Hace ya algún tiempo que Patxi López se encuentra de campaña electoral. Una campaña -huelga decirlo- generosamente «autofinanciada» con el dinero de todos los vascos. Desde el momento en el que decidió que el apoyo del PP -sin el que nunca hubiese llegado a Ajuria Enea- le resulta más un lastre que una ayuda, no ha abandonado por un solo minuto la pose electoral. Y eso, claro está, le obliga a zaherir, día sí y día también, a los mismos que hace tres años le auparon al sillón de la presidencia, con una puesta en escena preñada de besos, abrazos, toques de clarín, redobles de tambor y ondear de enseñas rojigualdas. Como dice el refrán, de bien nacidos es ser agradecidos. Y Patxi López, hijo de sindicalista de la margen izquierda, jamás olvidará el favor que le hicieron los chicos de Neguri.
Entre los cientos de actos de tufo electoralista que colman su agenda, Patxi López optó hace unos días por enviar una carta pública a Rajoy, en la que hacía votos por el mantenimiento del sector naval. Según difundieron las agencias -que, como suele ser habitual entre los socialistas vascos, tuvieron conocimiento del contenido de la carta antes de que esta fuera leída por el propio Rajoy- López pedía en la misiva «la habilitación urgente» de un régimen de tax lease que tenga la consideración de «no ayuda» y se comunique como tal a la Comisión Europea. Al leer la noticia, cualquiera que desconociese los antecedentes podía haber pensado que se trata de un problema de nuevo cuño al que el mandatario vasco -que todo se lo debe al mismo PP que ahora refuta- presta diligente y cuidadosa atención tan pronto como tiene conocimiento de su existencia. Nada, sin embargo, más lejos de la realidad. Como ya hice notar en un post anterior ( Cfr. «Sobre el futuro de nuestros astilleros«, publicado en este blog el 21.02.12) esta cuestión que, al parecer, ha pasado a formar parte de la agenda preelectoral de Patxi López, se planteó hace aproximadamente un año, cuando la Comisión Europea acordó iniciar un expediente de investigación en torno al sistema de tax lease vigente en el Estado español. Pero en aquel momento, el Gobierno central estaba en manos de Zapatero. Y no era cuestión -claro está- de que Patxi López se dedicase a meter el dedo en el ojo a su secretario general. ¿O es que alguien se creyó aquello de que defendería Euskadi aunque ello le llevase a enfrentarse con su propio partido? El presidente gallego, Núñez Feijoo, ya se hizo cargo del asunto. Y el Grupo Parlamentario vasco presentó, también, por boca del diputado Pedro Azpiazu, una interpelación sobre el asunto que fue respondida por la entonces vicepresidenta Elena Salgado. El tema, como se ve, estuvo presente en la agenda política de todos los que quisieron preocuparse por él. Pero Patxi López no mostró el más mínimo interés. Es lógico. No había decidido aún dar inicio a su campaña.