La X Legislatura ha dado comienzo bajo la égida de la marca «España»; una idea muy cara a los populares. Rajoy hizo referencia a ella en la sesión de investidura y el ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, la ha presentado en la comisión correspondiente, definiéndola como «un proyecto que desea aunar todas las voces que componen ese coro, que es la imagen de España y dotarlas de una única partitura». También la ha caracterizado como «la piedra angular» en la que convergen «la diplomacia económica y la diplomacia pública».
No habíamos conseguido precisar aún en qué consiste exactamente lo que el Gobierno pretende hacer con ese curioso proyecto de marca, cuando el Grupo Parlamentario Popular se descolgó, hace unas semanas, con una Proposición No de Ley en la que se instaba al Gobierno a «desarrollar un Plan General de Marca España […] que sirva para promover una imagen potente de España en el exterior como un factor estratégico de competitividad y prosperidad para la sociedad española». El Plan en cuestión, había de realizarse, según la iniciativa de los populares, «en el marco de los principios de austeridad presupuestaria de la presente Legislatura». Y debía abarcar «todas las dimensiones» que configuran la imagen española: «económica, cultural, social, empresarial, deportiva, tecnológica, histórica y medioambiental».
No sé si es bueno que un país se dote de una imagen de marca para andar por el mundo. No digo que sea algo negativo. Me limito a dudar de que sea algo necesariamente positivo. Porque, o la marca surge espontáneamente sobre la base de la percepción que los demás tienen de ese país, o acabará siendo algo forzado, artificial y, en consecuencia, inverosímil. Que un país económicamente ruinoso, por ejemplo, aspire a presentarse en sociedad como si fuera una gran potencia económica, sólo podría provocar hilaridad. Por lo demás, no hay que perder de vista el hecho de que hay marcas buenas y malas. Marcas que ayudan y marcas que dificultan. Y marcas que son buenas para unas cosas y malas para otras. Es muy difícil que un solo país goce de inmejorable predicamento en ámbitos tan diversos como el económico, cultural, social, empresarial, deportiva, tecnológica, histórica y medioambiental. Lo más probable es que tenga buen nombre en algunos campos y sea mediocre o francamente malo en otros. La de Grecia, por ejemplo, es una excelente marca en el terreno cultural e histórico, pero parece obvio que no es tan buena en el campo empresarial y tecnológico.
Pero más allá de la calidad de las marcas, existe también otro factor: su capacidad de interesar o atraer a aquellos a los que, en principio, desea representar. La marca Alemania, por ejemplo, puede ser muy potente en el mundo económico y tecnológico, pero es poco probable que un ciudadano griego la sienta como propia y se sienta identificado con ella. Y, en sentido contrario, el hombre de negocios ateniense puede sentirse muy vinculado a la marca Grecia desde un punto de vista afectivo, emocional e incluso político, pero no es descartable que, tal y como andan las cosas, prefiera caminar por el mundo al margen de los símbolos identificativos del país heleno. Hay marcas que, para determinados efectos, son más un lastre que un estímulo. Y si se imponen inexorablemente a los ciudadanos, con independencia de que estos se sientan, o no, identificados con ellas o deseen, o no, verse representados en ellas, pueden acabar resultando contraproducentes.
Nadie sabe con exactitud en qué va a consistir el Plan al que se refiere la iniciativa del PP. Lo que sí se puede decir es que fue debatida en el Pleno del Congreso el pasado 6 de marzo y que obtuvo, por supuesto, el respaldo de la mayoría de la cámara. Por lo que se puede decir que la suerte está echada.
Con todo, no puedo dejar de reseñar que, en el debate surgieron muchas reticencias. El portavoz popular que la defendió puso especial énfasis en la necesidad de «coordinar y trabajar de forma conjunta en todas las acciones que se están llevan a cabo en el ámbito exterior por parte de todo el Estado». E ilustró la afirmación, citando -¡cómo no!- las oficinas comerciales que las Comunidades Autónomas han abierto en Sao Paulo, México y Shangai. Su propósito controlador parecía evidente.
El resto de los portavoces hicieron apreciaciones muy dispares. Sus intervenciones se llevaron a cabo en registrados francamente diferentes. Desde el entusiasmo de UPyD -hoy por hoy el grupo más nacionalista (español) del Congreso- hasta la displicencia de ERC, pasando por la severa crítica de la Izquierda Plural o la celosa adhesión de los socialistas.
