Hace unos días, el presidente de la Generalitat, José Montilla, era invitado a pronunciarse sobre la oferta que Rajoy esbozó en los días previos, al sugerir la idea de que el Partido Popular pudiera pactar con el PSC en términos semejantes a los que lo ha hecho con los socialistas vascos para participar en el Gobierno de Euskadi. Su respuesta fue clara y terminante: “Ni Catalunya es el País Vasco, ni el PSC es el PSE. Las circunstancias son muy diferentes”.
Ya sabíamos que Catalunya no es el País Vasco. Y también sabíamos -vaya si lo sabíamos- que entre el PSC y el PSE existen diferencias abismales. Montilla aseguró que la posibilidad de que los socialistas y los populares suscriban en Catalunya un pacto a la vasca es igual a cero. Esa hipótesis es, sencillamente, inimaginable. En Euskadi, por el contrario, como todo el mundo sabe, esa posibilidad equivale a cien sobre cien. No sólo no es inimaginable, sino que refleja la más cruda realidad. Porque el pacto es un hecho y los que lo firmaron, no sólo no se arrepienten de haberlo hecho, sino que muestran una satisfacción creciente por ello.
En Catalunya, el PSC suscribió un pacto de izquierdas, frente a CiU y el PP. En Euskadi, el PSE firmó un pacto españolista frente a todo el nacionalismo vasco y Ezker Batua. La sima que separa al PSE del PSC es decisiva para comprender la diferencia que existe entre ambas naciones. La identidad política de los socialistas catalanes pivota en torno a la izquierda. La de los socialistas vascos alrededor de la idea nacional de España. Por eso los primeros optan por las formaciones progresistas, mientras los segundos se abrazan al PP.
Hoy hemos podido constatar, una vez más, la enorme diferencia que existe entre Catalunya y Euskadi. Esta mañana, doce periódicos editados en Catalunya -doce- han salido a la venta con una editorial común. Una posición editorial compartida, en la que las cabeceras del Principat -la iniciativa no incluye a los diarios editados en Madrid que cuentan con sección catalana- defienden la dignidad de Catalunya y cuestionan la autoridad del Tribunal Constitucional para dictar sentencia sobre el Estatut.
La declaración acusa al Tribunal Constitucional de estar lastrado por “los continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y erosionado su prestigio”. Y constata, además que, mientras uno de sus magistrados “se halla recusado tras una espesa maniobra claramente orientada a modificar los equilibrios del debate”, cuatro de los restantes, sólo siguen en el cargo “como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición sobre la renovación de un organismo definido recientemente por José Luis Rodríguez Zapatero como el corazón de la democracia. Un corazón con las válvulas obturadas, ya que sólo la mitad de sus integrantes se hallan hoy libres de percance o de prórroga”. Las rotativas tienen más motivos de crítica. Pero se las callan por respeto al tribunal; un respeto –precisan- “sin duda superior al que en diversa ocasiones este se ha mostrado a sí mismo”.
Como se ve, el texto dispara toda una carga de profundidad contra la línea de flotación del Tribunal Constitucional. Una carga que trasciende con mucho la coyuntura concreta, porque a nadie se le oculta que tanto la “espesa maniobra” que la editorial compartida denuncia, como los manejos orientados a “modificar los equilibrios del debate”, sin olvidar, claro está, el “sórdido desacuerdo” existente en torno a su renovación, constituyen motivos de cargo que pueden achacarse al tribunal desde el momento mismo en que fue constituido hace ya varios lustros.
Pero la editorial no concluye ahí. A lo ya consignado, añade otras denuncias y advertencias. Entre las primeras, puede reseñarse la que destaca la existencia de motivos más que fundados para preocuparse por la existencia de una “maniobra para transformar la sentencia sobre el Estatut en un verdadero cerrojazo institucional”. O la que alude a los ultrajes que recibe una lengua –el catalán- “que, en vez de ser amada, resulta sometida tantas veces al escrutinio por parte del españolismo oficial”.
Entre las segundas cabe citar la que da cuenta del “creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (instituciones, estructura económica, idioma y tradición cultural) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una sonada e imposible uniformidad”. O aquella otra que constata: “Estos días, los catalanes piensan, ante todo, en su dignidad; conviene que se sepa”. O, en fin, la que anticipa que la catalana no es “una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad”, para concluir asegurando que “si es necesario, la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable”.
Esta sí que es una diferencia entre Catalunya y Euskadi que merece ser reseñada. ¿Alguien se imagina una editorial semejante compartida por todas las cabeceras vascas? ¿Quién puede imaginarse a todos los periódicos publicados en Euskadi defendiendo, al unísono, la dignidad de “un viejo pueblo europeo” frente a los excesos de las instituciones del Estado y el “obsesivo escrutinio” al que lo somete el “españolismo oficial”? Incluso se me ocurre una pregunta más. ¿Cuáles serían las cabeceras que con más firmeza se resistirían a suscribir una posición equivalente para Euskadi?
La respuesta la tiene el Blogger.
Pues Diario de Navarra, El Correo espanol, El Diario Vasco y Sud-Ouest/Pays Basque, sin duda.
Pero, aun teniendo razón los editorialistas respecto del circo político al que está sometido el poder judicial incluso en sus más altas instancias en el Reino de Espana, que todos conocemos, no debemos pasar por alto, puestos a ver el editorial desde una perspetiva vasca, que esa docena -12- de periódicos del noble principado han aprovechado la redacción de su editorial para arremeter contra terceros, contra Euskadi precisamente, acusando a la nación del otro extremo del Pirineo de «privilegiada» justamente por Espana.
El uso más que sutil como fundamento de la argumentación de esa Declaración de los intereses vascos, es o ignorante -difícil de creer viniendo de gente tan informada, de informadores- o malvado.
Hay que decirlo todo, queridos amigos.
D.
Políticos, os estáis desmadrando, Juré defender a España y besé la bandera de mi Patria. Me siento urgullosísimo de ser español. Juro, de nuevo, defender a España. ¿Tomaría un arma para defenderla? Sin dudarlo, SI. ¿Cúando el pueblo español se va a tomar en serio que desde ahora mismo lo primero que tenemos que hacer es echar a esta chusma de políticos?. Vivís del sudor y de la ignorancia de muchos españoles. ¿Quién preside el gobierno de España? . Ha tenido muchas oportunidades para llevar bien las riendas de este país y no sirve para ello. Pues echémosle sin contemplaciones, que a continuación saldrían a patadas los demás presidentes de las autono-suyas. Somos unos cobardes, un pueblo español sin agallas, que aún duerme. Para cúando un Estado cohesionado y sin fisuras.
Estoy muy harto y hay que pasar a los hechos. Basta ya de dar largas. Que no me conteste el amo de este blog que si fachas, que si de derechas. Hoy habéis votado a favor del aborto, también el «católico Bono. Estoy seguro que os pesará para el resto de vuestras vidas.
Recuerdo lo orgullosos que nos sentimos los españoles –al menos algunos españoles- que fuimos testigos de la Transición, al tomar conciencia de que España, por primera vez en nuestras vidas, era una sociedad plural. Y no me refiero a la legalización de Partido Comunista de España y al regreso de la Pasionaria. Me recuerdo a mí mismo hablando con amigos ingleses, informándoles y fardando de que en España había una mezcla de culturas muy rica, de que había varias zonas que tenían su idioma propio, distinto del Español, sus tradiciones, sus costumbres… Llegué a presumir incluso de la antigüedad del euskera y de lo oscuro de sus orígenes. ¿Os lo podéis creer? El futuro estaba hecho de pétalos de rosa y libertad sin ira.
Pero ¿dónde estamos ahora? -Otra vez a la greña por culpa de los nacionalistas.
Los nacionalistas catalanes y vascos se han pasado 30 años insultando al resto de España (no sólo a los nacionalistas) con su desprecio y su complejo de superioridad. Y los de la Unidad de Destino en lo Universal han pasado los mismos años alienando a catalanes y vascos (no sólo a los nacionalistas) con su prepotencia y su empeño en poner a todo el mundo con el uniforme y en fila.
Lo malo es que ambos han conseguido su objetivo: endurecer la posición del contrario para justificar el propio endurecimiento. Y las consecuencias las sufrimos todos.
Para ilustrar lo que los nacionalistas vascos tienen bajo la educada y fina piel del “somos distintos: ni mejores, ni peores”, os copio aquí las palabras, escritas en el blog de Urkullu, de EUSKOBAROMETER, un nacionalista vasco al que muchos conoceréis:
«»»Aqui estamos enfrentados a una ENSALADA MIXTA ESPAÑOLEITORS (mestizage de arabe, judío, romano, visigodo, fenicio, leproso, otómano, etc. ) en definitiva una ensalada de mierda que se carcome por la envida que nos tiene y NO precisamente por la chorrada del RH sino porque una y otra vez a través del mundo demostramos que somos mejores que ellos (no superiores), sencillamente que somos mas responsables a la hora de hacer un trabajo bien hecho, de asumir riesgo, de trabajar e solidaridad en equipo, etc. ).
