La tertulia del Lyon d´Or
Durante el periodo comprendido entre la primera década del siglo y la guerra civil, Bilbao conoció en su seno el deslumbrante brillo de una tertulia que reunía, habitualmente, a las personalidades más destacadas de la vida cultural de la villa y fue capaz de atraer el -esporádico o periódico- interés de los más eminentes hombres de las ciencias y de las artes que visitaron la ciudad durante su rutilante existencia. Se conocía -y aun hoy se recuerda- como la tertulia del Lyon d´Or, porque así se llamaba el café situado en número 3 de la Gran vía, que daba cobijo a sus ilustradas y eminentes sesiones.
Aunque el fundador del foro fue el doctor Areilza –que empezó congregando a sus amigos e incondicionales en el Café Suizo– tras la muerte de don Enrique, la dirección del grupo fue asumida por Pedro Eguillor, que mantuvo su mayéutica e incuestionable autoridad moral sobre el grupo, hasta que la guerra civil desbaratase el foro, dispersando a sus componentes y extendiendo la tragedia.
Hoy, Bilbao consagra una pequeña plaza del ensanche a rememorar la figura de Pedro Eguillor, que murió en condiciones trágicas, asesinado por la turba en el asalto a la cárcel de los Ángeles Custodios del 4 de enero de 1937. Sin embargo, son más bien pocos los bilbainos capaces de esbozar una biografía siquiera aproximada del personaje. Algunos, los más leídos, tienden a confundirle con Manu Eguileor, militante nacionalista vasco y diputado a Cortes por el distrito de Bilbao. También hay quien le asocia con el conocido artista Juan Carlos Eguillor. Pero Pedro Eguillor no fue ni político ni artista, aunque meditó y predicó mucho sobre política y sobre arte.
La visión eufemística de la tertulia
Entre los modernos cronistas de Bilbao –obviamente, no utilizo el término en su acepción oficial- es habitual recordar la tertulia de El Lyon d´Or como un foro de gran altura intelectual, políticamente escorado hacia el bloque dinástico -bien sea en su variante liberal o bien en la conservadora- y abierto a las más modernas corrientes literarias, políticas y de pensamiento que circulaban en la Europa de su época. También suele subrayarse su nula confraternizaron con el nacionalismo vasco. Un dato que, no pocas veces, se expresa de forma harto incorrecta, afirmando que sus componentes eran no-nacionalistas; como si entre los grandes enemigos del nacionalismo vasco no hubiesen militado furibundos nacionalistas españoles, de honda pulsión intolerante y sectaria.
Jon Juaristi, Carlos Bacigalupe y Patxo Unzueta, entre otros, han suscrito esa visión edulcorada y eufemística de la tertulia y de sus miembros, restando importancia a la postrer deriva pro-franquista de la mayoría de sus componentes, que interpretan como una anécdota irrelevante, muy difícil de comprender entre gentes de tamaña clarividencia.
Patxo Unzueta, por ejemplo, hace de los contertulios el siguiente retrato:
“Conformaron una brillante generación intelectual. Conservadores de talante liberal, admiradores de las luces del siglo XVIII, de Floridablanca y sus caballeritos, de la tradición urbana y mercantil de Bilbao en contraste con el ruralismo que ensalzaban fueristas o nacionalistas, casi todos ellos colaboraron en la revista Hermes, que se publicó entre 1917 y 1922 […] ese grupo acabaría sucumbiendo a la marcialidad hortera del fascismo italiano, y casi todos sus componentes se adherirían posteriormente al falangismo o al franquismo. No es asunto que pueda explicarse fácilmente”
Los componentes de la tertulia
La tertulia se nutría de una amplia nómina de periodistas que prestaban servicios en la plaza mediática bilbaína y de escritores locales y foráneos de más o menos talento y ambición, como Juan Pujol, Manuel Bueno, Francisco Santander, Manuel Aznar, Federico García Sanchiz, José María Salaverría, José Félix de Lequerica, Jacinto Miquelarena, Ricardo Mestre, Julián Zuazagoitia, Ramón Olascoaga, Antonio Olascoaga, Juan de la Cruz, Rafael Sánchez Mazas, Pedro Mourlane Michelena, Ramón de Basterra, Joaquín Adán, Francisco de Iturribarria, Juan Antonio Zunzunegui, Saturnino Lafarga, Manuel Aranaz Castellanos, Aureliano López Becerra y un largo etcétera. Tampoco faltaban a la cita políticos y juristas como Esteban Bilbao, Adolfo G. Careaga o Gregorio Balparda, historiadores como Fernando de la Quadra Salcedo y pintores como Adolfo Guiard y Julián Tellaetxe.
El listado no es exhaustivo, obviamente. Tampoco homogéneo. En ella coexisten asistentes asiduos que fueron fieles a las veladas del Lyon durante muchos años y gentes que participaron en ellas durante menos tiempo y con mucha menor intensidad. En cualquier caso, creo que transmite una imagen bastante certera del tipo de personaje que participó en los coloquios de Pedro Eguillor.
En sus periódicas vistas a Bilbao, don Miguel Unamuno frecuentaba también el café literario de la Gran Vía. Y recuerdan las crónicas mejor documentadas que, dejándose arrastrar por una arrogancia pueril, exigía a los contertulios que le prestaran una atención untuosa, mientras él se jactaba de no escuchar a nadie. Se cuenta igualmente que cuando Ortega y Gasset se dejaba caer por la villa, acostumbraba a participar en el ilustre foro.
El antinacionalismo vasco predominante entre los contertulios y su deriva intolerante y autoritaria.
La mayoría de los integrantes de la tertulia despreciaba el nacionalismo vasco por aldeano, pacato, ruralisa y arcaizante; una cantinela que todavía, muchos años después, nos resulta harto conocida. Lo suyo eran las ideas universales y las corrientes filosóficas y artísticas globales, a las que, según su peculiar percepción de las cosas, sólo podía accederse mediante una apasionada adhesión a España y un férreo rechazo de las afirmaciones nacionales alternativas.
Los seguidores de Eguillor no eran nacionalistas vascos, pero sería un error calificarlos de no-nacionalistas. Los contertulios del viejo café bilbaino profesaban, en su mayoría, un españolismo esencialista, vehemente, exaltado y hasta agresivo, que años después expresarían bajo fórmulas políticas de corte fascista y dictatorial. Porque, a poca atención que se preste a la lista expuesta, resulta fácil comprobar que entre los tertulianos habituales figuran varios fundadores de la Falange, impenitentes camisas viejas y algunas de las más eminentes figuras del fascismo español de la primera hora. Y, por supuesto, gran parte de la clase periodística que contribuyó, con su pluma y su verbo florido, a consolidar el franquismo bilbaino en los años cuarenta y cincuenta
El pintor Julián de Tellaetxe que participó con asiduidad en las tertulias del Lyon d´Or, fue uno de los pocos que no participó de la deriva franquista que se impuso entre sus antiguos compañeros de café. Tellaetxe hubo de salir al exilio y, en los años cuarenta, se encontraba refugiado en París, donde mantenía relación con los miembros de la Delegación vasca. José Antonio Durañona, que fue secretario particular del Lendakari Aguirre recuerda de él que, cuando evocaba los años de la tertulia, exclamaba, medio triste, medio jocoso:
“De todos ellos, el único liberal, yo, los demás fascistas…”.
Pero en el País Vasco, ya se sabe, el españolismo, por acendrado y excluyente que sea, siempre es liberal y universalista. Lo rural y arcaizante, lo sectario e intolerante es, siempre e indefectiblemente, la idea nacional vasca, cualquiera que sea su concepción y su modo de expresión.
Por eso creo que no atinan quienes, como Jon Juaristi y Patxo Unzueta, sostienen que la posterior adhesión de muchos de los tertulianos del Lyon d´Or al falangismo y al franquismo, no pueda “explicarse fácilmente”. Pienso más bien lo contrario. Que fue su apasionada y sectaria evolución españolista les condujo por esos derroteros de una forma tan natural como fácil de comprender.
