Todos los cargos públicos son requeridos, estos últimos días, para rememorar aquél fatídico 11-S en el que se produjeron los ataques a las torres gemelas de New York y relatar dónde se encontraban en aquéllos momentos, qué hacían y cómo reaccionaron ante las noticias que daban cuenta de los letales acontecimientos. A mí no me lo han pedido, pero no he podido resistirme a la tentación de hacer, también, un ejercicio de retrospección. Y no me ha hecho falta mucho esfuerzo memorístico para recordar que aquella tarde me encontraba en el Congreso. La primera noticia -todavía imprecisa- nos llegó a los diputados del Grupo vasco, cuando acabábamos de comer en el restaurante La Ancha, donde nos reuníamos todos los martes para comentar la situación política y departir sobre el pleno que comenzaba a las 16,00 horas de la tarde. Fuertemente impactados por aquella información, nos levantamos de la mesa unos minutos más tarde, para tomar posiciones en el hemiciclo de cara a la sesión plenaria, que dio comienzo a la hora haabitual
Corrían los tiempos de la mayoría absoluta de Aznar. Como era habitual, la apisonadora parlamentaria de los populares pasaba inmisericorde por encima de las iniciativas ajenas. La composición de la cámara era algo más plural que en la actualidad -frente a los siete grupos parlamentarios que había entonces, hoy tan sólo están registrados cinco; y el grupo mixto daba cobijo a seis formaciones, frente a las cinco que hoy lo componen- pero la resultante del trabajo parlamentario no reflejaba en absoluto esa mayor pluralidad. CiU tenía quince diputados. IU sumaba ocho y tenía grupo propio; muy sólido, por cierto. Es innegable que el hemiciclo tenía más colorido. Pero a la hora de la verdad, la mayoría absoluta de Aznar lo aplastaba todo. Sólo dejaba margen para hacer testimonialismo y protestar. Incluso la discrepancia se tornaba problemática frente al poderosísimo aparato mediático que el Gobierno tenía a su disposición.
Esa tarde debatíamos una Proposición de Ley suscrita por el BNG, en la que se planteaba una reforma de la Ley reguladora del régimen electoral general, con el fin de poner orden en el voto de los residentes ausentes. Los escándalos detectados en Galicia, con ciudadanos emigrados a Iberoamérica que continuaban censados a los 130 años o seguían votando varios lustros después de su fallecimiento, aconsejaban una profunda revisión de la norma vigente. La iniciativa fue defendida por Carlos Aymerich, un profesor de Derecho Administrativo, cuyas exposiciones solían ser claras y contundentes. Tras su intervención, la presidenta de la cámara, Luisa Fernanda Rudí, preguntó si algún portavoz deseaba intervenir para fijar posición. En aquel momento reinaba el desconcierto. Las noticias que llegaban a través de los medios eran confusas, pero alarmantes. Literalmente increíbles. Como en el hemiciclo no disponíamos entonces de ordenador -la instalación de monitores en los escaños data, si no me equivoco de la presidencia de Manolo Marín- no disponíamos de más fuente informativa que la telefónica. Y el boca a boca, claro está. Y tanto aquella como esta, suminstraban datos imprecisos, fragmentarios y chocantes que nadie sabía exactamente si se debían de situar en el terreno de la realidad o en el de la ficción.
En aquella legislatura era portavoz de mi grupo en la Comisión Constitucional y era a mí a quien correspondía intervenir para fijar posición en relación con la iniciativa que planteaba la reforma del régimen electoral. Pero el desconcierto reinante me distrajo. Sólo cuando ví que tomaba la palabra Luis Carlos Rejón -portavoz de IU en la misma Comisión- me dí cuenta de que se me había pasado el turno. No era el único. Tampoco había intervenido el portavoz de Coalición Canaria había pedido la palabra. El hemiciclo y los pasillos circundantes era un hervidero de conversaciones, rumores y especulaciones. Algo grave debía estar ocurriendo, pero nadie sabía exactamente qué.
Aunque tarde, levanté la mano para solicitar clemencia. La presidenta me miró e hizo un pequeño gesto de reproche. Pero ella, como todos los que estábamos allí, era consciente de que los focos de atención -tanto en el hemiciclo, como fuera de él- estaban proyectados hacia New York. Finalmente accedió a mi petición y mis primeras palabras -que acabo de rescatar del Diario de Sesiones– fueron para dejar patente el desconcierto del momento: «Gracias señora presidenta. Le agradezco, especialmente en este caso, su cortesía, porque el tema fundamental de conversación que los medios de comunicación han puesto encima de la mesa ha sido la causa de mi despiste y de que no pidiera en tiempo y forma autorización para intervenir. Muchas gracias, por tanto». A continuación expresé mi apoyo a la toma en consideración de la Proposición y, una vez concluida la intervención, regresé al despacho para encender la televisión y conectarme a la red, donde pude calibrar la dimensión de lo que estaba sucediendo. Las espeluznante imágenes que ofrecían las cadenas, me dejaron estupefacto.
