He pasado el fin de semana en Escocia. Aunque me he trasladado allí por una cuestión familiar, no he dejado de sondear, como podrán imaginarse los lectores de este blog, el ambiente político que se respira entre los escoceses a propósito del referéndum sobre la independencia cuya celebración en 2014 pactaron recientemente Cameron y Salmond. En la calle, apenas se percibe el debate. O, dicho más concretamente, el paisaje urbano no acusa su existencia. En Escocia -al contrario que en Euskadi- no hay un grupo político que, se dedica a «engalanar» las paredes de todas las calles y rincones del país, con pintadas, carteles, pancartas y graffitis que recuerdan a los viandantes cuál es, en cada momento, la reivindicación de moda. El debate discurre allí por un cauce más civilizado y nadie incurre en la infantil creencia de que emborronar los muros de los pueblos y ciudades con un mismo lema, reproducido hasta la saciedad, significa, indefectiblemente, que todos los ciudadanos lo comparten.
En la prensa, sin embargo, el debate está presente de modo ostensible. Tan ostensible, cuando menos, como la consulta catalana comprometida por Artur Mas, lo está en nuestro panorama mediático. Ayer mismo, cuando los titulares de las principales cabeceras españolas daban cuenta del manifiesto suscrito por varios cientos de «intelectuales» -entrecomillo deliberadamente la palabra, porque reconocer la condición de «intelectual» a alguno de los que firman el documento constituye, sin duda, una exageración gratuita e infundada- para reconducir la situación creada en Catalunya desde el Onze de setembre, los diarios escoceses publicaban, también, noticias relacionadas con el futuro de una Escocia independiente.
Por lo que he podido apreciar, la controversia pública suscitada en Escocia en torno al referéndum de independencia, tiene elementos comunes con la planteada en el Estado español alrededor de la consulta que CiU quiere convocar en Catalunya, pero reúne características singulares que nada tienen que ver con la misma. Un ejemplo de esto último, podemos encontrarlo sin dificultar en la prensa de ayer mismo. El periódico Scotland on Sunday, -edición dominical del conocido diario Scotsman- informaba de unas estridentes declaraciones que el escocés y ex primer ministro laborista británico, Gordon Brown, hizo el sábado, advirtiendo al público de que una hipotética Escocia independiente en la que Londres retuviese las principales decisiones de carácter económico, tal y como preconiza el Partido Nacionalista Escocés, sería gobernada como una colonia británica. El proyecto de Salmond sobre Escocia -sostuvo Brown- supone algo así como una especie de «colonialismo autoimpuesto, con más reminiscencias del antiguo imperio que del mundo moderno». Interesa retener a este respecto que, según la propuesta del Partido Nacionalista Escocés, la Escocia independiente que resultase del referéndum, mantendría la libra como moneda de curso legal, reconocería al Banco de Inglaterra la capacidad de fijar los tipos de interés y respetaría la regulación bancaria del Reino Unido.
Los nacionalistas escoceses sostienen que el Banco de Inglaterra pertenece a los escoceses tanto como a los ingleses y que esta situación no tendría por qué cambiar después de conseguida la independencia. Brown, sin embargo, que está metido de lleno en la pro-UK campaign se preguntó si, a la vista de este planteamiento, los contribuyentes británicos estarían dispuestos a dar cobertura al sistema financiero escocés en caso de crisis. Y se apoyaba, al plantear esta cuestión, en las reflexiones recientemente formuladas por el profesor de Derecho Financiero Andrew Campbell para quien una hipotética Escocia independiente carecería de derecho para forzar a Londres a ofrecer esta cobertura, a menos que Salmond lo consiguiese en las negociaciones previas.
Nada de esto es, hoy por hoy, trasladable al debate planteado en relación con Catalunya, donde no consta que alguien haya planteado algo semejante con el Banco de España.
Sin embargo, otra de las grandes cuestiones planteadas en Escocia al hilo de su posible secesión -me refiero a la del status que adquiriría en relación con la UE, una vez que hubiera alcanzado la independencia- tiene muchas concomitancias con la pregunta que estas dos últimas semanas ha dominado en el debate pública sobre Catalunya: ¿hasta qué punto separarse del Estado español supone para Catalunya separarse de la UE?
