La experiencia gubernamental que los socialistas y los populares han ensayado en Euskadi durante los últimos tres años y medio, ha constituido un rotundo fracaso. El experimento, que se nos vendió como el germen de una esperanzadora primavera vasca, ha resultado ser un fiasco. De hecho, no hay un solo indicador que autorice a realizar un balance positivo de su gestión.
En lo económico, sus resultados son pavorosos. Sin paliativos. El crecimiento ha sido negativo, la actividad económica ha descendido hasta niveles ínfimos, el consumo se ha desplomado, el desempleo se ha disparado, la recaudación se ha hundido, el déficit se ha descontrolado y la deuda pública se multiplicado por diez. Por mucho que se urge en las fuentes, será difícil encontrar en la historia política comparada, algún caso en el que la diferencia negativa entre el modo en el que el Gobierno encontró las cosas cuando se hizo cargo de los asuntos y el modo en el que las dejó cuando las urnas le obligaron a retirarse, sea tan abismal como en el de López.
En lo que atañe al autogobierno vasco, no se puede decir que su balance sea mejor. López prometió acometer una reforma estatutaria -inspirada, se nos dijo, en el famoso Plan Guevara- que enterró en un cajón cerrado tan pronto como Basagoiti le advirtió de que no le iba a tolerar el más mínimo devaneo en ese terreno. Pero es que, además, su gabinete tampoco ha destacado precisamente por el empeño que ha puesto en el desarrollo y la defensa de las cotas de poder previstas en el Estatuto ya vigente. Las transferencias de servicios que han tenido lugar durante este período no han sido, como se sabe, logros alcanzados por el Gobierno vasco, sino realizaciones del Grupo Parlamentario vasco en Madrid, que se los tuvo que arrancar a Zapatero -pese a las reticencias y hasta resistencias de Patxi López, todo sea dicho- a cambio de apoyar sus cuentas públicas.
Y, en fin, su labor en la defensa de las competencias estatutarias, ha sido igualmente deplorable. López quiere venderse ahora como una suerte de baluarte inexpugnable para la salvaguarda del autogobierno vasco, pero la imagen que desea proyectar es falsa. Su interés en ese terreno es muy reciente. Se remonta, como mucho, a la fecha en la que Zapatero fue sustituido por Rajoy en La Moncloa. En los años precedentes, no dio un solo paso para defender los poderes de Euskadi frente las invasiones competenciales del Gobierno central. Prefirió tener la fiesta en paz con sus superiores de Madrid, que esforzarse, como era su deber, en proteger el autogobierno vasco de los ataques promovidos por las instituciones centrales del Estado.
Basta un dato para respaldar con cifras lo que digo. Patxi López y Zapatero han coincidido como gobernantes -aquél en Ajuria Enea y éste en La Moncloa- entre mayo de 2009 y diciembre de 2011. Es decir, durante dos años y medio. A lo largo de este período, el Gobierno vasco no interpuso un solo recurso contra las normas y actos promovidos por el Gobierno de Zapatero. Ni uno solo. Sin embargo, otro presidente socialista, Josep Montilla, que encabezó la Generalitat hasta diciembre de 2010, interpuso, durante el lapso temporal en el que coincidió con López y Zapatero al frente de sus respectivas instituciones, nueve recursos. Donde López no veía -o no quería ver- vulneración alguna de los poderes atribuidos a Euskadi por el Estatuto de Gernika, Montilla, socialista como él, apreció en la actuación de Zapatero hasta nueve casos de posible invasión de las competencias catalanas. La diferencia es, como puede verse, ostensible. Y una vez más, deja en evidencia a Patxi López, poniendo al descubierto sus falsedades.