UPyD pidió más madera. Solicitó que «puesto que se trata de una política nacional», esté dirigida «desde el propio Estado central y que las comunidades autónomas se subordinen a ella». Y en la intervención de su portavoz, no faltó la emocionada expresión de la angustia nacional: «No se trata de vender España a los españoles, pero creo que sí es manifiesta la necesidad que tenemos de un relato nacional, de saber con claridad qué es lo que somos, qué país somos y qué país queremos ser. Esto es algo muy complicado, que no se resuelve con una proposición no de ley ni con un proyecto como el de la marca España, pero en todo caso, como le decía al principio, es un buen comienzo».
La portavoz de CiU arranco afirmando que «suma más […] la diversidad que la unidad» e hizo un canto en favor de la diversidad y la pluralidad nacional, lingüística y la cultural del Estado español. Temerosa de que nos hallásemos ante una especie de LOAPA exterior, sostuvo que carece de sentido «aplicar la marca España a todos los productos del Estado de la misma manera. […] Las marcas tienen un valor en sí mismas y en España tenemos marcas que identificadas con productos de excelencia, innovación, de calidad, constituyen ofertas de valor en los mercados internacionales. Ejemplos como la marca Canarias, vinculada al turismo de sol y playa; la marca Madrid, asociada a la cultura; la marca Barcelona, asociada al móvil; la marca Baleares y muchos ejemplos más».
Por su parte, el portavoz socialista hizo valer «el libro de la marca España, de la actuación del Gobierno de España en las dos pasadas legislaturas» e hizo un recuento de los éxitos tecnológicos y deportivos españoles en el exterior, no siempre suficientemente reconocidos. Su conclusión era clara: «hay que reforzar la marca España porque no es que nuestros productos sean peores, sino que made in Germany pesa más que made in Spain«.
Bosch, de ERC, fue tan terminante como duro. Su crítica fue despiadada: «Esto se acaba con un monigote y con un garabato; además, un monigote y un garabato nacionalista identitario. Y ese no es el problema, si lo quieren hacer, adelante; si se divierten, adelante, el problema es que detrás de eso se produce un derroche de publicidad que ya conocemos. Y además no sirve; no sirve porque las marcas que sirven, cada vez más, son las marcas concretas, las marcas locales que venden productos concretos. Y otro problema es que después habrá que pagar la factura».
No fue menos incisiva la portavoz de Izquierda Plural. Afirmó, en primer lugar, que España «no necesita de marcas y etiquetas». Y a renglón seguido acusó a los promotores de la iniciativa de «actuar más sobre la imagen que sobre el fondo del problema». Le emplazó a preocuparse «por mejorar la situación de los españoles y españolas y no tanto por ponerle marca para vender España o para vender a España, que se hace difícil encontrar la diferencia». A su crítica final, no le faltó un empeño ridiculizante. Hizo votos por poner en valor «la España de la ciudadanía, nuestra ciencia, el arte, las nuevas tecnologías, nuestra cultura, la cooperacion, eso es lo que de verdad ayuda. Todo lo contrario no será más que seguir formentando la España de charanga y pandereta, la del pelotazo inmobiliario y urbanístico, la España del olé y del turismo, el toro y la peineta, la España del negocio a toda costa y del fraude…»
Al final, se votó un texto transaccional que, a lo ya reseñado líneas arriba, añadía una apuesta clara por convertir la Marca España en un «proyecto de Estado» con vocación de permanencia en el tiempo. También se hacía una pequeña concesión a la estructura plural del Estado, pidiendo que se abordase el Plan «como una política de Estado, que incluya en su seno la diversidad de la nación española articulada a través de las Comunidades Autónomas que participarán en el proyecto en el marco de sus competencias».
Como se ve, todo ello, muy poco apto para alguien que no sea nacionalista español.
Sometido a votación, el texto fue aprobado por 289 votos a favor, 18 en contra y 22 abstenciones.
A ver, ahora, lo que el Gobierno pretende endosarnos bajo la égida de la marca «España»
Propongo estas marcas:
S of PIIGS
The CCC- bonds paradise !
Siesta y Toros !