Hace falta ser españoleitors para poder desarrollar esa capacidad de MENTIR, ENGAÑAR, TRAICIONAR, FALSEAR, y….cuando llega el atardecer, poder prepararse para un suenño NO MERECIDO.»»»
Estoy seguro de que no os costará mucho encontrar joyas del mismo nivel escritas por algún nacionalista español. Así nos va.
Más diferencias entre los periódicos catalanes y los vascos:
– La página web de La Vanguardia (uno de los periódicos que publican el editorial) es «www.lavanguardia.es». Sería impensable que Deia, por ejemplo, utilizara «.es».
– En el editorial en cuestión se llama «España» a España en numerosas ocasiones. En un editorial de Deia, por ejemplo, sería impensable otra palabra que «el estado».
– El editorial en cuestión comienza aduciendo como argumento en defensa del estatuto que fue «promulgado el 20 de julio del 2006 por el jefe del Estado, rey Juan Carlos…». Un editorial de Deia, por ejemplo, nunca se rebajaría utilizar semejante argumento.
– El editorial defiende una «España plural». En un editorial de Deia, por ejemplo, eso se consideraría expresión españolista, porque Euskadi no forma parte de España y nos da igual que esa España, de la que no formamos parte, sea plural o no.
– Otro argumento que esgrime el editorial catalán es el «carácter abierto e integrador» de la Constitución. Para Deia, por ejemplo, la Constitución es una ley extranjera diseñada para someter a los vascos.
– El editorial catalán se refiere al Concierto Vasco como «privilegio foral». No creo que Deia, por ejemplo, utilizara esa expresión.
Seguro que hay más diferencias, pero ya vale ¿no?
Seguro que AMBROSIO, que creo que es lector asíduo de El Correo, nos podrá iluminar sobre el enfoque que dicha publicación le daría al asunto.
Imposible. Y ahora que el DV se ha convertido en el HOLA, mucho menos. Tienen en portada la relación de Elena y Marichalar. Manda c…..
Bueno yo añadiría otras diferencias señor Erkoreka. En Catalunya nadie defiende las ideas con las armas y esa diferencia es mucho más notoria y decisiva que cualquiera de las otras que ha citado ud. Su partido tardó demasiados años, yo diría décadas, en darse cuenta de que ser ambiguo con el terrorismo conduce a un callejón sin salida. La impresión que yo tengo es que la gente que se siente vasca y española en el País Vasco no se ha podido expresar con libertad en más de 50 años. Cuando se celebró la Eurocopa en Bilbao el año pasado hubo gente de su partido que se enojó y contó su enojo en sus blogs, «ante tal demostración de nacionalismo español». Tener a la gente amedrentada en su casa sin atreverse a ir a votar a un partido constitucionalista ha sido siempre beneficioso para su partido, de ahí su ambigüedad frente al terrorismo. El día que desaparezca ETA y se puedan ver banderas de España por la calle en Euskadi veremos a ver cuántos querían la independencia de verdad. Yo defenderé siempre la singularidad del pueblo vasco, gallego y catalán. Creo que hemos cometido demasiados errores con esos lugares y deberíamos daros tanta autonomía como queráis porque al final, los más perjudicados del distanciamiento con el resto de España son los propios vascos y catalanes. Trabajo en un banco en madrid donde trabajan muchos vascos y catalanes, soy madrileño y nos llevamos mucho mejor de lo que los políticos y los medios hacen parecer. Les ruego que no fomenten el enfrentamiento porque no lo hay. A pie de calle parece que nos respetamos mucho más que a nivel político. Un saludo
yo creo que algunos pobres si pensarón que el pse era el psc sobre todo cuando fachi llevaba su ikurriña en la solapa, que por cierto no he vuelto a ver! la sucursal vascongada son una grupo de amiguetes muy trepas que llevan viviendo de esto 20 años o más y que tenían ganas de calentar asiento, y sus socios son una panda de resentidos contra todo aquello que huele a euskaldun, asi que con la excusa de los garrulos de la izquierda abertzale (que estos dan bola a rubalcaba) pues se han repartido sillones y altos cargos, pero era muy gracioso oirles como iban a terminar con el txiringo o batzoki del pnv! y ellos han convertido el actual gobierno en una caseta de feria con orangutan, la mujer con barbuda y demás………
Si, aquí, una iniciativa semejante no sería factible porque no todos reman en la misma dirección. Además que Catalunya no tiene un grupo terrorista como nosotros.
Josu, entre tú y yo, ¿ se hubiera producido un pacto entre el PSE y el PP para quitar al PNV del gobierno si ETA no existiera?. ¿ Se hubiera decantado por un pacto de izquierdas o hubiera pactado con el PNV como en los viejos tiempos?. Por cierto, ETA ya existia hace años y se dio un pacto entre el PSE y el PNV. ¿ Qué ha cambiado?. ¿ Por qué lo que ahora no sirve, servía antes?.
Saludos.
Gran descubrimiento, que Cataluña no sea Vasquilandia. Pero le falta un pelin, creo yo al argumento; demostrar que la aparente unanimidad catalana sea lo deseable.
El argumento de que un acuerdo socialista – izquierda catalanista es bueno, pero con el PP no, también es curiosilla:
La identidad política de los socialistas catalanes pivota en torno a la izquierda. La de los socialistas vascos alrededor de la idea nacional de España. Pero si los socialistas vascos gobernaran con el PNV, ¿sobre qué pivotaría su identidad? ¿Sobre la idea nacional de Vasquilandia? ¿Y por qué iba a ser esa idea nacional una idea mejor que otras ideas nacionales? Lo que se me ocurren son muchos motivos para pensar que sea una idea peor, pero en todo caso el argumento de Erkoreka no lo explica.
Y por poner un par de ejemplos fáciles de diferencias importantes y obvias entre ambos sitios, se puede señalar que en Cataluña no te matan por según como pienses, y aquí a veces sí. Y con el aplauso o el levantar de hombros de no pocos. ¿Será poca cosa una diferencia así? O por ejemplo que habiendo en ambas comunidades una dictadura linguísitica bastante notable, en un caso la dictadura solo es más o menos contra la mitad de la población, y en el otro contra una abrumadora mayoría, pretendiendo un experimento de ingeniería social sin precedentes. Hay, pues, diferencias. Y vienen de lejos.
Por cierto, menudo despiste. Hemos olvidado el motivo principal de diferencia entre Cataluña y Vasquilandia. Es lo malo de olvidar a nuestros mayores; perdemos perspectiva.
Nunca discutiremos si la regiones españolas como Cataluña tienen o no derecho al regionalismo que defienden, porque nos preocupan muy poco, nada por mejor decir, los asuntos internos de España.”
“Maketania comprende a Cataluña”
“Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres”.
Paginas de Sabino Arana, Madrid, Criterio, 1998. Pgs. 1391, 686, y 1369.
Bueno, yo me puedo imaginar lo que opinaría el nacionalismo vasco si viese a todos los periódicos defendiendo, al unísono, la dignidad de “un viejo pueblo europeo” frente a los excesos como el plan Ibrh de las instituciones del Gobierno Vasco y el “obsesivo escrutinio” al que lo somete el “abertzalismo oficial”?
Imagino que protestarían enérgicamente contra tamaña afrenta pagada con el oro de Madrid, y claro, también qué cabeceras se resistirían a suscribir una posición equivalente para Euzkalherria.
Yo, de cualquier forma, prefiero sin lugar a dudas un sitio donde como aquí, no digan todos los medios lo mismo. Por aquello de la diversidad, la libre opinión y la democracia a la occidental, que de democracias populares a la camboyana ya hemos tenido buenos empachos.
Señor Erkoreka
Efectivamente;
El País Vasco es diferente de Cataluña.
Que en Cataluña no bailan el Aurresku,ni cantan zortzicos, ni pescan chipirones, ni comen angulas, ni hacen análisis de sangre para certificar el RH de los que van a admitir como catalanes. Ni tienen a ETA, como telón de fondo, cambiando la perspectiva.
En Cataluña, los periódicos subvencionados localmente, no sienten remordimiento en seguir las directivas de sus políticos nacionalistas locales, y hacer todos un mismo editorial, dictado o al menos inspirado, por quienes les subvencionan y les apoyan.
Y pueden meterse con lo que les parezca que es un distintivo español, sin que les preocupe demasiado. Porque el hecho de ser considerado charnego español, no iba a significar que a uno lo secuestraran, o intentaran asesinarlo, como ha solido pasar en el País Vasco con aquellos considerados maketos, por los nacionalistas vascos. (Y con esto no estoy diciendo que todos los nacionalistas vascos estén de acuerdo con estos actos terroristas, sino que los que los perpetran, los perpetran contra los que el nacionalismo vasco ha señalado como maketos, malos vascos, o españolistas).
