El pasado miércoles, los promotores de SORTU presentaron sus estatutos ante el Registro de Partidos Políticos y el ministro de Interior ha anunciado ya que pondrá el expediente en manos de la fiscalía para que estudie su remisión a la autoridad judicial. Es una manera muy cómoda de escurrir el bulto sin perder el control de los acontecimientos, porque a nadie se le oculta que, en un asunto tan delicado como este, el Tribunal que ha de conocer el asunto en última instancia -el Constitucional- actuará en sintonía con el Gobierno desde la mayoría progresista que se afianzó en su seno tras la última renovación parcial.
Como era previsible, el acontecimiento ha hecho que el universo mediático se haya visto poblado por todo tipo de reflexiones y vaticinios en torno a la suerte que correrá la iniciativa. Hay opiniones para todo. Unos ponen énfasis en lo que debería hacer el Gobierno ante SORTU: facilitar su válida constitución o, en su caso, impedirla. Otros prefieren no dar lecciones al Gobierno y centrarse en predecir lo que, de hecho, ocurrirá. Personalmente pienso que el Gobierno debería resolver, sin más trámite, a favor de la inscripción de la nueva sigla en el Registro de Partidos Políticos. Creo que el planteamiento de sus impulsores es impecable desde el punto de vista estrictamente jurídico y que, en este punto, el Ministerio de Interior no debería prestar atención a las convicciones o intereses personales de sus responsables, sino a los estrictos mandatos de la ley. Y la ley es meridiana. Lo más probable es, sin embargo, que los fundadores del nuevo partido alcancen su propósito, no por la actuación del Gobierno -que ya hemos visto que prefiere lavarse las manos- sino merced a una resolución favorable del Tribunal Supremo o del Constitucional. Creo, francamente, que pocos piensan, de verdad, en la posibilidad de un escenario distinto a este. Hasta los más aguerridos portavoces populares reconocen en su fuero íntimo que, pese a sus vehementes invectivas contra el reconocimiento del nuevo partido, el procedimiento iniciado el pasado miércoles acabará, de una u otra manera, con su legalización.
Si en diciembre del año pasado el Grupo Parlamentario vasco no hubiese apoyado el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, haciendo posible, con ello, que el desafío de construir la paz contase con el tiempo y el sosiego que parecían necesarios, la situación, hoy, sería, a buen seguro, notablemente distinta. El Gobierno central se hubiese visto forzado a adelantar los comicios generales, el PP disfrutaría gozosamente de las inmejorables expectativas que le ofrecen las encuestas para alzarse con la mayoría absoluta en el Congreso y todos nos encontraríamos sumidos en una vorágine preelectoral, estridente y agitada -como todas, dicho sea de paso- que es la circunstancia menos propicia para que el Gobierno y los tribunales asuman los riesgos que entraña afrontar una coyuntura como la que se les presenta. No hay Gobierno capaz de adoptar decisiones de semejante calibre a pocas semanas vista de su sometimiento al escrutinio público, máxime si su rival más directo centra en ella sus demagogias más corrosivas. Nunca se nos reconocerá el mérito de haber contribuido a crear las condiciones que hoy hacen posible el acceso de SORTU a su plena validez jurídica, pero es evidente que nuestro papel ha sido decisivo.
Pero la situación creada con la presentación de la nueva sigla, permite abrir múltiples líneas de reflexión en relación con el futuro de Euskadi, en general, y del Gobierno vasco en particular. Permítaseme mencionar dos de ellas. Si se confirman las predicciones arriba expuestas y se logra, aunque sea por imperativo de los tribunales, la inscripción de SORTU en el Registro de Partidos Políticas, debería considerarse la conveniencia de adelantar las elecciones autonómicas con el fin de adecuar la composición del Parlamento vasco a la voluntad de los ciudadanos. Les guste o no a las huestes de Patxi López -es evidente que no les gusta-, se ha de admitir que las condiciones en las que se llevaron a cabo las elecciones del 1-M, provocaron un desajuste entre la sociedad vasca y sus teóricos representantes, que no debería prolongarse por más tiempo, una vez desaparecidas las causas que lo provocaron. Un elemental sentido democrático debería conducir al Gobierno vasco a recabar el mandato de las urnas para hacer que la nueva etapa política se pudiera afrontar desde una cámara representativa cuya composición se ajustase lo más posible al designio de los ciudadanos.
Pero se decida o no López a adelantar los comicios -no creo que vaya a poner en riesgo el sillón de Ajuria-Enea por un quítame allá esas pajas-, siempre queda abierta la posibilidad de que las diferencias surgidas entre socialistas y populares a propósito de la respuesta que conviene dar a los promotores de SORTU, aumentasen hasta el extremo de provocar la ruptura entre ambas formaciones políticas, poniendo en cuestión la continuidad del Gobierno vasco. No son ensoñaciones. Ana Mato ha declarado recientemente que si el Gobierno permite que nuevo partido participe en las elecciones, el PP romperá con el PSOE. También desde Euskadi se ha dicho que la prueba del algodón de la lealtad de los socialistas radicará en la actitud que adopten ante la participación del nuevo partidos en las elecciones municipales.