Pero donde el fracaso del experimento se hace más palpable, es en el ámbito de lo nacional-identitario. Esta semana han cobrado protagonismo las palabras pronunciadas por el ministro Wert en el Congreso de los diputados, afirmando que el objetivo principal de la reforma educativa que promueve consiste en la “españolización” de los alumnos catalanes. Es un exabrupto. Pero conviene no olvidar que, en 2009, cuando López y Basagoiti pusieron en marcha la estrategia de acumulación de fuerzas españolistas que llevó al primero a Ajuria Enea, Mayor Oreja reconoció con alborozo ante los medios de comunicación que lo que realmente se proponían con aquella iniciativa -más allá de los eufemismos, claro- era “españolizar la política vasca”. Ni más ni menos. Lo mismo que Redondo Terreros y él pretendieron años atrás, pero “de otra manera, con otra táctica, con más habilidad, aunque con menos convicción y probablemente con menos idealismo”. El entrecomillado es literal. Lo dijo Mayor Oreja en Radio Nacional.
Aunque fuimos muchos los que percibimos aquél paso como una agresiva iniciativa frentista, se nos dijo hasta la saciedad -y con un extraordinario eco mediático, por cierto- que el Gobierno presidido por López y sustentado por Basagoiti, iba a ser poco menos que la panacea que había de poner fin a las seculares divisiones identitarias que históricamente han fragmentado la sociedad vasca. Se nos habló con profusión de convivencia, de consenso, de integración, de transversalidad, de entendimiento entre diferentes, de oasis, etc. Demasiada palabrería huera. El resultado de lo que han hecho está a la vista. La actitud con la que socialistas y populares están afrontando esta campaña, -centrados, con más intensidad que nunca, en el escabroso juego de las identitades- constituye la más evidente prueba de su fracaso. Prometieron erradicar el debate identitario de la política vasca y hoy se presentan ante los electores, mostrando unas actitudes y unos lemas con los que dan por sentado que la meta que se propusieron alcanzar está más lejos que nunca.
Por un lado, López se erige en el dique de contención del tsunami soberanista. Increíble. ¿No nos había dicho que su Gobierno iba a acabar con los tsunamis identitarios? Al definir su papel acogiéndose a esta metáfora, ¿no está reconociendo de alguna manera que su empeño ha fracasado? Porque, si en la Euskadi de hoy hace falta un dique de contención para poner freno a las aspiraciones de una parte no desdeñable de la sociedad vasca, ¿a qué se ha dedicado él durante los últimos tres años y medio? ¿A calentar más la caldera? ¿A provocar? ¿A echar gasolina al fuego? Si la situación es tan alarmante como pretende hacer ver, ¿no es él quien la ha provocado con su manera de hacer las cosas durante la legislatura que afortunadamente concluye?
Por su parte, Basagoiti, que siempre se ha jactado de marginar las cuestiones identitarias y centrar sus discursos en los problemas reales del hombre de la calle, lleva varias semanas hablando, casi exclusivamente, de la “deriva independentista de Catalunya”. Ahora que se le presentaba una ocasión inmejorable para explicarnos cómo cree él que contribuirán a mejorar la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie, los despiadados recortes que Rajoy ha aplicado en la Sanidad, en la Educación, en los Servicios Sociales y en todas las inversiones previstas para Euskadi en las cuentas públicas del Estado -desde la Y vasca hasta el ESS Bilbao-, viene Basagoiti y no habla más que de la Diada y de Artur Mas. Como si los parados de Euskadi, los jóvenes vascos que tienen que emigrar en busca en un empleo y los autónomos que han tenido que cerrar sus negocios, se despertasen, todas las mañanas, sumidos en la angustia y sobresaltados por las iniciativas de la Generalitat. Su lema de campaña –“si no tú no vas, ganan ellos”- es la prueba más elocuente del fracaso que la experiencia gubernamental que compartió con López ha cosechado en el ámbito nacional-identitario. Justo ahora que el adiós de ETA a las armas nos ponía a los vascos ante el reto de construir un único “nosotros”, cohesionado e incluyente, capaz de conjugar el obligado respeto a las mayorías democráticas con la no menos obligada consideración a los derechos de las minorías y a los derechos individuales, viene Basagoiti a resucitar el fantasma de las dos comunidades y la agresiva dialéctica construída entre “ellos” y “nosotros”.