Señor Erkoreka
Una cosa me ha chocado mucho en este su comentario:
Pone usted un mapa de Cataluña, en azul sobre la bandera catalana.
Y en este mapa, incluye usted Baleares y la autonomía valenciana.
Que no son Cataluña.
Ya puestos, podría haber incluido la Occitania francesa, que fue perdida por Pedro II de Aragón, ( héroe en la batalla de Las Navas de Tolosa, y padre de Jaime I «el conquistador, que era entonces un niño), en la batalla de Muret ( 12-09-1213), a manos de Simon de Monfort.
Para mi las causas basicas de la diferenciacion entre Catalunya y Pais Vasco son claras.
En Euskadi las fuerzas nacionalistas/independentistas se han caracterizado (especialmente la izquierda abertzale) por una posicion mas agresiva y aislacionista frente al nacionalismo español.
Mientras, en Catalunya, un movimiento nacionalista mas pacifico e integrador ha animado a muchos Nuevos Catalanes venidos de fuera a unirse al proyecto nacional catalan.
Esto ha sido posibilitado en gran parte por la desventaja comparativa de Catalunya respecto a la España Foral. Con el Concierto Economico (y la gran libertad economica que este conlleva) ya conseguido, Navarros y Vascos han podido centrarse mas en sus asuntos internos y fomentar sus diferencias.
En Cataluña aun les quedan muchas cosas, principalmente desde el punto de vista economico, por las que luchar «Juntos». Y ese es, el dinero, un magnifico motivo por el que juntarse y luchar.
No conocía el blog cuando lo encontré ayer buscando otra cosa. Y no esperaba que se publicaran comentarios tan en contra (cuando puse los míos aun no había ninguno).
Así que, aunque discrepe plenamente de las ideas políticas de sr. Erkoreka, no voy a dejar de darle la enhorabuena por lo abierto de su blog. Es un ejemplo, y hay que señalarlo.
No irrites más con esa tinta azul, amigo. ¿Por qué no cambias de color, de azul a marrón, y emborronas por encima de esa ikurriña una cagada así de grande y hermosa?. Buscas que te engordemos tu blog, por mi parte, no al precio borreguil que te gustaría. Los que te conocemos un poco, en el ámbito… -no te lo voy a decir- coincidimos en que nos conviene «tenerte ahí» «con la pelota pegada al pie» y que no se nos pierda el «aldeano por la gran urbe».
Dejemos a Arz… el jesuita, que siga cuidando la cabra allá arriba, pero ¿no te parece que te está esperando?
??????????????
Leo la noticia de que «en los próximos meses» el PNV se va a dedicar a buscar «consensos de mínimos» entre los diferentes partidos, pero también entre aquellas personas y colectivos abertzales «que entienden que la patria vasca está aún en construcción».
¡¡¡¡¡¡Aleluya!!!!!!
Parece que he tocado alguna tecla dolorosa. ¡Cuantos y cuan iracundos comentarios ha suscitado mi humilde post del jueves por la tarde!
Ando se ha desmelenado. Hasta ahora asomaba periódicamente en ese blog, con argumentación vehemente, pero más o menos razonada. Más o menos, he dicho. Ahora, parece que ha soltado el freno y hace suyos los principios sagrados de Millán Astray. Aquellos a los que Unamuno respondió con su conocido: «Venceréis pero no convenceréis». Dice Ando estar dispuesto a defender con las armas a España de la ignominia y del enemigo interior, que es, al parecer, el auténtico enemigo. El enemigo de verdad. El enemigo por antonomasia. ¿Qué tengo que hacer, Ando? ¿Me tomo en serio la amenaza o la considero, tan sólo, un pequeño desahogo?
La reflexión de Ramón no es novedosa. Los malos son los nacionalistas vascos y catalanes, que se han pasado treinta años -dice- «insultando a España desde su complejo de superioridad» y los poquitos y políticamente irrelevantes nacionalistas españoles que todavía cabe encontrar en el panorama político español. La gran masa cívica perjudicada por el choque absurdo de estos de estos dos extremos es la no-nacionalista, que busca una convivencia armónica entre todos aunque, eso sí, bajo la bandera de la unidad indisoluble de la Nación española patria común e indivisible de todos los españoles, que conforma el «fundamento» de la Constitución de 1978. Su santo y seña es la unidad sagrada de la Nación pero es no-nacionalista.
Y claro, la prueba definitiva de que los nacionalistas vascos somos los más sectarios, racistas, excluyentes, etcétera de todo el orbe es un corta y pega de un post anónimo que alguien insertó en en blog de Urkullu, con un mensaje tan descabellado que, según Ramón, no tiene correspondencia en el terreno nacionalista español. Por curiosidad, Ramón: ¿Has leído algunan vez lo que aquí escribe un tal Curro el Madrileño? Todo frescura, amor, respeto y pluralismo. ¿Has leído lo que expresa el comentario que precede al tuyo en este mismo post? Un abrazo, Ramón. Pero no sin antes hacerte una observación. El equivalente de la Vanguadia en Euskadi no es DEIA. Lo sabes, ¿no? La Vanguardia, propiedad del grupo Godó -la derecha catalana españolista y monárquica de toda la vida-, precedió a la guerra civil y convivió amablemente con el franquismo con la cabecera ligeramente retocada: La Vanguardia española, se llamó entre 1939 y los años setenta. La dirigieron franquistas eminentes como Galinsoga -El centinela de Occidente- y Manuel Aznar, el abuelo del insigne.
Busca el equivalente de ese diario en Euskadi, Ramón. Busca, busca… ¿has dado con él? ¿Sí? No ha sido dífícil, ¿verdad que no? Pues bien, ahora te voy a hacer una pregunta: ¿Crees que sería capaz de firmar una editorial semejante en defensa de la dignidad de Catalunya frente al poder centralista español? No, ¿verdad? Pues eso.
El equivalente de DEIA en Catalunya sería, por supuesto, un diario nacionalista catalán con una línea editorial muy diferente a la de La Vanguardia.
Arturo pone sobre la mesa el terrorismo. Bien, Arturo. Claro que la existencia del terrorismo de ETA es otra diferencia muy importante entre Euskadi y Catalunya. Pero de ETA he hablado muchas veces en este blog y en términos, por cierto, bastante diferentes a los que, según tu comentario, son los típicos del nacionalismo vasco y del PNV. Comprendo que le sea a usted muy difícil sustraerse al arquetipo y dejar de reproducir aquí la tesis oficial de la prensa conservadora que se edita en Madrid. Pero me temo que esta vez se ha desviado demasiado. La violencia de ETA -que el PNV siempre ha condenado, por cierto- puede alterar muchas cosas. Pero ampararse en su existencia para que un partido de izquierdas se entregue atado de pies y manos a la derecha más ultra de Europa -la frase no es mía sino de los propios socialistas- o para justificar el hecho de que en Euskadi no sea posible poner de manifiesto la poca credibilidad de un Tribunal Constitucional en el que nadie cree, me parece forzar las cosas hasta extremos poco justificables. Por lo demás, Arturo, no verá en mis escritos atisbos de odio, ni pretensión alguna de aparentar un enfrentamiento entre vascos y madrileños que no se da. Vivo varios días a la semana en Madrid, y tengo experiencia directa sobre el particular.
Manuel, te recuerdo que hasta unos meses antes de pactar con el PP, el PSOE estuvo negociando con Batasuna y ETA un proceso de paz con contenidos políticos. Vaya usted a saber lo que hubiese hecho o dejado de hacer si existiese o no existiese no sé quien. No me gusta especular. Lo único cierto es que, tras el 1 de marzo, el PNV propuso al PSE formar Gobierno y éste se negó con displicencia, abrazándose de inmediato al PP Basagoiti. Eso es lo que hay. Lo demás es ucronía.
Plazaeme irrumpe por primera vez en en blog, pero lo hace con ímpetu. Con la fuerza con la que los morlacos acostumbran a abocar la Estafeta de Iruñea. Plazaeme, ¿he dicho yo que sea mejor o moralmente más elevado comprometerse con Vasquilandia que con la España eterna? ¿No será que son tus obsesiones las que te hacen leer lo que el post no dice? Me he limitado a constatar lo que hay, tal y como yo lo veo. Ni más ni menos. Me preguntas por lo que ocurriría si el PSOE pactase con el PNV. No lo sé. Lo único que sé es que no quiso hacerlo. Que prefirió entregarse a los maternales brazos del PP. Sobre el argumento terrorista, he hablado ya en esta y en otras muchas entradas de este blog, aunque plazaeme, que acaba de llegar, lo ignore. Y sobre la dictadura lingüística, supongo que te referirás a la del castellano, que es la única lengua de obligatorio conocimiento para todos los ciudadanos, ¿no?
¡Ah, Sabino! ¿Cómo podía faltar? Vasquilandia es despreciable, plazaeme, tienes razón. Y desde Sabino, sencillamente odiosa. Lo que a todos los fascina es la historia de España, tan repleta de episodios edificantes como la expulsión de los judíos, los moriscos, la Inquisición o el genocidio de los indios americanos. Es una maravilla beber de esa tradición.