¡Qué gracioso el tío! Es mejor la marca « Euskal Herría». La marca Euskal Herría nos vendría muy bien para vender coches bomba, chalecos antibalas, armas y seguridad privada, pero para nada más. Bueno, para hacer de pastores con piojos debajo de la boina y dar alaridos guturales en Idaho; para eso también nos vendría bien esta marca. No me jodas.
Además, es posible escribir con tantos errores ortográficos ¿Por qué tiene tantas faltas de ortografía? Cuando no se equivoca con la letra b y la v; nos viene este abuso injustificado de las comillas. Por favor aprenda a escribir con más corrección: En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Antonio me dijo: “Vaya ‘cacharro’ que se ha comprado Julián”». Las comillas se escriben pegadas a la primera y la última palabra del período que enmarcan, y separadas por un espacio de las palabras o signos que las preceden o las siguen; pero si lo que sigue a las comillas de cierre es un signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
Lo de los pastores en Idaho no es una metáfora. Allí todavía se los recuerda por la cantidad de garrapatas que llevaban encima los tíos. Incluso se los llegó a prohibir la entrada a varias poblaciones por llevar tantos parásitos encima que se podía montar trescientos circos de pulgas con un sólo pastor. A lo mejor eran garrapatas nacionalistas y ahora están en Bildu, Vete tú a saber.
Para aquellos que no saben que es un circo de pulgas, aquí os dejo este link tan divertido:
“No sé si es bueno que un país se dote de una imagen de marca para andar por el mundo. No digo que sea algo negativo. Me limito a dudar de que sea algo necesariamente positivo.”
¿No crees Josu que para no quedarte claro si es negativo o positivo le has dedicado demasiada atención?
Creo que caes en una pequeña contradicción ¿Y no será que lo que ocurre es que lo ves negativo para égida de un posible proyecto de marca Euskadi?
No sé quien de los dos promotores de marcas produce más hartazgo…
Por cierto, te felicito, muy buena la estética de la foto, su autor sin duda merece un premio. Con mucha diferencia, es lo más interesante de todo el post (ayuda a soportar un poco la pertinaz y penosa labor decepcionante de sus señorías en el hemiciclo).
Saludos cordiales
Acertado como siempre en su apreciación, Lehendakari!
A la mayoría de PYMES con domicilio social en España los proveedores extranjeros les exigen el pago al contado… No olvidemos que es una PIGS… no creo que sea muy sano para la economía nacional echar por tierra el esfuerzo de desvinculación que muchas empresas se estándar viendo obligadas a realizar, soobretodo si el nuevo gobierno considera necesario para su recuperación continuar con un buen ritmo la actividad recaudatoria o que las filas del paro no se vean incrementadas….
Pero buenooo…. supongo que cada gobierno tendrá sus prioridades… iremos. Viendo. Las. De este.
A su favor (del nuevo gobierno) y de De ™Güindous… he de decir que me Quito el sombrero, han elevado la planificación financiera a la categoría de arte…
Por un lado tenemos el proyecto de Decreto Ley (creo, sino me corrija) de «la dación en pago» para aquellas familias con todos sus miembros en paro y que. El pago les suponga más de un 60% de sus ingresos, para viviendas de menos de 200.000 € en ciudades de menos de 1×10^6 habitantes … Está bien! No Será muy aplicable en Euzkadi pero es un tanto frente a la opinión públicamente que ve cómo les recomiendan a los bancos unas pautas de. ética o conducta (suscripción voluntaria por. parte bancaria).
Hombre, yo creo que está claro lo que pretende el PP, con el apoyo del PSOE, al poner en marcha lo de la marca España. ¿No? PURO Y DURO NACIONALISMO ESPAÑOL, ESENCIALISTA, EXCLUSIVISTA Y EXCLUYENTE.
Vienen malos tiempos para la lírica del pluralismo, la diversidad y el derecho a ser diferente. Se impone el monolitismo españolista.
Continúo aquí, el tf ha decidido enviar a medias el anterior.
Pero frente a la medida anterior que aparenta sacar la cara al ciudadano frente a la banca tenemos el otro Decreto que va a ser aprobado «pago a proveedores en 60 días por parte de los consistorios» (pobre Madrid). Me da la sensación que los ayuntamientos van a tener que solicitar préstamos…. que deberán abonar ciertos tipos de interés…. que serán animados ¿por quien? Por los de siempre… Veamos hasta donde se pueden apretar las clavijas anteado de que la maquinaria reviente. Ingeniería financiera a la vista de todo el mundo, sin trampa ni cartón…. increíble pero cierto!
