Esta semana, el Congreso de los Diputados dará el primer paso por el sendero parlamentario que conduce a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2010. En el pleno del jueves se someterá a debate y votación el cuadro macroeconómico sobre cuya base pretende diseñar el Gobierno las cuentas públicas para el año que viene. Su aprobación es imprescindible para que el Ejecutivo pueda elaborar el proyecto de Presupuesto que remitirá a la cámara a finales del mes de setiembre.
¿Con qué apoyos cuenta el Gobierno para hacerlo?
Doy fe de que los diputados socialistas llevan ya algunos días mendigando apoyos a diestro y siniestro. A unos les piden el voto favorable apelando a la complicidad que debe existir entre las izquierdas. Con los otros se deshacen en elogios, mientras imploran ayuda y comprensión en nombre de España y de la obligada solidaridad patriótica. A los de más allá les ponen el brazo sobre el hombro, para rogarles, amistosamente, que respalden el proyecto a cambio de inversiones y beneficios económicos para los territorios en los que fueron elegidos.
El hemiciclo es un mercado. Parece un zoco oriental. El socialista del maletín se pasea sonriente por los escaños, prometiendo compensaciones por aquí y por allá. Parece una tómbola andante. Garantiza lo imposible a cambio de un voto a favor del Gobierno. Nunca le falta un compromiso adaptado a las circunstancias. Dice a cada uno lo que quiere escuhar, prometiéndole, frívolamente, lo que sabe que quiere recibir. Recurre a los argumentos más inverosímiles para seducir a sus incautos interlocutores.
Resulta difícil vaticinar a priori lo que ocurrirá el próximo jueves cuando se someta a votación el cuadro macroeconómico elaborado por el Gobierno. Me cuesta creer que los socialistas puedan reunir los 7 votos que necesitan para su aprobación por mayoría absoluta. Y si lo logran, será a base de meter en la misma coctelera los brevajes más heterogéneos: Navarristas, comunistas, verdes, nacionalistas canarios, etc. Ya he comentado alguna vez la risa que me produce su angustioso peregrinar a la búsqueda del voto perdido, cuando les veo solicitar, simultáneamente, el apoyo de UPN y de Na Bai.
Pero también podría ocurrir que el Gobierno jugase con la abstención de alguno o algunos Grupos Parlamentarios, para sacar adelante su propuesta. La abstención es, siempre, una actitud menos comprometida que la del voto favorable y, por tanto, más fácil de lograr por parte del Gobierno. Un ejemplo. Si los diez diputados de CiU se abstuviesen -es, insisto, sólo un suponer- a los socialistas les bastaría con el apoyo de los dos diputados de Coalición Canaria para salvar el trámite.
Atención, por tanto, a los escarceos que puedan tener lugar en el hemiciclo a lo largo de la semana. El panorama parlamentario de los próximos meses dependerá, enparte, de lo que en los próximos días suceda en la carrera de San Jerónimo.
Ojala que no aprueben los presupuestos. Seria el primer golpe duro a ZP. Ya veremos las exigencias del PP en Euskadi para aprobar los presupuestos de loPPez, pero como dice Ibarretxe, gerokoak gero.
Con esta gente esta claro que no puedes darles la espalda. Creo yo que cualquier pacto que se pueda alcanzar con los socialistas en un futuro lejano a de ser al contado, nada de fiar!!!!
Si se incluyó esa partida presupuestaria para el centro de investigación de Bilbao, me imagino que sería con el respaldo del PNV. Se me ocurre la siguiente pregunta, ¿a dónde ha ido ese dinero o irá? Si fuese el PNV no les daría mi voto. Está claro que con la negativa no puede uno rascar una competencia para Euskadi.