En este mes de abril se han dictado ocho sentencias del Tribunal Supremo, que desestiman otros tantos recursos de casación interpuestos por las comunidades autónomas de Castilla-León y La Rioja en relación con diversos pleitos suscitados por estas dos comunidades contra diferentes normas forales dictadas en 2005 por los territorios históricos vascos, con objeto de regular el Impuesto de Sociedades. Las ocho sentencias son desestimatorias. Lo que significa que avalan la capacidad normativa de los territorios históricos vascos para regular autónomamente esta figura impositiva. Una excelente noticia para los amigos del Concierto Económico.

Cartel anunciador de la manifestación que se celebró en Bilbao en 1978 para exigir la devolución del Concierto Económico suprimidos por Decreto de Guerra a Bizkaia y Gipuzkoa.
Como los recursos insistían en acusar a las normas forales impugnadas de no ser conciliables con el derecho europeo de la competencia, las sentencias descansan, en buena parte -no solo, pero sí en buena parte- sobre una argumentación que trae causa de la jurisprudencia dictada por el Tribunal de Justicia de la UE en relación con las regiones europeas dotadas con autonomía fiscal: básicamente la sentencia de 6 de septiembre de 2006, sobre las Azores y la sentencia de 11 de septiembre de 2008 sobre el régimen tributario y financiero del País Vasco.
Según estas dos sentencias -que han constituido hitos fundamentales en el proceso de legitimación europea del Concierto Económico- las normas tributarias dictadas por los entes subestatales, que entrañen una presión fiscal inferior a la existente en el Estado miembro correspondiente, no constituyen ayudas de Estado incompatibles con el derecho europeo de la competencia si cumplen un triple requisito:
a) Que el ente del que proceden sea una autoridad regional o local que, «desde el punto de visto constitucional, cuente con un estatuto político y administrativo distinto al del Gobierno central»
b) Que la norma en cuestión haya sido adoptada sin que el Gobierno central haya podido intervenir directamente en su contenido.
c) Que las consecuencias financieras de una reducción del tipo impositivo estatal aplicable a las empresas localizadas en la región no se vean compensadas por ayudas o subvenciones procedentes de otras regiones o del Gobierno central.
Los recurrentes han desarrollado un notable esfuerzo argumental para convencer al Tribunal Supremo de que los territorios históricos vascos no cumplen estos tres requisitos. Pero su empeño se ha centrado de manera especial en intentar demostrar que Euskadi no cumple el tercero. No es algo nuevo. Hace tiempo que los enemigos del Concierto Económico viven obsesivamente la idea de demostrar que el régimen concertado vasco constituye un privilegio soterradamente primado por los poderes centrales del Estado.
Pero el alto tribunal ha desestimado punto por punto todas sus alegaciones. Con claridad y determinación. Lo que no ha impedido, sin embargo, que las sentencias vayan acompañada por tres votos particulares firmados por los magistrados José Antonio Montero, Óscar González y Manuel Vicente Garzón.
En mi opinión, los argumentos de las sentencias resultan particularmente sólidos y contundentes cuando rechazan la acusación de que las instituciones vascas no cumplen el tercero de los requisitos exigidos por el Tribunal de Justicia de la UE porque disfrutan -según sostienen los recursos- de fórmulas encubiertas de compensación económica con cargo al Estado. En el fundamento que se refiere a este punto, el Tribunal Supremo señala que
«Aunque las manifestaciones de la Comunidad recurrente cuestionan la aplicación práctica de la Ley del Concierto, en lo que afecta al Cupo, no cabe desconocer que aspectos esenciales han permanecido invariables desde el primer Concierto y que han convivido con distintas regulaciones forales del Impuesto sobre Sociedades, en algunas ocasiones idéntidas a la del territorio común, lo que resulta incompatible con la idea compensatoria que pretende atribuirse al señalamiento del Cupo.
