El ex presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, afirmó, hace unos días, en una entrevista concedida a la cadena Ser, que Rodríguez Zapatero «tendría que hacer una sanidad para los españoles y sólo para los españoles». El razonamiento sobre el que sustentaba su tesis era el siguiente: «uno de los problemas que tenemos es que la sanidad española es tan universal que comienza a haber un turismo sanitario de muchísima gente de muchos países, tanto europeos como latinoamericanos, que vienen a España con un billete de avión de 300 euros y se operan de la cadera, que cuesta un poquito más».
La toma de posición del histórico socialista extremeño resulta, cuando menos, chocante. Que una destacada personalidad de la izquierda española -como, sin duda, es Rodríguez Ibarra- se muestre tan decididamente partidaria de restringir drásticamente el universo humano de los que pueden acogerse a los servicios sanitarios públicos, sorprende y, probablemente, a más de uno defrauda. Su planteamiento no puede ser comprendido desde planteamientos progresistas. Se trata de una propuesta imposible de casar con el ideal socialista. ¿Dónde queda la igualdad? ¿Qué pasa con la solidaridad? ¿Cuál es el lugar que se asigna a la dignidad humana?
Sin embargo, las palabras de Rodríguez Ibarra adquieren una coherencia perfecta si se analizan desde presupuestos patriótico-nacionales. Nótese que su propuesta no plantea reservar los servicios sanitarios a los ricos, a los habitantes de las ciudades, o a los que están en posesión de un título universitario, no. Tampoco preconiza restringir tales servicios a los que cotizan a la seguridad social o hacen la declaración del IRPF. Lo que sugiere es reservar la sanidad “para los españoles y sólo para los españoles”. El criterio de distinción que propone no es, por tanto, de clase, gremial o profesional. Tampoco tiene que ver con el esfuerzo contributivo de los ciudadanos. Es estricta y exclusivamente nacional. Lo que Ibarra pide es una sanidad “para los españoles y sólo para los españoles”. Es decir, una sanidad de la que están excluidos los extranjeros. O, si se prefiere, los no españoles.
Han sido muchas las voces que han criticado a Ibarra por estas declaraciones. Rajoy ha tachado su ocurrencia de “absurda”. Y, no sin razón, ha sugerido que si hubiese sido formulada por él, lo “habrían excomulgado como mínimo”.
Pues bien, yo no voy a hablar del escándalo que se hubiese organizado si un dirigente o cargo público del PNV hubiera llegado a afirmar que los servicios de Osakidetza se han de reservar “para los vascos y sólo para los vascos”. Decenas de columnistas a lo largo y ancho de la piel de toro hubiesen tomado su pluma mercenaria para escribir la columna diaria evocando el racismo de Sabino Arana, recordando su excluyente doctrina sobre los maketos y haciendo notar la pervivencia de sus tesis xenófobas en los jeltzales contemporáneos. La frase hubiese sido cuidadosamente anotada por los especialistas en el divertido arte de escrutar al nacionalismo vasco, y quedaría inmortalizada en sus ficheros para sernos recordada periódicamente, hasta el final de los tiempos, como la prueba inequívoca de que los militantes del PNV llevamos el racismo en los genes.
Pero la tesis es de Rodríguez Ibarra. Y el eco de las reacciones no ha durado más allá de 48 horas. Nadie le ha hecho ver que está estableciendo una distinción muy peligrosa entre “ellos” y “nosotros”. Nadie ha observado que, desde el más elemental sentido de la solidaridad, el derecho a la salud debería ser considerado como algo que nos iguala a los seres humanos, no una fuente de discriminación entre nacionales y extranjeros.
Y sin embargo, a mí no me han extrañado las palabras de Rodríguez Ibarra. A él -como a otros muchos miembros de su partido- le creía perfectamente capaz de pronunciarlas. En más de una ocasión he defendido en este blog la tesis de que la igualdad que los socialistas predican como eje central de su ideario -en contraste, suelen decir, con las arbitrarias y perniciosas divisiones que genera el nacionalismo- no es más que un señuelo para ingenuos, que intenta ocultar el profundo componente nacionalista de sus planteamientos. Porque los militantes del PSOE se declaran partidarios de la igualdad, pero no del igualitarismo -entendido como la igualdad de todos en todo- que es una utopía, ni tan siquiera de una igualdad concebida en términos de universalidad, sino de una noción de igualdad circunscrita a las fronteras de España y proyectada exclusivamente sobre los españoles. Sus planteamientos sobre la igualdad empiezan y acaban en España. Y sólo resultan eficaces dentro de sus fronteras geográficas y humanas.
Decía Norberto Bobbio en su conocida obra Derecha e Izquierda que el elemento que mejor caracteriza las doctrinas y los movimientos que se han llamado de izquierda, es la tendencia a exaltar más lo que convierte a los hombres en iguales respecto a lo que los convierte en desiguales, favoreciendo las políticas que tienden a convertir en más iguales a los desiguales. Sí -habría que añadir- pero, en España, esos valores operan “entre los españoles y sólo entre los españoles”.
Kaixo Josu.