Siempre he considerado que el pacto de hierro sobre el que descansa el Ejecutivo que preside Patxi López, sólo se rompería cuando la expectativa de acceder a La Moncloa, aconsejase al PP desmarcarse radicalmente de los socialistas, denunciando su deslealtad y su nula fiabilidad en el tema del País Vasco, en general y de ETA en particular. El apoyo que los populares prestan a López en la Cámara de Vitoria, no mira a Euskadi, sino a Madrid. Que nadie se engañe pensando lo contrario. Más aún, no se basa en el altruismo, sino en el interés. Los populares saben que mantener ese Gobierno -y hacerlo, además, gratis et amore– constituye un activo muy bien valorado por el electorado español; un activo que resulta tanto más reconocido, cuanto mayor sea la deslealtad con la que los socialistas correspondan a su sacrificada generosidad. Su estrategia consiste, pues, en ceder en Euskadi, donde renuncian a gobernar y hasta a obtener réditos inmediatos de la apuesta por apoyar a López, para ganar puntos de cara a Madrid, que es el objetivo que realmente persiguen.
Si los populares han resistido el desplante de los socialistas en Alava -que se negaron a secundar una moción de censura contra Xabier Aguirre- no ha sido por su infinita paciencia o por su modélica filantropía, sino porque ese gesto revaloriza sus méritos al sur del Ebro, donde puede presentarse como una opción sacrificada, dispuesta a las renuncias más dolorosas y a las humillaciones más lacerantes, por la preservación de un bien superior como, sin duda es, para el electorado español, el mantenimiento del sacrosanto emblema de la unidad en las tierras del norte.
Ahora bien, el nacimiento de SORTU y el debate que ello ha generado entre socialistas y populares, puede acabar haciendo que al PP le resulte más rentable, en su imparable carrera hacia La Moncloa, romper con el Gobierno vasco, acusando a los socialistas de haber defraudado gravísimamente su leal e incondicional apoyo, que seguir sosteniendo a Patxi López en Ajuria Enea. Si el interesa electoral lo aconseja, a los populares no les costaría mucho organizar una campaña argumentando que el mérito del “buen español” ya no radica en apuntalar en el Gobierno vasco a un PSE corroído por la deslealtad, sino en desalojarlo con la mayor celeridad posible. No será fácil que ocurra -hay ya mucho interés creado- pero no se puede descartar la posibilidad.
Estimado Josu,
Sabías que en un principio le iban a llamar Sartu aunque luego pensaron que era muy obivio y dijeron… pues lo más cercano… SORTU!!!
besarkada bat
Carlos
Y si hay elecciones con SORTU ?….. me da que seguimos teniendo a patxi en AjuriaEnea ya que PSOE-SORTU-ARALAR pueden llegar a la mayoria absoluta…..
Y de las piruetas del PSOE…… para que vamos a hablar !
Qué te pasa, Takolo? Estás nervioso? Qué bien se está con la izquierda abertzale criminalizada, ilegalizada, verdad? Ayuntamientos a go-gó por la cara… Se entiende.
Pues no, mira, no vamos a hacer como vosotros, no vamos a gestionar el gobiernillo de Vascongadas en coalición con el PSOE, al modo que haría e hizo el PNV, por un plato de lentejas.
Esto de lo adelanto. Ni somos el PNV ni somos ERC, mal que te pese.
Tranquilidad señores, no nos pongamos nerviosos, ¿cual es el objetivo? QUE TODAS LAS CORRIENTES DE OPINION SE DEMUESTREN EN LAS URNAS. Bien el pueblo hablará y lo que decida será lo que MANDA. Sobre todo no debemos de enzarzarnos entre nosotros, ya sabeis aquello del DIVIDE Y VENCERAS. No les hagamos el juego. GUK GURE GAUZETARA.
Nire ustez nahiko argi dago EAJri esker, Euskal lurrean gero eta «Estatu» gehiago daukagula. Aldiz, zein izan da Ezker abertzalearen ekarpena? kanposantuak eta gartzelak betetzea?
ya veremos Donatien, ya veremos.
En el ABC de hoy, 17 de febrero, una columna de Blanca Torquemada habla de «un diputado vasco», parece que del PP que opinaba en los pasillos del Congreso sobre Patxi López: «Lo de «todo por la paz» que ahora esgrime el lendakari ya lo ha oído antes, decía, y no le suena nada bien». No hace falta ser muy sagaz para saber que a los dirigentes del PP, no les interesa en absoluto el «todo por la paz». Lo único que les importa es el «todo por la patria» que infausta historia. ¡Ah, y el «todo por mis cuentas bancarias», en lo que siempre han sido especialistas.