Serán animados, no! ABONADOS
Has dado en el clavo, Josu. No hay más que ver la agresiva reacción de la carcundida fascistoide españolista en cuanto les has mentado la bicha. El españolismo de los que critican la entrada en sus comentarios, es un españolismo ridículo, folclórico, charanga y pandereta, pero tan intransigente como una pareja rural de la guardia civil.
La marca España servirá, seguramente, para que en el mundo se conozcan los miles de casos de corrupción que salpican a los españoles (empezando por Jaume Matas, compañero de Gobierno de Rajoy y de Arenas, siguiendo por Gürtel, el caso Camps, el caso Campeón, el de los EREs de Andalucía, etc. etc.
Servirá, también, para que todo el mundo sepa que en España hay un fraude inmenso a la seguridad social y gente que vive con el PER, que prefiere pasarse los días tocándose la barriga en la plalza del pueblo y tomandose cervecitas en los bares de la qusqueina, que trabajando como es debido, para producir riquiza y ganarse la vida. La marca España equivale a fraude, vaholganza, vvagancia, pescaito frito, baile y guitarra, con toros y romerías de carro y candil.
Acabo de ver un cartel en la calle que dice: España es nuestra… RUINA… Independentzia!
Ni un minuto más siendo arrastrados por una España arruinada que va directamente al abismo.
Estimado Josu. En la epoca de Fraga había un slogan que decía: «Spain is different». Debe ser esto lo que quieren resucitar, ya que el cambio del PP es ir para atras. Lo de innovar como que no va con sus ideas conservadoras. Tampoco ser originales. Siempre estan con lo del gatopardo y Lampedusa; «que todo cambie para que siga igual». Es una matraquilla fenomenal. Así lo del Sr. Ministro de Industria y Turismo de iniciar las prospecciones en el litoral oriental de Canarias, sacando un «viejo» proyecto de Repsol cuando su «alter ego» gobernaba; ello sin contar con los canarios ni pedir informes actualizados, que los hay. Es la misma perrita pero con otro collar. Pamplinas, que decían los españoles de antes para referirse a algo dicho sin fundamento.
SALUDOS
Jopelas Josu Jauna!!!
Hay que ver, hay que ver, hay que ver,…,como son las cosaasss….
De verdad, estoy muy emocionado, de verdad, de verdad, de verdaaddd….
Con la foto que has copia-pegado del toríco de cierta bebida alcohólica,…me he emocionado y mogollón.
Por cierto, te prometo que si pillo a los «con-nocturnidad y avelozidatarras» que arrancaron un buen día de hace ya unos añícos,…,el torito que estaba implantado en el monte «izkidi» peña muy querida por todos y todas y sobre todo para las gentes que vivimos en la zona: Añezkar, Larrageta, Zuasti, Aldaba, Olza, Erize,…y unos cuantos masss….pues eso que si los pillo les pongo tremendo castigo.
Tendrían que volver a colocar el toríco,…,jopelsas,…de verdad.
Cuantas veces, cuando procedíamos desde Iparralde, Donostia, etc.rumbo a Belagua, Echo, Ordesa,…,etc. NOS parabamos mas o menos en la zona colindante a dicho toríco…
Que tiempos, que memorias,…,hay que ver, hay que ver, hay ver,…como son las cosaasss….
JELen
Yo marco, tu marcas, el marca, ella marca, vosotros marcais, ellos marcan, ustedes pinches güeyes marcan, … , nosotros marcamos,…o sea se que todo el mundo marca….
hay que ver, hay que ver, hay que ver,…,como son las marcas, ups…, perdón, cosaasss….
JELen
La marca España por antonomasia es Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo de los Ejércitos y Centinela de Occidente. Desde que murió el Caudillo, nadie ha encarnado mejor que él la esencia de la marca España.
Pues como toda marca deberá tener aalgún eslogan, ¿noooo?
Espáaña (a lo Sobera) Yeeepaaa!!…. Resulta un poco regional, debería sonar así como más imperialista, mundial,..
