A mediados de mayo, un conocido sociólogo que ejerce la docencia en la Universidad del País Vasco, me anticipó la primicia: «Ya han concluido -me dijo- el trabajo de campo del Euskobarómetro. El resultado es pavoroso. La valoración del Gobierno vasco sigue estando bajo mínimos. El colosal esfuerzo propagandístico que están llevando a cabo para mejorar su imagen no rinde frutos. Y Están preocupados, claro está».
Me tomé el comentario con cierta reserva. No siempre que te anticipan acontecimientos prácticamente seguros, acaban cumpliéndose los vaticinios. «¿Cuando se publicará?», inquirí. «No lo sé», respondió mi interlocutor. Y añadió: «Pero seguro que lo retrasan algunas semanas, porque tendrán que retocar algunas cosas. No lo van a publicar tal y como está. Sería muy fuerte».