Continuará.
Zaunkatik ez kezkatu. Zure bidea zaldiz jarrai.
(para pa venerable ancianita: ladran, luego cabalgamos, edo halako zerbait)
Y yo que casi decliné la invitación a hacerme una foto con Erkoreka porque pensaba que no era fotogénico!
Están muy bien tus metáforas, Erkoreka. Y que te tomes la molestia de contestar aun más. Lo dicho, un aplauso.
¿he dicho yo que sea mejor o moralmente más elevado comprometerse con Vasquilandia que con la España eterna? ¿No será que son tus obsesiones las que te hacen leer lo que el post no dice?
Es muy posible que haya entendido en el post lo que no hay, sea por «mis obsesiones», sea por mi falta de entendederas, sea por lo que sea. Pero si he entendido lo que no hay, entonces lo que me dices que debo entender es que hay diferencias, pero que las diferencias no son relevantes, ni un caso mejor que el otro. Gracias por la aclaración. No acabo de pillar entonces por qué merecía la pena gastar tanto tiempo, pero en fin.
Estoy también muy de acuerdo en la dictadura del castellano. Doble dictadura pues. Sostengo que ante una fractura social como la que tenemos, donde no hay un acuerdo de mínimos, la única solución aceptable es la libertad, y que cada cual aprenda lo que quiera. Ya, ya lo sé, no es una tesis muy popular; pero lo es mucho menos entre los nacionalistas.
Verás, es un poco cansado llegar a pactos para «tener la fiesta en paz» -digamos con un gran eufemismo, para que después de cumplido el pacto, no haya fiesta ni paz, y haya que llegar a otro pacto, muy lejos del primero, y siempre corriendo la portería hacia el mismo sitio. En mi opinión es mucho más sensato dejar de pactar, meter en la cárcel a los asesinos y a los que se creen que las bombas y las asesinatos son métodos aceptables para la discusión política, y dejar que cada uno decida la lengua que le conviene. Espero que aceptarás que eso es bastante poco dictadura, aunque no sea lo que más te guste.
Saludos.
Ninguna tecla dolorosa Josu, simplemente la cita en un blog al tuyo ha propiciado que tres o cuatro «nuevos» pasemos a comentarte. 🙂
Antes de nada, sorprendidos por no sólo no borrar los comentarios, cosa bastante común en webs políticas, sino que por lo que veo bajas a la arena y respondes personalmente. Chapó.
Por comentar tan sólo tu último párrafo, que resulta muy curioso. Tu pides un mea culpa «español» por la expulsión de los judíos, los moriscos o la inquisición, en un excitante juego mental disociativo como si los vizcaínos, alaveses o guipuzcoanos no hubieran formado parte de esa España inquisitorial, aportando los correspondientes curas, marinos, soldados o politicos.
Y sin embargo te niegas a entonar el tuyo por tener de fundador, ideólogo y máxima figura de tu partido al Sabino Arana, el de Pedernales.
vasquilandia no es despreciable Josu, no confundas la parte con el todo. Lo son quienes piensan como Sabino en términos de maquetos y razas mejores o peores.
Un cordial saludo
Lo sé, josu, lo sé pero tú mismo lo dijiste en el panfleto nacionalista, según palabras de alguno que escribe en el blog de Iñigo y con el que tuve mi particular cruce de declaraciones, que todo esto era por la ambición de López ¿ o será la ambición de Ares?. Te lo digo porque no sé si te fijaste en las imagenés de la reunión con el PP ( antes de la firma que nos ha traido a este oasis) se le veía muy suelto, con una sonrisa de oreja a oreja y, lo que es más importante, sin gafas mientras que, en la reunión con el PNV se le veía serio, con gafas y con cara de pocos amigos.
Por cierto me ha dicho un pajarito que muchos ertzainas se han negado a ponerse el buzo mutilado y siguen con el antiguo y, según ese pajarito, Interior empieza a recular. Esto último lo dejo en suspenso.
Saludos.
Tengo un binomio para usted, sr Erkoreka, para que le haga reflexionar y para que utilice más el tiempo para servir a Vizcaya -España-, ya que es diputado en el Congreso de los Diputados, y no emplear el tiempo, que es mucho, que le pagamos los españoles, en su blog que o bien tiene al negro que le escribe o, como asi creo, puede redactar y consultar hemerotecas, con los garbanzos seguros, a cargo del contribuyente.
Delincuentes políticos – Políticos delincuentes.
¿A qué término del binomio pertenece el político que vota a favor del aborto -asesinato de inocentes-?
¿A qué término del binomio pertenece el político que cobra el 3, 9, 20%,… ?
¿A qué término del binomio pertenece el político que en su despacho del Congreso de los diputados utiliza el tiempo para sus usos y negocios particulares?
¿A qué término del binomio pertenece el político que lo han cogido con el carrito de los helados?
Algunos rasguños, para cambiar de tercio.
-Ahora que el PNV está a la cabeza del aborto, el clero nacionalista vasco ¡qué!.
-El PNV ha perdido la Fe. No podrás comulgar, si como la mayoría de los vascuences, eres católico.
– De política bajuna podríamos clasificar a la política nacionalista vasca.
– ¿Cree usted, (no se cómo se dice Don en su lengua materna) Josu Iñaki Erkoreka Gervasio, como yo si creo, que «la gripe de las subvenciones recorren España de punta a punta?.
– El pueblo vasco siempre ha tenido y tiene la tendencia a politizarlo todo.
– Reflexione como político en lo siguiente y es que una persona no es unas siglas políticas. Usted ha votado a favor de este aborto. Ante Dios no habrá siglas políticas. Usted que ha votado a favor de este aborto, pienso que está en situación de complicidad y de asesinato a inocentes. También es cómplice el progenitor que se desatiende del embarazo de su pareja, o de su mujer, o de su mujer-objeto. Y también se ha hecho cómplice la clase política.
– Qué tiene usted en contra del nuevo obispo de S.S. monseñor Munilla. Ya le dijeron al monseñor Blázquez que «loro viejo no aprende a hablar». Su padre es soriano y vasca su madre. Ya sabía yo que algo tiene usted de pastor. Habrá salido de Deusto con un pergamino pero no hay más donde sacar.
España no se divide, amigo mío. Estoy muy harto del desconcierto y desmadre que nos han creado los nacionalistas en España. Su representación no llega al 10%. Las políticas lingüisticas son todas nacionalistas. Y también estoy harto de incitaciones nacionalistas.
¿Tendremos que usar el pasaporte de para ir de… a Vascongadas o de Vascongadas a…?
Sepa usted que Vascongadas, País Vasco, Euskadi, Eu»z»kadi, o como lo quiera llamar, es de todos los españoles.
aaaaaadios.
– En Vascongadas uno no puede ser vasco, si habla castellano o español, como los dos bien sabemos, que son la mayoría. quí, ¿me encuentro, ahora, en Vascongadas?,
Dos puntualizaciones, Josu:
– Yo no he escribí que la culpa del desencuentro actual la tuvieran sólo los nacionalistas vascos y catalanes, sino también los de la «Unidad de Destino en lo Universal». Resumiendo: todos los nacionalistas.
– Tampoco escribí que el párrafo insultante que había copiado del blog de Urkullu no tuviera correspondencia en el terreno nacionalista español. Dije exactamente lo contrario: «Estoy seguro de que no os costará mucho encontrar joyas del mismo nivel escritas por algún nacionalista español. Así nos va.»
Te agradezco, como siempre, que dediques tanto espacio a contestarme, pero en esta ocasión casi todo ese espacio lo has dedicado a rebatir, con una intensidad y un ardor desacostumbrados, cosas que yo no he dicho. Pero no te preocupes: entiendo perfectamente que un domingo, después de comer -se ha comido un poquito más de lo habitual, se han tomado unas copas de vino…-, la atención y la concentración al leer los posts no están en su mejor nivel y, por otra parte, el gatillo que dispara los ánimos es más sensible.
Josu,
En relación con el último párrafo de tu respuesta a plazaeme, hablas de «la expulsión de los judíos, los moriscos, la Inquisición o el genocidio de los indios americanos» como si se tratara de episodios que no conciernen a Euskadi, pero sabes perfectamente que no es cierto.
En el País Vasco había el mismo racismo contra judíos y moriscos que en el resto de España, se mataban judíos al azar en Navidad, en Semana Santa y sin razón especial, como en el resto de España. Tras la expulsión de los judíos, el racismo se aplicó a los conversos, hasta el punto de prohibirles la entrada y la actividad en muchas ciudades del Pais Vasco, igual que sucedió en el resto de España. El término racista «cristiano viejo» se utilizaba en el País Vasco tanto como en el resto de España. Los inquisidores vascos se aplicaron a su tarea contra los conversos sospechosos -que eran todos- y contra las brujas con tanto afán o más que en el resto de España. Y, para terminar, en el genocidio de los indios americanos participaron proporcionalmente más vascos que gente del resto de España.