Pocas veces, en política, se expresa tan claramente el reconocimiento de un fracaso.
En el ABC de hoy, se publica una entrevista con Basagoiti, en la que el ínclito hijo de la banca dice que el peligro (se supone que de España y el españolismo) no es Bildu, sino Urkullu.
Eso es lo que le fastidia a EH Bildu. Que desde que dejaron las pistolas y subieron al carro a Garaikoetxea, nadie les toma en serio,
Una cosa es la libertad de expresión y otra hacer apología del racismo y la xenofobia. La semana pasada, en una emisora de radio un chalado que decía ser concejal del PNV se puso a soltar una perorata sobre Sabino Arana… en una democracia debería ser inconcebible que se reconozcan a personajes que cultivaron los más viles sentimientos como son la discriminación por motivos de raza o la intransigencia por razones de origen.
¿Para cuando una condena pública para rechazar el racismo y la xenofobia de Sabino Arana?
Invito a la reflexión, sobre el tipo de valores humanos que se pueden aprender de tan lamentable personaje…
Esto es un CHOLLO señores. Un autentico CHOLLO.
Los de Bildu vamos por la vida de demócratas radicales partidarios de dar siempre la palabra al pueblo. Herriak du Hitza. Herriari dagokio Erabakia. Ese es nuestro lema.
Pero en Gipuzkoa, donde hemos ganado las elecciones municipales y forales se han organizado un Monton de plataformas en contra del sistema de recogida de basuras que llamamos Atez-Ate. Algunas de ellas han conseguido más firmas, que votos tuvieron nuestras candidaturas en las elecciones municipales.
Pero no les hacemos ni caso, ja, ja, ja. NI CASO.
La mayoría Nos piden que organicemos una consulta popular para ver lo que quiere el pueblo. Herriak du Hitza, nos dicen. Herriari dagokio Erabakia.
Pero nosotros, a lo nuestro. NI CASO.
Les hemos dicho en privado que nos da igual en número de firmas que traigan, porque la decision está tomada. Nos han elegido para decidir, no para consultar. Ja, ja, ja.
Si eso lo dijera el PNV, les organizaríamos manifestaciones y llenaríamos las calles de pintadas contra ellos.
Pero nosotros hacemos lo que nos da la gana. Decimos Herriak du Hitza, pero cuando gobernamos, nos reímos de Herria y de su Hitza.
Y no pasa nada señores. No pasa nada.
Por eso digo que para Bildu, esto es un CHOLLO. Un autentico CHOLLO.
«Te invito a la reflexión» es uno de los furibundos falangistas que el dia de la hispanidad vinieron a Bilbao con bates de béisbol y puños americanos a invitar a la reflexión a los nacionalistas vascos para que se hagan españoles y canten el cara al sol. Son los mismos franquistas de siempre, de la unidad de destino en la universal, tiro en la nuca, paseo y cuneta.
Pero nunca lo conseguirán. Sus invitaciones a la reflexión son falsas. Solo quieren imponer el españolismo de charanga y pandereta de lo más cañí de de la piel de toro. A mí me da asco. Prefiero ser somalí que español.
Fracaso por un lado, falta de programa por otro (visto lo que han hecho… qué pueden prometer que resulte más o menos creíble)…
Lo más chocante del caso, es que gracias a que existe un partido democráticamente MADURO (con mayoría de edad) y responsable en el papel consciente que le toca desempeñar… EL PNV, obviamente, ha sido posible éste «oasis».
Si el PNV se hubiera dedicado a transmitir mensajes en el mismo sentido (pero en referencia al nacionalismo vasco) en el que lo hacen los representantes territoriales de los dos partidos mayoritarios de la nación… aquí se monta la de Dios es Cristo.
Viven de la crispación, de la provocación, … hace tiempo se quedaron sin argumentos…
Un país así, sin la mayoría de edad democrática cumplida, con unos partidos políticos en edad pueril y miembro de la UE debería tener prohíbido disponer de un ejército de la misma manera que hace falta un mínimo de madurez para poder votar o conducir… con mas razón debería existir un mínimo de exigencia para la libre disposición de tanques o misiles.