En definitiva, al ser el Cupo plenamente independiente de la recaudación en el País Vasco, una eventual merma de ésta sólo puede revertir en una reducción de los fondos disponibles para las Haciendas de la Comunidad del País Vasco para hacer frente a sus propios gastos»
Por lo que se refiere a la denuncia de que las normas forales impugnadas vulneran el principio constitucional de solidaridad, el razonamiento del Tribunal Supremo es, también, expeditivo:
«desde el momento que se confirma que las instituciones del País Vasco asumen las pérdidas de recaudación de sus medidas fiscales, sin que el coste haya sido trasladado al Estado, no cabe hablar de infracción del principio de solidaridad. Tampoco de los restantes principios invocados en cuanto han de ser entendidos desde las exigencias que impone la propia pervivencia de los sistemas forales reconocidos por la Constitución, debiendo reconocerse que lo que en realidad se cuestiona es la capacidad normativa de los territorios históricos, a pesar de establecer la normativa impugnada una regulación general de aplicación a todas las sociedades sometidas a la normativa foral»
Las sentencias, como se ve, son una refutación en toda regla de los tópicos habituales con los que los enemigos del Concierto Económico acostumbran a criticar el régimen concertado foral. Los amigos al Concierto Económico no deberían dejar de leerlas. El corolario es claro y contundente. : las normas forales de los territorios históricos vascos que atribuyen al Impuesto de Sucesiones un tipo impositivo distinto al vigente en el ordenamiento tributario de régimen común, ni constituyen ayudas de Estado incompatibles con el derecho europeo de la competencia, ni contradicen la obligada armonización de la fiscalidad vasca con la general del Estado, ni vulneran el principio constitucional de solidaridad.
Las que comento en este post se encuentran, probablemente, entre las últimas sentencias que dicte el Tribunal Supremo en relación con las normas forales vascas de carácter tributario. Lo que -un tanto impropiamente, sin duda- se ha venido a conocer en la opinión pública española como el blindaje del Concierto Económico (en este blog existen numerosas referencias al mismo), ha trasladado al Tribunal Constitucional la competencia para el conocimiento y resolución de los recursos que se interpongan contra esas normas. Ello no empece, sin embargo, para que debamos registrar como positivas las sentencias del Tribunal Supremo a las que se refiere este post, en la medida en que definen una línea argumental que, a mi juicio, se encuentra en la vía correcta. Las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE a las que antes me he referido, despejan, definitivamente, las dudas que durante mucho tiempo plantearon algunos en torno al encaje del Concierto Económico en Europa. Tras ellas, el conocido como blindaje atenuó los riesgos derivados de la excesiva judicialización a la que las comunidades autónomas vecinas habían sometido el régimen concertado vasco. Y hoy, el tenor de las sentencias dictadas por el Tribunal Supremo ponen de manifiesto que la singularidad del Concierto empieza a comprenderse y a asumirse de un modo bastante generalizado.
Buenas noticias, por tanto, para el Concierto Económico.
Fantasticas noticias Josu!!!
Por cierto, ¿Algo destacable de los tres votos particulares?
un abrazo
Carlos
Bueno, pues parece ser que el Tribunal Supremo (españolísimo él don de los haya) ha sido «bueno» esta vez muy a pesar de los tres miembros «díscolos» que tu te encargas de publicitar con nombres y apellidos.
Otra cosa, bien distinta, es lo que opinará sobre este asunto del «Concierto» (bonita palabra, si hablamos de música) la mayoría de los españolitos que lo sustentan con el pago de sus impuestos. ¿Sería una grosería por mi parte, alinearte fácilmente con uno de los dos bandos en el caso de tener distinta opinión mayoritaria (y yo me atrevería a decir que paradójicamente así es)?
La democracia tiene estas cosillas peculiares (¿minorías de calidad y mayorías plebeyas y viceversa?). Pero tal vez hacerse esta pregunta y otras sea más bien un ejercicio inútil sin más trascendencia si uno se limita a contemplar aquello del estado de derecho como lo menos malo de todo.
Demasiados políticos (de todos los colores), reconócemelo Josu, nos tienen (¿tenéis?) más que acostumbrados a que con demasiada frecuencia la cosa no sea así precisamente, y entonces es cuando se utiliza la pregunta no para saber la verdad, si no más bien como herramienta para conseguir otros fines bien distintos (incluso de dudosa ética) que, lícitos o no, traen a colación lo de que «los fines y los medios», para algunos individuos, es una cosa hartamente relativa, dúctil y manejable.
Entonces, cristianos o no, llevamos fatal lo de comulgar con las ruedas de molino indigestísimas que nos preparáis en el Hemiciclo (a modo de anécdota, me viene a la memoria lo de los 82.300 eurazos del retrato del Bono, y es que me pongo enfermo). De las que salen del Senado, con la que está cayendo… mejor me callo.
