Múltiples voces, de las más diversas procedencias, vienen insistiendo, en estos últimos días, sobre la imperiosa necesidad de acatar la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional en relación con el Estatut. Unas y otras repiten hasta la saciedad la fatigosa cantinela del Estado de Derecho, el imperio de la ley, las reglas de juego, el papel esencial de los jueces, la imparcialidad de los tribunales, etcétera, etcétera. Nada tengo que objetar al hecho de que ese discurso candoroso y «correcto», venga formulado por teóricos del abstracto o gentes de la Academia que están obligadas a mantener la compostura. Pero el relato buenista e ingenuo no me parece tan admisible cuando lo escucho de boca de los que se han pasado los últimos años maniobrando arteramente para asegurarse que el Tribunal emita el juicio más favorable posible a sus respectivas posiciones políticas. Me parece un acto de cinismo supremo que, quienes han desarrollado todo tipo de esfuerzos para poner en el Tribunal a sus amigos más dóciles, cambiar las reglas de funcionamiento interno, impedir su renovación en tiempo y forma, recusar a los desafectos, presionar a los magistrados con artes burdas o sutiles y propiciar toda suerte de enjuagues y manipulaciones, se pongan ahora solemnes y nos exijan a todos los que hemos asistido perplejos a tan penoso espectáculo, que respetemos a pies juntillas el fallo dictado y dejemos de ver en el alto tribunal -permítanme la ironía- la escandalosa gallera en la que el PSOE y el PP han venido midiendo la fortaleza de sus respectivos espolones político-judiciales. Me resisto a dar por buena semejante pretensión. Si ayer, el Tribunal Constitucional era tan sólo un tablero -uno más- para que los socialistas y los populares echasen sobre él uno de sus inveterados pulsos político-partidistas, no puede ser que hoy, ese mismo Tribunal se haya convertido en un órgano digno del máximo respeto, cuyos veredictos, cargados de auctoritas y buen sentido, han de ser asumidos sin rechistar por las instituciones y los ciudadanos. Una reyerta partidista es, siempre, una reyerta partidista, aunque quienes participan en ella se presenten en el campo de batalla ataviados con toga y puñetas. La indumentaria negra y las formalidades jurídicas no alteran el sentido último de la confrontación.
Pero la sentencia es toda una cantera de acontecimientos chocantes y curiosos. Según parece, no todos los que nos exhortan a acatarla comparten la misma idea sobre lo que significar acatar las resolulciones de un tribunal. Veamos algunos
Como en otros muchos ámbitos, el PP actúa, en este terreno, con bastante coherencia. Siempre ha considerado que el Tribunal no es más que un cuadrilátero al que tiene que hacer subir sus púgiles más obedientes. Y si es posible, además, que estén bien dotados para el quehacer jurídico. Pero esto último no es tan importante. A partir de ahí, su actuación suele ser bastante congruente. Aplica al combate las reglas más duras y a su término, celebra, como puede, los triunfos que ha sido capaz de cosechar.
Pero los socialistas son, también en esto, un punto más rebuscados y sinuosos. Dicen una cosa y hacen la contraria. Y en ocasiones, hasta dicen y hacen cosas contradictorias. No hay quien les siga. Una vez dictada la sentencia sobre el Estatut, proclamaron a los cuatro vientos su voluntad ue acatarla. Hasta ahí, lo previsible. Pero a renglón seguido reconvinieron severamente a los populares por haberse atrevido a expresar su satisfacción por el fallo. «No se pueden mostrar satisfechos -decían- porque el Tribunal no les ha dado la razón». ¿En qué quedamos? ¿Qué esperaban que hicieran los populares? ¿Declararse insumisos? Ya sé que son capaces de hacerlo, pero no era el caso. La sentencia -aunque no fuera más que en parte- les había dado la razón. Que esa parte fuera pequeña, en nada cambia las cosas. Imagínense que alguien pretendiese suprimir el artículo 1-2º de la Constitución española -donde dice que «la soberanía nacional reside en el pueblo español»- y el artículo 1 del mismo texto, en el punto en el que afirma que la Constitución «se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos lso españoles». Sólo se trataría de dos cambios puntuales en un extenso texto de 169 artículos y varias disposiciones complementarias, pero ¿alguien se atrevería a decir que es irrelevante sólo por eso? Me temo que no. Todo lo contrario, la escandalera sería de aupa.