En Euskadi, las vocaciones universalistas, han sido, con frecuencia -y aun puede decirse que lo son, en cierta medida-, grandes cortinas de humo que, tras discursos grandilocuentes y cargados de eufemismos, que desprecian el nacionalismo vasco por agreste y aldeano, ocultan un españolismo rancio, hermético y definido sobre bases esencialistas. En el País Vasco menudean los apátridas y ciudadanos del mundo, que esgrimen su universalismo como arma arrojadiza contra los nacionalismos cavernarios -que siempre son los ajenos- pero reaccionan con irritación frente a quienes invocan aquellos mismos principios para poner en cuestión las afirmaciones egocéntricas de la nación española. Sólo en un contexto así puede comprenderse que todavía haya quien elogie la tertulia de El Lyon d´Or apelando a la extraordinaria brillantez intelectual de sus componentes y pretenda minimizar, si no exculpar, el hecho, al parecer anecdótico, de que sus reuniones fueran el caldo de cultivo que nutrió el radical españolismo y la retórica imperial de una importante camada de fascistas de primera fila.
Las pulsiones autoritarias predominantes en la tertulia.
José María Areilza ha confesado que fue entre los miembros de la tertulia donde se familiarizó con las categorías ideológicas de la Falange. Su primer contacto con La conquista del Estado, la publicación periódica impulsada en 1931 por Ledesma Ramos, se produjo en el Lyon d´Or y de la mano de José Félix de Lequerica y del propio Eguillor que, “entre otros” -asegura el conde de Motrico- recibían en Bilbao este controvertido semanario. Es más; se sabe que Ledesma recurrió a Lequerica para recabar el apoyo económico que era preciso para mantener publicación.
La conquista del Estado, en torno al cual se conformó uno de los grupos que, en las postrimerías de 1931, pasaron a constituir las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista [JONS], fue un semanario que anticipó muchos de los hilos conceptuales que sirvieron para bordar el prontuario ideológico del falangismo y, con posterioridad, el del propio régimen franquista. En sus páginas se publicaron artículos de opinión firmados por Hitler y Mussolini, vieron la luz grandes y laudatorios reportajes sobre “El nacionalsocialismo alemán”, y se insertaron sueltos como aquél que proclamaba, tan enfática como alborozadamente:
“Se tambalea la democracia burguesa y parlamentaria en Alemania ¡¡Hurra por Hitler!!”
Por lo demás, la publicación hacia constantes apologías de la violencia. Tantas, que las exhortaciones al uso de las armas pueden considerarse como una de sus principales señas de identidad. Las editoriales, los sueltos y los artículos de opinión firmados por Ledesma Ramos, están literalmente atestados de proclamas favorables a la acción política violenta. Sirva como ejemplo de todas ellas -que, insisto, proliferan por doquier- este fragmento de una editorial que se ubica bajo el significativo y elocuente epígrafe La legitimidad y la fecundidad de la violencia:
“Contra toda la España joven que no ha claudicado, se alzan las voces de los ancianos desautorizando la violencia. Son voces de los sabios maestros, hombres de pensamiento y de estudio, de laboratorio y de cuartilla a los que con todo respeto no debe hacérseles el menor caso pues jamas comprenderán, desde su exigua perspectiva de inválidos, la tremenda grandiosidad de una revolución. Un país a quien repugna la violencia, es un país de eunucoides, de gente ilustradita, de carne de esclavo, risión de fuerte. Dijimos en otra ocasión y lo repetimos ahora que España deber serlo todo antes que una Suiza cualquiera, suelo de congresos pacifistas, de burgueses que bailan, de vacas lecheras incoloro y suave. Cuando todos los hipócritas celebran la revolución sin sangre, nosotros sabíamos que aquello no era la revolución, sino la farsa, el fraude. Una revolución electoral es incomprensible. El nombre justo de revolución no puede utilizarse para denominar hazañas así. Las revoluciones no las han hecho nunca las colas de votantes, sino falanges valerosas con audacia y armas”.
En estrecha conexión con esta íntima atracción por el uso de la violencia, muchos de los contertulios cultivaron igualmente una gran pasión por la marcialidad de los ejércitos y la mística sacrificial de la milicia. Sánchez Mazas destacó de manera muy especial en esta inclinación de signo belicista pero, en general, puede decirse que la violencia, el fusil y la sangre derramada en el combate eran motivos que estimulaba la sensibilidad poética de casi todos, de una manera que no por aparecer revestida de formas líricas resultaba menos peligrosa y censurable.
En un artículo en el que ponderaba las grandes cumbres que había alcanzado Manuel Aznar en el cultivo de las crónicas de guerra, Sánchez Mazas sugería una interpretación casi podríamos decir que etnohistórica del País Vasco, en la que representa a sus mejores hombres y tradiciones como inexorablemente unidos a las grandezas de la lucha militar. El amor por la fuerza y la agresividad combativa es visto por al falangista bilbaino como algo intrínseco o consustancial, no ya a lo vasco, sino a lo más distinguido y destacable de lo vasco. “La guerra y la milicia -llegará a sostener- atraen y preocupan por fuerza a los vascos más inteligentes”. Y entre ellos, situaba, por supuesto, a algunos de los más destacados miembros de la tertulia. No sé si sus palabras pueden ser consideradas como una apología de la violencia, pero no quedan muy lejos. El discurso de Sánchez Mazas -y el de algunos de sus compañeros de tertulia- fue claramente vanguardista en la militarización de la acción política en el País Vasco.
Evidentemente, entre los anhelos políticos que el grupo de La Conquista del Estado creía que podían defenderse con métodos tan expeditivos, se encontraba el de la España una e indivisible; frase rotunda que Ledesma Ramos oponía a lo que, con no menos determinación, calificaba de El peligro separatista. El manifiesto político sobre el que se apoyaba el grupo, afirmaba una nación española única y radicalmente indivisible, aunque susceptible de ser articulada territorialmente, sobre la base de unas comarcas que, por supuesto, bajo ningún concepto podían coincidir con las regiones. La editorial titulada La violencia, primera misión, refleja hasta qué punto estaban los seguidores de Ledesma dispuestos a recurrir a los métodos violentos cuando se trataba de defender esta idea unitarista de España:
“Las revoluciones se nutren de coraje, no de plañidos y vence en ellas quien moviliza mayor dosis de esfuerzo en las peleas (…) nos moviliza un afán idolátrico por servir a España hasta la muerte (…) Hay, pues, que legitimar todos los recursos y aprovechar las horas revolucionarias para reclamar los procedimientos de violencia. Siempre es licito llegar al atentado personal contra los traidores. Y lo son aquellos que conspiran o permiten la disolución nacional (…) Nosotros adoptamos, pues, los procedimientos de violencia. Queremos la acción directa del pueblo, representada por cuadros civiles que posean una disciplina militar (…) Hay que presentar pues, ante las energías jóvenes del pueblo el deber de enrolarse en nuestras milicias. España se salvará si aparecen cien mil españoles jóvenes, disciplinados y armados, cuyo propósito único consista en barrer del escenario nacional la voz de los farsantes y de los traidores”
Esta inocente publicación -que Pedro Eguillor y Lequerica recibían, entre otros, en Bilbao- fue una de las que contribuyó a satisfacer el hambre de reflexión intelectual que cundía entre los componentes de la tertulia. Areilza -recuérdese-, se familiarizó con la revista y los sublimes postulados políticos que defendía, en las fecundas sesiones de El Lyon d´Or.
Otro bilbaíno de la tertulia, Rafael Sánchez Mazas, formó parte del Consejo de Redacción del primero y único número de El Fascio que salió a la calle. La edición fue incautada por la policía a excepción -precisa García Venero- de “algunos paquetes enviados a provincias”. ¿Alguien duda de que, entre los paquetes remitidos a provincias había alguno destinado a los miembros de la tertulia?.
Como se ve, la “brillantez intelectual” de los contertulios del viejo café de la Gran Vía, fue, en buena medida, un velo eufemístico tras el que se ocultaba un ardiente foco de irradiación de ideas violentas y totalitarias, asociadas a los ideales más rancios del nacionalismo español. El antinacionalismo vasco que profesaron sus miembros no era expresión de un universalismo abierto y plural, sino un modo de defender su estrecha y delirante concepción de España, como una realidad deificada que abriga un proyecto imperialista henchido de grandes misiones y transcendentales designios. Y en ese magno e imperial proyecto patriótico, la sagrada unidad de España constituía un elemento irrenunciable.
Como anotaba el periodista Ramón Sierra, ferviente admirador de Franco, entre los miembros de la tertulia no había una identificación política absoluta, pero todos compartían el amor por España y su grandeza: “Concurrían [al café] hombres como Balparda, fieles a la doctrina liberal y hombre como Esteban Bilbao, fieles a la doctrina tradicionalista, pero todos se guarecían bajo el mismo techo y participaban del mismo calor: el patriotismo español”.