Espáaña! Surprise, surprise!… Sería una llamada para aquellos amantes del riesgo o de Isabel Gemio.
Espáaña! Huna y flan de liebre!…. Está claro que somos bárbaros, grandes cocineros y hacemos honor a la época del imperio (romano) por aquello de los conejos.
Espáaña! Tiramos las casa por la ventana!…. Rollito somos una ganga, invierte en nosotros ahora… hay que osiconarse…
Continuará…..
Como la marca España se siga vendiendo igual que hasta ahora lo etá haciendo el Ministerio de AA EE que ahora gestiona Maragallo a través del Instituto Cervantes de Budapest, ya te digo cóm es la égida suspdicha:
El año pasado organizó un festival de samba y salsa, ritmos de la cultura latinoamericana, que es la del Reino de España, según parece.
No sé si pagó algo al Ayuntamiento por cerrar la calle Eötvös o no, pero que las 72 academias de español para extranjeros subvencionadas ( que es lo que es el célebre «Instituto Cervantes») cuestan un ojo de la cara y que venden una determinada marca e imagen que imponen al contribuyente vasco una égida complemtamente inadecuada y perjudicial, es algo que tengo clarísimo.
«… imponen al contribuyente vasco una égida complemtamente inadecuada…»
Donatien, ahí, ahí, así se comporta el contribuyente vasco (o sea, por definición, todos los vascos contribuyentes): Amando al Euskera y odiando al castellano.
¿Cabe suponer quizá que, en el hipotético caso de que algún vasco que otro no comulgue con tu «sabia sentencia», o no es contribuyente o es un ignorante?
Jua, jua.
Kafkiano.
Saludos cordiales
¿Marca España? Puuuuuuuffffffffff….:….!!!!!
La embajada español en Hungría no usa coches Seat Exeo, sino Volvos.
Tienen un nuevo Seat Alhambra, eso sí, y quizás estos Volvos que se ven aparcados junto a su oficina comercial en la calle Nador (la oficina comercial de la Empbajada está en el mismo edificio en el que vivió Ferenc Liszt, según aparece en una placa del portal) son anteriores al lanzamiento del Exeo. No lo sé.
Sí sé que en la embajada británica usan Fords Mondeos (el embajador un Jag, claro) y no tengo que explicar qué marca de coches usan los de la de la embajada de la República del Elíseo.
No me imagino a los de la oficina comercial de Suecia con Exeos o Alhambras como coches oficiales.
Son patéticos.
Bueno, sois vosotros los que odiáis a castellano, Daniel.
Quien para ilustrar nociones de castellano y su entorno organiza bailes de samba odia al castellano, aunque no lo sepa.
Por otra parte amar al euskera no significa odiar al castellano. Bueno, para ti sí porque el nacionalismo español al que te adscribes cree incompatible la existencia del euskera con la del castellano, como confiesas con tu comentario, pero para el sentido común no.
Daniel:
Para saber lo que opina el contribuyente vasco (si ama el euskera y odia el castellano, si odia a los dos o ama a los dos) lo mejor que podemos hacer es preguntarle. Preguntarle en una consulta popular si prefiere amar al castellano desde un Estado vasco independiente o desde un Estado, el español que mantiene chiringuitos insostenibles como el Instituto Cervantes.
¿Por qué no organizar un referéndum de autodeterminación? Así dejaremos de especular sobre lo que opina y sabremos a ciencia cierta lo que opina. A los españoles ya no os queda la coarta de ETA. ¿Por qué no un referéndum coincidiendo con el de Escocia? ¿Váis a seguir permitiendo que la opinión pública internacional vea que la española es una democracia de peor calidad que la británica?
Aquí todo dios quiere referéndum. No sé que coño quieren, se les llena la boca cuando dicen esta palabra a la que otorgan poderes mágicos. Autodeterminación de qué; un estado de qué. No son más que castillos en el aire y tonterías para hacer perder el tiempo al personal ¡A ganarse el pan y dejaros de payasadas! Euskal Herría es un estado de fantasía. Es como creer en las hadas y en los duendes. Aunque claro: – Hay gente pa to… incluso para creer en estos cuentos y patrañas.