Pero sigamos con el relato. Un día después de reñir a los populares por hacer pública su satisfacción con la sentencia, anunciaron que promoverían reformas legislativas para neutralizar sus efectos y garantizar la integridad del texto declarado inconstitucional. Con lo que uno ya no entiende nada. ¿Cómo se llama a eso? ¿Acatar la sentencia o defraudarla?
Todo esto ocurre sin salir del ámbito de los socialistas del PSOE. Pero si nos abrimos a la banda vasca y catalana, las sorpresas son mayores aún. Mientras los socialistas hispanos expresaban su alegría por el sentido del fallo, Montilla, socialista catalán, hacía pública su indignación y anunciaba su participación en una magna manifestación que recorrerá las calles de Barcelona en protesta por la agresión que la sentencia supone para las aspiraciones de autogobierno de Catalunya. Más aún, en un pueblo de Girona llamado Port de la Selva, los ediles socialistas apoyan una moción que declara al municipio «moralmente excluido del ámbito de la Constitución», en un «gesto consciente de afirmación nacional y democrática respuesta a una sentencia humillante». No sé -lo digo en serio- si todo ello es conciliable con arreglo a criterios de coherencia. Los socialistas se sienten satisfechos, indignados o humillados, según la zona del territorio en la que habiten. Los primeros aplauden -aunque planean defraudar la sentencia-, los segundos se manifiestan y los terceros se declaran «moralmente excluidos».
Pero las cosas no concluyen aquí. El presidente vasco, Patxi López, discrepaba de Montilla y consideraba que la sentencia es buena. Más que buena, excelente. Plenamente satisfactoria, vamos. Eso sí, no quiere para él una sentencia semejante. Es buena, sí, pero para Montilla. No para él. Él prefiere no promover una reforma estatutaria en Euskadi. Lo prometió en numerosas ocasiones, pero ahora prefiere no hacerlo, no sea que tenga que enfrentarse a un recurso de inconstitucional interpuesto por su propio «socio preferente» del Gobierno.
Por otra parte, es posible que Montilla recorra las calles de Barcelona junto a una pancarta que diga: Nosaltres decidim. Som una nació. López no haría eso, ni loco. El grito de Basagoiti haría que se le tambalease la silla sobre la que descansan sus posaderas, y no es cuestión de poner en solfa, por un mero capricho, las elevadas cotas alcanzadas en la jerarquía institucional del país. Pero también podría ocurrir que Montilla no tuviera que posar junto a la pancarta citada. De hecho, ha asegurado que prefiere hacerlo junto a la senyera: «No me imagino -ha dicho- ninguna pancarta que pueda acoger más sentimientos de manera transversal que la bandera de nuestro país». Pero López, que tan de acuerdo está con la sentencia sobre el Estatut, tampoco sería capaz de hacer esto. Manifestarse junto a la ikurriña incumple la Ley de banderas. Y además, no sería del gusto de sus socios preferentes, los populares, a los que López entregó hace un año la llave que permite quitar y poner lehendakaris. Seguro que si alguien hiciese en Euskadi lo que su compañero Montilla hace en Catalunya, le acusaría de radical, excluyente e identitario.
Como se puede ver, el acatamiento de la sentencia tiene su aquél. Cada uno lo entiende como le da la gana. Eso sí, después de la batalla librada en el seno del Tribunal Constitucional, todos nos exhortan a hacerlo.
«Siempre ha considerado que el Tribunal no es más que un cuadrilátero al que tiene que hacer subir sus púgiles más obedientes»
No sabes lo que me alegra que a tí tampoco te parezca que el Tribunal Constitucional sea suficientemente independiente.
Desde mi punto de vista, la única manera de salir del laberinto de la justica sería que los Altos Magistrados -no solo Constitucional- fueran elegidos por sorteo de entre aquellos que tuvieran las condiciones OBJETIVAS (años de ejercicio, etc..) para acceder al cargo.
Independientemente de las preferencias políticas de cada uno de los magistrados, no pueden olvidar el hecho de Que Le Deben El Cargo A Un Político Determinado…
Lo que pasa es que esto hay que decirlo siempre, no solo cuando no nos gusta una sentencia determinada.
