Los teletipos dan cuenta hoy de la muerte de Jordi Sole Tura. No le traté personalmente, pero tuve ocasión de escucharle en directo más de una vez y sus disertaciones me aproximaron a un hombre de ideas claras, que sabía expresarlas con acierto y precisión. Son -insisto- impresiones superficiales del que asiste como oyente a un par de conferencias.
Su obra me es algo más conocida que su persona. He seguido con atención las aportaciones que hizo como diputado electo en los procesos constituyente y estatuyente y los estantes de mi biblioteca albergan algunas de las publicaciones más reseñadas de su extensa bibliografía. Esta tarde he entresacado dos, que son conocidas por diversas razones.