Pido un cerrado aplauso para Basagoiti. Y para Quiroga, claro. Esta mañana, el Congreso ha dado, por fin, su visto bueno al blindaje del Concierto Económico. Ha costado Dios y ayuda, doy fe de ello. Durante la pasada legislatura, el Grupo Parlamentario vasco lo planteó varias veces en la cámara. Pero en todas ellas, los diputados socialistas y los populares hicieron causa común para tumbar la iniciativa. En algún caso, además, en circunstancias particularmente lacerantes para el votante vasco. Recuerdo de modo especial, aquella ocasión en la que los portavoces que condujeron a sus respectivos grupos a votar que No a las enmiendas del PNV que trasladaban al Congreso las demandas del Parlamento vasco, fueron, nada menos que Ignacio Astarloa -cabeza de lista del PP por Bizkaia- y Ramón Jauregui -cabeza de lista del PSOE por Araba-.
Pero esta vez existían razones muy poderosoas para que los diputados del PSOE cambiaran la actitud negativa que hasta la fecha han mantenido con respecto al blindaje. El PNV condicionó su apoyo al presupuesto a que, entre otras, cosas, el Grupo socialista apoyase las reformas legales necesarias para blindar el régimen concertado vasco. Y no han tenido más remedio que avenirse. Así son las cosas en la vida parlamentaria. Lo más radicalmente imposible se torna factible de la noche a la mañana, si así lo exige la necesida de formar una mayoría.