Aaaaaaaahhhhhhh!! Así que las cosas que deciden los parlamentos (depende cuales) y los constitucionales hay que acatarlas por el estado de derecho, el imperio de la ley, etc…
Entonces Josu, podrías explicarme por favor que hace el Pp no aplicando la ley del aborto, por ejemplo, en las CCAA en las que gobierna???
Porque no la van a acatar o eso tengo entendido. Qué diferencias hay entre una y otra??? No se debería acatar todo por igual??? O depende quien seas tienes tus privilegios???
¿Sólo cuando no nos gusta una sentencia, abuela? ¿Has dicho eso? En este blog he tratado el tema amplísimamente. Con sentencia y sin sentencia. Y siempre en la misma dirección. Tu propuesta del sorteo tampoco acabo de compartirla. El sorteo nos lleva al puro azar. Y el azar puede apuntar a gente perturbada que no esté en sus cabales. La judicatura no constituye un colectivo ajeno al riesgo de que sus miembros pierdan la cordura.
Por eso digo, anonimando, que considero que también los del PP son capaces de «declararse insumisos». ¿No lo hizo Esperanza Aguirre cuando declaró la rebelión social contra el incremento del IVA? ¿No lo han hecho, donde han podido, con la asignatura de Educación para la ciudadanía?
Sr Erkoreka, creo que un tribunal constitucional no debería decidir en una materia tan importante como el Estatuto de Cataluña, u otras materias semejantes por márgenes de votación de 6 a 5. Se debería exigir la unanimidad. Si no hay unanimidad, significa que la cuestión a tratar es opinable o interpretable, por lo que una decisión tomada por el Parlamento y refrendada por el pueblo de Cataluña, debería ser acatada sin más.
Aplíquese a influir en un cambio en el Constitucional: en su elección, y en su exigencia de unanimidad o amplia mayoría.
Si falta unanimidad o amplia mayoría de sus teóricos 12 miembros no debería cambiarse el texto de una ley aprobada por el Parlamento.
Los socialistas y los populares ya están sumergidos en una nueva batalla campal sobre la composición del nuevo Tribunal Constitucional, cuando se renueven los cuatro magistrados que llevan años dictando sentencias más allá de su mandato:
http://www.publico.es/espana/326490/pp/fracasa/enrique-lopez/tribunal-constitucional/mesa-del-senado
Muy cierto Josu! Gracias! Es que me quedo con la sensación de que las leyes las hacen los ejjjjpanioles para que únicamente vascos y catalanes las cumplan.
kaixo Josu
zorionak berri ematen egiten duzun lanagatik
Galdera bat: nola lortzen duzun zure blogean, goikaldean beste bi pestaña sortzea, hau da»about» eta «antonio Zabala..» rena
nik ere horrelako zerbait egin nahi nuke nirean baina ez dakit nola
Aurrez eskerrak
Euskadi no puede competir. Lo dice la ley mientras no se cambie. Vale. Lo acatamos.
Pero, por qué ellos tienen derecho a subirse a la fuente de Moyua y banarse en ella si la ley dice que está prohibido? Las ordenanzas municipales solo valen para unos? Me puedo banar yo cuando me excite por algo en la fuente de Moyua sin que nadie me llame la atención?
Dónde está Azkuna? Dónde la Policía Municipal o los gorrilas? Va a ponerles también en la final contra los Países Bajos a esos 45 hijos de los fascistas de toda la vidad de Bilbao que ayer se reunieron en Moyua a violar la ley una pantalla gigante, de paso?
Tienen la cara de cemento armado. Lo que tenemos que aguantar los abertzales !!!
«ME ABURREN LOS ATEOS, SOLO SABEN HABLAR DE DIOS» (H. Böll)
A la paz de Dios:
Anonimando, quillo, es cierto que el que más y el que menos tuvo que aguantar el pesado yugo, y también las flechas, sin comerlo ni beberlo. Tan cierto como que el Txopo pudo haber renunciado al yugo, y también a las flechas, como hizo un señor escasamente nacionalista, un alma sin fronteras, de mundiales cabellos, que, no sé si sabes quien te digo, se hacía llamar y se llama Joan Manuel Serrat. Así que menos lobos, pisha, que la vida está muy mala y las oportunidades hay que aprovecharlas.
