
Representación gráfica de la Batalla de Matxitxako
En alguna ocasión anterior (ver, por ejemplo, el post titulado «La liberación de Euskadi y de los vascos» publicado en este blog el 2 de abril de 2009) he constatado las curiosas coincidencias que se producen entre el momento político que hoy vivimos en Euskadi y la situación que se vivió tras la ocupación de Bilbao por las tropas franquistas.
Hoy vuelvo sobre la cuestión. Y lo hago, sirviéndome de la peripecia histórica que vivió, en aquella época, un vasco muy singular; un oficial de la Marina, que fue capaz de conciliar la lealtad a Franco y a España, que sentía profundamente, con una impecable acitud de respeto e incluso sincera solidaridad hacia los vencidos de la Guerra Civil. Me refiero a Manuel Calderón.