En torno a este punto, no sólo existe un paralelismo evidente entre el debate escocés y el catalán, sino que, hasta cierto punto, se puede constatar la existencia de interacciones y de claras interferencias entre ambos debates. En los días previos a mi traslado a Escocia, el pequeño monitor informativo que incorpora el ascensor del hotel en el que me alojo en Madrid, ponía en boca del ministro español de Asuntos Exteriores, la siguiente frase: «Muchos países vetarían el ingreso de Catalunya en la UE». Era una manera de atenuar la dureza de la confrontación dialéctica, echando las culpas a terceros. «No es España la que vetaría el acceso de Catalunya a la UE», venía a decir el canciller español. «Serían otros». O, más concretamente, otros «muchos países». No decía cuáles, evidentemente. Se limitaba a precisar que serían «muchos» y, por supuesto, «otros».
Todo el mundo sabe que a Eslovenia -que nació, como Estado, tras un referéndum de autodeterminación- a Eslovaquia, a Estonia, a Eslovaquia, a Letonia y a otros que accedieron de modo semejante al coto cerrado de los Estados independientes, les importaría bien poco la incorporación a la UE -o la continuidad en su seno- de un territorio como Catalunya, que lleva años perteneciendo a la misma y que ha logrado su independencia nacional a través de una consulta popular celebrada con el mayor escrúpulo democrático. ¿Cuáles serían, por tanto, los «muchos países» a los que se refiere García-Margallo? ¿El Reino Unido que permitió a Escocia autodeterminarse? ¿Alemania que consiguió que su mitad oriental se incorporase, de matute, a la UE, en ejercicio de la «libre determinación»? ¿Francia, que siempre ha sido especialista en ponerse de perfil cuando afloran las cuestiones que sus líderes políticos consideran de «política interna española»? Está claro que García-Margallo quería arrojar lastre en este enconado debate y desviar la atención, acogiéndose al peregrino argumento de que la principal oposición a la incorporación de Catalunya a la UE no vendría de España, sino de otros «muchos países» europeos. Como si esos otros «muchos países» vetarían, por su cuenta, el acceso de Catalunya a la UE si el Estado español no lo hiciese primero y con más firmeza.
Lo que sí está consiguiendo el ministro García-Margallo es que sus palabras y tomas de posición sean utilizadas en Escocia por los partidarios del No/Better together, para advertir a los partidarios de la independencia de que sus aspiraciones de constituir un Estado miembro de la UE podrían ser abortadas por España. Lord Kerr of Kinlochard, un diplomático escocés, que encabezó, entre 1990 y 1995, la representación permanente del Reino Unido ante la UE, aseguraba el sábado que el acceso de una Escocia independiente a la UE quedaría a expensas del «humor» de España, que podría poner freno a la pretensión en el marco de la batalla que tiene planteada con el movimiento catalán a favor de la independencia. Lord Kerr declaró al mismo diario Scotland on Sunday que, en su opinión, si Escocia abandona el Reino Unido, abandona la UE; de manera que, una vez consumada la secesión, sería preciso iniciar un nuevo proceso negociador al que el nuevo Estado tendría que concurrir como candidato.
Lord Kerr no dice, como García-Margallo, que la candidatura escocesa sería vetada por «muchos países», no. La oposición, a su juicio, sólo podría venir de España: «Si el Gobierno de Madrid -argumenta- quisiera demostrar a Barcelona que la secesión de España tendría un coste en el ámbito de la participación en la UE, podrían querer evidenciar» que el proceso de reincorporación a Europa de un territorio separado de un Estado miembro, es duro y difícil. Y cebarse con Escocia, claro está, que padecería en su propia carne los daños colaterales de la furia nacional hispana. Los nacionalistas escoceses argumentan que por razones políticas y prácticas, Escocia no debería ser obligada a abandonar la UE y solicitar su readmisión. Pero el nacionalismo español no entiende de más razones políticas y prácticas que las que alimentan su imaginario patriótico. Y si para retener a los catalanes, en nombre de la sacrosanta unidad de la nación española, tiene que perjudicar a los escoceses, no dudará un ápice en hacerlo.