Borja querido, para ser del Atleti no hace falta ser madrileño, son patéticos tus esfuerzos por convencer a Josu de que tu no perteneces a su plan B, ese que dice que el que no es nacionalista periférico es un furibundo nacionalista español, a estas alturas deberías de haberte dado cuenta ya es un plan-trampa, un plan mayorejista, que no se lo creen ni sus palmeros, ni mucho menos Josu, persona inteligente y cabal que será, sin duda alguna, el próximo Lehendakari, allá por 2040, de los nubarrones del Norte.
Quedar con Dios,
DESDELASERENA.
Cuándo es la Final Espainia vs. Herri Behereak? Debe de ser el domingo.
Bien, espero que el PNV haga cumplir la ley y el sr. a quien puso como alcalde de Bilbao, Azkuna, impida con sus alguaciles que los espanoles violen las Ordenanzas Municipales de Bilbao y se banen y suben a la fuente de Moyua Enparantza en su bárbaro estilo, en su caso.
Yo también puedo banarme en la fuente de Moyua cuando me excite por mis propias razones sin que la policía municipal o los gorrillas de la policía autonómica me llamen la atención?
No es eso lo que arguye el PNV cuando se apelean manifestaciones y se reprimen supuestas violaciones de la ley estricta?
AZCUNA, CUMPLE CON LA LEY !!! EAJ-PNV, CUMPLE CON LA LA LEY, CON TU LEY !!!
¿SE TRATA DE FUTBOL?
Ayer oía as Sr Urkullu, nadando y guardando la ropa, opinar como un caballero que la selección española jugó mejor contra la alemana y mereció ganar. Todo un ejemplo para tanto ganapán como en este blog desata sus iras contra «la roja» deseando éxito a sus rivales.
No acaba de gustarme tanta banderita en los balcones, y por las calles. Pero algo bueno le veo: antes cuando veía a alguien con una de estas banderas procuraba no acercarme mucho porque detrás había un vándalo facha dispuesto a agredir. Ahora veo a jóvenes entusiasmados por su selección que no son un peligro. Lo que si es peligroso es mostrar la camiseta roja en ciertos sitios del País Vasco o en Pamplona donde además de los toros hieren las navajas, en ese macrobotellón de una semana que son los sanfermines.
También veo positiva esa euforia levantada en nuestro país, que falta le hace, y esa unanimidad en el apoyo a una causa común, aunque sea de una cualidad menor como la deportiva.
Los que se afanan en desear la derrota de «la roja», en este blog, son tan ridículos como si yo me alegrara que Edurne Pasabán no fuera la primera mujer en alcanzar los 14 ochomiles, que posiblemente lo haya sido, limpiamente.
Los que ya tenemos unos añitos recordamos aquellos tiempos en que en la liga española de fútbol no jugaban galácticos y los éxitos del Bilbao CF eran celebrados por todos los españoles con júbilo. Todos éramos un poco del Bilbao. ¿Qué ha cambiado?. ¿Los españoles? Sin duda y para mejor. En aquellos negros años de la dictadura recuerdo el complejo de vergüenza que sentía en mis viajes al extranjero por vivir en un país sometido a una humillación permanente, cuando envidiábamos todo lo de fuera como mejor. Desde que tenemos Constitución y somos homologables a cualquier otro país me desapareció ese complejo y ahora viajo al extranjero con absoluta confianza, por proceder de un país como cualquier otro, con leyes incluso de las más avanzadas, y más tolerante en general que la mayoría.
Ya se que esto indignará a los habituales de su blog, Sr. Erkoreka, que desean la derrota de «la roja» y toda suerte de desgracias para este país, pero con su rabia se lo coman.
¡QUE GANE EL MEJOR!
FENOMENAL!!!
A quién se le ocurre ponerse de nombre falso Anna Chapman la espía de Rusia?
🙂
Se ha producido el intercambio de espías en Viena (como no podía ser de otro modo), en el aeropuerto.
http://diepresse.com/home/politik/aussenpolitik/579826/index.do?_vl_backlink=/home/politik/aussenpolitik/578090/index.do&direct=578090
Pero si Chapman era el nombre del contacto-fantasma de Cary Grant en las Naciones Unidas en la película aquella de «Con la muerte en los talones» de Hitchcock!
