En el diario Deia de hoy, se publica el resumen de una entrevista que el coordinador de Lokarri, Paul Ríos, concedió ayer a Onda Vasca. Sus reflexiones se podrán compartir o no, pero es evidente que, al menos en la mayoría de los casos, arrancan de una meditación contrastada, madura y solvente. No voy a entrar a valorar ahora si el resultado electoral obtenido por Bildu el pasado domingo, favorece o dificulta la desaparición de ETA. Paul Ríos defiende lo primero. Sostiene que el apoyo obtenido por la coalición en las urnas, «transmite a ETA el mensaje de que somos más y estamos más juntos sin violencia y esto le ofrece una narrativa a ETA para justificar el final definitivo de la violencia». Es verdad. Pero no es menos cierto que todo depende en última instancia de lo que bulla en la mente de los que integran la cúpula de la organización terrorista. Si de verdad están por la labor de cerrar la persiana podrían, sin duda, acogerse al relato al que se refiere Ríos. Sería una excelente ocasión para revestir de un argumento justificante lo que en el fondo están deseando hacer. Pero si esa voluntad no existe, o no está clara, las urnas les han dado también una coartada para pensar que no parece pertinente clausurar el cotarro ahora -precisamente ahora- que pueden ponerse en la vanguardia de las masas para capitalizar y apuntalar el proceso político iniciado el 22-M. Así lo ha sugerido, entre otros, un analista político que hace años militó en ETA y que siempre ha seguido con interés la evolución de la banda (Véase «Bildu y el final de ETA», firmado por Patxo Unzueta y publicado en El PAIS, 26.05.11).
Pero lo que más me ha llamado la atención de la entrevista de Paul Ríos es la apuesta que hace por la continuidad de Zapatero al frente del Gobierno, como garantía para que puedan afianzarse de manera irreversible las bases de lo que él denomina «bases de la normalización política». No son muchos los comentaristas que han hecho notar el dato de que mientras Bildu eclosionaba en Euskadi, su máximo antagonista político, el PP, obtenía en España un resultado electoral que permite augurar, sin necesidad de incurrir en exageración alguna, el próximo acceso de Rajoy a La Moncloa. Los populares han celebrado su éxito electoral con el resultado obtenido por Bildu como único punto sombrío. Y los promotores de Bildu –al menos los más conscientes y mejor informados- tampoco han podido evitar una mueca de inquietud al conocer la marea de votos azules que ha anegado el mapa político español.