Fue vergonzoso. Pocas veces he conocido una operación manipuladora tan ostensible y destacarada en una cadena de televisión pública. Ocurrió en los prolegómenos de la final de la copa del rey. Cuando el monarca accedió al palco de autoridades y la megafonía del campo comenzó a reproducir el himno español, el público emitió una pitada tan estruendosa, que los sones de la marcha granadera quedaron completamente eclipsados por la algarabía provocada por los hinchas.

Otra imagen que ocultó TVE
Pero esto último, sólo pudo ser detectado por los aficionados que se encontraban físicamente en el campo. Quienes -como fue mi caso- vieron el encuentro a través de la señal emitida por TVE, se quedaron sin saber lo que ocurrió en el estadio mientras sonaba el himno porque, justo en el momento en el que daba comienzo la jarana, el realizador decidió desconectar las imágenes del campo, para ubicar a los televidentes en el Arenal de Bilbao y en las calles de Barcelona, donde amplios grupos de seguidores de los dos equipos se habían congregado para seguir el encuentro a través de pantallas gigantes situadas en la calle.