Como hacía notar en un post anterior, el problema no es Europa, es España. Para los catalanes, por supuesto, pero también para los escoceses.
[…] 2012/11/05 por Josu Erkoreka […]
Ongi etorri, pues, Erkoreka Lehendakari ohia!
Yo de todo esto no entiendo mucho pero por simple lógica me pregunto lo siguiente:
1.- Si se sabe y conoce que España ni quiere ni pretende entrar en razón… Si la UE lo permite (por acción u omisión) ¿el problema no serìa también la UE?. ¿No tiene la UE ases en la manga (ayudas varias…) para «convencer» de la necesidad de que los pueblos puedan expresarse libremente, al menos, a sus estados miembros?
2.- Si por ejemplo Catalunya o Escocia lograsen la independencia…. tal y como asegura hoy Van Rompuy, a pesar de ser parte de la UE deberían solicitar de nuevo su ingreso… ¿no deberían hacerlo también los estados de los que se separan? ¿acaso España no resultaría un estado diferente del que ingresó en ausencia de Catalunya en su seno? De esta forma no tendría derecho de veto…
A mí todo esto me parece un poco la pescadilla que se muerde la cola… ¿quien tiene la culpa o quien la deja de tener? Pero bueno, yo de todo esto no controlo.
Sigues ahí, Josu?
N te vayas, por favor, no regreses! Puedes por favor pasarte antes por la Isla de enfrente? Hacia el oeste, esa grande… ya sabes, «Irlanda», la llaman.
Vamos, Josu… De qué Reino Unido nos hablas? Ahora resulta que expresarse, como se hace sin salir del Reino Unido -para el profano que te lea de buena fe hay que aclarar que no todo el Reino Unido es Escocia, también una parte de él está en Irlanda, en la región de Ulster- engalanando todas las calles y rincones (sic) es una infantilada.
Esos euskal graffitis serían de risa, de tebeo infantil si no hubiera una verdad de opresiòn política armada constituída en torturas, juicios sumarísimos y persecuciòn política durante dècadas.
Pero esos graffitis jamás produjeron sentimientos de ternura hacia sus presuntos pueriles autores.
Toma el ferry, anda, y cuéntanos lo que ves en Belfast.
Erkoreka por favor, no sea usted tan ridículo. Comparar a Escocia o a Irlanda con la provincia española del País Vasco, es insultar a escoceses, irlandeses y a cualquier persona con un mínimo de inteligencia.
Su mísero estado es una entelequia que se inventó Sabino Arana a finales del siglo XIX. No tiene ninguna base histórica. Las provincias de Guipúzcoa, Vizcaya y Álava casi siempre pertenecieron a la Corona de Castilla. Navarra fue un reino, pero un reino navarro y no vasco. De hecho los guipuzcoanos y los vizcaínos fueron el ejército entusiasta que entró en Navarra en 1512 (todavía muchos nos acordamos de los 12 cañones de la Batalla de Belate…). Pero claro sólo por que en un corto periodo de tiempo Navarra contenía a Burgos, Aragón, Cantabria y País Vasco os parece ya suficiente… es que estáis más locos que ninguno.
