, «nombres como Iñaki, Kepa, Koldobika. La España de Franco no puede tolerarlos»; 1940, las marcas, nombres comerciales y rótulos en «dialectos distintos del idioma castellano»; 1945, «terminantemente prohibida toda designación de buques que no esté escrita en castellano», y así en otros ámbitos de la vida pública.
La nueva situación democrática y el desarrollo normativo consiguiente en materia onomástica facilitaron el cambio. Concretamente, en nuestro caso, con la Ley 10/1982, de 24 de noviembre, Básica de Normalización del Uso del Euskera, desarrollo del artículo 6 del Estatuto de Gernika. Su artículo 10 dice: «La nomenclatura oficial de los territorios (provincias), municipios, entidades de población, accidentes geográficos, vías urbanas y, en general, los topónimos de la Comunidad Autónoma Vasca será establecida por el Gobierno, los órganos forales o las corporaciones locales en el ámbito de sus respectivas competencias, respetando en todo caso la originalidad euskaldun, romance o castellana con la grafía académica propia de cada lengua». (…) «El Gobierno resolverá, previa consulta a la Real Academia de la Lengua Vasca» (…). «En caso de que estas nomenclaturas sean sensiblemente distintas, ambas tendrán consideración oficial». Fruto de ello es la oficialización de los nombres de muchos municipios con la ortografía eusquérica, pero no de los nombres como ‘Lapuebla de Labarca’, por ser claramente de origen castellano, y la doble denominación en Donostia-San Sebastián, Vitoria-Gasteiz, etcétera.
La cuestión se plantea con los nombres de nuestros tres territorios históricos que, a pesar de ser oficializados Bizkaia, Gipuzkoa y Araba/Álava y reconocidos como tal por las administraciones forales, autonómicas y locales, sin embargo la Administración estatal no los ha reconocido. ¿Por qué? Por la senc illa razón de que en desarrollo del artículo 141 de la Constitución son las Cortes Generales las que tienen la facultad de modificar los nombres de las provincias. Mientras en Cataluña y Galicia habían cambiado los nombres de los municipios de Lleida, Girona, Ourense y A Coruña en su respectivo ámbito autonómico y con el preceptivo dictamen académico del Institut d’Estudis Catalans y la Real Academia Galega, al ser también nombres de provincias el Gobierno de España, presidido por Felipe González, aprobó los proyectos de ley que luego fueron ratificados por las Cortes.
En cambio en nuestro caso, y así se lo hice ver -a la sazón el que suscribe era el portavoz de Euskadiko Ezkerra en las Juntas Generales de Bizkaia- al entonces presidente, Antón Aurre, para que se tramitara en Madrid, respondiéndome que a su juicio no era competencia estatal, ya que con la aprobación en Gernika era suficiente. Craso error que ahora el PNV, aunque tarde, si comparamos con los catalanes y gallegos, ha tratado de enmendar llegando a un acuerdo con el presidente Rodríguez Zapatero para lograr la ‘oficialización estatal’ superior a la ‘oficialización foral’.
Lo que resulta fruto de la ignorancia de la ciencia onomástica, toponomástica, en este caso, es afirmar que Vizcaya es un topónimo castellano. Pues resulta que no, ya que se escriba como se escriba es eusquérico, pues su tradución castellana sería diáfana: ‘La loma’. Por lo tanto, en concordancia con la nueva realidad autonómica, al ser un topónimo euskaldun, como dice la Ley, la grafía ha ser Bizkaia, en paridad a las provincias catalanas y gallegas. Sería útil repasar la ponencia leída por el presidente de la comisión de Onomástica de la Real Academia Galega en el XX Congreso Internacional de Ciencias Onomásticas, celebrado en Santiago de Compostela en 1999 y titulada ‘A Journey through Galician Onomastics’, que denunciaba la mayoritaria castellanización histórica de una administración centralista monolingüe.
Al ser idiomas tan diferentes el euskera y el castellano, en la mayoría de los casos ha imperado la ortografía castellanizante y por no disponer hasta la época contemporánea de sistema ortográfico propio el euskera, ni tampoco de estatus oficial. Una última consideración que a cualquier intelectual con un mediano conocimiento lingüístico se le debía alcanzar, y es que el euskera y, por consiguiente su topónimo Bizkaia, carece de fricativa labiodental sonora, es decir ‘v’, y que ha escribirse con ‘b’. Conclusión: que solamente desde una visión nostálgica de un pasado totalitario-franquista, de un nacionalismo español excluyente o desde la ignorancia se puede entender la resistencia al cambio, meramente ortográfico, en este caso.