Qué descaro el de los espías rusos! 🙂
Kaixo Josu.
Creo que es razonable afirmar rotundamente que del TC en su sentencia fluye abundante nacionalismo espanol. Afirmar en varias ocasiones que nación no hay mas que una (y no cincuenta y una) así lo certifican.
Creo que va siendo hora de desterrar el falso lenguaje constitucionalista que atribuye nacionalismo solo a los movimientos soberanistas vascos o catalanes. Lopez, con su entusiasmo por la sentencia, proclama su nacionalismo espanol, y no debemos de perder la oportunidad de visualizar esa condición.
Hola corruptillo:
Curioso que quien oculta y calla sus soportes a la corrupción señale:
…cuando lo escucho de boca de los que se han pasado los últimos años maniobrando arteramente para asegurarse que el Tribunal emita el juicio más favorable posible a sus respectivas posiciones políticas.
Muy curioso.
El domingo TODOS con camisetas de euskaltel o naranjas.
-Bueno Sr. Erkoreka, ya sabe qué no le guardo ningun rencor por censurarme en su Blog. Y como prueba de ello le invito mañana a ir a la fuente de Moyua, ya sabe que el pulpo Paul dice que ganaremos …
-Aunque haya grupos de energúmenos nacionalistas violentos y cabezas rapadas que intentaran asustarnos… habrá una marea de ciudadanos dispuestos a vivir en Libertad y en paz… Todos a la Plaza Moyua con La Roja.
http://www.que.es/ultimas-noticias/sucesos/201007101723-cabezas-rapadas-agreden-tres-personas.html
» …el azar puede apuntar a gente perturbada… »
Me vas a decir que si se hubieran hecho un sorteo para poner ministros, en vez de elegirlos a dedo, se hubiera acertado menos.
Siempre me imaginno los Consejos de Ministros de Nuestro Querido Zapatero como una representación de Marat-Sade, solo que con Rubalcaba mohíno en su sillón haciendo un sudoku, y De la Vega dando collejas a diestro y siniestro diciendo: «imbécil», «imbécil».
Ah, bueno, y Pepiño enseñando fotos de su ático en Villapesoe.
Estoy totalmente de acuerdo con la opinión de Borja. Ahora bien, también creo que el actual Estatuto de autonomía de Cataluña, leído con desapasionamiento y desde una perspectiva puramente jurídica, no encaja dentro del marco constitucional español. Por lo que lo que procede es la reforma constitucional. Algo que es ningún disparate, todas las constituciones pasan por ese trance. El problema es que de un tiempo a esta parte se está ideologizando demasiado a la Constitución lo que a la larga es un factor desestabilizador (cuando en puridad la mayor gloria de la Constitución es crear estabilidad y paz social).
Decididamente, esa «incoherencia» socialista no es otra cosa que «oportunismo» electoralista. Cuando primen los principios sobre la demoscopia, recuperamos la dignidad en la política. Hasta entonces, serán los gabinetes de comunicación quienes dirijan la estrategia de los partidos; los políticos serán lo que son: títeres mediocres, sin carácter, sin agallas y, claro, sin principios.
Sr Erkoreka, espero que esto del futbol vaya amainando poco a poco, pero si deseo decirles a aquellos de su blog que deseaban lo peor para la selección española que se coman su rabia por los rincones. Ya no van a tener que desear más derrotas.
Reitero mi enhorabuena a los seguidores de la selección nacional porque su equipo ha ganado, como ya lo había hecho en la charla anterior.
Me sorprende que adopteis la postura de mártires días antes, como queda patente en los comentarios, si únicamente queriais una celebración pacífica y respetuosa del éxito de vuestra selección. Al igual que vuestros compatriotas en Barcelona y Madrid, o había vascos camuflados?
Espero que demostreis la misma deportividad que exigís cuando en 2012 la eurocopasea ganada por la selección catalana de fútbol por los Puyol, Fábregas, Iniesta, Xabi,… (a lo mejor nos dejan hacer un holding con la vasca), espero que también celebreis y os alegreis por sus triunfos.
Sr de la serenata, Serrat tuvo más huevos que nadie negándose a ir a Eurovisión. Teniendo en cuenta que quien gobernaba era Franco (como cuando Iribar, si no me equivoco) se jugó la vida. Considero que son situaciones en las que no hay elección, al igual que hoy en día, si se niegan se acaba su carrera deportiva.