No resulta difícil comprobar la veracidad de esta afirmación, repasando individualizadamente los nombres de los miembros de la tertulia. La inmensa mayoría eran radiantes y exaltados españolistas. Sánchez Mazas “tenía apasionada vocación unitaria”, según García Venero. Y de su acendrado españolismo da fe aquella ingeniosa propuesta que hizo pública en el ABC, en la que sugería que a los nacionalistas catalanes, gallegos y vascos, se les aplicase “sobre la piel viva y en los lomos humanos” un hierro candente con el escudo de España, “para así conocer a los que reniegan del nombre español, como a las reses desmandadas y huidas”. Si algo semejante hubiese sido defendido por un nacionalista vasco, nos lo estarían pasando por las narices todos los días. Pero el españolismo es otra cosa. Nunca es racista ni excluyente. Nunca es sectaria ni intolerante. Nunca postula algo malo.
En general, puede decirse sin temor a errar que las pasiones nacionales que profesaron una buena parte de los contertulios, discurrieron por el mismo cauce esencialista e intolerante que exhibía Sanchez Mazas: España, sólo España y nada más que España. Por ello, no deja de extrañar que a alguien pueda parecerle hoy que la ardorosa adhesión de los tertulianos de El Lyon d´Or al falangismo y al franquismo, sea algo que no “pueda explicarse fácilmente”. Más bien al contrario, un examen mínimamente crítico de la trayectoria personal que siguieron algunos de sus integrantes, invita a pensar que la desembocadura natural de toda su deslumbrante retórica, llena de águilas, columnas, honores e imperios, era precisamente esa.
La imagen de la tertulia durante el temprano franquismo.
Durante el franquismo, la opinión correcta encumbró al grupo del Lyon d´Or hasta la cúspide de la clarividencia intelectual y la brillantez literaria, adornando a sus miembros con las cualidades mas excelsas y las virtudes mas dignas de encomio. Además, se quiso identificar a la tertulia nada menos que como la cuna misma del ideario que inspiraba el régimen. Se repitió hasta la saciedad la idea de que sus reuniones habían tenido lugar en una plaza -la bilbaina- en la que confluían los dos grandes males que el Movimiento se proponía atajar: La izquierda y el separatismo. El cotidiano combate intelectual contra estos dos focos de ignominia, había ido forjando en la tertulia unos principios, unas reflexiones que, andando los años, acabarían informando aquel glorioso movimiento salvador de España a cuyo frente se situó el general Franco. Ramón Sierra vio en la generación de la tertulia “una gloria nacional, que ha desempeñado un papel importantísimo en la gestación intelectual del 18 de julio”. Un afamado periodista de la época, Eugenio Montes, consideraba a los contertulios de la Gran Vía de Bilbao, como los promotores del nacionalismo espiritual y transcendente que estaba en la base del proyecto político alentado por el generalísimo. Su retrato no tiene desperdicio:
“…ese sentido alto y profundo de la nación, no como entidad natural –España carpetovetonica del 98; sierras ateridas, corderos pastores de las Urdes- sino como espíritu transcendente, amaneció en un clima polémico y hostil, donde la españolidad tenia una emoción desesperada y desterrada: En Bilbao. Minoría, sin miedo y sin mancha, con la rareza y la luctura del diamante en medio de unas multitudes oscuras, torvas de carbón y de cerrazón, enloquecidas y entontecidas como ningunas otras en España. Democracia socialista y mesocracia separatista, con un común denominador, mas allá y mas acá de sus riñas episódicas: El encono contra España y contra la cultura. O para ser exactos: Encono contra España por haber sido y ser todavía una de las mas bellas realizaciones de la cultura universal y encono contra la cultura, de su propensión o querencia encarnada en la magnífica historia española. Socialistas y separatistas podían andar a palos, pero no eran peleas entre Romanos y Cartagineses, porque la romanidad la negaban y la combatían todos ellos. Palos de ciego, sin saberlo contra la luz. La romanidad ha sido, sin embargo, la musa severa y canónica de esa aristocracia unitaria de Bilbao, que tuvo en Miguel de Unamuno su profeta turbado y desgarrado y tiene en Lequerica su político abarcador y su diplomático de gran estilo. Pulso y sangre de tradición en don Pedro Eguileor; inspiración trajanea, columna, foro y mito de Ramón Basterra; símbolo y heráldica de Fernando de la Cuadra Salcedo; concepto tridentino de Ramón de Maeztu; togada sintaxis entre Séneca y Petronio, de Mourlane; geometría escurialense de Rafael Sánchez Mazas; escolástica de la contrarreforma de JC; humanismo moralista de Joaquín Zuagazagoitia; economía imperial de Adán y de Areilza; capitanía castrense y eco de batallas, a lo Tácito de Manuel Aznar…”.
En el Bilbao oficial y fascista de la temprana posguerra, esta concepción de la tertulia como la semilla intelectual del proyecto nacional español que el general Franco se propuso imponer a sangre y fuego, se acogió con especial entusiasmo. La prensa de la villa, se entregó igualmente con gran ahínco a difundir esa visión. El número especial que El Correo Español – El Pueblo Vasco sacó a la luz el 18 de junio de 1939 para conmemorar el segundo aniversario de la <<liberación de Bilbao>>, publicaba una carta enviada a mediados de 1923 por Sánchez Mazas a Mourlane Michelena, en la que la dirección del rotativo -que, por entonces, no tenía empacho alguno en reconocerse como Diario de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS– quería ver el germen del movimiento político que culminó con el triunfo de la guerra civil por las huestes del generalisimo.
La carta en cuestión, que el periódico daba a conocer como un gran descubrimiento, proponía, en un fuerte tono lírico, la creación de un “movimiento politico-intelectual del Pirineo”, que agrupase a las “Juventudes Nacionales” de las provincias del norte, bajo el caudillaje de Mourlane, Lequerica y Basterra. Un movimiento, cuyo principal objetivo consistiría en propiciar “una desembocadura gloriosa de lo local en lo nacional”, transformando “el golpe de Estado en cosa más constructiva e inteligente”. El programa de la organización debía mantenerse en “una estricta intransigencia” y, por supuesto tomaba a España como referencia fundamental: “Lo primero, poner a España al compás de occidente, por sus ciudades mas avisadas y enérgicas”. Lo que más interesa al lector actual, sin embargo, no es tanto el contenido de la carta –que, como se ve, ya anticipaba algunas piezas del discurso falangista-, cuanto lo que la corrección política franquista de Bilbao quería ver en ella: Una especie de documento fundacional de la Falange Española, que se anticipó durante varios años a la formal constitución de esta formación política. El esfuerzo argumental que desarrolla el diario para acreditar que el embrión del Movimiento se encontraba en Bilbao, merece una consideración aparte:
“Se ha dicho muchas veces por gentes ajenas a Bilbao, pero que lo conocen a fondo, que nuestra villa ha sido la precursora de lo que hoy es el movimiento nacional. Bilbao, conocía de cerca de los dos enemigos de España. Los de los internacionales y los separatistas. Por eso cobró tempranamente conciencia de sentido nacional. Podíamos citar varios nombres de los que sembraron esa semilla, algunos de ellos caídos gloriosamente por Dios y por España. Pero para acreditarlo nos basta recoger hoy esta profética y bellísima carta dirigida a Mourlane en 1923 por el actual Consejero Nacional Rafael Sánchez Mazas. Páginas que, leídas hoy, después de lo sucedido en España, sobrecogen por su clarividente visión”
Durante el franquismo, se extendió con fuerza e intensidad esta idea que ve en la tertulia de la Gran Vía bilbaína, uno de los principales viveros ideológicos del Movimiento. E.Z. aseguraba en 1937 que tras la caída de Primo de Rivera, Eguillor “tendió anticipadamente los ojos al movimiento nacional de hoy, por caminos de violencia, los únicos que ya quedaban”. Al año siguiente, Lequerica observaba que, durante los últimos años de la República, Eguillor “vivió impresionado, quizás más que por ningún otro aliento verbal, por aquél manifiesto del general Franco al dejar la Academia de Zaragoza, que dirigía cuando le apartó la República, verdadero llamamiento a la juventud militar de España”. Los testimonios, como puede suponerse, podrían multiplicarse hasta la saciedad.