Recordaría que el artículo 3.3. de la Constitución considera que «las demás lenguas españolas» son «una riqueza» y «que merecen especial respeto y protección». El Estado de Derecho también es esto.
Hombre, Donatien,
Sigues manifestando tus obsesiones enfermizas, de entre las que destaca tu insistencia en atacar al PNV aunque ello te lleve a coincidir con españolistas derechosas como Isabel San Sebastián. Reconócelo. La fachosa bilbaina está en contra de escribir BIZKAIA en toda la documentación oficial. Igual que tú.
A tí te la suda, dices, la forma en la que los españoles escriban Bizkaia. Yo me conformo con que los españoles que residen y ocupan Bizkaia (desde el Correo hasta el Gobierno Civil, pasando por los tribunales y las casas cuartel) tengan que escribir Bizkaia contra sus convicciones y sus inercias. Te guste o no el paisaje de Bizkaia sigue muy dominado por esa costra españolista. A tí no te molesta porque vives en el Extranjero. A mí sí.
Por lo que veo, tú sigues en tu burbuja de Herrikos sucios e insalubres, llenos de pintadas deformes y pegatinas mojadas por chorretones de kalimotxo, en los que se mezcla la subkultura reboluzionaria a lo Chavez con el consumo de drogas reservadas para los niños pijos del occidente rico.
Obligar a los españoles a escribir BIZKAIA, contra su voluntad y sus gustos, no es acomodarse a España, sino forzar a España a acomodarse a lo que acordamos los vascos sobre nosotros mismos. Exactamente lo contrario de lo que tú dices. La máxima expresión de gustosa acomodación a España que hemos conocido en los últimos años es la humillante sumisión de Batasuna a la legislación represiva más asfixiante de toda Europa, al decir que cumplirán «a rajatabla» la Ley de Partidos Políticos.
Alderdikide,
Gracias por tu larga argumentación en la que tan bien te explicas a ti mismo.
Reconozco que yo casi siempre escribo Bizkaia en textos castellanos, pero a partir de ahora voy a escribir Vizcaya. Así de claro.
El facherío estaba encontra de llamar «Euskadi» al País de los vascos, y ahora le llaman Euskadi, incluída esa sra. que me refieres, con la mayor placidez. PEro su espíritu es el mismo: lnegación de Euskadi.
Y ese mismo facherío en pocos annos -de hecho ya-, escribirán Bizkaia en textos castellanos porque se habrá convertido en lo genuinamente espanol -por mandato de las Cortes Generales, sus Cortes Generales- como «Euskadi» o la bandera rojigualda con el escudo sin el águila, en lugar del escudo con el águila. Pero su espíritu es el mismo: fascista.
Conclusión ________________________ :
Hasta ahora era un cultismo escribir Bizkaia en un texto en espanol. A partir de ahora escribir Vizcaya será la huella de la cultura, el conocimiento y el entendiiento del escribidor.
PS,
How do write in English language, Alderdikide? Bizkaia too?
And you, Josu? JE, JE.
Los españolistas vascos defienden lo contrario de Donatien. Dicen que lo que se pretende con la denominación Bizkaia, Gipuzkoa etcétera es «que una identidad colectiva de ciudadanos, la nacionalista vasca, se imponga sobre la otra gran identidad colectiva con la que convive a diario, la española». El artículo de Pedro José Chacón (Autor de «La identidad Maketa») en El Correo de hoy, es claro y terminante:
BARRAS Y GUIONES
Pedro José Chacón Delgado
Hay que reconocer que la proposición de ley defendida por el grupo nacionalista vasco en el Congreso, por boca de su representante Aitor Esteban, el pasado 15 de febrero, constituye un episodio glorioso, una victoria en toda regla del nacionalismo vasco en el conjunto del sistema político español. Una más y no pequeña, por su enorme carga simbólica para toda España. Y encima con el adorno final consistente en cambiar el guión de Araba-Álava por la barra Araba/Álava, que llevará, por lógica legal, a tener que corregir la Norma Foral alavesa de 1989.