Luego vinieron las reacciones de los EEUU y de la comunidad internacional y la puesta en marcha de la operación Libertad Duradera, que se activó en cuestión de semanas. Pero eso trasciende ya el recuerdo del 11-S.
A mí tampoco me ha requerido nadie confesión alguna soobre dónde, con quien y qué estaba haciendo el día «D» a la hora «H» pero por acompañar al collage de recuerdos que pueden surgir aportaré mi vivencia:
Aquel día estaba en Vitoria con dos amigos que tenían que hacer algo de papeleo. Cuando terminamos fuimos a visitar a un colega emprendedor de uno de ellos que acababa de abrir un cyber. Vimos las imágenes de pasada pero todos creímos que se trataba del trailer y algún fotograma de algún próximo estreno cinematográfico. Fue al llegar a casa cuando me quedé blanca al ver la noticia repetida una y otra vez, especialmente por Matias Prats en directo cuando el segundo avión se estrelló contra la segunda torre.
Yo estaba en Gernika.
Gracias, Garitano
Gracias, Izagirre
Gracias a vostros Kutxa Bank será un Banco Público vasco, y no un banco privatizado y particular como quería el PNV.
Gracias a vosotros Kutxa Bank invertirá el 30% de sus beneficios en Obra Social de modo permenente indefinido, no solo por 3 annos más como pretendía el PNV.
Gracias de toda Euskadi. Para eso se os elegido. Muy bien.
Gracias, Bildu, por no poner peaje en Etxegarate, de acuerdo a lo que propusisteis en la campana electoral.
Poner peaje como Olano y el PNV en general tenían planeado, poner una aduana de facto entre Nafarroa y Gipuzkoa, al tiempo que nos hacen pagar millones de Euros para comunicarnos más aún con Madrid con el AVE espanol que en estos momentos los obreros ucranianos y portugueses construyen a marchas forzadas entre accidente laboral mortal y accidente laboral mortal para las sociedades espanolas de Koplowitz, Pérez y Entrecanales, hubiera sido, además de un insulto, el colmo del antiabertzalismo.
Bildu, jarraitu horrela, mesedez.
En ese momento estaba fregando los platos cuando ví la noticia que llegaba a la televisión, me quedé pasada y no pude quitar los ojos de los especiales informativos hasta que se cayó la segunda torre. Entonces lo único que pensé «donde las dan las toman».
Los americanos piensan que ellos son las únicas víctimas del terrorismo y no se dan cuenta de que son también los primeros terroristas que bombardean paises generalmente por temas económicos, casi siempre el petróleo, causando miles y miles de «víctimas colaterales» que nunca reciben homenajes.
Viva Garitano
Viva Izagirre,
Seguíd manteniendo colgada la bandera Española en las instituciones cuyas poltronas ocupáis. Seguid rindiendo honores a la insigne rijogualda que Franco impuso en lugar de la tricolor republicana.
Seguid haciendo la ola la Patxi López.
Seguid haciendo de la necesidad virtud,
Seguid claudicando de vuestras posiciones intransigentes. Hace unos años dijísteis que NO a una fusión plena de cajas que planteaba una caja vasca única, sin contaminación bancaria alguna, porque no entonces no existía la posibilidad de que las cajas abrieran fichas bancarias. Se unieron en la negativa a los españolistas de PSOE y PP. El propio Donatien dijo en más de un blog que no era partidario de la fusión de cajas vascas. Típico de los marxistas vascos. No, no y no. Ahora, GARITANO E IZAGUIRRE han dicho que SI, a una fusión fría con ficha bancaria. Mucho menos que lo que hace unos años despreciaron. Hasta la propia LAB ha alucinado del cambio de criterio. El mismo día en el que los neoespañolistas Garitano e Izagirre hacían publico su apoyo a KUTXA BANK, se publicaba una entrevista con el responsable de LAB en la Kutxa donde se decía que la fusión fría suponía una «andanada contra el sistema financiero vasco». Hay que joderse. Y Bildu a firmarla.
Seguid así, Garitano e Izaguirre.
Gracias Bildu por hacer pagar la OTA a todos los trabajadores y universitarios de Donosti, a trabajar a Zuatzu hay que ir todos los días… sin fundamento!
Gracias, Bildu, por incendiar medio Bilbao en un acto de kale borroka que se produce el mismo día en el que los presos de ETA dicen que apuestan por la paz. Gracias por demostrarnos que las lágrimas de cocodrilo de los presos no son creíbles y que pensaís seguir ejerciendo la violencia en aquellos lugares en los que no os den la razón.