Ya en el clímax de vuestra estulticia, reclamad Burgos, Aragón, Cantabria y media Castilla…
La anexión de Navarra al reino de Fernando el Católico, fue eso «una anexión». Y gracias a esa «anexión» tanto los vascos como el resto de España puede sentirse orgullosos de tener a los navarros como vecinos. Porque si no se hubiera anexionado a la Corona de Castilla, sin ninguna duda pertenecería Francia (como el Rosellón o la Baja Navarra). La mamarrachada esa del 1512, con los de Batasuna haciendo de historiadores a sido la cosa más tonta visto en años. Sólo superada por «El escándalo Iruña-Veleia», perpetrado por unos chalados de la izquierda nacionalista. Hasta un señor que parecía tener dos dedos de frente (como Ibarretxe), se subió al carro de los necios del 1512, conducido por la batasunada
Sin duda, más legitimidad histórica tiene la Corona de Aragón o la de Castilla para pedir la soberanía. Pero el estado vasco no. También podríamos hablar de la lengua navarroaragonesa o de otras peculiaridades de Navarra, como las tres guerras carlistas en la que los navarros enarbolaban con entusiasmo la bandera española. O de la guerra civil con los requetés. Navarra siempre ha sido hostil al País Vasco. El Reino de Navarra era eso: Un estado navarro y nunca un estado vasco (si a sé me permite llamarlo estado a una corte medieval)
Hasta que el chiflado de Sabino Arana se inventó lo de Euzkadi, los vascos estaban tan orgullosos de ser españoles como cualquier otro. La conquista de América se hizo con vascos, al igual que los viajes de Juan Sebastián Elcano, las epopeyas de Churruca o las heroicidades de Blas de Lezo. Todos ellos lucharon y murieron bajo bandera española.
¿Son Escocia o Irlanda naciones? Por supuesto que sí ¿Han sido tratadas como colonias británicas en algún momento de la historia? Por supuesto que sí ¿Tiene Escocia derecho a la soberanía? Por supuesto que sí.
Ahora seguid en este Blog escribiendo chorradas, que los demás nos seguiremos riendo de las gilipolleces que escribís.
Vosotros sabéis que os quedan cuatro días, los estados-nación se están diluyendo y el futuro está en la UE. En el futuro no existirá España ni Francia y menos todavía las ensoñaciones quiméricas que se imaginó Sabino Arana.
¡Venga todos al batzoki, a beber, a fumar y a crear la quimérica ínsula barataria de Euzkadi, Euskadi, Euskal Herria o como coño la queráis llamar!
Agur Yogur!
You rock!
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Estimado Josu. Gracías por el articulo, claro.
Lo que nos faltaba. Ahora resulta que el pro-etarra Donatien añora Belfast y el enfrentamiento civil que allí se ha producido entre cátólicos y protestantes. La aspiración de los terroristas en Euskadi siempre ha sido la de activar la espiral acción-reacción-acción, para que la situación vaya empeorando, porque cuando peor, mejor. Afortunadamente, nadie les ha hecho caso. Por eso llenan las calles de pintadas. Porque creen que con las pintadas cubren lo que no consiguen con los votos. Si Euskadi estuviera bajo un régimen comunista como el que pretende Bildu, se iban a enterar los vascos de lo que es represión.
Como es habitual, los freekies de turno vienen a soltar su rollo.
Erkoreka habla de Escocia, pero Donatien quiere que hable del Ulster. Esa es la diferencia entre la izquierda radical autodenominada abertzale y el PNV. Los izquierdistas apuestan por el modelo del Ulster, con enfrentamientos armados, muertes, acosos, amenazas, destrucciones y cutrerío a más no poder, hasta en la estética de la calle. Al PNV le gusta el modelo escocés, pacífico, civilizado, democrático y discreto, sin estridencias ni ruidos innecesarios. Ya se ve la diferencia. Irlanda del norte tiene una autonomía de chicha y nabo con una mayoría unionista. Escocia va a tener un referéndum de autodeterminación pactado con Westminster en 2014.
Erkoreka compara Escocia con Catalunya y La batalla del Gorbea, que es el mismo garrulo que escribe en este blog cambiando se nombre cada dos por tres (en el ultimo año ha cambiado de nombre unas cuarenta veces, aunque siempre dice las mismas chorradas) le acusa de identificar a Escocia con Euskadi, referencias a Nafarroa incluidas.
Pero ninguno de los dos hace una aportación seria a un tema tan interesante como este.
Otra vez será.
Cataluña quieren ser independiente, salirse de la Unión Europea y convertirse en un paria de Europa, al estilo de Moldavia o Bosnia ¡Qué así sea! Se lo merecen por impresentables y desagradecidos.