Durante toda la Transición los no nacionalistas en el País Vasco hemos tenido que presenciar, desorientados y desasistidos, el espectáculo de una izquierda española que ha considerado que los signos de identidad tanto de España como de las respectivas autonomías que la componen no era cosa que fuera con ellos. Haciendo una dejación ostentosa de todo el republicanismo patriótico español, del que formaron parte principal y que cayó con estrépito en la Guerra Civil, los socialistas se dedicaron a partir de 1982 a labrar mayorías absolutas haciéndose perdonar cualquier veleidad identitaria española y dejando en manos de los nacionalistas ‘periféricos’ la gestión identitaria de sus respectivas autonomías. Para cuando la derecha alcanzó el poder ya estábamos tan acostumbrados a esas aritméticas parlamentarias que no nos sorprendió para nada verla de primeras haciendo lo mismo.
Los promotores de la norma legal que va a posibilitar que las denominaciones de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava dejen de existir oficialmente en España apelan a los nombres actuales de esos territorios históricos, aprobados en sus Juntas Generales en 1985, 1986 y 1989, respectivamente, y a que eso mismo también ocurre en otras partes de España (ya saben: A Coruña, Lleida, Elx y demás). Impecable. El nacionalismo español ha vivido acomplejado durante todo este tiempo ante los llamados hechos diferenciales e intentar mantener su presencia en ciertos territorios era impositivo y filofascista.
Lo que los nacionalistas vascos quieren conseguir con la única denominación oficial de Bizkaia y Gipuzkoa y la guinda de Araba/Álava es algo que sólo tiene sentido para los que vivimos aquí: que una identidad colectiva de ciudadanos, la nacionalista vasca, se imponga sobre la otra gran identidad colectiva con la que convive a diario, la española. Y esto es justamente lo que no entienden ni quieren entender en el resto de España: les da igual o, dicho de otro modo, les parece muy bien que así sea, siempre y cuando con eso se consiga llegar hasta las próximas elecciones generales.
En momentos de zozobra como estos, la historia es nuestro único refugio. Todo este desarreglo nos viene de un nacionalismo vasco que surge poco después de que la anteiglesia de Abando fuera absorbida por la villa de Bilbao en 1890. Cuando Sabino Arana asistió en 1895 al estreno de la obra de Azkue Vizcay’tik Bizkai’ra, vio claro cuál era su objetivo: sustituir la Vizcaya españolizada, y muy particularmente la «inmunda villa» de Bilbao, la de los malos bilbainos maketófilos que hicieron posible la invasión maketa, por la única Bizkaya (así lo escribía siempre él), la auténtica, la de los baserritarras y las anteiglesias. Las posibilidades de expansión de este mensaje a todo el País Vasco fueron en vida de su promotor más bien dudosas. Pero la actuación de los sucesivos gobiernos españoles le puso todo en bandeja, hasta hoy.
A los maketos euskaldunberris ningún topónimo vasco nos es ajeno, pero estamos hartos de que se siga utilizando el euskera como símbolo de diferenciación política y no como un medio más de comunicación habitual entre nosotros, que es lo que debería ser si de verdad estuviera normalizado; y de que se haga precisamente por unos nacionalistas que en algunos casos muy destacados ni se molestan siquiera en aprender euskera. Estos nacionalistas que se ufanan de lo que van a conseguir ahora son los mismos que tienen por fundador a un señor que prefería un País Vasco solo de nativos que no hablaran euskera a otro de maketos que sí lo hablaran. En el último libro de Koldo Izagirre (‘Autopsiarako frogak’) se cita ‘Cacereño’, de Raúl Guerra Garrido, y se nos dice que los maketos euskaldunberris somos parte imprescindible para el futuro del euskera: ¿Por qué, entonces, la euskalgintza no hace una denuncia expresa de la figura histórica de Sabino Arana respecto del euskera, y en lugar de eso lo sigue venerando como primer vasco consecuente y padre de la patria?
“Rosa Diez, como algunos comentaristas de este blog pregunta como se puede plantear una cosa así con la que esta cayendo. Claro que ella se ha pasado la mitad de la legislatura hablando de la reforma electoral, como si eso fuese decisivo para acabar con la crisis.”
Preguntas para Jeltzale (¿tontas?):
¿Sabremos alguna vez qué cosa es decisiva para acabar con la crisis?
¿Lo de “un hombre un voto” es bueno, malo o depende?
¿Forzar el libre discurrir de las cosas para que en un determinado tiempo y lugar una mayoría hable como una minoría es bueno, malo o depende según y como?
¿Afirmar que la razón de ser de las lenguas debería ser la de facilitar como se entiende el personal es una cosa más bien de fantasías utópicas?
The answer is blowin’ in the wind
Daniel de Palafrugell, també?!? GE-2026-D; aquesta és la matrícula? Merci per la informació :).
A Daniel:
Las quebradas evoluciones de Daniel en esta entrada son dignas de análisis freudiano.