Saludos cordiales
Cuando repartieron café para todos hubo dos comunidades a las que, por mucho que se quejen, les dieron un expresso, mientras que el resto se tuvo que conformar con café americano aguado. Ahora se debería plantear de nuevo la cuestión a todos pero ofreciendo sólo expresso, café del bueno, bien cargado de Concierto Económico. Y al que no le guste el expresso, porque hay que ser capaz de saborear y apreciar su amargor, que beba agua y se disuelva como comunidad autónoma, porque el café americano, como las autonomías sin autonomía económica, es una imitación que sólo sirve para tirar el dinero.
Los vascos ya lo sabían en 1978. Como dice el cartel: «No hay autonomía sin conciertos económicos»
¿En dónde puede una persona humana descargarse una STS, recién cocinada, para su pausada lectura? Es que en noticiasjurídicas.com ( mi fuente de información predilecta para este tipo de cuestiones) todavía no la tienen…
Daniel ¿Sabes leer?
«En definitiva, al ser el Cupo plenamente independiente de la recaudación en el País Vasco, una eventual merma de ésta sólo puede revertir en una reducción de los fondos disponibles para las Haciendas de la Comunidad del País Vasco para hacer frente a sus propios gastos” (Sentencia del Tribunal Supremo)
¿Como es eso de que «los españolitos lo sustentan con el pago de sus impuestos»?
Que barbaridad…
«porque el café americano, como las autonomías sin autonomía económica, es una imitación que sólo sirve para tirar el dinero.»
Ramón, totalmente de acuerdo en cuanto a las autonomías de segunda clase. Ahora sería un buen momento para hacer replanteos, ¿tiene sentido esta absurda y carísima organización mastodóntica heredada de la Transición?
¿Fue un error sacar de la chistera este insalubre conejo autonómico para tratar de minimizar los inefables independentismos vasco y catalán a tenor de los resultados obtenidos después de tantos años?
¿Quien le pone el cascabel a este gato imposible?
En el hundimiento del Titanic (afecto a todas las clases, aunque bien es verdad que no a todas por igual) tuvo también consecuencias positivas, sirvió para introducir cambios legales en favor de eliminar hirientes agravios comparativos. Este barquito hispano aún no se ha ido al fondo del todo… ¿quizá lo más sensato sería mantenerlo a flote hasta llegar al “parto” europeo?
Es curioso que en Europa lo primero que se va perdiendo es la autonomía económica para ir haciendo la unión, y por aquí, esquizofrénicamente algunos se empeñen en remar en sentido contrario.
En la camada de este interminable parto gatuno hay un par de cachorros incómodos de compartir gatera con sus hermanos de segunda clase y que, partiendo injustamente de una inicial ventaja, van engordando insaciablemente sin parar en medio de la disputa felina ocasionada principalmente por el ansiado y escaso alimento. No sé, tendría mucha gracia que toda esta demencial gresca finalizase irremediablemente -confieso sin pudor que me daría un gran placer- en las fauces del intransigente feroz lobo europeo y por tanto acabara así de una vez con tanto sueño quimérico que va resultando más bien una delirante pesadilla: Algunos ciudadanos lo agradeceríamos un montón.
Saludos cordiales
Querido Carlos. Sí hay algo que comentar sobre los tres votos particulares. Las ocho sentencias de las que hablo en el post vienen acompañadas de una novena, que no menciono en la entrada principal porque afecta a una cuestión colateral de efecto temporal limitado. Lo curioso del caso es que, a pesar de tratarse de una cuestión materialmente distinta, los magistrados que firman los votos particulares, han reproducido literalmente sus razonamientos en esta sentencia, mediante un cómodo corta y pega, que sorprende al lector ingenuo, pero no al perspicaz. El acto de reproducir textualmente unas alegaciones concebidas para un caso concreto a otro supuesto completamente distinto, denota una pulsión que no sé si callificar de ideológica -o política, o partidista, o antivasca, no lo se- pero que, en cualquier caso, tiene poco que ver con la actitud que debe presidir la conducta de un juez que busca un pronunciamiento ponderado y racional.