Pero… ¿El País Vasco? NI HABLAR DEL PELUQUÍN!!!
Ten cuidado la batalla del Gorbea, que se te ha escapado sin querer eso de que España desaparecerá en poco tiempo, diluida en Europa. Ja, ja, como te oigan tus amigos de la unidad indisoluble de la nacion española, patria común e indivisible de todos los españoles, te aplican sin piedad el garrote vil, esa herramienta tan típicamente española.
Otro portavoz comunitario señaló que Bruselas solo daría un “dictamen jurídico” sobre la independencia de Cataluña si el Gobierno español se lo pidiera oficialmente. “El papel de la Comisión no es expresar una posición sobre cuestiones de carácter constitucional de la organización interna de los Estados miembros”, aclaró.
Estoy harto de tener que explicar obviedades en este Blog. Vamos a ver:
el ciudadano español medio y de manera general nunca ha sido nacionalista, el tema ese de rendir honores y culto a las banderas y a los himnos nunca ha sido muy español que digamos. Sólo hace falta viajar a USA o a Francia para darse cuenta de ello.
Franco era un militarón, ultracatólico y carca, que obligaba a todo el mundo a rezar el rosario y a besar la bandera a golpe de leyes y de porrazos. En cuanto desapareció, los españoles hemos vuelto a nuestro estado natural. Los españoles somos así, no sentimos mucho la fanfarria nacionalista de oropeles huecos y patrioteros. Somos más de la virgen o de una cofradía que de una patria, nos guste o no, en general somos así.
Los que se comportan como fachas sois vosotros los nacionalistas.
Nunca seré nacionalista ya que no quiero parecerme a vosotros en nada. Da asco vuestra ideología xenófoba y patriotera. Nunca seré nacionalista, ni vasco ni español. Ya que eso siginificaría ser igual que un etarra, un jeltzale o un falangista.
Sí un extranjero me pregunta de qué país soy, le diré que español, pero así sin más. A mí sólo con ser español me es suficiente. No me emociona la bandera rojigualda ni lloro con el himno español. Si gana la selección española,pues me alegro y si pierde… pues también. Esto no quiere decir que sea nacionalista.
Nacionalista es un etarra, uno del PNV o uno de Falange Española. Pero yo no.
¡NO QUIERO SER COMO TÚ!
Tampoco me averguenzo de sentirme español, pero no me gusta rendir culto a las banderas, himnos y caídos en combate. Todo esto de las naciones me parece una construcción humana,que tarde o temprano habrá que prescinder de ellas. Un patriota, un idiota.
Sí un militar o un nacionalista vasco quiere morir por la patria, pues que lo haga ¡Allá él! Yo si he de morir sería por: el fin del hambre en el mundo, el fin de las guerras o por los derechos humanos o por cualquier otra causa decente y honrada. Morir por la patria me parece la mayor estupidez y gilipollez que se puede hacer.
Por cierto, queridos nacionalistas ¡Nos tenéis hasta los cojones con querer levantar fronteras en España! Vale ya, que los muros de Berlín, están pasados de moda…
¿Nacionalista yo? NI HABLAR DEL PELUQUÍN!!!
Para Alderdikide:
Tú no te enteras como siempre. Deja las drogas que estás fatal. Si el Erkoreka habla de Escocia es precisamente para hacer un paralelismo entre Escocia y Euskadi. Su post está lleno de paralelismos. Pero claro una mente enferma como tú dice lo contrario.
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» …
«Un patriota, un idiota.»
Buen resumen. Me gusta.
Saludos cordiales
Ni hablar del peluquín.. efectivamente creo que ni idea tienes lo que es ser nacionalista. Y de lo que no se sabe no se habla. Pero te doy la razón, los españoles no amáis vuestra tierra, si no no se explica lo que le habéis hecho.
