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Archive for 2 de octubre de 2012

Siempre me ha fascinado la capacidad que históricamente ha acreditado y aún acredita el nacionalismo español para acuñar expresiones y formular reflexiones que sirvan para denostar con firmeza «el nacionalismo» -así, genéricamente expresado: «el nacionalismo»- sin que la agresividad de la descalificación le provoque a él la más mínima rozadura. Cada vez que escucho a alguien criticar airadamente «el nacionalismo», y hacerlo, además, en nombre de esa Gran Nación española que, para más inri, reivindica de inmediato como única, incuestionable, indisoluble, indivisible y algún otro epíteto esencialista, siento unas irrefrenables ganas de descubrirme y dedicar un sonoro aplauso al autor de tan elaborada y magistral muestra de cinismo.

López departe amigablemente con el nuevo presidente de la Comunidad de Madrid. Está claro que Ignacio González no sitúa a López entre las «amenazas territoriales»

El nacionalista español es, por definición, asimétrico. Condena «el nacionalismo» y le hace responsable de la gran mayoría de los estragos que han afligido a la humanidad a lo largo de los siglos, porque considera que él -o ella- no es nacionalista y, en consecuencia, no encaja en el concepto previamente denigrado. Es más, con el fin de evitar equívocos, se hace llamar no-nacionalista, por mucho que sus planteamientos políticos respondan milimétricamente a los de un nacionalista exacerbado.  Pero como los especialistas de la propaganda y de la comunicación recomiendan no definirse a sí mismo negativamente -es decir, resaltando lo que no se es, por encima de lo que se es- resulta cada vez más frecuente encontrarse con nacionalistas españoles que gustan de definirse a sí mismos como patriotas; eso sí, tras una larga digresión orientada a sentar la diferencia existente entre ambas categorías, sobre la base de cargar lo negativo sobre el «nacionalismo» y anotar lo positivo en el activo del «patriotismo».  Claro que, de poco servirá, a partir de ahí, argumentar que, etimológicamente, la voz «abertzale» -de aberri (patria) y zale (partidario)- significa «patriota». Hasta ahí podíamos llegar.

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