¿No os parecen enternecedoras las miradas que se cruzan Otegi y López? Rufi también le mira a López, enamorado, y Ares le mira a Arnaldo, no menos seducido. ¡Qué cruce de miradas más estimulante. Se nota el cariño mutuo. Se masca la sintonía entre las izquierdas de Euskal Herria. Unos hacen la ley y los otros la cumplirán «a rajatabla». Mal que le pese a Donatien.
De verdad que os parece que hay acuerdo entre ellos?
A mi me parece que hay desafio y acuerdo en la batalla En contra). No hay nada de placentero en la mirada y expresion de Ares Y Patxi. Gora ezker abertzalea!!
Sobre todo eso, amor es lo que se ve en las miradas de unos a otros.
Este Alderdikide es como los que aseguran ver a la Virgen en un árbol. Impresionante lo tuyo, Alderdikide (pero sobre tod repugnante, a la vista de que ni tü ni nadie de tu partido ha sido encarcelado por esos de la izquierda, como Otegi y Etxeberria).
Sin duda el PNV va a pagar muy caro este cinismo, del que tú eres un ejemplo representativo, y no una anécdota aislada.
Como decía aquel entrenador argentino, Vilardo creo: «Al rival hay que pisalo. Pisálo, pisálo !!! »
PISÁAAALO, PISÁAAAALO !!! !!!
Asi es, hay algo importante que se aprende en psicoanalisis y es que muchas veces lo que ves, es lo que tu piensas que existe o quieres ver. Cinismo. Mientras tanto la realidad en lo que pasa, actos.
La verdad es que no me sorprende que en la mayoría de los casos lo que parece ser el objetivo principal es el poder y algunos si pude ser «machacando» al contrario mejor.
Se olvida el objeto para el que sirve la política, de las gentes aunque no les cabe en la boca el aglutinar los pensamientos y voluntades de la mayoría de nuestro pueblo, cuando solo abarcan su ombligo.
Pudiera tener confianza en Sortu como en cualquier partido político, sin entrar lógicamente en la alineación con sus bases políticas en las que con algunos me encuentro muy lejos.
Pero está claro que Donatien, tu, tu no me das ninguna confianza.
Ninguna para una hipotetica responsabilidad de gobierno para con los conciudadanos.
Pero no pienses que ello signifique que me moleste conversar, discutir, etc contigo, ya que igual que es imposible coincidir en todo, lo mismo el no coincidir en algo, como he podido darme cuenta en muchas de mis lecturas de tus entradas en el blog.
Agur
Ja, ja, ja, Patxi Lipez decía hace unas semanas que entregaría gustoso el sillón de Lehendakari, si con ello traía la paz. No se lo cree ni el. No va salir de Ajuria Enea ni con agua hirviendo. Y la constitución de Sortu no va ser, desde luego, razón suficiente para que deje el pesebre, por mucho que sepa que ocupa un cargo con mas ciudadanos en contra que a favor.
Dice PPatxi LóPPez en la prensa de hoy que «Si yo dejo de ser lehendakari porque en este país hay paz y libertad, bienvenido sea. Por lo tanto, no voy a aceptar que nadie haga la más mínima insinuación sobre que el PSE hace cálculos electorales».
Yo no voy a hacer una insinuación, ¡Dios me libre! Voy a hacer una afirmación: PPATXI LÓPPEZ Y SU PARTIDO HACEN CÁLCULOS ELECTORALES PARA MANTENERSE EN AJURIA ENEA A COSTA DE LO QUE SEA, INCLUSO A COSTA DE LA PAZ SI ES NECESARIO.
Hay que tener desfachatez para decir lo que dice sin ruborizarse un ápice.
Una buena parte de la izquierda independentista vasca de los años setenta y ochenta, milita, hoy, en las filas del PSE o engrosan las filas del españolismo rampante que sobrevuela Euskadi. Mario Onaindía no fue el único que hizo el viaje, no. Hubo otros muchos, que le siguieron o le precedieron: Teo Uriarte, José Luis Aizpeolea, Elola, Patxo Unzueta, el consejero áulico de López, Unzalu Garaigordóbil, Kepa Aulestia, Juan Mari Bandrés, y un larguísimo etcétera. El único motor que les ha mosivo y les mueve es el odio al PNV. Lo fue cuando eran de la izquierda independentista y lo sigue siendo ahora que militan en la izquierda españolista, que no tienen más obsesión que la de perseguir y criticar al PNV.