Curiosamente, sin embargo, la moderna intelligentsia vasca considera que el efusivo abrazo con el que los tertulianos de El Lyon se entregaron al franquismo, constituye un dato extraño, difícil de comprender y explicar. Hay que reconocer que sorprende la beatífica ingenuidad -o el malévolo empeño, que todo puede ser- con el que algunos reinterpretan estos estereotipos del franquismo, y se afanan en presentar a los miembros de la tertulia como un bienintencionado grupo de liberales dinásticos, no-nacionalistas, que destacó, sobre todo, por su brillantez intelectual y su identificación con las vanguardias literarias y artísticas europeas, aunque en la edad madura orientase sus pasos hacia el franquismo, en un gesto meramente anecdótico, difícil de comprender y explicar.
Hace ya algunos años, el malogrado Ernest Lluch reprochaba a Jon Juaristi, su empeño en calificar a los componentes de este grupo de bilbaínos de no- nacionalistas, liberales y dinásticos, algo que el ex ministro de Sanidad estimaba, cuando menos cuestionable, ya que, a su juicio, “muchos de estos autores eran también nacionalistas, aunque en una dirección absolutamente españolista, antiliberal e incluso antidinástica”. Como observaba el profesor catalán, “llamar al autor del Cara al Sol del Arriba España y de la Oración del Ausente (Sánchez Mazas) liberal y dinástico es disimular la historia de la peor Falange antiliberal y antimonárquica”. Se trata de un reproche certero, que Lluch hubiese podido seguir desarrollando con su lucidez habitual, si unos energúmenos no hubiesen segado para siempre su fecundo aliento intelectual. La tertulia, -dígase lo que se diga- profesó un ardiente nacionalismo español. Un españolismo esencialista e intransigente, ferozmente hostil para con las manifestaciones nacionales distintas a la española. Su nacionalismo español era, pues, de una profunda incompatibilidad con la cultura democrática. Era cerrado, intolerante y rigurosamente antidemocrático.
Ahora bien, ¿qué papel desempeñó en esta evolución de la tertulia su presidente y mentor Pedro Eguillor?
Lo veremos en la siguiente entrega, a través de los testimonios que sus discípulos y seguidores prestaron en los años cuarenta cuando, todavía, el recuerdo de su memoria se mantenía fresco y vivo.
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Aúpa Josu!
En «Los Españoles que dejaron de serlo» hay un extenso capítulo dedicado a muchos de estos hombres. Muchos de ellos, Mourlane, Lequerica, Sánchez Mazas… eran fascistas de tomo y lomo. Tenían unas pulsiones totalitarias y antiliberales, lo que pasa es que en Bilbao el fascista y el franquista siempre se ha disfrazado de Liberal.
Agur!
Muy buen trabajo, diputado. Cuántas cosas podrían comentarse! Pero leamos, leamos todos. A ver si algunos comienzan a abrir los ojos y otros empiezan a pensar antes de hablar en un País infestado de ciegos y amnésicos.
Ahora recuerdo que en el libro de Sandor Márai «Egy Polgar Vallomasai» («Burges baten aitormenak», aunque no está traducido al vasco; en castellano está en Salamandra Ed. como «Confesiones de un burgués») aparece de nuevo el citado Unamuno en un café, esta vez en uno de Montparnasse.
Al parecer la conducta que de él describen mantenía en la Gran Vía de Diego López de Haro bilbaina debía ser cierta, pues Marai, que asegura haber coincidido con él en ese café de París (en el Rotonde, probablamente, o el Dome, quizás) escribe en su ensayo-novela autobiográfico que «todas la tardes pasaba por allí Unamuno con su suave sonrisa de sabio, aguantando las incomodidades de la emigración forzosa con comprensión y serenidad; a su alrededor se reunían los intelectuales y aventureros de la nueva Espana, oficiales, filósofos, escritores. A mí me gustaba estar con ellos. Eran personas tristes, como todos los que frecuentábamos Montparnasse. (…) Unamuno intentaba consolar a sus companeros de lucha, confiaba en el futuro de Espana y desconfiaba del porvenir de la cultura europea (…)». Y continúa: «…y el que los observaba después de la medianoche, en la borrachera del cognac en vasos de agua, no comprendía con exactitud lo que separaba a los exiliados espanols de los ‘opresores’ que se habían quedado en Espana.» Eran los tiempos de Primo de Rivera, claro.
Hay que decir, por si alguien no ha leído a Unamuno más que de oídas, y ya que se ha usado el calificativo de «energúmeno» (al hablar de Lluch, el experto en cuestiones vascas que tanto se opuso a la construcción del Guggenheim, incluso llegő a debatir con el que lo ideó -el diputado foral Laskurain- en Radio Euskadi asegurando que era un proyecto pésimo (aunque no creo que le dispararan por esa razón), el escritor de Errondabide era, además de sabio (que no omnisciente), un energúmeno meridiano en muchas cuestiones. Basta leer «Agonía del cristianismo». Qué decir de las bobadas que dijo sobre el idioma vasco…
Es un artículo de nuestro diputado a Cortes por Vizcaya muy jugoso.
Elementalmente, Jonlabeko. Y ahora se autodenominan «demócratas», sin más. Erkoreka cita a Manuel Aznar y a Sánchez Mazas. PUes bien, el primero es el abuelo de José María Aznar, el leader del presunto «think tank» FAES que marca el paso de la derecha hispana de hoy, y el otro es el padre político -el suegro- de Javier Pradera, el «thinker» del partido del gobierno espanol actual que marca el paso desde sus artículos paisanos.
No sé si lo captas: un nieto y un yerno de dos de aquellos dos fascistas (Sánchez Mazas, el jauntxo de Coria, fue el editor de «El Fascio», por si hay alguna duda) que se sentaban en el Urrezko Lioia son los que han indicado, primero a los jueces y luego ya a Besugoitín y a Patxi Nadie, que se expulse a la Izquierda Abertzale (o radical o boltxe, como se quiera) del parlamentillo de Gasteiz y, con ello, al EAJ-PNV de la aministración de la presunta autonomía para Euskadi. Y todo por la misma causa de la que trataban sus abuelos. Y con los mismos medios que nos recuerda Erkoreka y que no tuvieron empacho en plasmar negro s/ blanco.
D.
No me canso de darle las gracias por todos y cada uno de sus posts. Éste es exquisito.
Gracias Josu por toda tu labor divulgativa.Me incluyo entre la inmensa mayoría de vascos que desconocíamos todas estas cosas. Me parece de juzgado de guardia que los «intelectuales» que has citado traten de confundirnos tan obscenamente sobre la catadura de los personajes que se juntaban en Bilbao. Ahora bien, es increíble la similitud de las declaraciones de entonces y ahora respecto de los nacionalistas vascos. Ahora la diferencia es que los herederos ideológicos de todas esas personas apoyan a un gobierno de los herederos ideológicos de esos socialistas que tanto odiaban. Y los socialistas vascos encantados de la vida ofendiendo la memoria y pisoteando la dignidad de tantos socialistas represaliados….
En otro orden de cosas, enhorabuena por la entrevista en El Correo Español realizada por David Guadilla. Aunque algunas preguntas destilaban una mala leche fuera de lugar respondiste con claridad y concreción. Gente de mi entorno alejada del nacionalismo vasco quedó gratamente sorprendida por tu tono y respuestas. Palpo en el ambiente que me rodea que cada día que pasa el Gobierno de López pierde más apoyo social. A pesar de que la prensa le tenga entre algodones….
Como quiera que en la relación de tertulianos aparece Adolfo Guiard y no se cita su ideología política parece pertinente dejar constancia de que Guiard nada tuvo que ver con la deriva fascista de la inmensa mayoría de los asistentes a la dichosa tertulia. Y esto es así ya que falleció el 8 de marzo de 1916.
Además ha de tenerse en cuenta que Guiard estuvo presente en el txakoli Larrazabal donde Sabino de Arana y Goiri se reunió con una serie de heterogéneos personajes el 3 de junio de 1893. A Guiard no le desagradó el discurso de Sabino ya que éste dejó escrito que Adolfo propuso repetir los encuentros semanalmente.
En 1898 Guiard avaló con su firma la candidatura de Sabino a las elecciones para diputado provincial.
Es verdad que desde 1899 Guiard no realizó actividad política pública, pero su amor al País está más que demostrado.
Agur bero bat Santurtzitik.
Excelentes artículos Josu.
Ojalá pudiéramos leerlos en los diarios de papel en lugar de la morralla habitual a lo que nos nos han acostumbrando.
Por cierto, debiera ser obligatorio en los estudios de los chavales vascos los textos de estos señores para ver que, a pesar de la propaganda habitual, la idea fastistoide de la españa avanzada frente a los cerriles caseros vascos es más vieja que mear en pared.