Totalmente de acuerdo: las palabras de R. Ibarra son las de un nacionalista y como tal han de ser tomadas. Pero son las de un nacionalista que piensa con la cartera, algo que últimamente se lleva bastante entre la grey (DRAE: «4. f. Conjunto de individuos que tienen algún carácter común, como los de una misma raza, región o nación».) Nacionalista.
Josep Lluis Carod Rovira apunta en la misma dirección cuando clama por la independencia de Catalunya argumentando que la pertenencia al estado español es un mal negocio para los catalanes, quienes financian otros territorios menos hacendosos como….Extremadura, o cuando un político en Euskadi esboza la teoría de que en situación de crisis, el paro crece más en las zonas de inmigración «Española».
Y es que los nacionalistas «de cartera» no son legión, son una aténtica nación.
La barbaridad que ha dicho Ibarra corrobora el conocido hecho de que los viejos se van fácilmente de la lengua. Sobre todo si han estado en posiciones de poder en las que, rodeados de aduladores, han llegado a creer que lo que ellos dicen es siempre cierto, no por razones intrínsecas, sino por el mero hecho de haber sido dicho por ellos. Quizá corrobore también el hecho, no tan conocido pero que tampoco es un secreto, de que Ibarra es un nacionalista español y un socialista de pacotilla.
Ahora bien, concluír de ahí que los militantes del PSOE, en términos generales, son también nacionalistas españoles y socialistas de pacotilla, me parece una generalización traída por los pelos. Ya sé que me vas a decir que éste no es el único caso, que hay otras muchas pruebas… pero dudo que tengas pruebas que te permitan acusar a los militantes del PSOE en general. Si te refirieras a algunos de los «barones» o a algunos altos mandos, te lo admitiría más fácilmente, pero ¿los militantes? No lo veo. Además, si la mayoría de los socialistas piensan así, ¿qué necesidad hay de echar tierra sobre las palabras de Ibarra?
Por otra parte, estirando un poco tu analogía (muy acertada, por cierto) de lo que habría pasado si un alto cargo del PNV hubiera hecho declaraciones similares cambiando «españoles» por «vascos», estoy seguro de que hay muchos militantes del PNV a los que no les gustaría que les juzgaran por algunas declaraciones de Arzalluz.
Mira, ya sé que no me corresponde, pero como en los blogs todo el mundo se crece y dice lo que quiere, me voy a poner de puntillas y te voy a dar un consejo: deberíais tratar de ganaros las simpatías de los militantes y votantes socialistas. Efectivamente, lo que más os beneficiaría a los nacionalistas vascos (aparte de la desaparición de ETA) sería tener de vuestro lado a una parte importante de la opinión pública española. Y los más fáciles de ganar para vuestra causa son los militantes y votantes socialistas. Si lo consiguierais, verías cómo entonces cambiaba también la actitud de los medios y de los políticos, porque tanto unos como otros, después de todo se dedican a decir lo que la gente quiere oír.
¿Cómo se consigue eso? Ya sé que no es fácil, pero tampoco imposible. Se trata de pequeños gestos. En este caso de Ibarra, por ejemplo, tu sabes que, cuando se jubiló, en Extremadura ya no lo quería nadie, ni dentro ni fuera de su partido. La gente votaba al partido socialista, no a Ibarra. Sabiendo eso, podrías haber utilizado este comentario suyo para hacer un guiño a los socialistas de base extremeños, que estarán pasando la misma
vergüenza que los vascos con la foto de Vanity Fair.
Durante y después de la transición hubo una breve ventana de tiempo en la que los nacionalistas vascos y catalanes tuvistéis una oportunidad de ganaros a muchos españoles, porque la gente estaba predispuesta a ello, pero no pudisteis o no supisteis aprovecharla. No sé quién tuvo la culpa, pero enseguida se fueron endureciendo las posiciones en ambas partes y ahora es mucho más difícil. Mi teoría es que la culpa la tuvieron, sobre todo, la ETA y Jordi Pujol, pero quién sabe. A lo mejor Ibarra y Chaves también tuvieron algo que ver.
¿Ibarra es de izquierdas?, ¿A Rajoy no le gusta esa propuesta de exclusión de los no españoles? Definitivamente, nada es lo que parece.
Respecto a los nacionalismos, el españolista de Ibarra y Rajoy como cualquier otro, llegado el caso, primero los míos. En tiempos de crisis, cuando la necesidad aprieta, se nota más, porque a las motivaciones sociales, políticas, culturales, y esas cosas que tanto nos entretienen, se une lo que de verdad parece importar al final: la pela.
En Francia Le Pen diria lo mismo que este cretino….
Son conocidos los casos de gente de Extremadura, Castilla la Vieja y de León que solían (suelen) ir a Euskadi a recibir tratamiento médico aprovechando que tienen parientes, en Bilbao o en Vitoria, hijos de la emigración.
Se sabía de ésto en plena época de acoso y derribo a Ibarretxe, cuando en toda la prensa española se le dedicaban cosas como «desequilibrado», «racista», «nazi», el de los desafíos, el que deseaba «expulsar de Euskadi a los no nacionalistas», el del «régimen nacionalista sólo para nacionalistas», el excluyente, etc.