P.D: Se ha dado cuenta, Lehendakari, de que en las fotos de los carteles electorales Francisco Javier es el único que sale frente a un ordenador haciendo como que trabaja… (Dime de qué presumes y te diré de qué careces).
Pero lo mejor es el eslogan «estamos a lo que tenemos que estar»… Ya se ha visto, ya… a España (en detrimento de Euzkadi) o en tren por Nueva York… Éste se lo ha pasado bomba!!!
Esto va de reflexiones. Yo tambien os invito a una.
Lo que debería desaparecer de la faz de la tierra es un engendro como España, que se fundó, con los reyes católicos, mediante un odioso acto de xenofobia, como la expulsión de los judíos. España lleva ese acto fundacional de exclusion racista, preludio del antisemitismo hitleriano que daría lugar al holocausto, en lo más profundo de su ser. Los reyes católicos fueron el antecedente de Hitler. Expulsaron a los judíos para propiciar su exterminación. el III Reich fue un juego de niños comparado con la santa expulsión de los judíos. Luego vendrían los moriscos.
España fue además el quicio de la inquisición, de la persecución de los disidentes sociales y el alumno más aventajado del fascismo internacional, que duró la friolera de 40 años.
Hablar de España es hablar de intolerancia, intransigencia, dogmatismo excluyente, integrismo agresivo, inquisición, antisemitismo y fascismo. España debería desaparecer de la memoria del ser humano, porque solo irradia contravalores destructivos: autoritarismo, patrioterismo castrense, golpismo antidemocrático, odio y resentimiento.
Lo dicho, España debería desaparecer por el bien de la humanidad.
Tienea razón Josu. Lo que está haciendo Basagoiti con el diabólico juego de distinguir entre ellos y nosotros (yo estoy seguro de que para él soy ellos) es muy grave para la convivencia futura entre vascos. Muy grave. Si para sacar un escaño mas es necesario utilizar esa técnica disgregadora, que parece del doctor Mengele, es mejor quedarse al margen de la politica. Me parece repugnante.
Te olvidas Josu de una cosa que «SI » ha hecho este gobierno. Le ha cambiado el uniforme a la Ertzaintza , los ha vestido de tal manera que cuando los ves en un control o en otras oportunidades , parecen barrenderos o bomberos, salvo por las herramientas;estos no llevan pistola. Los ha » identificado » con la policia nacional y les ha quitado su sello de identidad.
Señor Erkoreka: Leídos algunos comentarios, me pregunto si son de su gusto. Desarrollar un artículo dedicándole tiempo, inteligencia y su puntito de demagogia para que le comenten las sandeces de rigor debe resultarle algo descorazonador. Que se trabaje usted el folio virgen y se lo sodomicen de esta forma cuatro tíos soltando paridas no se compensa con tener asegurados los votos de los susodichos. En fin, procedo: Anonimando, en el momento justo en el que le está haciendo efecto el laxante, empieza a farfullar con profusión de puntos suspensivos y paréntesis una serie de lucubraciones saltarinas e inconexas para, al final, soltar «Un país así, sin la mayoría de edad democrática cumplida, con unos partidos políticos en edad pueril y miembro de la UE debería tener prohibido disponer de un ejército de la misma manera que hace falta un mínimo de madurez para poder votar o conducir… con mas razón debería existir un mínimo de exigencia para la libre disposición de tanques o misiles». Que usted, señor Erkoreka, le eche un rato a su escrito y venga un tío a redactar medio folio en un minuto y le quede así tiene que molestar, no me lo niegue. Me recuerda al tipo que ganó un concurso de escritura rápida y cuando le preguntaron cómo lo consiguió contestó que es que se estaba meando. En el caso de Anonimando ha sido el laxante.