Gracias por lo de las drogas, Peluquín (peluquín es el enésimo nombre tras el que se oculta un botarate ultraespañolista que cambia de nombre cada dos o tres dias, para dar la falsa imagen de que, en vez se una sola persona, son veinte o treinta diciendo las mismas cosas)
No confundas al personal, peluquín. España es uno de los paises màs nacionalistas del orbe. Y los españoles sois de un patriotero insufrible. ¿De qué otra manera se puede calificar a los que imponen su bandera obligando a levantarla en los mástiles de todos los ayuntamientos vascos y catalanes? Imponer una bandera es nacionalismo del malo. Nacionalismo imperialista e impositivo. Nacionalismo intolerante.
Intentas engañar cuando dices que el nacionalismo español es cosa de cuatro franquistas y dos militarotes. Perdona, pero no. El nacionalismo español es lo que da sustento a la Constitucion de 1978, que se fundamenta (no se inspira, sino que se fundamenta) en la unidad indisoluble de la nacion española, patria común e indivisible de todos los españoles (articulo 2); una unidad que es garantizada por el Ejército (articulo 8), si hace falta a sangre y fuego. En España, como en todas partes, hay gente que ni siente emoción por ninguna patria. Gente a la que le da igual que la tierra en la que vive se llame España o Euskadi. Gente a la que le da igual que el pasaporte que lleva, le atribuya nacionalidad española o vasca.
Pero los que se dicen constitucionalistas (los fervorosos de la Constitucion de 1978, que se fundamenta en un postulado ardientemente nacionalista) no se pueden hacer llamar no nacionalistas. Son nacionalistas españoles radicales y excluyentes, que solo admiten su nación (indisoluble) y están dispuestos a perseguir con las armas a quienes la pongan en peligro. Como los serbios que protagonizaron el drama de Yugoeslavia.
El nacionalismo español no es, pues, atributo exclusivo de los franquistas. Lo es también de los que, para disimular, se hacen llamar constitucionalistas.
«Un español, un mongol»
Buen resumen. Me gusta.
Saludos cordiales
Para Alderdikide:
Tú odio enfermizo a la Constitución, me recuerda al odio que tenían los carlistas a la Constitución que les tocó.
Me encanta el «Trágala» que tenéis que tragar con la Constitución Española. Aunque sólo sea por eso, merece la pena tenerla. el odio que destiláis no puede ser bueno. El nacionalismo es una ideología basada en el odio. Los españoles gracias a dios, en su mayoría no es nacionalista y sólo algún ultra lo es y yo creo que ni eso; será debido a los 800 años de ocupación musulmana o al descubrimiento de América, yo qué sé…
Tú eres nacionalista, los serbios eran nacionalistas y los de Falange dicen que son nacionalistas ¡Bienvenido al Club de los nacionalistas! Desde luego yo no lo soy.
Decir que Patxi López, Zapatero, Rajoy o Cayo Lara son nacionalistas… Me parece una gilipollez. No creo que ninguno de ellos lo sea. Pero cómo: el ladrón se cree que todos son de su condición. Vosotros sí lo creéis.
Tampoco creo que Eguiguren sea nacionalista, ni vasco ni español.
¡La ostia, que mal estáis los nacionalistas!
“Un español, un mongol”
Borsalino, digamos (siendo excesivamente generoso contigo) que tienes escaso gusto eligiendo adjetivos. Tu afirmación genérica, propia de un típico furibundo nacionalista (portador de odio y miopía a partes iguales), es verdadera sólo si el español es patriota, lo de menos es si ha nacido en Oyarzun (bonito pueblo), Tomelloso o Lepe. Anda, concéntrate y mira a ver si lo pillas un poco.
Saludos cordiales de un apátrida (casi militante) razonablemente feliz.
No lo veo muy nacionalista al Rajoy. Pero ya sé que para vosotros todo dios es nacionalista…
http://elpais.com/elpais/2008/10/11/actualidad/1223713020_850215.html
No te confundas peluquín, yo no odio la Constitucion española de 1978. Sería una bobada odiar una Constitucion. El que tiene capacidad de odiar (no es mi caso) odia a las personas, pero no a cosas inanimadas.