De todas maneras lo más curioso es ver a los descendientes de este grupo fascista que, después de más de 80 años, siguen con la misma defensa de sus antepasados.
Los Pradera and cia con su grupo mediático siendo la raiz de grupos neonacionalistas españoles como «Basta ya» y otros (aunque luego se les escapara de su control) y el think thank de la derecha española dirigida por el nieto de Imanol Aznar.
¡Si es que hay veces que el tiempo parece que se hubiera detenido!
Jonlabeko, Iñaki Anasagasti y yo publicamos, hace unos años un Libro titulado «Dos familias vascas: Areilza Aznar», en el que hablamos de todas estas cosas al hilo de las biografías de José María de Areilza y Manuel Aznar. Lo hicimos con la editorial Foca, merced al siempre atento patrocinio de Javier Ortiz y salieron dos ediciones. Según nos comunicó la editorial en tiempos muy recientes, se encuentra ya a punto de ser descatalogado.
Donatien, Sandor Márai es un autor bastante conocido para el lector castellano. Yo sigo atentamente la publicación de su obra, desde que, hace ya varios años, la editorial Salamandra pusiera en el mercado «El último encuentro» y «La Herencia de Ester». Sus biografías y diarios están también publicadas en castellano. Que Unamuno era un personaje arrogante y extravagante, creo que nadie puede poner en duda. Como creo que resulta asimismo difícil, negarle talento e ingenio para muchas cosas. Yo he disfrutado leyendo Paz en la Guerra y novelas como Abel Sanchez o La tía Tula. Por lo demás no recuerdo si Lluch se pronunció en contra del Guggenheim pero, si realmente fue así, supongo que recibiría, a su pesar, el aplauso de quienes después pusieron la bomba que reventó a las puertas del museo. Así son las cosas en Euskadi. Primero se lucha contra el museo y después se acaba con la vida dequien también luchó contra el museo, pero pacíficamente, sin más recursos que la razón y la palabra.
Santurtzikoa, es evidente que ninguno de los dos Guiard, ni Adolfo ni Teófilo, fueron fascistas. Ya he señalado que no todos los miembros de la tertulia participaban de la opinión mayoritaria entre sus componentes. El ejemplo de Tellaetxe es elocuente. Acabó exiliado, mientras sus compañeros de café retozaban alegremente en el pesebre franquista. Por lo demás, Adolfo Guiard que falleció, como bien señalas, en 1916, no pudo participar en la evolución ideológica que la tertulia experimentó a lo largo de los años veinte -en esos años, Sanchez Mazas fue corresponsal del ABC en Roma y bebió, en primera línea, de las fuentes del fasismo italiano- y, sobre todo, durante los procelosos años de la II República.
Saludos a los demás y me alegro de que el post os haya resultado interesante. El siguiente, centrado en la figura de Pedro Eguillor, vendrá próximamente.
Hola me gustaria saber los nombres de los franquistas vascos que ocuparon cargos de relevancia como concejales,alcaldes,presidentes de diputaciones vascas ,miembros de la falange,carlismo,movimiento nacional que sus hijos ahora estan en el pnv,batasuna,psoe o pp ,por cierto soy del Bierzo y estamos orgullosos de nuestras lenguas castellano,gallego y asturleones
No he insultado a nadie solo lanzo una pregunta si censura el mensaje me demostrara que trata de esconder la verdad
Tranquilo, César, nunca he censurado a nadie en este blog, aunque más de uno se lo mereciera. Saludos, en primer lugar, a un vecino del Bierzo. Siempre he sentido simpatía por las gentes de ese entorno geográfico.
Lo que usted pide, amigo, es un poco complicado. Requiere un esfuerzo de investigación que yo no estoy en condiciones de realizar en este momento, porque no conozco a todos los militantes del PNV, de Batasuna, del PP o del PSOE. Pero pongo el blog a disposición de quien pueda aportar datos fiables y contrastados sobre el particular. No conjeturas, sino informaciones documentadas.
En cualquier caso, creo que, de entrada -se trata, tan sólo de una impresión inicial- es en el PP donde más fácil resulta encontrar antecesores de simpatías franquistas. Aznar, sin ir más lejos. Su padre nació en Bilbao. Su abuelo era euskaldun de Etxalar. Ambos fueron franquistas furibundos.
Josu no digo que usted tenga antecesores franquistas se puede tener familia franquista y no renegar de ella ,lo que digo que mucha gente no es que aparentara ser franquista ,aun estando afiliado en la falange o carlismo no eran de esas ideas incluso eran reformistas e intentaron jugandosela traer la democracia .Lo que digo que ojala no hubiera habido guerra civil y que los reyes se hubieran largado cuando permitieron el golpe de estado de 1923 ,yo tampoco tengo familia franquista mi abuelo paterno y materno eran mineros y campesinos ,mi abuelo paterno lucho en el bando nacional no por ideas politicas si no como la mayoria de los que lucharon en el bando nacional o republicano o luchaban o a la cuneta
Hola Josu me gustaria ir el año que viene las fiestas de Bilbao .¿Hace calor en el Pais Vasco ?.Aqui si mañana son fiestas en Noceda y el domingo la tradicional carrera de burros .Entre en el blog de Elena Valenciano acusa a un alto cargo del pp dice que a cometido un delito sexual pero como dice que no tiene pruebas no lo puede denunciar.¿Se le puede denunciar por esto?
«Imprudencias», un buen articulo de Jon Juaristi, publicado hoy, sobre las fabulaciones de tu post sobre Eguillor, Lluch y él mismo, recomendable por tener más oxígeno.
Antecedentes familiares franquistas los hay en el PNV a patadas. El padre de Xabier Arzallus y mi propio abuelo paterno lucharon codo con codo por la causa franquista.
Curiosamente hoy mi padre es militante del PNV en el mismo batzoki que Arzallus.
La mayoría de la población alavesa, así como amplias zonas rurales de Guipúzcoa (sobre todo las de tradición carlista), y por supuesto la casi totalidad de los navarros (que no son vascos) apoyaron a Franco. De ahí la conservación de los privilegios forales durante el Franquismo por parte de Álava y Navarra.
Asimismo, no fue casual que se encargara a los requetés navarros la protección de la Casa de Juntas de Guernica tras el bombardeo alemán. Los retrógrados símbolos forales eran
compartidos por el vasquismo casposo del PNV y por el carlismo tradicionalista.
En Vizcaya el Alzamiento tuvo poco éxito debido a la presencia de la izquierda, mayoritaria entre la población industrial.
El como siempre ambiguo PNV se dividió, mientras que el Araba Buru Batzar y el Nafarra Buru Batzar apoyaron el Alzamiento de Mola, no así el EBB, que tras dudas y vacilaciones , y tras sopesar la tajada que pudiera sacar del asunto, decidió enfrentarse al mismo.
El PNV, como es habitual en su centenaria historia, practicó el chantaje y la negociación con los dos bandos contendientes. Ofreció apoyo al Gobierno de la República a cambio de un Estatuto de Autonomía. Recordemos que Aguirre juró la Presidencia ya bien entrada la Guerra, y sólo hasta entonces el PNV colaboró con la República.
Son numerosos los testimonios, desde Azaña hasta Largo Caballero, pasando por Negrín, que dejaron escritas sus quejas y desprecios justificados, por la actitud chantajista del PNV durante el chalaneo previo al Estatuto.
Después, de todos es conocida la vil traición de Santoña a sus compañeros de armas. Mi abuelo materno, ya fallecido, comunista defensor del Cinturón de Hierro de Bilbao, y que tras perder la guerra pasó encarcelado tres años en el Penal de la villa santanderina, nunca dejó de recordarme en vida lo peligroso y mentiroso que el PNV había sido durante la Guerra Civil.
En cuanto al artículo de Erkoreka en sí, es difícil soslayar el totalitarismo, bien de izquierdas, derechas o nacionalista, si hablamos de épocas pasadas. No veo interés en juzgar a nuestros antepasados, ni están aquí para defenderse ni tenemos todos los elementos de juicio para ello.
Lo que sí sé es que en la España de 2009 el único nacionalismo rancio y excluyente es el vasco, en todas sus vertientes. Desde la ultraizquierdia asesina de ETA, hasta la cobarde doblez y ambigüedad del PNV, que ni es independentista ni deja de serlo ni todo lo contrario, porque no tiene arrestos para jugarse su capital político (el Poder), presentando a los ciudadanos vascos un programa electoral independentista.