Con los Arnaldos y Pernandos pasará igual. Al tiempo. kLos dos son hijos de militantes del PSOE y suspiran por pisar moqueta en las instituciones. No ven llegar el momento en el que puedan gobernar con los socialistas vascos siguiendo el modelo del independentismo catalán que apoyó a Montilla para quitarse de enmedio a CiU. Las izquierdas unidas para hacer juntas la revolución. Ja, ja.
¿Y qué ocurre con los independentistas de izquierdas que no acaban en los brazos del PSE? Que siguen afincados en el estalinismo. La reacción de Donatien es un ejemplo de ello: PÍSALO, PÍSALO, dice por mí. Ya sé que es lo primero que harían los estalinistas de SORTU si se hiciesen con el poder. Pisar a los militantes del PNV, empezando por los que ahora intentan seducir. Por eso desconfío de ellos. No me respetarán. Me pisarán con rabia hasta destruirme. Como hizo Stalin con los nacionalistas burgueses de todos los países sobre los que puso su bota militar.
Mentiroso Alderdikide,
Nadie de la izquierda abertzale se ha pasado al PSOE. Se han pasado al PNV un par de ellos (Urbiola en Alta Navarra, Montero en Vizcaya), pero… al PSOE? Ni un solo nombre.
Sabemos que del PNV se han pasado al PSOE unos, como Gebara o Joseb Arregi, eso sí.
Decir que ser de Euskadiko Ezkerra era lo mismo que ser de HB, como dices tú, es de bobos, de ignorantes profundos de la historia política vasca de las últimas décadas, o… de mentirosos.
Elige.
Takolo, tranquilízate ¿No te aconsejaron que hicieras yoga, meditación o que practicaras más sexo? ¿Sigues sin hacer ninguna de éstas cosas? Chaval así no puedes seguir. Hazte vegetariano, hippi o practica el amor libre, lo que quieras menos ser nacionalista radical, que se te está quedando una cara de amargado, de vinagre y de tonto que no hay quién te aguante. Tu último comentario es la mayor estupidez que he leído en años, te lo digo porque no creo que lo hayas escrito conscientemente. Haz el amor tántrico ése o hazte budista pero no sigas por este camino tan chungo.
Donatien:
¡Cómo os fastidia enfrentaros con vuestra verdad! Tanto criticar a los demás y vosotros lleváis en vuestro ADN el germen de la traición y de la claudicación.
No soy mentiroso y lo sabes pefectamente. De la misma cantera Polimili de la que salió Arnaldito Otegi (el gordo que se ocupaba de los secuestros) han salido destacados próceres del PSOE patxilopecista actual. No uno ni dos, sino una buena porrada de ellos. Esa es la verdad, lo quieras reconocer o no lo quieras. No sólo fue Mario Onaindía el que dio es salte. Junto a él, muchos otros lo hicieron también. El ejemplo más sangrante hoy en día es el de Andoni Unzalu que es Secretario General de Comunicación y no se cuantas cosas más en la Lehendakaritza de Patxi López. Andoni Unzalu ha pasado de odiar al PNV desde el abertzalismo progresistoide a odiar al PNV desde el progresismo españoloide. El caso es odiar al PNV animado por un catarro mental de tintes progresistoides. Es un camino que muchos han hecho ya y que otros seguirán haciendo en el futuro.
Arregi y Gebara se fueron del PNV al PSOE porque quisieron españolizar al PNV y no lo consiguieron. Por eso se fueron. El caso de Otegi y Unzalu, poli-milis los dos, es diferente. Unzalu y todos los demás (muchos, Donatien, muchos) se pasaron de ETA-EE al PSOE en nombre de la coherencia progresista, para guardar la coherencia izquierdista. Lo mismo que harán otros muchos en cuanto se les presente la oportunidad. Cuando dejen las pistolas y el apoyo a las mismas, se olvidarán de que una vez fueron abertzales y sólo les quedará un enganche izquierdoso amorfo anti-PNV. Al tiempo.
Para alderdikide:
No tienes que irte tan lejos, a los años 80, sólo con leer los estatutos de Sortu es bastante para ver lo traidores que son.
Son capaces de renegar de ETA y de lo que haga falta, así es la autodenominada izquierda abertzale ¡Menudas tragaderas tienen!:
http://www.elpais.com/articulo/espana/claves/estatutos/Sortu/elpepuesp/20110209elpepunac_37/Tes
-Para los que quieran saber dónde acabaron los de ETA PM y de donde viene el Otegi, aquí tienen ésto:
Donatien sigas tan embustero y mentiroso como siempre, no sé como tienes tan poca vergüenza de mentir con tanto descaro.
De todas maneras Alderdikide tú tampoco eres mejor que él, muchos del PNV han acabado en el PSOE, la traición la lleváis los nacionalistas en el ADN. Todos, incluidos los JEL ¿Pacto de Santoña, te suena? ¿Cuantos gudaris se pasaron a las tropas de Franco cuando cayó Bilbao?