Gdansk es el puerto más grande de la costa sur del Báltico. Un puerto y un importante núcleo urbano situado en el corazón de una inmensa bahía, que constituye un abrigo natural privilegiado. Aunque tiene tras de sí una larga historia como puerto comercial, como ciudad libre asociada al tráfico marítimo y como enclave costero adscrito a diferentes países -en el pasado, por su posición estratégica, pasó, también, por manos de la Orden teutónica, de Prusia y de la Alemania del III Reich- en muchos lugares es conocida, sobre todo porque, en agosto de 1980 –el próximo día 14 se cumplirán treinta años de ello-, en sus famosos astilleros se declaró una huelga que puso en jaque a las autoridades políticas, constituyendo el germen de un movimiento que en el transcurso de la década, acabaría rompiendo las costuras del régimen comunista que atenazaba a los polacos, hasta su definitivo derrocamiento.

Junto a las tres cruces que los trabajadores erigieron frente al astillero en recuerdo de los asesinados en las revueltas de diciembre de 1970
Tal y como anota un folleto recientemente editado por la oficina turística local, Todo empezó en Gdansk; y lo hizo de la mano de un sindicato –Solidarnosc– y de un líder –Lech Walesa- cuyos nombres dieron la vuelta al mundo en aquellos convulsos días. Año y medio después de aquella primera conquista, que consiguió abrir tenues espacios de libertad, en diciembre de 1981, el Gobierno polaco aprobaba una ley marcial, que ilegalizaba de nuevo todas las asociaciones políticas y sindicales y servía de base para ejercer una feroz represión contra los disidentes. Pero la semilla había comenzado ya a dar sus frutos y el proceso parecía imparable. En 1983, Walesa recibe el Premio Nobel de la Paz, lo que supone un firme espaldarazo para el movimiento que encabeza. Y un quinquenio después, al régimen no le queda más remedio que volver a negociar con la oposición democrática, con la que pacta la convocatoria de unas elecciones parcialmente libres. A partir de ese momento, las murallas totalitarias van cayendo progresivamente en todos los países de la órbita soviética: Alemania, Checoslovaquia, Rumanía, Estonia, Lituania, Hungría, etcétera.

El símbolo de la resistencia polaca -una P que emerge desde el centro de una W- en una escultura erigida frente al Parlamento
Los astilleros siguen allí, aunque notablemente reducidos en dimensión y capacidad de trabajo. Su plantilla de entonces, formada por 20.000 trabajadores, se ha visto reducida a la décima parte. Algo sabemos de estas cosas también en Euskadi. Son los signos de los tiempos. La construcción de barcos ha sido, también, fuertemente constreñida por mandato de la UE. Y, por supuesto, ya no lleva el nombre de Lenin. El sindicato Solidaridad sigue representando un movimiento político de gran dinamismo. Todavía constituye un icono que goza de gran capacidad de movilización. Pero Lech Walesa desapareció ya de la primera plana política y hoy vive sus días, discretamente, con varios kilos de más y plenamente integrado en la galería de expresidentes de la República.
Las altas cruces metálicas que los obreros del astillero erigieron frente al astillero en recuerdo de los trabajadores asesinados por las fuerzas de Seguridad en las huelgas de 1970, constituyen uno de los principales atractivos turísticos del lugar. Sin perjuicio, claro está, de la ciudad vieja que, tras la meticulosa reconstrucción llevada a cabo tras la II Guerra Mundial, ha recuperado gran parte de la espectacularidad de antaño, con sus espléndidas torres góticas de ladrillo, su manierismo holandés y sus seductoras portadas barrocas.
La cartelería que este año pondera los atractivos turísticos de la ciudad, se mezcla con la que llama a la conmemoración del trigésimo aniversario de las revueltas del astillero, desde la persuasión de que, como he señalado más arriba Todo empezó en Gdansk.
Yo creo que en estos momentos en Euskadi no tenemos un sindicato como Solidarnosc y de un líder como –Lech Valesa, que sean capaz de poner en jaque a las autoridares politicas. Por eso durante estos últimos dos años los llamamientos de nuestros sindicatos para secundar huelgas por un día no sirven de mucho, van por libre, y no lo entiendo muy bien, porque la principal causa politica, que es luchar por el trabajador, es común. Esto hace la desconfianza de la mayoría de los trabajadores que lo único que ven es que les vayan hacer perder un día de jornal, que les haga hacer no llegar a fin de mes.
Sí, todo empezó en Gdansk hace treinta annos, y en Hungría hace veintiuno la siguiente vuelta de tuerca. Todo confluyó en Berlín en 1989, como lo celebraron el pasado anno, en octubre, en la puerta de Brandenburgo, con Jon Bon Jovi cantando su nuevo éxito, de significativo y alusivo título, «We were not born to follow», ante la presencia de la secretaria de Estado americana, Merkel y el propio Medvedev.