Si decís que Euskadi no es España, pues bueno, no es España. Pero al menos esa parte de historia vergonzosa que tu has citado, la tenemos en común.
Josu tienes razon, mi mujer es catalana, (el partido pidio union Euskadi-Cataluña y yo me lo tomo en serio) en una boda estando con un alto representante de la Generalitat que no era para nada del PSC, me dijo, que si en Cataluña se hubiera dado un pacto como el de Euskadi, el PSC no volveria a gobernar en la vida.
Cuando ella llego a Euskadi creia que el PSE era mas o menos como el PSC ahora dice que son bastante Peperos.
Otra cosa que no entiende es el desprecio que muestran al Euskera una actitud que en Cataluña le costaria el gobierno, tampoco entiende que los politicos del parlamento vasco no hablen Euskera en Cataluña hasta el PP habla en Catalan.Espero que cuando usted sea Lehendakari las cosas cambien, tabajare para ello.
Qué queréis decir los que escribís desde Espanilandia cuando os sorprendéis de que Erkoreka no impida que os expreséis?
Entonces vuestros políticos, los demócratas y tolerantes espanoles, los del PPSOE, os borran los comentarios o sencillamente no llegan a ponerlos?
No entiendo nada.
Donatien
Retomo la lectura y respuesta a los comentarios de este post, que tanta efervescencia ha generado, que no pude concluir el pasado domingo por imperativos familiares. Efectivamente, como dice Ramón, había comido ya, pero frugalmente y sin vino, porque tenía que coger el coche.
Quisiera en primer lugar consignar aquí la inmensa sorpresa que me producen los comentarios que ponderan y aplauden la publicación en este blog de todas las aportaciones críticas, sin ampuraciones ni censuras. Y digo que me sorprenden, porque nunca he censurado nada y no entiendo que alguien monte un blog para dedicarse a censurar lo que no le gusta. ¿Qué bitácoras frecuentarán pazaeme y Al, para que se sorprendan por algo que, a mi juicio, debería ser lo normal en las plataformas de la red? El día que tenga ponerme a censurar todo lo que no me gusta, cancelaré el blog y santas pascuas.
Al me pregunta por lo que diría yo si toda la prensa vasca defendiese unánimemente la dignidad de «un viejo pueblo europeo» frente a lo que considera los excesos de Ibarretxe. Bueno… digamos que cuando el Parlamento Vasco aprobó la propuesta de nuevo Estatuto y la Ley de Consulta, Ibarretxe recibió críticas durísimas por parte de la gran mayoría del orbe mediático vasco y español. Pero, claro, las críticas no se hicieron en defensa de la dignidad de un «viejo pueblo europeo», sino en nombre la soberanía española única e indivisible. Es más, en más de un caso, las críticas proferidas incluyeron la negación de la condición de pueblo -ni viejo ni joven- al País Vasco. La diferencia es notable, ¿verdad? También en Catalunya el Parlament aprobó una reforma estatutaria que no gustó a los principales cubiles políticos y mediáticos de la Villa y Corte. Pero la prensa catalana -incluida la que no comparte los postulados nacionalistas del Principat- estuvo muy lejos de escribir contra Maragall la mitad de la mitad de lo que cierta prensa vasca afirmó contra Ibarretxe en los dos episodios que acabo de citar. También en esto la diferencia es notable, ¿no? Bueno… pues ese era, sencillamente, el sentido del post original: contatar que, en estos temas -de otros ya he hablado con anterioridad y lo haré sin duda en el futuro- Euskadi no es Catalunya. Ni más, ni menos.
En fin, yo también prefiero un panorama mediático plural a uno de carácter monolítico. Por supuesto que sí. Pero dudo seriamente de que, en Euskadi, las informaciones sobre el supergobierno que orienta los pasos de los vascos por el auténtico camino de la verdad y la vida ofrezcan -fuera de dos o tres excepciones puntuales- una escenario verdaderamente plural. La consigna ampliamente compartida consiste en elogiar acríticamente y defender a ultranza a López, protegiéndolo de todas las críticas. Y ahí se mantienen unos y otros por encima de vientos y tempestades. Por otra parte, también en Catalunya el panorama mediático es plural. El director de El Periódico, Nadal, tiene carnet del PSC. Y Godó -el jefe supremo de La Vanguardia- nada tiene que ver, como es evidente, con esa tradición política. El Avui pertenece a Lara. Pero su línea editorial da acogida a las posiciones más radicales del catalanismo político. Diarios tan distintos han sido, sin embargo, capaces de suscribir conjuntamenta una editorial en defensa de la dignidad de Catalunya frente al poder central y el «españolismo oficial». ¿Es eso posible en Euskadi? No, evidentemente. Pues eso es lo que decía en el post, que ha provocado a la avalancha de tantos detractores.
La viejecita explica lo ocurrido en Catalunya acusando a los medios que suscriben la editorial conjunta de estar subvencionados por el poder local. Su esquema, al parecer, es el siguiente: Los que suscriben la editorial están subvencionados. Los que la han atacado no. Aquellos están encadenados y por tanto están vendidos. Estos son libres y, en consecuencia, se posicionan con arreglo a sus convicciones. No estaría mal, si no fuera porque no se lo cree nadie. Sobre la financiación de los medios y sus connivencias con el poder y los partidos políticos hablaremos algún día. En Madrid, en Catalunya y en Euskadi. Siguiendo una tradición que se está revelando pertinaz, la Viejecita recuerda en un tono quejumbroso su humilde condición de maketa. Es curioso. En este blog nunca he utilizado esa voz. Pero me la recuerdan cada dos por tres como si formase parte de mi discurso cotidiano. ¿Será que necesitan que haga mía la expresión para meterse conmigo? ¿Será que les incomoda que en mi modo de pensar y de expresarme no haya lugar para lo que esa palabra significa? Es curioso, ciertamente. Muy curioso. A la Viejecita tampoco le gusta el mapa de los paisos catalans que incorporo al post. ¡Qué le vamos a hacer! ¡Tampoco a mí me gusta el amorfo mapa de territorios vascos y colindantes que acompaña a la información del tiempo de EITB! Si lo llego a publicar yo, seguro que me hubiesen acusando de imperialista. Sobre la influencia de ETA en el País Vasco hice ya consideraciones en el anterior comentario a este post. No acabo de comprender, sin embargo, algunas de las observaciones que la viejecita hace al respecto. ¿Sugiere acaso que si ETA no existiese hubiera sido posible una editorial conjunta de todos los periódicos vascos defendiendo la dignidad de Euskad «un viejo pueblo europeo», frente a los excesos del «españolismo oficial»? ¿Sugiere acaso que es normal y lógico ceder ante ETA diciendo lo contrario de lo que se piensa?
Ando envía un mensaje confuso de aldeanos y cabras, con un sugestivo toque de misterio. Dice que me conocen… pero deja en el secreto la confesión del «ámbito» en el que lo hacen. No me digan que es intrigante… Esa es la diferencia que existe entre los que dan la cara, como yo, y los que, como Ando, se refugian en el anonimato para formular sus invectivas. En su segundo comentario… ese en el que me plantea -dice- un binomio… dice cosas tan disparatadas y de un modo tan confuso y embarullado que no sé si enviarlo a un museo o a un psiquiátrico.
A manuel, un saludo. Ya lo suponía.
Ramón me fascina. Exhibe una piel muy delicada para quien se permite dejar sugerida la idea de que uno se sienta frente al ordenador con más copas de las aconsejable para quien desea mantener íntegras sus facultades. Amadísimo Ramón: ¿hablamos, también, de lo que me atribuyes que no he dicho? Aseguras que quieres conocer a los nacionalistas (vascos) e inmediatamente después me largas una clase teórica sobre lo que somos, diciendome cosas como que me desengañe porque todos los nacionalismos -y al parecer todos los nacionalistas- son iguales. Está bien. Si esa es tu opinión, y la tienes contrastada y consolidada, perfecto. No hay más que añadir. Eso sí, ten en en cuenta que los que en Euskadi se hacen llamar constitucionalistas -en aparente confrontación con los nacionalistas vascos, se entiende- se adscriben a una Constitución que se fundamenta sobre «unidad indisoluble de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles», es decir, sobre un postulado rabiosamente nacionalista español. A mí me gusta tratar con los no-nacionalistas de verdad. Pero apenas conozco alguno. Porque la mayoría de los que se hacen llamar así en Euskadi -no deja de ser curioso que alguien se defina negativamente, por lo que no es- son, en realidad, nacionalistas españoles de tomo y lomo.
Por lo demás, supongo que imaginarás que no me hacían falta tus precisiones históricas sobre la participación de vascos en las gestas españolas. Mis referencias a la Inquisicion y a la expulsión de los judios y los moriscos, se entienden como respuesta a quienes sostienen que la construcción nacional vasca está viciada desde el principio por el modo en el que se formula el proyecto en sus inicios, o por los errores que eventualmente hubieran cometido algunos de sus próceres. Creo que se entiende, ¿no?