Por lo que se refiere al comentario de Daniel, debo reconocer que no soy capaz de entenderlo muy bien. Intuyo que encierra muchos reproches, pero no alcanzo a comprender qué es exactamente lo que me reprocha: si el hecho de comentar una sentencia del Tribunal Supremo, del que yo nunca he dicho que sea «españolísimo», si el hecho de identificar nominativamente a los magistrados discrepantes, si el hecho de que la sentencia no esté en sintonía con lo que -supone Daniel que- piensan la mayoría de los españoles sobre el Concierto Económico (a los jueces no se les pide que dicten sentencia con arreglo a lo que piensan, sino con arreglo a lo que establece el Derecho positivo) o el hecho de compartir con otros políticos no se qué avieso y criticable hábito de confundir medios con fines para hacerlo todo mal etcétera. Admito que no soy perfecto. Tengo muchos defectos. Pero de ahí a que tenga que cargar con todos las culpas de todos males del mundo y de todos los malos políticos de ambos hemisferios… No lo sé. Como que me parece un poco excesivo, ¿no?
Un saludo a todos
cgegocheaga, no sufras. Es imposible conseguir que un español obcecado con España y antinacionalista vasco furibundo, pueda entender una cosa tan sencilla, si no respalda su esquema de la una, grande y libre. Sólo entienden lo que está de acuerdo con su idea. España es su parámetro, su medida y su patrón. Fuera de España todo es caos y anarquía.
Los españolitos no sustentan con el pago de sus impuestos, ni a su propio gobierno, que concede amnistías fiscales a los defraudadores.
Mila esker Josu!
Dice Daniel:
«Es curioso que en Europa lo primero que se va perdiendo es la autonomía económica para ir haciendo la unión, y por aquí, esquizofrénicamente algunos se empeñen en remar en sentido contrario».
Se nota que no tiene ni idea sobre lo que es el Concierto Económico y habla por hablar. Corrijo: no habla por hablar sino porque tiene que aprovechar cualquier circunstancia para criticar al nacinalismo vasco.
Lo que se está uniendo en EUropa es la politica presupuestaria y la monetaria. El Concierto no tiene nada que ver con ninguno de esos dos campos. Lo que no se está uniendo en Europa es la política tributaria. Ahí es donde despliega sus epotencialidades el Concierto Económico. Cuando toda Europa tenga un sólo sistema tributario (eso no lo veremos ni Daniel ni yo) desaparecerá el Concierto Económico y, con él, todos los ministerios de Hacienda de los Estados miembros. Pero hasta que eso no ocurra, el COnicerto Ecnómico seguirá teniendo sentido: nos permitirá a los vascos disfrutar del mismo autogobierno fiscal que cualquier Estado miembro.
Si la política fiscal no se unifica en EUropa no es por el nacionalismo vasco, sino porque no lo quieren los nacionalistas de Estado. Los españolistas como Daniel, por ejemplo, que sólo ven nacionalismo rancio en lo vasco, pero se congratulan de ser españoles.
cgegocheaga, lo malo no es mi escasa habilidad lectora, si no lo torpe que me muestro al no darme cuenta que lo del ansiado «Concierto» obedece a la inmensa generosidad euskalduna para con el resto de los españolitos ingratos e ignorantes ellos.
Es admirable esa filantropía nacionalista de la que haces gala. Me quito el sombrero y prometo hacer un cursillo acelerado de lectura. Mi inteligencia «española» (¿será cosa de la raza?) es que no tiene solución.
Saludos cordiales
«…no alcanzo a comprender qué es exactamente lo que me reprocha…»
Perdona Josu, lo sabes perfectamente, a otro perro con ese hueso.
Y seguidamente, como ya he hecho en alguna otra ocasión, no tengo ningún reparo en reconocerte el mérito de ser uno de los pocos (si los contamos con los dedos de un pie sobran partes) que podrían merecerse la generosa e hiriente jubilación comparativa que os habéis preparado (sin problemas en el consenso para ese asuntillo crematístico) en el Congreso.
Ya sabemos que nadie es perfecto, pero no te pongas tan estupendo exagerando tus defectos en una especie de falsa modestia. Si te comparamos con la mayoria de tus compas de la Carrera de San Jerónimo, sales muy beneficiado (¿en el pais de los ciegos…?).
En fin, una desgracia grande ese pequeño defectillo tuyo de empeñarte con tanta insistencia en ir bricolando «naciones» (siempre invento humano) hacia atrás en vez de ir desmontando «patrias» (aún más discutible invento humano) hacia delante. Una pena.
Saludos cordiales
[…] Josu Erkoreka bere blogean: El bombardeo de Gernika y la propaganda franquista /// Buenas noticias para el Concierto Económico […]
La «Solidaridad» según Daniel:
1.- Unidireccional; de Euskadi a España. Nunca al revés (permitir un referedum).
