Hace unos días el museo Guggenheim de Bilbao clausuró una magnífica exposición sobre pintores flamencos de la edad de Oro, que ha permanecido en la pinacoteca durante varios meses. La muestra pictórica, amplia y selecta, no incluía, sin embargo, una obra del pintor Jan Steen que siempre me ha llamado la atención. Se trata de un lienzo en el que el artista representa un conjunto de personas equilibradamente distribuidas en una sala, ejecutando una pieza musical. Se titula Concierto en familia.
Aparentemente, el cuadro transmite armonía y normalidad. Cada miembro de la familia sostiene en sus manos un instrumento y el gesto pacífico y relajado que todos ellos exhiben permite suponer que en el grupo reina la concordia y que la melodía resultante del conjunto, destila armonía y lirismo por los cuatro costados. Del concierto familiar, afectuoso y fraternal, emerge la eufonia. De la concordia entre los seres humanos, surgen las grandes realizaciones personales y colectivas.