Primero nos dijo que, como los más rancios nacionalistas españoles (entre ellos Isabel San Sebastián y una larga lista de franquistas nostálgicos) él seguiría escribiendo Vizcaya y Guipúzcoa. En esto coincide con Donatien, pero no se lo vamos a tomar en cuenta (a Donatien, quiero decir) porque le gusta dar la nota.
Después lanza una soflama contra los nacionalismos irracionales y fanáticos, pero sin darse cuenta de que su tenacidad insumisa (diga la ley lo que quiera que yo seguiré haciendo lo que me plazca) es una expresión de nacionalismo (español) desaforado, donde coincidirá, sin lugar a dudas, con cientos de nacionalistas españoles, que harán lo mismo que él, empezando por los editorialistas del ABC y La Razón.
Más tarde, esconde su fanatismo españolista tras el argumento de que la crisis tiene otras urgencias. Será que sólo tiene una neurona, siguiendo con el gráfico argumento de Llamazares. Una neurona que sólo es capaz de centrarse en un tema: la crisis. Pero no, no tiene una sola neurona. Tiene neuronas para todas demandas políticas de Rosa Díez, aunque nada tengan que ver con la crisis.
Y al final, se erige en el preguntador oficial del Blog, y me dirige interrogantes públicas (¿tontas?), cual si fuera un inquisidor que interpela al acusado. ¿Quién le habrá investido a Daniel de tanto poder?
Pero vamos con las preguntas:
¿Sabremos alguna vez qué cosa es decisiva para acabar con la crisis?
Yo suponía que tú lo sabías, que hablabas con tanta autoridad, sobre lo que sirve y lo que no sirve para luchar contra la crisis. ¿Ahora resulta que tú tampoco lo sabes?
¿Lo de “un hombre un voto” es bueno, malo o depende?
Depende de donde se encuentre Rosa Díez y de lo que le interese en cada momento. Durante su larga vida política en el PSOE, nunca ha planteado un cambio de modelo electoral. Lo hace ahora que a su partido le viene bien. Pero si las cosas le cambian, tampoco tendrá problemas en cambiar de chip y decir lo contrario.
¿Forzar el libre discurrir de las cosas para que en un determinado tiempo y lugar una mayoría hable como una minoría es bueno, malo o depende según y como?
Ja, ja, ja, ¿te refieres a Patxi López que desde una minoría habla como si tuviese la mayoría?
¿Afirmar que la razón de ser de las lenguas debería ser la de facilitar como se entiende el personal es una cosa más bien de fantasías utópicas?
Ten la seguridad de que todos los que como tú han decidido que seguirán escribiendo Vizcaya y Guipúzcoa después del cambio legal, creen que las lenguas, además de para entenderse, sirven para desempeñar una función simbólica. Por eso se negarán a pasar de Vizcaya a Bizkaia. Lo que no tiene sentido es que escribir Vizcaya sea lo racional y escribir Bizkaia sea producto de las paranoias nacionalistas vascas. Eso ya no cuela.
Jetzale, sois conmovedores defendiendo la reciente legalidad arrancada al agónico Zapatero. Treinta años recogiendo nueces de dudoso tufillo hacen que vuestra nueva postura sea más deliciosa. Esperemos que continuéis con la misma línea ética si viene Mariano con rebajas (je, je).
Ya sabemos lo malísima que es Rosa Díez, pero como era de esperar, no te has mojado ni lo más mínimo. Cada palo con su vela. Hay que aceptar que los donatien dan la cara; vuestra habilidad principal -lo hacésis muy bien- consiste en no arriesgar demasiado encaramándose al nogal y simultáneamente (no sin cierto aire sibilino) jamás renunciar al fruto prohibido.
Freud hubiera llegado al orgasmo estudiando vuestra relación de amor-odio con el generalísimo. Antes de Paco, ¿Qué se escucharía mayoritariamente en las calles del Pais Vasco, Vizcaya o Bizkaia?
Sé que os cuesta (aunque reconozco que cada vez tengo más dudas si lo vuestro es pose o realidad), pero yo diría que en el estado español (incluso antes de Franco, España) hay muchísima más gente que detesta más al franquismo que a la caverna nacionalista. Lo que pasa es la foto franquista, afortunadamente, va adquiriendo un tono de rancio color sepia cada vez más acusado; en cambio, con la vuestra -a pesar del mucho photoshop que utilizáis- no hay manera de que desaparezcan (más bien al contrario) los absurdos ribetes valcánicos.