Que personas sometidas a aquel bombardeo mediático diesen aquel paso da una pequeña esperanza más sobre la comprensión del género humano, su sensatez y su espíritu práctico.
Y, que yo sepa, nunca se le oyó a ningún nacionalista (vasco) decir nada ni remotamente lejano de lo del calibre de Rodríguez Ibarra.
Lo que pueda decir el P.E. (antes conocido como PSOE) hoy en día sobre igualda, igualitarismo y chorradas de esas es tan arcaico que me da la risa.
Áparte que coneptualmente NO es humanamente ni cientificamente posible.
¿Tan difícil es que entiendan que una cosa es igualdad y otra bien distinta es ecuanimidad (que aqui si que entra la justicia de pleno).
A partir de mañana, declaro:
Todos nos llamaremos igual.
Caminaremos 30 km por día.
Trabajeremo 16 horas al día.
Cobraremos todos lo mismo.
Mediremos todos igual en altura y gordura.
Todos seremos guapos o feos.
Todos vestiremos igual, o sea uniformados.
Conduciremos la misma marca de coche.
Saldremos de casa a la misma hora.
Comeremos a la misma hora.
Comeremos en el mismo sitio.
Descomeremos a la misma hora.
Nos acostaremos a la misma hora, con la misma compañera / compañero.
Tendremos el mismo perro y se llamara txakur.
Iremos todos al mismo colegio.
Y así igualitariamente y sucesivamente puedo seguir las horas que haga falta.
Señores del P.E. ya vale de demagogia barata, trasnochada, hacer política y económia REAL y dejaros de lindezas.
Agur t’erdi
me parece a mi que si existe vascofobia y catalonofobia en españa es gracias a los distintos gobiernos españoles PPSOE y a sus medios afines, su politca es la de crispación y enfrentamiento, no de cooperacion o de vecindad, incluso cuando abogan a esa solidaridad entre comunidades, algunas de estas comunidades se aprovechan de su supuesta inferioridad al lindar con esas comunidades que tienen privilegios, toda esta monserga PPSOE contra lo euskaldun y catalan solamente es para seguir su proyecto de involución politica nada más, se trata de cortar de raíz y que las comunidades con sentimiento independentista sean tan españolas como las demas, claro que cuando tienen que actuar como un estado de verdad pues te mandan al pairo, caso del ministerio de defensa con los atuneros vascos.
IBARRA siempre me pareció insoportable y era uno de esos barones que practicaban eso que llama SOLIDARIDAD entre comunidades, para mi ES CARADURA Y VIVIR DE LO PUBLICO, este tipo siempre fue muy IMPRESENTABLE, el socialismo esta en crisis no hay más que verlo en europa pero el socialismo zapatilla de spain esta en plena DECADENCIA.
Querido Josu:
No seré yo quien defienda las paridas de Ibarra, mayormente porque ya es mayorcito para defenderse solo, aunque en su descargo hay que decir que la edad no perdona y a veces se chochea sin querer, muchas veces por no pensar lo que se dice o no repasar lo que se escribe, verbigracia:
«Son conocidos los casos de gente de Extremadura, Castilla la Vieja y de León que solían (suelen) ir a Euskadi a recibir tratamiento médico aprovechando que tienen parientes, en Bilbao o en Vitoria, hijos de la emigración.»
Pa´mear y no echar gota,
DESDELASERENA.
Me da la impresión de que Desdelaserena no es del País Vasco porque no da crédito, incluso parece reírse, al leer que había gente que va a Euskadi a operarse.
El padre de una persona muy querida actuó así en un caso de enfermedad pulmonar. De hecho, acabó muriendo en el País Vasco años más tarde.
Desde entonces, su viuda, una gran persona se mire por donde se mire, sigue yendo a pasar los inviernos a Euskadi desde su pueblo en Castilla a pesar de tener familia allí. Me consta que la atención sanitaria no es un componente menor en tal decisión.
Cuando ha salido el tema delante de mí, estando entre vascos, han surgido más casos en Vitoria, en Basauri, en Bilbao, etc. que no pongo en duda.
Historias de tumores, problemas renales, de hígado, etc. Y muchas veces la frase “es que allí no podía seguir así”. Y también, aparte del dolor personal, la indignación; porque algunos entienden que en partes de Castilla, León y Extremadura no se atiende debidamente a la gente de los pueblos.
Y no soy de esas personas que conocen a media Euskadi.
También me han contado que en Navarra pasa algo parecido a la CAPV.
No sé de qué debemos preocuparnos por ganarnos las simpatías de los socialistas. ¿Jugar a caer bien a los socialistas?. Un juego al que yo no quiero jugar. Y creo que muchos, muchísimos de los votos del PSOE y todas sus sucursales territoriales son, efectivamente, nacionalistas españoles. Con más o menos conciencia de ello, pero esencialmente españoles. Como es lógico por otra parte.
Yo sólo defiendo la lógica que tiene el hecho de que yo no soy española.