Artzentales, yo creo que la diferencia la ve cualquiera. Menos los que no quieren verla claro. Ya lo dice el refrán: No hay más ciego que el que no quiere ver.
Un saludo efusivo a todos
Hola Josu, pues mira, llevo frecuentando sobre todo foros mayormente y blogs de un tiempo a esta parte, y te aseguro que en pocos se lleva esto del diálogo cuando no son de la misma línea editorial. Por eso procuro frecuentar blogs en los que no sea el caso.
Y poniéndonos en materia, convienes conmigo en que realmente lo de «un viejo pueblo europeo» queda un poco escaso, indeterminado, metafórico, ampuloso, falto de base, ilegal que diría Zapatero, y en definitiva falto de base. Así que obviamente se apela a cosas con mas enjundia, como la soberanía de España, que da la casualidad que está ahí aunque muchos no quieran verla.
Sobre la identitis del pueblo de los 70.000 años por lo menos de Arzallus , admitirás también que a muchos no nos entre en la mollera.
Y total al final ni razas, ni rhs ni vainas en vinagre, que por mucho valle profundo e incomunicado no veas lo que se movía la gente cuando no había coches, un idioma de laboratorio como seña intrínseca de identidad vasca.
Eso y votar nacionalista, ¿no Josu?…ah, entiendo que te de envidia el oasis catalán, allí se hunde el Guggy si estuviese como el Carmelo y no sale en los periódicos, aquí un desfalco de nada y hala, a dar la vara.
Ah no, que te refieres al editorial monotemático de consenso orwelliano, apelando a la dignidad catalana, y meándose en la dignidad española.
Pues a mi Josu, que quieres que te diga, como vasco me alegro de que a ese nivel no estemos tan mal como ellos, ya que a otros y ya sabes a que me refiero siempre hemos estado mucho peor.
¿O de verdad me vas a decir que la ciudadanía catalana votaría con ese entusiasmo editorialista a una independencia real y consecuente?
Por supuesto estamos de acuerdo en ese «Euskadi no es Cataluña», absurdo por evidente, como Galicia no es Cadiz, supongo. Hay algunas diferencias notables entre vasquilandia y catalufandia, (en ambos casos los mapas representativos varían tanto en función de la ideología nacionalista concreta que resumo para mejor comprensión).
La evidente, no tienen comandos nacionalistas paramilitares, Terra LLiure fue un serio amago que no tuvo diesiete asambleas como los patriotas vascos.
Y luego tantas como quieras, como que el catalán se entiende bastante aunque no lo sepas, y el vascuence no se entiende casi ni aunque lo domines, por lo menos el batúa, lo cual explica la facilidad de imponerlo allí y lo difícil de hacerlo aquí, por mucha inmersión y mucha discriminación positiva que le eches.
O que en Cataluña han conseguido estructurar una red clientelar aun más tupida que aquí, que allí la pela es la pela como seña de identidad.
Tan sólo un apunte, tu y cualquiera puedes querer ser lo que se te antoje, miembro de la tribu mas antigua de Eurasia, hobre radioactivo, nacionalista de intensidad media, lo que quieras, pèro acuérdate de que eso no implica que los demás pàrticipemos de tu ilusión. A mi con ser de Bilbao me vale. En mi familia durante generaciones se ha hablado español y ahora mis hijos dominan el eskera como el castellano. Creo que ya es bastante, aunque los nacionalistas catalanes que os dan envidia consigan que se hable sólo catalán en mayor medida, a base de leyes cada vez mas retorcidas.
Un cordial saludo
Sobre el editorial que envidia da a algunos en vasquilandia, me permito copiar un buen artículo de Juan Antonio Cordero Fuertes del 30-11-09
Lo copio del blog Plazamoyua, lugar que te invito a visitar y entrar en debates por supuesto, allí también con cuidar las formas en vez vez de insultar o hacer el cafre se está muy a gusto, los participantes lo enriquecen sobremanera y no hay moderación previa, (excepto en el primer comentario que hagas, tras el cual el webmaster ya autoriza a ese nuevo participante a publicar sin esperas, son cosas del sistema de blogs de wordpress)
El artículo es largo, pero explica bien lo que a mi me resulta ya difícil, de tanto repetir tópicos evidentes.
Hace tan sólo unos días, en el Senado francés se presentó un proyecto de ley orientado a impedir que las empresas o grupos industriales con contratos o relaciones económicas significativas con la Administración pública pudieran controlar medios de comunicación (prensa, televisiones, radios) de carácter privado. El argumento (1) del proponente, el senador socialista David Assouline, se basaba en la defensa de la independencia de los medios de comunicación como pilar de la democracia, y en la imposibilidad de garantizar esa independencia de los medios cuando éstos o sus propietarios dependen en gran medida del poder político, ya sea a través de contratos industriales o de subvenciones y ayudas directas. En Francia, como en cualquier sociedad abierta, la independencia de los medios preocupa porque es considerada imprescindible para un sistema democrático robusto.
En Cataluña, la independencia de los medios también preocupa, aunque en un sentido ligeramente distinto: más que un bien a proteger, es un fenómeno del que recelar, al que se teme y se combate. Con un remarcable éxito, como no se privan de reconocer los responsables gubernamentales (“Podemos ayudar, pero sobre todo, podemos hundir un medio [de comunicación]”, decía el jefe de prensa de Jordi Pujol (2)). Si una ley similar a la que se ha discutido estos días en Francia hubiera sido aprobada en Cataluña, los catalanes nos habríamos levantado al día siguiente en medio de un ensordecedor silencio mediático; tal es el nivel de sumisión del llamado “espacio de comunicación catalán” respecto al poder autonómico. Nos habríamos quedado de repente, por no hablar más que de grandes diarios catalanes, sin La Vanguardia y sin Avui, sin El Periódico de Catalunya, sin El Punt. Más aún: nos habríamos quedado sin el editorial que tales medios, y otros con parecidas servidumbres, lanzaron al mundo el pasado jueves, 26 de noviembre.
Este editorial, que se tituló “La dignidad de Cataluña”, ha costado a los catalanes cerca de tres mil millones de pesetas. 17,6 millones de euros, si se prefiere. Ese es el dinero público que la Generalidad derramó el año pasado entre los diarios catalanes, fundamentalmente entre los más afines al nacionalismo (3). Ese es también el precio de la indignidad de Cataluña (sin comillas), al menos, de la Cataluña revelada que habla por boca de los famosos doce diarios en nombre de todos los catalanes. Una Cataluña que, en el mejor de los casos, representa al escaso 36% de los ciudadanos catalanes que apoyaron en las urnas el Estatuto de Autonomía de 2006, tras tres años de intenso bombardeo político-mediático; y en el peor, al puñado de familias que en el Principado trajinan y se reparten indistintamente el poder político, económico, mediático y el de la llamada “sociedad civil”, cuyo fresco más conseguido probablemente sea el de los detenidos en las operaciones Pretoria y Orfeó Català, Millet y Montull, Muñoz, Alavedra y Prenafreta. Una Cataluña que lleva viviendo treinta años (o más) del monopolio de las grandes palabras y de la exclusión sistemática de la mayoría de ciudadanos catalanes, y que ahora vuelve a impostar la voz para hablar en nombre de gente (los ciudadanos catalanes) a la que, como en la canción de Serrat, no tienen el gusto de conocer.
El editorial de los tres mil millones de pesetas. Como todas las cifras y titulares redondos, se imponen algunas aclaraciones. La primera es que, por supuesto, “La dignidad de Catalunya” no es el único pago de la prensa agraciada por los favores de la Generalitat a los conglomerados mediáticos catalanes; en realidad, la complacencia de los periódicos catalanes respecto al mando en plaza (tanto con socialistas como con convergentes), el gregarismo y la exclusión mediática de la oposición al turnismo catalán son fenómenos bien conocidos y han quedado en evidencia en muy numerosas ocasiones, aunque en pocas con el desparpajo con el que se muestra ahora. La segunda es que la cifra se refiere únicamente a subvenciones directas en un solo año, 2008 (el último del que hay cifras globales). Sí se conocen algunos datos de 2009 (4): 1,4 millones para el Punt (más de 4 euros de subvención por ejemplar vendido), 1,3 para El Periódico de Catalunya, 1,1 para el varias veces quebrado, y siempre rescatado a costa del erario público, diario Avui. Otros años el reparto ha sido aún más suculento (32 millones de euros en 2003). Y la subvención pura y simple no es, desde luego, la única forma de garantizarse la docilidad de los medios: hay otros instrumentos económicos (publicidad institucional, suscripciones colectivas de centros públicos, bibliotecas, etc.) o directamente para-policiales (listas negras gubernamentales, informes reservados de la Generalidad sobre el nivel de “afección” de medios y periodistas al régimen, por citar un par de ejemplos) de los que el nacionalismo gobernante ha hecho uso sin reparos para mantener la placidez de las aguas del oasis mediático catalán. El simple vistazo a las subvenciones directas anuales y sus mareantes magnitudes es, sin embargo, suficientemente revelador del sarcasmo que supone hablar de independencia y representatividad al referirse a la prensa catalana – y más en concreto a la prensa catalana que firma el editorial (no en vano la lista de medios más beneficiados por estas “ayudas” corresponde casi milimétricamente a la de agradecidos “abajofirmantes” del texto).