Afortunadamente los vascos seguimos siendo españoles. Lo cual nos garantiza unos niveles de libertad y democracia que por nosotros mismos no podríamos alcanzar.
Si no fuera por los recursos humanos, policiales, económicos, políticos, sociales, judiciales, … que el resto de españoles dedican a nuestra libertad, los vascos, todos, seríamos esclavos del rancio nacionalismo vasco de ETA.
Los únicos garantes de las libertades vascas son la Guardia Civil y la Policía Nacional, verdaderos gudaris que luchan y arriesgan sus vidas por defender las nuestras.
Eskerrik asko, bihotzez.
Cesar, será usted bienvenido a Bilbao, si desea participar en las fuestas del año que viene. Y aunque le parezca una perogrullada, en el País Vasco, en verano, hace calor si luce el sol. Pero aquí no es raro que llueva hasta en verano. Y los días lluviosos, evidentemente, no son tan calurosos como los soleados. Si viene, tráigase ropa de verano, pero no se olvide de una chamarra y de calzado con suela de goma. Por si acaso. Si Elena Valencia no cita a nadie por su nombre y apellidos, es muy difícil denunciarle. Acusar a alguien de haber cometido delito es delictivo, pero, por lo que tengo entendido, Valenciano no denuncia concretamente a nadie, ¿o sí?
Susana, siempre se puede aprender mucho de alguien como Jon Juaristi que ha pasado de ETA al PP, pasando por Euskadiko Eskerra y el PSOE. No me digas que no es un dechado de coherencia. El único puerto en el que no ha atracado jamás es el del PNV. Me reí mucho con su El bucle melancólico. Aquello sí que es una sucesión interminable de fabulaciones sin cuento. Perdón. Más que fabulaciones, son patrañas. Eso sí, le dieron el premio Espasa de ensayo. Escribir contra el nacionalismo vasco siempre es una ventaja en determnado tipo de foros. Y el Estado compró cientos de ejemplares del libro para distribuirlos por las bibliotecas de España. Sí. Definitivamente, admito que es mucho lo que se puede aprender de Jon Juaristi.
Artxandazpi nos ha dejado un discurso más propio de Artxanda que del lugar al que se refiere el topónimo con el que se identifica. Artxanda, sí. Siempre han venido por ahí. Y con tesis muy parecidas a las que Artxandazpi sostiene. El problema es que su discurso está demasiado oído. Aburre. Que a mi edad tenga que oír cosas como que se encomendó a los requetes la custodia del arbol de Gernika durante la Guerra Civil, supera con mucho lo que razonablemente puede uno resistir.
Todas estas patrañas, y muchas más, se publicaron con ingente apoyo público durante la etapa de gobierno de Aznar, el mejor presidente de la historia de España. Todo eso ya lo sabemos, Artxandazpi. Lo tenemos demasiado oído y leído. Por cierto,… tu abuelo comunista que tanto te habló de la ambigüedad del PNV, ¿no te dijo que a lo gudaris del PNV les amenazaban, por ser católicos, con matarles después de acabar con los franquistas? ¿No te contó nada de eso? ¡Qué raro! ¡Tampoco te contó que expulsaron a Astigarribia por haber formado parte del Gobierno vasco y ser leal a Agirre?
Veo que has leido a Azaña. ¿Has leído lo que Agirre e Irujo escribieron sobre el apoyo que el Gobierno de la República prestó a Euzkadi durante la guerra civil? ¿No? ¡Qué raro!
¿No le parece un poco extraño juzgar tan severa y parcialmente a nuestros mayores para inmediatamente después sostener que no conviene hacerlo? ¿O es que conviene juzgar a unos y no a otros?
Estimado Josu,
En realidad lo de Ernest Lluch, el que fuera miembro del órgano colegiado de mayor instancia del poder político ejecutivo de nuestro Estado, justamente siendo presidente el ciudadano Felipe González, predecesor tuyo en el Congreso de los Diputados, secretario general del PSOE -llamado por otros «el senor Equis» (expresión con origen en dicha sede asamblearia)- lo contaba a título informativo.
Esta vez no hay ningún error por mi parte, como tu mismo podrás comprobar en la fonoteca de Radio Euskadi en aquel sabroso debate: Laskurain vs. LLuch. Si hay alguien que tiene fácil acceso a ella es Su Senoría, pese a que sea ahora el PSOE quien tutele el ente público.
ETA, por contra, jamás manifestó su voluntad ni implícita ni explícitamente de atacar en lo más mínimo al proyecto Guggenheim. Nunca. Que la Izquierda Abertzale -HB- se opusiera al mismo con argumentos legítimos y razonados de prioridades presupuestarias sectoriales culturales, como lo hacía inequívocamente EA y también el PP desde su postura, no significaba ni mucho menos que el proyecto se convirtiera en un objetivo armado de ETA (por favor, no empecemos…).
Al menos luego la Izquierda Abertzale ha sido consecuente y, al contrario que Pilar Aresti y todos los que estaban en contra del proyecto, no he visto que se dejaran significar sus representantes en todos y cada uno de los saraos organizados por el exitoso Museo a posteriori. (Por cierto, personalmente yo siempre lo apoyé).
Esta vez me remito a la hemeroteca: «ETA contra el Guggenheim», mentía El Correo espanol al día siguiente del atentado de ETA contra el Rey en Alameda de Mazarredo (en la actual Txema Agirre Enparatantza) el diario ultra bilbaíno. Hiciste tuyo el titular-calumnia? Me sorprende que los hagas. Me admira que seamos a veces frívolos cuando hablamos de cosas muy importantes, ni más ni menos que del conflicto secular que padecemos en el País. Difícilmente lo resolveremos si no lo conocemos bien, aunque para ello haya que diseccionarlo. Demagogias y manipulaciones es lo que nos sobra, Josu.
Con afecto invariable,
Donatien
Es posible que tengas razón, Donatien. No se puede descartar del todo -a riesgo de hacer demagogia o manipular la realidad- la hipótesis de que ETA apoyase efusivamente el Guggenheim pese a que la progresía artística de Euskadi se manifestase en contra con la vehemencia con la que lo hizo. Es razonable pensar que, aun cuando la Izquierda Abertzale se opusiera al Guggenheim con argumentos legítimos y razonables, ETA considerase que el proyecto era plausible y estupendo. Y que, si finalmente decidió poner una bomba en los días previos a su inauguración, lo fuese con el exclusivo objeto de atentar contra el Rey y no contra el museo, que acabaría, de esta forma, siendo un mero daño colateral. Y siguiendo con el mismo razonamiento, hasta podría ser posible que ETA atentase contra Lluch porque se opuso al Guggenheim.
Puestos a enhebrar posibilidades, todo esto podría ser posible. Y descartarlo podría hacer que nos deslizáramos por la demagogia y la manipulación. Pero yo, con perdón, creo que no es probable. Creo que lo más probable es que aspirase a matar varios pájaros de un tiro. Incluido el Guggenheim, claro.
Por lo demás es muy posible que no conozca suficientemente «el conflicto secular que vivimos en el país». Pero, francamente, en los comunicados de ETA no veo demasiada luz para salir del túnel.
Con la misma simpatía de siempre
Josu
Dejemos el pasado y miremos al futuro no creo que el pnv apoye los presupuestos del estado que se convoquen elecciones y con listas abiertas que se escuche a los afiliados y que zp se pire y rajoy pues tambien
No me dirás que Inaki Uriarte no dice muchas cosas consistentes y con conocimiento de causa. Es el Carlos de Gales de nuestro Bilbao pero sin la influencia de aquél, que ha logrado recientemente, como nos reporta el senador Anasagasti en su Blog, que se descartara un poderoso proyecto urbanístico al parecer un tanto ajeno al paisaje arquitéctónico londinense.
Puede que yo comparta sus posturas de «progresía» más que por razones profesionales a las que no llego por ser un irremediable romántico enamorado del viejo Bilbao, aunque es cierto que la dulcificación del paisaje de la ría bilbaina destroza una imagen que yo consideraba más poderosa, fuerte y atractiva. Pero si es bueno para Bilbao, en fin, lo acepto en interés general.
El Guggenheim gusta a todo el mundo, también a «la progresía». Ahora bien, era necesaria la modificación y falsificación del puente de la Salve (o de los Príncipes de Espana, no lo olvidemos) con ese perfomance propio de Disneylandia en rojo con las luces intermitentes nocturnas? A mí me gustaba como era antes, el auténtico. Leí una crítica del crítrico arquitecto bilbaino al respecto sublime (no sé si será tan buen arquitecto como escritor)
Con la habitual simpatía,
D.
