El desarrollo de la campaña electoral está resultando alucinante. Los dos partidos políticos que mejor se conocen en España, el PSOE y el PP, se han embarcado en una dinámica de enfrentamientos públicos y desabridos, que parece sobrepasar todos los diques de contención. Y como ocurre con los novios despechados, ambos se dedican airear sin miramientos todos los trapos sucios de su relación histórica y presente.

Un "doberman" y un "inquisidor" repartiéndose el pastel institucional de Euskadi