Dentro de su amplia producción lírica, el poeta madrileño José Bergamín dejó escritos unos versos alegóricos, en los que aludía al retroceso que la lengua griega experimentaba en Europa -en beneficio, por cierto, del inglés de acento americano- para simbolizar la progresiva degradación que advertía en las esencias históricas y culturales del viejo continente.
“Europa no habla griego, que habla gringo
creyendo que está hablando el europeo:
babélico balido y balbuceo
que se americaniza de vikingo”