Por lo que se refiere a Borsalino, que en un alarde de presuntuosidad inicia su comentario diciendo que «esto va de reflexiones», no se puede demostrar más idiocia. La duda es si es congénita o adquirida. Hablar de la expulsión de judíos y moriscos como un acto de xenofobia de España que despejó las dudas de Hitler, como si en esos sucesos históricos no hubiesen participado sus antepasados vascos, que también colaboraron activamente en la conquista a lo bestia de América, demuestra una ignorancia supina o una flagrante estupidez. Precisamente viene al caso citar a Montaigne cuando dijo que «nadie está libre de decir estupideces. Lo malo es decirlas con énfasis». Acaba vomitando Borsalino que España debería desaparecer por el bien de la Humanidad. Un perfecto majarón.
Budelaire, que no Baudelaire, se agarra a la pareja Borsalino-Hitler y nos demuestra la correspondencia entre Basagoiti y el doctor Mengele para decirnos que a la hora de aglutinar, aunar, amalgamar y unir a la sociedad vasca, nadie como el PNV.
Espero que comprenda, señor Erkoreka, que acuda a su página sólo de vez en cuando y no todo lo que me gustaría, pero a mis 55 tacos leer a estos notas me revuelve la hemorroide y no vea cómo duele. Un saludo.
Arzuaga! Barrenderos o bomberos…????
Pues mira! Iba yo el Sábado por la tarde con mi amatxu por el arenal y me fijé que había dos flagonetas de txarainas descargadas. Los agentes deambulaban por la acera sin destino aparente… Y de repente, noto que mi madre me agarra fuerte del brazo y me susurra:
Nacionales??? Qué ha pasado???
Y le dije, tranquila ama que son txarainas lo que pasa es que Patxi les cambió la gorra y los distintivos del uniforme…
La mujer, que no se había fijado en las furgonetas, no daba crédito.
Otro objetivo conseguido, hemos pasado de Ertzantza a Tzarangaza, de que la policía genere seguridad a la ciudadanía al miedo y la confusión… No hay derecho!!
P.D: Y la del coche patrulla en nochevieja, con los agentes fumando, tirando la colilla por la ventanilla y a paso burra… (intentando montar un follón porque iban circulando y generando cola tras ellos) la dejo para otra ocasión. Sin comentarios!!!
Interesante artículo de Juan Ignacio Pérez sobre el interés de los partidos españolistas (PP, PSOE y UPyD) en mantener viva la división entre dos comunidades.
PÉREZ ESCRIBE SOBRE PÉREZ Y SOBRE LÓPEZ
UNO no decide dónde ni cuándo nace. Ni siquiera decide venir al mundo. El hecho de nacer, y el momento y lugar en que eso ocurre, no son sino puros accidentes biológico-geográficos. Es por eso que no acabo de entender que se pueda estar orgulloso de haber nacido aquí o allí. En mi caso ese accidente ocurrió en Salamanca, y aunque no orgulloso, sí me siento afortunado porque, al haber nacido en ella, visito con frecuencia una de las ciudades más hermosas que conozco.
En septiembre de 1970 mi familia, al igual que hizo mucha otra gente, se trasladó a Bizkaia en busca de oportunidades. Guardo en mi memoria las imágenes del día en que llegamos a Bilbao. Veníamos de la luz que refleja la arenisca de los soleados atardeceres salmantinos, y nos encontramos con la oscuridad de una ciudad contaminada, gris, inhóspita y fea.
Ese día, cuando fui consciente de que aquello era «para siempre», sentí una tristeza infinita. Pero los amigos que en seguida hice en Recalde, donde fuimos a vivir, y los estudios en el instituto recién inaugurado en aquel barrio, pronto curaron la tristeza y la nostalgia.
En todos estos años ni a mi familia ni a mí nos han preguntado, con ánimo de molestar o con intenciones aviesas, de dónde somos, y salvo algún rifirrafe anecdótico en la niñez, nunca nos ha recordado nuestro lugar de procedencia, con una excepción. Fue en la década de los ochenta; con ocasión de unas elecciones autonómicas cuya fecha no recuerdo.