II
Conviene, por tanto, situar la iniciativa en su justa medida; y a los promotores declarados, en su justo lugar. Pese a la autocelebración nacionalista del mito de la “sociedad civil en marcha”, que sale en tromba en defensa del Estatuto catalán, lo cierto es que el ampuloso editorial tan sólo evidencia hasta qué punto los diarios catalanes (buena parte de ellos) se han convertido en obedientes terminales mediáticas del nacionalismo hegemónico. Y evidenciará, a través de sus fogosas adhesiones, hasta dónde llegan los tentáculos de un poder que emplea el dinero de todos en proteger los privilegios de unos pocos. Ni existe ni ha existido en Cataluña ninguna presión cívica o social a favor de la reforma estatutaria, porque ésta apareció desde el principio como una extravagancia ajena a las preocupaciones más importantes de los ciudadanos catalanes, impuesta por los intereses de una clase política carente de ideas y cuyo debate se ha prolongado agónicamente durante tres agotadores años (que han continuado después con parecida tónica) en los que se ha mezclado la irresponsabilidad con el tacticismo, la mezquindad con la torpeza y la frivolidad con el cinismo.
La reacción de los catalanes ante el penoso espectáculo dado por sus políticos en la legislatura estatutaria, y en sus infinitas derivaciones, es tan nítida que no hace falta ningún intérprete de su signo: la verdadera actitud de la verdadera sociedad civil catalana respecto al Estatuto, sus instigadores, sus artífices y sus cómplices se concretó en una abstención mayoritaria y récord, un respaldo sorprendentemente bajo en las urnas (habida cuenta de la unanimidad de la Cataluña oficial) y una desconfianza histórica hacia los partidos, los dirigentes y las instituciones autonómicas, que no ha hecho más que acrecentarse con las peripecias estatutarias posteriores. Si los responsables mediáticos estuvieran realmente preocupados por la “dignidad de Cataluña”, sea lo que sea tal cosa, harían bien en buscar noticias de su funeral en los archivos de esa época y pedir responsabilidades por su asesinato a los que hoy les pasan, complacidos, la mano por el lomo.
No es el caso, por supuesto. En lugar de ello, el storytelling puesto en marcha por Montilla, sus editorialistas de cabecera y, en general, la poliédrica maquinaria propagandística del nacionalismo ha invertido ingentes cantidades de audacia y creatividad en hacer pasar lo blanco por negro. Porque se requiere audacia para convertir el hastío generalizado de los catalanes con la clase política implicada en el Estatuto (Montilla a la cabeza); en una misteriosa “desafección” hacia España de la que Montilla es sumo sacerdote, y que irá a más (se dice) si los mismos políticos que han agotado la paciencia de los catalanes durante tres largos años no se salen con la suya en su chantaje a las instituciones del Estado.
Hace falta valor para pretender que la sociedad catalana, que respaldó masivamente la Constitución Española (91% de votos a favor, 67% de participación) y se abstuvo también masivamente en el Estatuto de 2006 (78% de votos a favor, 49% de participación), va sin embargo a enfrentarse al TC por hacer su trabajo y poner a los políticos catalanes (y a sus necesarios cómplices en las cúpulas de los principales partidos nacionales) ante su propia responsabilidad, la de haber hecho perder a los catalanes una legislatura y media en conflictos identitarios que sólo interesan a quienes los atizan, la de haber azuzado frívolamente el enfrentamiento entre catalanes, con los demás españoles y con las instituciones del Estado para tapar una mediocridad tercermundista, especializada de utilizar el poder autonómico para dividir a los ciudadanos catalanes en lugar de velar por su cohesión y su progreso. Y hace falta descaro para llamar gravemente “sociedad civil” a lo que no es más que el embozo que emplean los partidos catalanistas para seguir marcando la agenda política cuando su descrédito y la “desafección” de los ciudadanos son demasiado acusados para poder hacerlo a cara descubierta.
No hay ninguna originalidad en el editorial único de las doce cabeceras. Todo suena a dicho y redicho, manoseado, gastado, vacío. Langue de bois (lengua de madera) en estado puro. Los lugares comunes, las medias verdades y las falsedades enteras, el empalagoso lloriqueo, las lágrimas de cocodrilo, los sofismas y las dulzonas amenazas veladas que arman el mensaje del artículo; si hay alguna novedad, es quizá la tosquedad y la falta de finezza de la maniobra orquestada por el conglomerado político-mediático nacionalista. Por eso mismo resulta agotador detenerse a rebatir una y otra vez las mismas falacias, tan pobremente argumentadas como es habitual, sólo porque al poder nacionalista, tan sobrado de medios como siempre, se le agotan las ideas, las razones y el propio futuro, y no se le ocurre nada mejor para alejar a sus fantasmas que subir el volumen y dejar sonar el mismo disco que lleva atronando los sufridos oídos de catalanes y no catalanes desde hace ya demasiados años.
Es agotador insistir en lo obvio contra lo obstinadamente tramposo, pero hay que hacerlo; porque si es grave que un medio de comunicación intoxique, aún lo es más que varios de ellos se pongan de acuerdo para lanzar sobre la sociedad catalana y española una cortina de tinta y humo con la que cubrir la retirada de una clase política que debería rendir cuentas por una vez ante los ciudadanos, en lugar de seguir jugando al escondite. Hay que reiterar, por ejemplo, que los catalanes pagamos impuestos exactamente igual que la inmensa mayoría de los demás ciudadanos españoles, y que el “privilegio foral” es en España una excepción que el nacionalismo querría convertir en norma, pero que otros desearíamos ver convertida en historia. Hay que insistir en que los catalanes nos enfrentamos a la “internacionalización económica”, ciertamente, sin los cuantiosos efectos de la capitalidad de un Estado (en eso estamos como la inmensa mayoría de los demás españoles), pero con el lastre agregado de una política provinciana, reaccionaria, mezquina, excluyente y torpe que nos obliga a girar eternamente en la noria de la identidad, que constituye el verdadero y vergonzante “hecho diferencial catalán”, inédito más allá del Ebro: una política de la que la máxima expresión es precisamente el Estatuto de Autonomía que el TC sigue examinando, y de la que los máximos responsables no están en Madrid (como no sea por omisión), sino mucho más cerca.
Hay que volver a decir que los catalanes no hablamos una lengua, sino dos; y que no aspiramos en modo alguno a que la lengua “sea amada” (allá cada cual con sus afectos), como empalagosamente pretende el editorial; sino que nos limitamos a exigir que ambas se respeten sin imponerse, porque esa y no otra es la “identidad catalana”, plural y bilingüe, que se protejan los derechos de los hablantes de una y otra lengua en lugar de excluir, como excluye el Estatuto y llevan excluyendo los políticos regionales desde el principio de la autonomía, a más de la mitad de los catalanes por hablar principalmente una lengua “impropia” que comparten con todos los demás españoles.
Hay que decir, sobre todo, que los pensamientos de los catalanes están “ante todo” en los mismos sitios que la de los españoles de otras regiones: en el impacto de la crisis en nuestras vidas, en la hipoteca, en los riesgos para el empleo, en la calidad de la educación, en la persistencia en Cataluña de desigualdades según dónde nazcas, dónde crezcas, qué hables. En el culto subvencionado a una patria que da miedo. En la desnaturalización de una democracia cuyo nombre se toma en vano para crear problemas nuevos y sacar tajada de los existentes, pero nunca para resolverlos; una democracia que se encoge ante cada avance de la tribu, de la intimidación y del chantaje que aguardan su turno en el caballo de Troya del Estatuto; una democracia que palidece ante el obsceno amancebamiento entre poderes, entre intereses públicos y privados, entre “políticos y periodistas”, como denunciaba recientemente Josep Cuní y ratifica el editorial de las doce cabezas. La dignidad de cada ciudadano de Cataluña es suya, personalísima e intransferible, y el grosero intento de instrumentalizarla y ponerla al servicio de intereses políticos particulares y perfectamente identificables revela una falta de escrúpulos por parte de los editorialistas que haría enrojecer a cualquier demócrata.
