La geografía polaca está salpicada de estatuas que recuerdan a personajes históricos que, de un u otra manera, desempeñaron un papel relevante en la afirmación de la nacionalidad polaca. Los reyes ocupan su lugar, obviamente, empezando por Segismundo III, cuya imagen se expone sobre una elevada columna frente al castillo real de Varsovia, pero también se puede seguir la estela de otras personalidades relevantes, como la del papa Juan Pablo II, por ejemplo, al que en los últimos años se han dedicado decenas de esculturas monumentales. Lo que apenas se encuentran son motivos conmemorativos de la época comunista o de las personas que lideraron aquella etapa histórica. Ese es un período que la mayoría de los polacos prefiere borrar de sus recuerdos.
Uno de los personajes más recordados es el mariscal Josef Pilsudski, que en 1918 se convirtió en el primer líder de la Polonia independiente, tras 123 años de fragmentación territorial y de ocupación por los imperios zarista, austríaco y prusiano. A él le corresponde el mérito de haber vencido a los bolcheviques en la batalla que libró contra ellos el 16 de agosto de 1920, frenando el avance soviético hacia el oeste y poniendo fin a la esperanza de una revolución proletaria proyectada hacia toda Europa a través de Polonia. Durante la etapa comunista, la figura del marsical fue denostada y meticulosamente eliminada de todos los espacios públicos. No era para menos. Los méritos que el pueblo polaco le atribuye no eran muy caros a las autoridades de la Polonia popular. Tras la caída del muro de Berlín, el personaje a resurgido de sus cenizas y hoy es intensamente venerado en toda Polonia. El día 16 de agosto se le recuerda anualmente, como uno de los principales héroes nacionales de Polonia.
Otro personaje relevante en la historia nacional de Polonia es Tadeusz Kosciuszko. Tadeusz fue un militar aventurero que participó directamente en la guerra de independencia americana, a finales del siglo XVIII, de donde regresó a su Polonia natal para liderar la insurrección contra Rusia de 1794; en el período de los particiones. Durante la etapa imperial austro-húngara, Cracovia le dedicó una estatua ecuestre junto a la torre lateral de la catedral de Wawel. Pero durante la etapa comunista, no se toleró una figura que daba cuerpo a la idea de una Polonia libre y desprendida de la tutela rusa. Una idea subversiva que, a juicio de las autoridades, no se podía fomentar. Hoy, la imagen ecuestre de Tadeusz luce nuevamente en el lugar del que en su día fue eliminado.
Durante la época comunista todo estaría adornado con estatuas de los líderes del partido, empezando por Lenin, y grupos escultóricos idealizando el trabajo y los logros del proletariado.
Lo mismo ocurría en Moscú y en toda la extinta Unión Soviética.
Ahora, cada país puede, de nuevo, recordar y enaltecer a sus propios héroes nacionales, recuperando su Historia genuina.
No falla. Los comunistas siempre tienen el derecho de autodeterminación en la punta de la lengua, pero a la hora de la verdad son unos etnocidas empedernidos. La órbita soviética fue la más grande cárcel de pueblos que ha conocido la historia. Por eso no me fio yo de los que se hacen llamar izquierda abertzale. Son comunistas. Y si algún día llegasen al poder, nunca favorecerían el ejercicio del derecho de autodeterminación, ni en España, ni en Euzkadi, ni en Alejandría.
Mira, jeltzale, te dejo este Blog.
Es un poco sobre legislación en China, en concreto del trabajo. Como verás no tiene mucho que ver con la explotación que se supone y en la que se incluye a China como si de Thailandia se tratara, por ejmplo:
http://www.chinalawblog.com/promo/services.html
Como ves, más allá del cómo se llegó a esto, lo cierto es que del socialismo y el comunismo de Mao algo ha quedado huella, y no para mal necesariamente.
Sería bueno analizar las cosas sin prejuicios y con conocimiento.
Perdona jeltzale. Me refería a esta página de ese Blog:
http://www.chinalawblog.com/2010/04/china_employment_contracts_ten.html
Un saludo,
Donatien
Sobre, China, Donatien, podríamos hablar mucho. Sobre el reconocimiento que el maoísmo auténtico y el disfrazado han hecho del derecho de autodeterminación del Tíbet, por ejemplo. O sobre su tolerancia con la voluntad mayoritaria de los ciudadanos de Hong Kong. Todos recordamos lo que hicieron con el líder nacionalista Chang Kai Shek. Al hoyo. En la China maoísta, como en la Rusia soviética, la opresión nacional estaba al orden del día. Como lo estaría en una Euskal Herria controlada por la izquierda abertzale.
Aunque parezca exótico, también en el estado español hay una placa en el alto de Somosierra, recordando la valentía de otros polacos, los lanceros polacos que venían con Napoleón cuando entró en Madrid, que hicieron unas cargas para desbaratar las defensas españolas en ese alto.
(Los polacos estaban con Napoleon porque tenían a los rusos y los prusianos como enemigos comunes.)
Por supuesto la placa la han puesto los polacos
Muy interesntes los comentarios. Pero la verdad es que el comunismo aunque se vista de oveja, sera siempre un lobo.La izquierda abertzale que se llena de
mentiras en defensa del puevo vasco, esconde detras de toda es verborrea
un totalitarismo rancio, comunista y cruel. Esto ultimo sobrdamente demostrado.