Si no te gusta lo que digo de la Constitucion (todo ello fundamentado con citas precisas y literales) es que no te gusta la Constitucion. Pero no me acuses a mí de odiarla por el mero hecho de recordar lo que dice.
La Constitucion es una proclama radicalmente nacionalista. Nacionalista española, claro. Una proclama impositiva, sectaria y excluyente, que no admite otra nacion que la española y encomienda a las fuerzas armadas su defensa y proteccion. Nacionalismo violento e impositivo. Del malo.
Decirse constitucionalista en Euskadi es reconocerse ferviente partidario de una nacion mitificada y endiosada, que no puede someterse al dictado de las urnas. Una nación, cuya indisolubilidad està por encima de la democracia y de las personas. De hecho, si la Constitucion española se fundamenta en la «unidad indisoluble de la Nacion española, patria común e indivisible de todos los españoles» (¡Toma ya!), quiere decir que si falta esa unidad, se desploma todo el edifico democrático construido sobre la misma.
A ver si te enteras, peluquín. Lee despacio. Lee cuantas veces haga falta. Pero entérate de una vez.
Si Patxi López no fuera nacionalista (español) no se opondría al ejercicio del derecho de autodeterminación por parte del pueblo vasco, porque le daría igual que la tierra en la que vive se llamase Euskadi, España o Burundi. Pero no es así. Quiere que, ante todo y sobre todo, Euskadi sea España. Y que en el apartado relativo a la nacionalidad, su pasaporte diga: española. Y lo que es peor aún. Quiere que, nos guste o no, el pasaporte del resto de los vascos diga lo mismo: española. Quiere imponernos a todos los vascos la nacionalidad que él considera suya. La española.
Si eso no es ser nacionalista, no hay nacionalistas en este mundo.
Leyendo a Daniel y a Peluquín, no puedo dejar de recordar a Josep Pla, cuando decía aquello de que lo más parecido a un español de izquierdas es un español de derechas.
El caso es ser español.
Hombre, Daniel, si español = mongol no te gusta (y lo entiendo, ya que tú eres un español de tomo y lomo) podemos intentar otras rimas no peores.
español = esquirol
español = facistol
español = descontrol
español = arambol
español = autogol (ja, ja, ja)
español = caracol
español = arrebol
El español es fácil de rimar con palabras que sugieren cosas negativas. Lo de esquirol y descontrol me parece muy gráfico. Y lo de autogol, cojonudo.
«español = autogol (ja, ja, ja)»
Berto, no tengo palabras para describir tus procesos mentales. Pero que jamás has sido el más listo de la clase va a misa ¿Verdad?
Me temo que avergüenzas hasta a Borsalino.
Saludos cordiales
¿Avergonzarme? Ja, ja, ja, ni hablar del peluquín. Me he divertido. Lo del autogol es muy evocador. España es tan orgullosa y arrogante que lleva siglos metiéndose autogoles. Por eso conviene apartarse de ella. Cuanto antes, mejor. Que España siga con su orgullo y su engreimiento, su chulería y su autoestima, su elevada consideración de sí misma, mientras en Europa es considerada como PIGS. Los vascos a lo nuestro.
Great posting in De paso en Escocia Blog de Josu Erkoreka. I loved reading this. If you like, please visit my website.
«Los vascos a lo nuestro»
Todos los vascos. Si señor. Ahí. Prietas las filas. Como una piña.
Los vascos.- Conjunto de todos los vascos y vascas de verdad (nada de maquetos y sucedáneos) como Dios manda y la gloriosa patria vasca demanda.
Si, reírse uno mismo de su levedad mental puede que sea incluso hasta mentalmente sano… ¿puede haber gente capaz de disfrutar hasta oliéndose sus propias ventosidades?
Berto y Borsalino: Hay gente «pa to», fíjate, pero no os veo yo mucho futuro como los «Tip y Coll» euskérikos del siglo XXI.
Saludos cordiales
De paso en Escocia | Blog de Josu Erkoreka has been put into my bookmarks. I can’t wait to learn even more about this topic.