Saludos cordiales
¿Londres se llama Londres? ¿Moscú se llama Moscú? ¿Nueva York se llama Nueva York? Alguien toma un avión en Loiu para ir a London? ¿Quién va de viaje a New York? Yo seguiré hablando de Vizcaya en Castellano eta, euskeraz, Bizkaia.
Dead easy, guys!
Daniel:
Cuando hablas de treinta años recogiendo las nueces del que mueve el árbol, ¿acaso te refieres a lo bien que os vino a los españolistas el golpe de Tejero como coartada para meter el miedo a todo el mundo e ir embridando el desarrollo autonómico (el vasco y el catalán, se entiende, el de Murcia y Extremadura no planteaba problemas) a través de loapas y loapillas durante los últimos treinta años? Ese sí que ha sido un modelo de eficaz cooperación político-militar puesta al servicio del engrandecimiento de España y la erosión de las comunidades. Primero se enseñan las armas (¡Estos son mis poderes!) y luego se recurre al pretexto de que las armas están a punto de dispararse para hacerlo TODO POR LA PATRIA. La Patria española, se entiende.
Lo verdaderamente delicioso será ver a todos los guardianes de la legalidad, que se llenan la boca hablando del Estado de Derecho (que en España es de deshecho), declarándose insumisos a la Ley y escribiendo Vizcaya y Guipúzcoa. Eso sí que será conmovedor.
Yo también pienso que los donatien dan la cara. Como los Tejero, en tu caso. Si vinieses como Tejero con la pistola en la mano gritando «todo el mundo al suelo», todo estaría más claro. El problema es que ponéis buena cara, os disfrazáis de demócratas integradores y amantes de la diversidad, pero os aprovecháis de los amagos de golpe de Estado para avanzar en vuestros objetivos políticos loapizando la política. En realidad, los Tejero os vienen de cine.
Está bien lo de olvidar al franquismo (toda la derecha Española intenta hacerlo) y referirse a los ribetes balcánicos. Pero te recuerdo que la herida balcánica más grave la provocaron los serbios, que se hacían llamar no nacionalistas. La que reserva a las Fuerzas Armadas la función de garantizar con los tanques la unidad e integridad de España es la Constitución. Esa misma pensaba que era su función el ejército Serbio cuando cometió las atrocidades de Croacia, Bosnia y Kosovo.
Os juro que no he visto pais como este (desafortunadamente). Hace poco estuve en el Delta del Ebro y observé un mapa de su recorrido donde leí Logronyo en lugar de Logroño, y luego nosotros no podemos llamar Gerona a Girona.
Vaya un conglomerado de naciones!!!
Penoso. Lo dice un alavés. Estos paletos de la k se avergüenzan de sus orígenes… pero creo que está cerca su San Martín.
Sr. Erkoreka:
Debo informarle que el nombre tradicional de La Rioja no es Provincia de Logroño como Ud. afirma sino La Rioja, Rioja e incluso Provincia de La Rioja desde el siglo XI en que apareció tal nombre para nombrar la comarca de Santo Domingo de la Calzada,esto es la comarca bañada por el río Oja, y que ya en el XVI designaba a toda la región.
El uso de Provincia de La Rioja que se da en el siglo XVIII hace referencia a un territorio histórico pero carente de entidad político-aministrativa. Existen bastantes referencias en dicho siglo a esa Provincia de La Rioja.
Es de entender que Provincia de Logroño no es nombre tradicional pues fue impuesto en 1833, por tanto solo 180 años contra nueve siglos y pico que tiene el de La Rioja. De hecho en esta tierra y también desde fuera de ella nos hemos referido a ella como La Rioja fuera de la oficialidad y se puede comprobar documentalmente.
Atentamente.
Primero unos se comportaron con exceso de soberbia y arrogancia, queriendo dejar patente que a ellos las leyes no les importan. Y luego los otros se comportaron con la misma arrogancia, dejando constancia de su venganza por la bravata anterior de los primeros y rechazando lo que entonces ya sí venía ajustado a derecho, aunque solamente fuera por igualdad con el caso catalán, gallego y balear. Los casos asturiano, cántabro y riojano eran totalmente distintos, y no tenían que ver con la lengua, sino con el nombre histórico de la región en que se encontraban, dándose incluso el caso de Asturias donde la provincia se llamaba Oviedo, como su capital, pero la región nunca dejó de ser Asturias (o Principado de …), lo cual resultaba una suerte de absurdo que ni de argumentos requirió para su corrección.