Hoy, en Hungría, el país que empezó a abrir la frontera con Austria antes de la caída del muro, más de la mitad de la población de más de 45 annos cree que la situación social es peor en el régimen actual que en el anterior. En Polonia también?
Un símbolo: los trolleybuses de Budapest son los mismos artefactos rusos de hace 40 annos. En 20 annos el nuevo régimen (el de la eficiencia) ha sido incapaz de renovarlos. Todo lo que hay aquí existe porque fue creado durante el socialismo. En estos 20 annos sólo se ha creado miseria.
Yo no soy comunista ni dejo de serlo. Solo constato hechos.
Hola corruptillo:
«…se ha visto reducida a la décima parte. Algo sabemos de estas cosas también en Euskadi. Son los signos de los tiempos…»
¿Por circunstancias de similar carácter y conocimiento impedisteis que se pudiese ver «L´Air du Temps»?.
-Qué bonito su tour por Polonia …
-A ver si les cuenta usted a los polacos que usted se cree una «Catalina la Grande» y que quiere repartir España entre 4 caciques provincianos disparatados.
-Usted quiere una España destruida y rota al igual que lo fue Polonia durante más de 100 años.
-Sea honesto y diga la verdad . Si en España no está el País Vasco, España desaparecerá … será otra cosa pero ya no será España. Volveremos a la Edad Media con sus Taifas o a la Polonia de los repartos …
¿Por qué no se mete en el calobozo/replica que hay en el museo de Solidaridad y tira la llave en el retrete/replica que hay también en ese museo?
¿Por qué en España tenemos que soportar a tantas «Catalinas la Grande»?
-Para que deje de lamentarse tanto :
Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
«¿Habrá otro», entre sí decía,
«más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.
Sr Erkoreka, me alegra leerle durante su viaje, que le deseo placentero, por un país que yo visité allá por los años setenta. Entonces el ambiente era un tanto triste, el consumismo inexistente, largas colas para comprar helados en pleno invierno, regulaciones de compra en los almacenes, el alcoholismo corriente. El Paraiso Comunista no era tal. Encontramos a algunos brigadistas de la guerra de España, que aún hablaban un castellano muy escaso. Nos chocó bastante el «No pasarán» con la bandera tricolor española en las minas de sal de Wieliczka, cerca de Cracovia.(Pero pasaron, comentó el guía).
Lo que más me gustó fueron los precios de los libros y la abundancia de librerías. Tuve que refrenarme para no volver excesivamente cargado de ellos. Elegí los más gráficos y los que tenían texto en inglés, pero también en ruso y polaco.
Ya se notaba el desagrado de los polacos por los rusos.
Qué pena como nos engañaron los comunistas durante tanto tiempo. Nos decían que allí era el paraíso del trabajador y resultaba que vivían pobres como ratas. Se cayó el muro y nos vino la verdad … que sinvergüenzas como nos tomaron el pelo …
PD
-Por supuesto yo, como había leido a Kapuscinski y había leido a Dominique Lapierre, no me cogió por sorpresa la mentira del comunismo … Y pensar que Otegi quiere convertir el País Vasco en esto …
Que desagradabel usar el nombre de un gran escritor para soltar una patochada españolista. Y además ese recuerdo a la edad media como algo oscuro y negativo. Ya se sabe que es mejor la «edad moderna» con el autoritarismo monáquico, el absolutismo y la creación de los algunos estados nacionales y la destrucción de lo que quedaba de otros estados nacionales (1512-22) y la introducción de la Inquisición de la mano de la monarquía católica (lo mejor de la época los marranos y el gran Spinoza/Espinosa).
Polonia y los repartos, qué decir de Euskalerria. Miraria izan behar da oraindik euskaldunak egon bagaudela, baina gure auzokoak katolikoak direnez, eta beraz ez dira ortodoxo maltzurrak ez Luteroren jarratzaile zitalak, Euskalerriko zatiketa ona eta santua da.
Stanislav Lem: Está usted equivocado. Muy equivocado. No es el nacionalismo vasco el que quiere hacer desaparecer España de los mapas. Son los nacionalismos español y francés los que han hecho desaparecer Euskal Herria de los mapas de Europa. Euskadi está, como Polonia estuvo durante 123 años, saqueada, dividida y repartida entre los Estados español y francés.
Por otra parte, ¿tan poca cosa es España que si Euskal Herria le dice good bye Spain deja de existir? ¡Pues vaya piltrafa!