En cuanto al mérito de Serrat si a mí me dan a elegir entre cantar la, la, la, la, la, la, delante de toda europa o palmar,…. A lo mejor también me lo hubiera pensado. La versión de Serrat era algo mejor.
“Creo que es razonable afirmar rotundamente que del TC en su sentencia fluye abundante nacionalismo espanol. Afirmar en varias ocasiones que nación no hay mas que una (y no cincuenta y una) así lo certifican.”
Takolo3, a mí tampoco me gusta el Tribunal Constitucional, ni el edificio que lo alberga (que me parece una pasada). Para la leche que da la vaca, con un piso alquilado de 90 metros amueblado con el “segundamano” habría sido más que suficiente.
Pero se da la circunstancia que es la Constitución la que dice que nación no hay más que una. Y para colmo, que ésta es indivisible. Es lo que tiene.
Esta cosa tan sencilla se olvida (¿se os olvida, o pretendéis dar comuniones con ruedas de molino?) una y otra vez a los amantes de nuevas naciones. Es hora ya de acabar de una “piiiiiiiiiiiiii” vez con el insufrible coñazo autonómico para mirar justo en sentido contrario: a mi modo de ver, no se trata de crear más patrias, si no más bien de eliminar las que hay pensando en otra Europa. Cada vez se hace más evidente que el invento autonomista que se sacaron de la chistera para acallar las pretensiones catalana y vasca (pretensiones de unos pocos políticos, no de una mayoría del personal de entonces todavía no adoctrinado convenientemente) allá en la Transición no ha funcionado demasiado bien. Pero los atajos tramposos apestan, lo único que hacen es enmierdar más las cosas.
Aunque conviene no olvidar que Franco se murió en la cama, sería mucho más ético y limpio llamar a las cosas por su nombre y pedir una reforma constitucional que permitiese la segregación de marras. A los que nos importa un pito esta absurda orgía de patrias e idiomas (¡como me gustaría saber cuantos quedamos aún de verdad!), unos y otros, nos tenéis hasta los mismísimos.
Saludos cordiales.
a la abuela, sobre el sorteo
el problema de realizar un sorteo para la elección de unos cargos no creo que fuera tanto que los «ganadores» acabaran siendo unos mendecatos. Además el sueldo no está nada mal.
Los problemas los veo más de otra índole:
– ¿quién evalúa la aptitud para estar presente en la lista del sorteo? e ahí el primer escollo: lo normal seria que el que ostentara el poder sólo dejara estar en esa lista a sus afines.
– ¿bajo qué normas se rige el sorteo? hablar de un sorteo es tanto como hablar de manipulación del organizador.
Bajo estas premisas el tribunal resultante sería aún más parcial, radical y monolítico.
Ejemplo:
cuando tras las elecciones (cada 3 o 4 años, no recuerdo) los dos partidos catalanes principales (la biga y la busca) se enfrentaban para situar sus consejeros al frente de la generalitat había conflicto, pero saliera quien saliera era segura una cierta forma de actuar en temas de estado.
En teoría, para acabar con ese conflicto, el rey de aragón Fernando II (el casado con la reina de Castilla Isabel) promovió el sistema de la insaculación: en un saquito unas bolas con los nombres de los consejeros, y una mano inocente extraía los que ocuparian el cargo en esa legislatura. Problema: las purgas para aparecer en la lista de los que había en la bolsita y que ese sistema tenía de todo menos de sorteo limpio (bola caliente.. .. había y hay mil maneras de mangonear un sorteo).
La intención del rey de Aragón y consorte de Castilla era, claro, tener más poder en este Principado del cual sólo era Conde de Barcelona y en el cual estaba sujeto a leyes incómodas e instituciones aún más incómodas.
No se salió con la suya, o no del todo, según se vea, pero en todo caso poco hay de nuevo bajo el sol.
(nota: a tener en cuenta que en esos años hubo dos guerras civiles en cataluña en la primera de las cuales se llegó a proclamar la república, dado el enfrentamiento entre el conde y la generalitat, quizá similar de alguna manera al «parlamento largo» británico.
si no recuerdo mal la insaculación se aplica tras la segunda guerra y la sentencia arbitral de guadalupe de 1486.)