Sr.Ercoreca :
Si es Ud. tan amable de responder, perdone , pero ahí vá mi pregunta ….¿de donde es originario el apellido de su madre, Gervasio ? .
Es que no me explico en un Vasco ese odio tan caínita como el que critica Unamuno en su Novela «Abel Sanchez «.
Dicen en nuestro Matriarcado que las ideas de la «Amá » y sus genes son los que influyen en la personalidad del hombre ….Será algo racial ,es que no me explico esa manera de tratar a unos Mártires Vizcáinos .
Amigo Banderizo, me tranquiliza usted. Hace unos días descubrí en el blog que alguien había llegado al mismo interesándose, en el buscador por: «Origen de la madre de josu erkoreka gervasio». Horror, pensé, ¿quien se preocupa de mi pobre madre? Ahora que veo que era usted y que su intención era esta, me quedo tranquilo.
Lo siento banderizo. Su simple esquema se rompe. El apellido Gervasio -al menos el mío- no es español. Es italiano. Lo trajo a Bermeo mi tatarabuelo Francesco que casó en Santa María en 1850.
Ahora bien, con la misma claridad se lo digo. Si fuera español lo exhibiría con el mismo orgullo. No abrigo odio alguno a nadie. El odio no cabe en mi interior. Por cierto, Abel Sanchez versa más sobre la envidia, que sobre el odio.
Señor Banderizo: le recomiendo leer lo que decía el muy aragonés Don Fernando Lázaro Carreter sobre la escritura de nombres catalanes o vascos en castellano. Lo encontrará en El dardo en la palabra (si se porta bien, incluso le daré la referencia). Lo mismo se sorprende y la próxima vez nos sale con un «Señor Erkoreka» lustroso y en espléndido (y correctísimo) castellano.
Egunon Josu.
Taketen artean jarri duzun ahapaldiren baten esandakoak dauzkadan neurona urriak martxan jarri dizkit.
Faxismoak bortxakeri iraultzailearen alde azaltzen duen mirespena denok ezagutzen dugu. Baina faxismoa ez zen izan horren alde agertzen zen bakarra. Leninen idazkiak irakurri ezkero, baita egin zituenak ikusi ezkero, boltxebismoa bortxakeri iraultzailean oinarritzen zela argi dago. Arrakasta handiz eta gupida gabe erabili ere. Aipaturiko ahapaldian, Espainia hitza Iraultza hitzaz ordezkatzen badugu, ezin desberdindu Lenin ala Eguillor ari den idazten.
Bitxia nola, teoriaz, beste helburu bat zutenek boterea lortzeko bide eta tresna berdinak erabiltzearen beharra ikusi izana.
Nahiz eta “pentsamendu” mota bi hauek biolentziaren mirespena muturrera eraman zutenak izan arren, Britainiarrak, Belgikarrak, Frantziarrak, Alemaniarrak, Espainiarrak, Turkiarrak, etab. beraien inperioei eusteko ere, gupidagabeko bortxakeria erabili zuten herrialde “ahulagoen” aurka.
Lehen Gerra Mundialaren sarraskiek ere lagundu egin zuten agintarien buruan pertsonen bizitzak zuen balioa jaisten, batez ere “arerioak” baziren.
Badirudi, nonbait, XX. mendeko lehen hamarkada haietan biolentziari eusten ziotela orduan sorturiko edo indarrean zeuden pentsamoldeek.
Eta nabaritu nahi nuena zera da: euskal abertzaletasunak, garai haietan egituratu arren, bortxakeriari uko egiten ziola; urte haietako egitasmoak gauzatzeko erabiltzen zen tresna nagusiarengandik erabat aldenduz.
Euskal Espainiarkeriaz, Bilbo eta faxismoari buruz beste hausnarketa batzuk sorraraziz gain, azaldu dizudan ildotik pentsa arazi egin didazu.
Gero arte.
Cazuela, ez dakit ezagutzen duzun -eta zinez esaten dizut nire helburua ez dela autopropaganda egite- Anasagastik eta biok idatzi genuen libru hau: Dos familias vascas: Areilza Aznar. Liburu horretan, Aznar-i buruzko zatiaz arduratu nintzen eta argi uzten dut atal batean Manuel Aznar abertzalea izan zenean, Aranaren mezuan sakonduz, barru-barrutik arbuiatzen zuela indarkeria. Biolentziaren aldeko jarrera, espainolismoaren eskutik etorri zitzaion. Ez duzu arrazoirik falta. Nazionalismo batzuk indarkeriari kateatuta sortu ziren. Beste batzuk, berriz, pakeari lotuta.
Arratsalde on
Irakurri nuen aipatu duzun liburua. Oso interesgarria iruditu zitzaidan (zorionak).
Handinahi eta ideologi kameleoiei buruzko pentsamenduz beteta utzi ninduen.
Nolako pertsonaiak agertzen diren gure Herrian.
Badakit gaiaren muinaz aldentzen ari naizela, baina nolabait ere haria jarraituz, foru ezabaketak bertoko ahaide nagusi batzuen ezinbesteko laguntza izan omen zuenaren susmoa dago, handiki haiek ekoizten zituzten lehengaiak, produktu industrialak eta burutzen zituzten salerosketak oso atzeratuta zegoen Espainiar merkatuan, mugen trabarik gabe, kokatzeko asmoz.
Nortasuna aberastasunaren truke?
Kaixo Josu, estoy haciendo un trabajo y quisiera que me aclarases » también hay quien le asocia con el conocido artista Juan Carlos Eguillor. Pero Pedro Eguillor no fue ni político ni artista, aunque meditó y predicó mucho sobre política y sobre arte «…No sería extraño ¿ Cual son esas fuentes ? Agurrak
Muskilda:
Todas las citas que reproduzco proceden de la prensa local de la época o de libros escritos por los propios autores. Conservo las referencias, obviamente, pero me pareció excesivamente incorporarlas al post-
Milla esker Josu, ya he conseguido saber que el abuelo de Juan Carlos Eguillor y el personaje de tu post, eran primos…;-D..Agur bero bat
Me gustaria que pusiera el mismo empeño en denunciar a los que en tiempos recientes han aplaudido asesinar, extorsionar y expulsar de Bilbao a los que no son o eran nacionalistas.
Ahora estan llegando al poder por vuestra ayuda.
Ya hay muchas policias locales mandadas por los que han apoyado el asesinato y el exilio de sus vecinos no nacionalistas. Ya no les hace falta reventar actos, dar miedo, asesinar, ya mandan en la policia y nadie se opone.
Lloré cuando vivi en Bilbao de que la gente o apoyara o se callará ante esa situación y me da pena cuando veo que han ganado; cuando veo que el PNV apoya que matar a los primogenitos y no primogenitos en el vientre de la madre y haya quien se enriquezca con esta matanza.
¿Que cultura vasca apoyan ustedes?. Mi familia no apoyo jamás llamar derecho a matar hijos.
Mi padre, miembro del PNV y de STV cuando fue detenido defendiendo Bilbao fue condenado a trabajos forzados. Después de sus experiencias en la guerra civil y en cautiverio. Me dijo, que tan malos eran unos como otros y que las ideologias envilecen al hombre.
Pero cuando yo fui a vivir a Bilbao vi que en la tierra que yo me crie no hubieran apoyado a asesinos. Fue muy triste para mi y sigue siendo triste lo que sucede.
Voy todos los años, tengo amigos vascos apatridas y universalistas y tambien entre los que solo conocen y respetan lo que se ve desde el campanario de su pueblo; estos ultimos pese a sus virtudes y experiencias, cada vez me aburren más.
Josu, medita.
Hombre, Javier, no me diga usted que no he denunciado y criticado en este blog a los que en tiempos recientes han asesinado o extorsionado en Euskadi. Basta con echar un vistazo al blog para comprobar que lo he hecho en numerosas ocasiones. Siempre he despreciado y condenado la violencia en general y, en particular, la utilizada con fines pretendidamente políticos.
No sé lo que le dijo su padre tras su experiencia de trabajos forzados, pero si fue militante del PNV y de ELA-STV seguro que le dijo que las autoridades de su partido nunca practicaron, ni apoyaron la violencia gratuita y si tuvieron que tomar las armas, lo hicieron, tan solo, en defensa propia y con el compromiso férreo de respetar la vida, la dignidad y los derechos fundamentales de los presos. Eso no lo hicieron ni los milicianos de izquierdas ni tampoco los falangistas del Alzamiento. Pero el PNV sí lo hizo.