En sendas cartas dirigidas a cada miembro de la familia, el señor José María Benegas -a la sazón candidato a lehendakari por el Partido Socialista de Euskadi-, se dirigió a nosotros, por escrito, haciendo mención de nuestra condición de inmigrantes, para pedir el voto para su candidatura porque, supuestamente, era el candidato que mejor defendería nuestros intereses frente al riesgo que supondría una victoria nacionalista. Aquella fue, hace casi tres décadas, la primera ocasión en la que alguien se dirigió a mí y a mis familiares para utilizar políticamente nuestro origen o condición foránea.
Dicen las crónicas que el candidato del Partido Socialista Patxi López, en un mitin celebrado en Barakaldo el pasado sábado, declaró que «todos somos igual de vascos» y que «nunca más vamos a bajar la mirada porque tengamos acento o apellidos diferentes». He recordado al señor Benegas y su carta al leer esas frases; me he acordado de los «vascos» a los que no les mandó la carta y de los «inmigrantes» a los que nos la mandó.
Estos días, casi treinta años después, otro socialista, con su alusión a los acentos y los apellidos, ha hecho que me acuerde de aquello y también que repare en mi apellido, ese Pérez que tanto se esfuerzan en recordarme los candidatos socialistas a lehendakari. Pues bien, sepan que en mi familia nadie ha bajado nunca la mirada por llevar el apellido Pérez o por tener acento de Salamanca. La mirada la bajan los que tienen algo de qué avergonzarse, como mentir, defraudar, ofender o cosas similares.
Y por cierto, no hace falta ninguna que me recuerden mi apellido: como puede comprobarse, firmo con él todas mis columnas.
(Deia, 13.10.12)
Lo siento Zapata!
La próxima vez que me haga efecto un laxante procuraré que no te pille debajo para que puedas brillar tanto como tus argumentos,..
Gracias por la lección, maestro!!!
https://josuerkoreka.com/2012/03/21/5512/
Parece que San Gregorio Ostiense te quiso bendecir… Por traer agua, ve Lehendakari, eso es lo que pasa!!
Cómo cree Basagoiti que va a mejorarnos la vida, aquí en la salvaje vasconia??? Pues como recomiendan sus superiores en Madrid… españolizándonos… aunque nos muramos de hambre. Es queeee….. qué preguntas!!
Lo que no se puede hacer es ser inmigrante o hijo de inmigrantes y votar a un partido étnico, nacionalista y xenófobo. O eres tonto o es que tienes el Síndrome de Estocolmo.
Tampoco creo que sea lógico ser obrero y votar a un partido de derechas… Pero ahí tenemos a muchos obreros votando a PNV o al PP, cuando son la más rancia burguesía.
Pero claro, siempre habrá mucho gilipollas en el Estado Español; como pasa con algunos charnegos que votan a ERC…
Es lo que tiene la democracia que cada uno vota a lo que le dá la gana, aunque sea un voto que va contra él y su familia..
Te invito a la reflexión
Tampoco es lógico vivir y trabajar en Euzkadi, pagar tus impuestos en Euzkadi para que luego ese dinero termine pagando sueldos de funcionarios murcianos.
Tampoco es lógico votar a partidos corruptos o sin ideas que lo único que desean es continuar la saga de la guerra de las estafas (Sta-far)… por lo de Star-Wars por si no se capta…
Y el último en salir, Núñez Feijóo, que agradece la confianza recibido a sus «vecinos»: «Los gallegos y gallegas han decidido que el PP de galicia gane clara y limpiamente las elecciones».
Sus compañeros de partido le otorgan un papel fundamental en el proceso que provocó el comunicado etarra del 20 de octubre de 2011 en el que los terroristas anunciaron el cese de sus crímenes. El lehendakari intentó sacar pecho, tras enterarse del texto, cuando se encontraba junto a empresarios vascos en Estados Unidos. Luego arrancó con celeridad con una ronda de consultas a la que invitó a Batasuna con la que recuperar protagonismo y recurrió al parlamentario Jesús Loza para que impulsar un perfil propio sobre el final de la violencia y el trabajo institucional por la convivencia.