2.- Monetaria; eso de que solo de pan de no vive el hombre… no comulga con él.
3.- En el montante que ellos crean adecuado, no es que Euskadi no colabore económicamente es que debería aportar muchísimo más… porque 35 años después 5 o 6 autonomías sostienen 11 o 12 mas 2 ciudades autónomas.
4.- De duración ilimitada; o sea, «pa´siempre»
P.D; JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!
El problema Daniel, no es que tú seas un ignorante, que no lo es, el problema es que te pierde la necesidad de mirarlo todo desde la obsesiva perspectiva de un nacionalista español que busca motivos para ensalzar su patria, denostar al enemigo externo o interno, y encontrar culpables de sus desgracias colectivas. Los españolitos no pagáis una sola peseta a los vascos en virtud del Concierto. Ni una sola. Que no recibáis todo lo que os gustaría recibir de los vascos para sostener a vuestro Estado fallido, ineficiente e improductivo, es otra cosa. Pero dar, no dáis un céntimo. Y eso es lo que dicen las sentencias que cita Josu. Que si Euskadi pierde algo con el Concierto, no sale el Estado a cubrir el agujero. Si saliera, el Concierto sería contrario a la UE. Pero no sale. Por eso todos los tribunales dicen que los impuestos de Concierto no son ayudas de Estado. Esto se entiende fácil. Cualquier español lo puede entender. Otra cosa es que sea tan obsesivamente patriota que no lo quiera entender. Este último es tu caso.
La risa de Anonimando es contagiosa:
1.- ¿El referéndum lo hacemos independientemente por pueblos o por provincias (incluyendo a Navarra y a Iparralde)? jajajajajajajajajajaaja
2.- ¿En este post Josu habla de pelas o de la dudosa existencia de Jainco? jajajajajajajajajaja
3.- ¿Es la autonomía madrileña la que más aporta al estado? jajajajajajajajajajaja
4.- ¿Ha existido, existe o existirá algo “pa´siempre” que no sea Euskadi? jajajajajajajajaja
Hay procesos mentales que darían mucha risa si no fuera por que dan mucha pena.
Saludos cordiales
“Cuando toda Europa tenga un sólo sistema tributario (eso no lo veremos ni Daniel ni yo) desaparecerá el Concierto Económico y, con él, todos los ministerios de Hacienda de los Estados miembros.”
Burduntzi, así son las cosas: No pasa nada por que la misma moza con la que podemos bailar nos parezca fea o guapa en función del tamaño de la discoteca… ¿Coherencias de Cupido?
¿Alcohólica confusión mental pasajera?
¿Incurable esquizofrenia definitiva?
Saludos cordiales
Gracias, Daniel, por tus amables palabras: alcohólica confusión mental, incurable esquizofrenia definitiva… Ya sé que los españoles os ponéis muy agresivos cuando alguien cuestiona vuestra unidad indisoluble (hubo alguno que hasta dio un golpe de estado por ello) pero hay que ser un poco más tolerante, hombre. Si hoy no hay una hacienda única europea no es por el nacionalismo vasco. Es por que se resisten a ello los nacionalismos de Estado, como el español. El tuyo. Pero tu vienes aquí a cargar las culpas sobre el nacionalismo vasco con un lenguaje auto suficiente de españolito orgulloso de emparentar con Carlos II el hechizado. Ya somos mayores para que nos vengas con juegos infantiles.
Nada hombre. Si no te gusta el concierto económico (es evidente que no) ya sabes lo que tienes que hacer. Convencer a tus amigos españoles para que desaparezcan las haciendas de los estados miembros en favor de una unica hacienda europea. O mundial, lo mismo me da. Ello traerá de suyo la desaparición del Concierto. Lo que no se puede es criticar el concierto en nombre de Europa, mientras se calla a la hora de enjuiciar la actitud de los estados miembros de resistencia frente a la integración europea.
Ah! Y si me vas a volver a llamar borracho o esquizofrénico, mejor te ahorras el esfuerzo
¡No por favor! Daniel, no nos ataques otra vez con el rancio argumento de que Madrid es la comunidad que más aporta. No nos tortures con esa cantinela que huele a cabo furriel y a cabra de la legión. En la España centralista en la que todas las instituciones del Estado, todos los órganos reguladores, todas las empresas publicas y gran parte de las empresas privadas, españolas y multinacionales tienen su sede en la capital, Madrid no es la que más aporta. Es, sin duda alguna, la que más chupa del bote. Con diferencia.