Un cordial saludo
Yo te creo, Josu. Y la acusación de Javier Zabala Zubero de que apoyáis a asesinos es, como mínimo, exagerada. Pero esto os va a perseguir durante una buena temporada, porque habéis sido tibios durante muchos años.
Josu:
Gracias por responderme.
Mi padre termino de la guerra y de su condena, absolutamente desencantado. Vio la maldad del hombre y solo confió en Cristo desde entonces.
Pero cuando vio que el pueblo vasco respondía con comprensión, apoyo e indiferencia (en el mejor de los casos) a los asesinatos por la espalda, al desmembramiento de niños, a la extorsión y al miedo, sintió nausea y comprendió que la ideología excluyente del vecino era asquerosa.
Nunca renegó de ser vasco, no solo porque no pudiera sino porque estaba muy orgulloso, pero le dio una pena inmensa el comportamiento del PNV del que si renegó.
Mi experiencia… La ultimas dos anécdotas.
Cuando fui a tomarme un chato al Batxoki que forma parte del poteo de Algorta, me entraron unas ganas terribles de decirles a la amas y amamas que ahi estaban que como no habían corrido a gorrazos a los dirigentes del PNV que habían apoyado a las izquierdas que matar primogénitos, y otros hijos, en el vientre materno le llamaran derecho. Las vi tan satisfechas de si mismas que pensé que les daba lo mismo, además un amigo nacionalista me detuvo para que no hubiera follón y trato de explicarme que era política mercantilista a favor de Euzkadi. Le contesté que se supone que un partido nacionalista esta para defender su cultura, y en la cultura, en la tradición vasca no esta bendecir matar personas, sino recogerlas, que si habían olvidado esto, dejaban de ser vascos y de ser personas, por supuesto dejaban de ser cristianos.
Y lo siento Josu, pero el nacionalismo cada vez se parece más a las izquierdas y a las ideologías comunistas y nazis.
Mi padre me contó que el creía que el resto de españoles tenían cuernos y rabo, y que luego vio que eran iguales y de hecho nos crió fuera de Euzkadi a donde hemos ido a la Universidad, de vacaciones desde niños y a ver a la familia y amigos, pero… bueno no quiero repetirme ni alargarme.
Agur y ezkarrikasko
Zabala y Erkoreka entran en el terreno de la especulación filosófica política, y continúan huyendo como de las cinco Resoluciones de la Conferencia de Paz de San Sebastián, a la que el propio PNV si quiera como oyente asistiópero que sigue sin asumir.
Es especulación filosófica porque si preguntamos a la izquierda abertzale, primera fuerza vasca, quienes han estado extorsionando y matando no son exactamente los mismos a los que el ultra Zabala culpa con el acuerdo del titular de este grato Blog, sino los que Zabala tiene poco menos que como héroes, y que en Euskadi son tenidos como auténticos bellacos.
Pero no nos deberíamos desviar en eso a nos ser que nos divirtamos con ello en tertulias de salón, sofá chester, whisky y habano sin olvidar a la Calnferencia de Paz de San Sebastián.
Zabala, en su odio a Euskadi, está en contra de las Resoluciones de Paz de dicha Conferencia. La cuestión es: está el PNV en contra también de la paz? Por qué no asume y acata lo decidido por esa Conferencia, siguiendo a ETA, y no al fascismo ultranacionalista hispano que nos transmite el interviniendo Zabala?
Bueno me refiero a esto que expresa Donato.
No habla de principios, ni de ideas; solo dice que los que extorsionan y matan son otros que ETA, alucinante.
Además me dice que odio Euzkadi, toma ya. ¿Y a que se referirá?.¿ a la geografia?, a la idea mitologica que el tenga?, ¿a la mia?, o ¿a mis vecinos?, ojala fuera a los vecinos, para poder bajar al terreno tierra.
A mis familiares, amigos y vecinos; le digo que los amo y he amado y si alguno ha estado extorsionado o amenazado he procurado ayudarle. Y es de ese amor del que achaco al PNV que ha carecido ,que no ha estado muy cerca ,sino que además ha tratado de sacar tajada.
Por ultimo dice que mi mitologia o idea politica o de organización territorial es ultrafascista, españolista y no se cuantas cosas más. Yo no he expuesto mis ideas politicas ni parecido, solo he hablado de dignidad, vida y tradición cultural vasca en defensa del nonato.
Un saludo.
Hombre, Javier,… ¡no me diga que todos sus oscuros juicios y vaticinios sobre el PNV se basan en una conversación informal que en tuvo con un grupo de mujeres con el que departió en una sesión de txikiteo en el bar del batzoki de Algorta!. Si todos sus reproches tienen un fundamento tan endeble, difícilmente podremos avanzar sobre suelo sólido. Y ya no le digo nada sobre la absurda creencia de que los españoles tienen cuernos y rabo, una afirmación que no sí si interpretar como chiste, como rechifla o como pliego de cargos en contra de mi ideología. En fin…
La experiencia personal de su padre, la respeto, obviamente. Pero dejando claro que es suya; fruto de la reflexión subjetiva llevaba a cabo sobre la base de unos hechos vividos en primera persona. Cada uno tiene su propia experiencia personal y todas son dignas de respecto.
Lo que sí puedo decirle (y este es un hecho objetivo, no una sensación subjetiva) es que el PNV siempre ha rechazado y condenado la violencia política. Siempre. Mientras otros partidos políticos hacían condenas selectivas (o condenaban a ETA o condenaban los GAL pero no a los dos) el PNV nunca se ha apeado de su discurso de rechazo integral de toda expresión de violencia. Comprendo que algunos como ramontxu prefieran hacer oídos sordos a este tipo de cosas, pero no por ello son menos ciertas.
Me dice que «el nacionalismo cada vez se parece más a las izquierdas y a las ideologías comunistas y nazis» ¿A qué nacionalismo se refiere? ¿Al español, al catalán, al andaluz, al escocés, al irlandés… o solamente al vasco? Yo le puedo asegurar que me sitúo, ideológicamente, a años luz de las ideologías comunistas y nazis. Y es sobradamente conocido que cuando los nazis de verdad -los del III Reich- anduvieron por Euskadi, no lo hicieron, precisamente, para apoyar al nacionalismo vasco, sino para respaldar al ejército nacionalista español. La legión cóndor no bombardeó Gernika para atacar a las huestes de Franco, sino para apuntalar su estrategia contra la República, en general y el nacionalismo vasco, en particular. Como se señala en el post principal, los que simpatizaron en Euskadi con la ideología nazi y acogieron a los soldados de Hitler con los brazos abiertos, fueron los seguidores de Franco. Los nacionalistas españoles.
En fin, comprendo que usted tenga motivos para discrepar de Donatien. Pero yo no soy Donatien. Y él tiene el mismo derecho que usted a expresar su opinión en este blog. No más, pero tampoco menos.
Un cordial saludo.
Yo diría que Javier está hablando de la ley del aborto. No sé si Josu y Donatien lo habéis entendido…
Por cierto, ese día estaba tierno y puse Ramontxu, pero soy el Ramon de toda la vida.
Josu:
Si todo lo que ha entendido es lo que expresa en su escrito, tonto será seguir debatiendo.
La experiencia es mia, las reflexiones mias, las experiencias de mi padre anecdoticas pero alumbradoras, los contactos de Aguirre con los nazis, reales.
Y yo he vivido en Guetxo y Bilbao, y la acctitud del PNV ante la violencia, vergonzosa para todo observador que no tratara de sacar tajada.
El apoyo al aborto, real, y mi asombro ante la acctitud de las mujeres de los Batxokis o no Batxokis alucinantemente complices de semejante barbaridad.
Si usted es capaz de ver y ser honesto consigo mismo, muy bien y sino seguiran en la deriva de unirse al pensamiento unico de izquierdas muy pragmatico en apariencia; pero destructor de los valores y cultura vasca, que no es otra que cristiana y si lo olvidan, sencillamente no serán defensores de la cultura vasca, sino …
Bueno lo dejo y si no me explico bien confio que tenga la generosidad de tratarme como al aldeano que no hay que entender lo que dice, sino lo que quiere decir. Porque de la anecdota de las del batoki no has pillado nada Josu.
Adios muy buenas.
Polémicas interminables que no conducen a ninguna parte.Todos se arrojan los trastos a la cabeza,que pérdida de tiempo.Más trabajo y más investigación de la historia.