España es la luz de Trento, de cuyas entrañas emergió el centinela de Occidente. ¿No se merece una marca internacional que ponga en valor sus méritos historicos y sus extraordinarias potencialidades?
mklikjh, el referéndum es la esencia de la democracia directa. Por eso lo queremos. Aunque comprendemos que a un buen español como tú (España es sinónimo de Autoritarismo retrógrado) le molesten las reivindicaciones democráticas, la Democracia es la menos mala de los regímenes políticos.
Para patrañas, la ridícula creencia de que España es la patria amada de los vascos y los catalanes. Si España subsiste en Baskonia y Catalunya, es por pura imposición a punta de fusil. Y así seguirá siendo hasta que se imponga la democracia, por mucho que les fastidie a los españolitos ortodoxos. Cuando Peces-Barba, al padre de la Constitución dice que cada veinte o treinta años habría que volver a bombardear Catalunya ya sabe de lo que habla. De lo que no se da cuenta es de que al hablar así, deja al descubierto su talante antidemocrático y sectario.
«Nadie quiere ser hoy como España. España solo vale para el flamenco y en vino tinto»
Richard A. Boucher (embajador de los EEUU y secretario general adjunto de la OCDE)
Barbour seguro que Euskal Herría y sus abertzales energúmenos no son sinónimo de Autoritarismo retrógrado. Y menuda fijación tienen con demostrar que toda España vive de lo que se carga a los contribuyentes vascos, dar gracias a la España de pandereta que permitió un concierto económico, en el que no aportais nada en relación a lo que recaudais, asi que señor Erkoreka de gracias a que el Estado Español invierta en crear la marca España y luego aprovechese de ser español cuando le interesa, como hacen los vascos. Por ejemplo Que 20 atuneros bermeanos de mas de 100 metros expolian todos los mares y estan en el centro de las miradas de ecologistas internacionales, pues no se apresuren en desmentir que en vez de Españoles son Vascos, que los vinos vascos no venden y que tienen 0 turismo, pues publicitense dentro de la marca España y algun incauto caerá y el primer dia, despues de salir del museo guggenheim y almozar por ahí, a ver donde van a ir los turistas
¡Vaya! Me ha salido un vasco chaquetero respondón que parece tener muchos reproches que hacer a los «abertzales energúmenos». Si todos los abertzales (de aberri-zale, patriota) somos energúmenos por el hecho de ser patriotas vascos, seguro que el vasco chaquetero (o zapatero, o pelotero, o sencillamente español, tiene razón)
Yo no tengo ninguna fijación con que los españoles viven de lo que se carga a los contribuyentes vascos, no sé de dónde ha sacado esa milonga ridícula. De lo que estoy satisfecho es tener un concierto económico (que Franco nos quitó a las provincias «Traidoras» y que Suárez no tuvo más remedio que reestablecer para no ser considerado como un continuador de la dictadura) para no tener que sostener económicamente a tipos como Dívar que son el ejemplo de lo español. La marca España, en estos momentos, es como una piedra de una tonelada atada al cuello de un nadador. Todo el mundo huye de ella. Sólo los patriotas kamikazes se atreven a ir por los mercados diciendo que son españoles. La gente normal prefiere no tener que saber nada con una marca, que más que marca es un estigma.
Los vascos (chaqueteros o no) no nos aprovechamos de ser españoles cuando nos interesa. Si nos dieran la independencia de una vez y para siempre, utilizaríamos la marca Euskadi y lo haríamos orgullosos y contentos. Pierda cuidado. Nunca nos interesaría ir por ahí con la marca del toro, la pandereta, el candil y la sevillana del fino de Chiclana y el pescaíto frito.
A los atuneros se les ha echado en cara que iban por los mares sin bandera española y ahora viene el chaquetero pelotero diciendo que «no se apresuran en desmentir que en vez de españoles son vascos». No entiendo nada. Sobre si expolian o no los mares, las miradas ecologistas internacionales mirarán, supongo, a los pescadores asiáticos que trabajan en el mismo lugar sin ley. Los atuneros vascos, como los franceses, tienen que respetar la normativa medioambiental europea, que es mucho más exigente que la asiática.
Mientras tanto, que España siga cultivando el turismo de Sol y Playa que desprecia el guggenheim y la buena gastronomía. Eso sí que es futuro. De día a ponerse rojo a la playa y por la tarde al tablao. Eso sí que es formentar la cultura y la innovación creativa.