Daniel dice:
(…)
4.- ¿Ha existido, existe o existirá algo “pa´siempre” que no sea Euskadi? jajajajajajajajaja (…)
Anonimando remite a enlace:
http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080312012630AAxh7hX (servida en bandeja).
Gracias Furundarena!! no lo había visto pero efectivamente… llevas toda la razón.
P.D: JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!JA!….
Dice Daniel que no tenemos derecho a decir que Euskadi es pa siempre. Claro que no. Por eso no lo decimos. Nunca decimos que Euskadi sea de siempre y pa siempre. La que es eterna es España. La elegida por Dios como martillo de herejes y como instrumento contra los judíos, los musulmanes y los luteranos. La ortodoxia. La contrarreforma. Felipe II. Fernando VII. Los cien mil hijos de San Luis. Esos sí que son valores eternos.
«Si hoy no hay una hacienda única europea no es por el nacionalismo vasco. Es por que se resisten a ello los nacionalismos de Estado»
Burduntzi, celebro que estés conmigo en que los nacionalismos son una cosa abyecta.
Perdón, quise decir todos los nacionalismos excepto el euskaldún… insólito caldo de cultivo de paz y filantropía como ninguno.
¡Gora «Dios y leyes viejas»!
Saludos cordiales
Daniel:
Constatar que el obstáculo que impide la constitución de una hacienda única europea no es el nacionalismo vasco, ni el concierto económico, sino el nacionalismo de los Estados miembros, no equivale a decir algo tan absurdo como que los «los nacionalismos son una cosa abyecta». Es como confundir la velocidad con el tocino.
La constatación es real. Las resistencias a la europeización de la hacienda proceden de los estados miembros y de su nacionalismo. Ese es un hecho incontestable. Yo no entro en si es bueno o es malo. Como tú querías echar la culpa al concierto económico, te respondo que no. Que primero, los nacionalistas españoles tenéis que mirar a vuestra propia casa y ser capaces de ver la viga de vuestro propio ojo.
Lo de que «los nacionalismos son una cosa abyecta», me parece una afirmación tan genérica e imprecisa que entra en el terreno de lo absurdo. Son tan diferentes las realidades que se agrupan bajo el nombre común de nacionalismo (no estoy hablando de nacionalismos de una nación o de otra, sino de realidades político sociales heterogéneas) que descalificarlo todo como abyecto tiene tan poco sentido como descalifir al ser humano por abyecto, o al universo como abyecto. Hay seres humanos excelentes y seres humanos abyectos. Con el nacionalismo ocurre igual. No es lo mismo reivindicar la preservación de una lengua, una cultura y una tradición ante el uniformizante mar de la globalización, desde el más escrupuloso respeto al diferente, que imponer una nacionalidad a sangre y fuego y contra la voluntad de las personas. No es lo mismo decir que las comunidades políticas en las que se encuadran las personas se definirán con arreglo a parámetros democráticos, siguiendo su voluntad expresada en las urnas, que afirmar apodícticamente que una determinada nación es «una unidad de destino en lo universal», digan lo que digan los ciudadanos de a pie. A todo se le llama nacionalismo, pero bajo el mismo nombre se agrupan cosas muy diferentes.
Un saludo y gracias por no llamarme borracho
«Hay seres humanos excelentes y seres humanos abyectos. Con el nacionalismo ocurre igual.»
Burduntzi, algunos pensamos que los seres humanos no somos ningun invento (ni siquiera divino), los nacionalismos si. Se dice que las comparaciones suelen ser odiosas, la tuya ridicula.
Lo siento, sigo pensando que hay frutos humanos detestables que hay que ir erradicando, y los nacionalismos son un invento (tambien el español) abyecto e insolidario que ha traido, trae y traera genericamente a la humanidad muchas mas lagromas que sonrisas.
Claro que partiendo de aquello tan exquisito de que Jainco es el unico Dios verdadero ¿que cabe hacer con el resto de las falsas deidades?
Sabes perfectamente que no te he llamado borracho en sentido literal, otra cosa es que desgraciadamente el alcoholismo tenga una solucion mucho mas factible que el nacionalismo.
Saludos cordiales