III
La carga en profundidad del editorial se condensa en sus tres últimos párrafos. Se presenta como una coacción en toda regla al Tribunal Constitucional, dentro del esquema clásico de la literaria confrontación entre una Cataluña felizmente pastoreada por los editorialistas y sus patrones, y una España unida en su ferocidad anticatalana. El nacionalismo cultiva con esmero esta imagen, este choque de trenes que sobrevuela todo el editorial. Tanto es así, que buena parte de la sociedad catalana y española, tanto la más comprensiva con el nacionalismo como la más beligerante, ha acabado asumiéndola.
Es, sin embargo, otra de las ficciones nacionalistas que han invadido el debate político catalán en las últimas décadas. El enfrentamiento ficticio entre Cataluña y España esconde una pugna entre catalanes; más concretamente, entre la voluntad excluyente, monopolística y uniformizadora del nacionalismo y la realidad plural, diversa y libre de una sociedad catalana dinámica y abierta que no se reduce a una sola lengua, que no se resigna al pensamiento único identitario, que se niega a vivir permanentemente entre la nostalgia, el resentimiento y el miedo y que no tiene necesidad de negar ni sus lazos con el resto de España, ni su propia pluralidad de ideologías, de identidades y de formas de vivir. El nacionalismo no puede aceptar esa pluralidad porque el monopolio del “ser” catalán es lo único que le impide aparecer ante la sociedad como lo que es, una estructura de poder sin más objetivo que la conservación de sus privilegios, la defensa de sus intereses de clase y la reproducción del puñado de familias que hacen y deshacen a la sombra de la bandera cuatribarrada… o de cualquier otra. Pero esa pluralidad existe y existe con naturalidad, como cualquiera que conozca Cataluña puede comprobar en la calle, en los comercios, en cualquier ámbito ajeno al entramado oficial catalanista.
El conflicto entre la Cataluña que es y la Cataluña que el nacionalismo quiere que sea es insoslayable, y en realidad lleva soterrado, aunque latente, más de treinta años. Es ese conflicto el que explica que la sociedad catalana sea favorable a un sistema educativo bilingüe mientras la clase política nacionalista se empeña en diseñar una “sociedad civil” de cartón-piedra que defiende con disciplina militar la exclusión de la lengua mayoritaria de la educación. Es ese conflicto el que explica que los ciudadanos se consideren sin problemas catalanes y españoles (como reconoce amargamente el líder del primer partido –nacionalista– catalán, Artur Mas (5)), mientras los líderes políticos oscilan entre la amenaza y el fomento de la identidad catalana construida sobre la negación de España. Es ese conflicto el que explica por qué, en definitiva, la furia desesperada del establishment catalán, que moviliza todos sus cartuchos a favor de un Estatuto de Autonomía manifiestamente inconstitucional, contrasta tan vivamente con la indiferencia de una ciudadanía que ni lo deseaba, ni lo consideró relevante, ni se preocupó de votarlo, ni desde luego moverá un dedo para salvarlo de nada. A lo sumo, lo moverá, si el TC hace su trabajo, para felicitarse discretamente por el final de la alocada carrera a ningún sitio que ha supuesto la reforma estatutaria y volver tranquilamente al trabajo.
IV
Pese a todos sus recursos económicos, políticos y mediáticos, pese a la enorme cantidad de ficciones que se pueden construir desde los despachos oficiales del poder autonómico, pese a las “sociedades civiles” más o menos fantasmales que se pueden invocar para que acudan al rescate de sus derrapes identitarios, el nacionalismo hegemónico, ese que se mueve como pez en el agua igual en partidos, sindicatos y patronales, en los pasillos del Parlament y de los palacios de la Plaza San Jaime, en las escalinatas del Palau de la Música o en las redacciones de los grandes periódicos, radios y televisiones; ese nacionalismo es consciente de que en la pugna que sostienen sus ensoñaciones fantasmagóricas contra la sociedad de ciudadanos de carne y hueso, la realidad y su espontánea diversidad tienen el futuro de su parte y todas las de ganar. Por eso recurren, por eso han recurrido históricamente a las instituciones del Estado para que Madrid apuntale una posición que están muy lejos de tener garantizada en Cataluña. Y los grandes partidos nacionales se han prestado a ello: a cambio de diferentes prebendas y favores, la clase política nacional ha preferido proteger el imperio del nacionalismo en Cataluña y validar su estrategia de exclusión y homogenización social. “Pacta sunt servanda”, recuerdan quejosos los editorialistas: éstos son los misteriosos “pactos profundos que han hecho posibles los 30 años más virtuosos de la historia de España” que el editorial agita ante el TC. Unos pactos que no tienen, por supuesto, nada que ver con el gran Pacto cívico entre ciudadanos que dio lugar a la Constitución de 1978, contra el que el Estatuto y toda la estrategia nacionalista atenta con ostentación y jactancia; sino más bien con el cínico reparto de influencias entre dos oligarquías políticas que prometen no interferir en los negocios del otro e ir a medias en los beneficios.
El nacionalismo vuelve a pedir ayuda al Tribunal Constitucional. De forma desabrida y altisonante, con esa insidiosa combinación de zalamería e intimidación que tan bien maneja el catalanismo cuando trata con “Madrid”; pero vuelve a pedir ayuda para que el máximo intérprete de la Constitución cierre los ojos al despropósito que tiene ante sí y dé luz verde a un Estatuto de Autonomía que culmina la estrategia de erradicación o invisibilización de la pluralidad catalana, de exclusión de las identidades no nacionalistas en Cataluña, de marginación de la lengua propia de la mayoría de ciudadanos catalanes, de silenciación de la disidencia, de asfixia de la Cataluña libre y mestiza que late en la calle en beneficio de la Cataluña pequeña, tristemente pura, que han diseñado en los despachos. El TC no tiene que valorar si acepta o no las demandas anticonstitucionales de Cataluña; si no, más bien, si toma o no toma partido a favor de la oligarquía nacionalista que habla desde hace décadas en nombre de Cataluña, que desde hace décadas se sirve de ella (de sus ciudadanos) y desde hace décadas conspira contra su diversidad, sangra sus recursos (humanos y materiales), penaliza la discrepancia y excluye al discrepante, boicotea su progreso y busca la manera de hacerla encajar en sus rígidas fantasías.
Hay un solo punto en el que el editorial de las doce cabezas tiene razón: el reto que el Tribunal Constitucional tiene ante sí no se limita a resolver el recurso de un partido político contra una ley orgánica. El sistema constitucional español y su jerarquía normativa, la viabilidad del Estado autonómico y la vigencia de los principios clásicos de imperio de la ley, igualdad de los ciudadanos y no-discriminación dependen en buena medida de este fallo. Pero la sentencia, vista desde Cataluña, tiene otra implicación. La propuesta-exigencia del editorial es que todos esos principios se guarden en un cajón al tratar del Estatuto, y que éste sea validado por el TC como fruto de un pacto político entre el nacionalismo y la clase política española que está por encima de cualquier otra consideración. Lo que equivale a alinear definitivamente al TC, y con él al conjunto de las instituciones constitucionales, en la trinchera de un nacionalismo y un entramado político-mediático cada vez más alejados de los ciudadanos de Cataluña, de sus aspiraciones, de sus prioridades y de sus esperanzas.
La “desafección” se hizo famosa a raíz de unas declaraciones de José Montilla. Aunque no en el sentido que le quiso dar, la “desafección” es un fenómeno real en Cataluña: se concreta en la brecha creciente que se está abriendo entre ciudadanos catalanes y poder autonómico, que ha crecido en los últimos años hasta niveles realmente preocupantes y que tuvo su culminación en el desencuentro entre ciudadanía y clase política a cuenta precisamente del Estatuto. Al Tribunal Constitucional le corresponde, en buena parte, atajar esa desafección y restablecer el principio de realidad que el Estatuto ha intentado disolver, o bien agravarla y extenderla no sólo al conglomerado de intereses políticos, económicos y mediáticos que operan a nivel autonómico, sino también al núcleo del Pacto Constitucional y a las instituciones del Estado que de él se derivan.
1.- « Proposition de Loi visant à interdire la concentration dans le secteur des médias », intervenciones y debate disponibles en la página web del Senado francés.
2.- Fuente: La Vanguardia, edición del 10 de febrero de 2009.
3.- Fuente: El Confidencial, edición del 20 de octubre de 2008.
4.- Fuentes: Diari de Girona, edición del 15 de noviembre de 2009 y Oficina de Justificación de la Difusión (OJD).
5.- Fuente: Entrevista en El País, edición del 29 de noviembre de 2009.
Un cordial saludo
No debería ser Vascolandia, en lugar de Vasquilandia, en su caso?
Desafortunada mención de Ibarretxe al polo soberanista en los tiempos que corren, en mi opinión.
Bueno, Don pinpón, no debemos pedir pera al olmo. No sería tampoco bueno ni lógico. El olmo es un olmo, las peras al peral.
El PNV y la Izquierda Abertzale no pueden, no deben estar juntos. No sería sano. Ni siquiera ahora.
D.
Según los inspectores de hacienda de la Hacienda Común, a través de su asociación GESTHA, más de dos tercios de las viviendas alquiladas cuyos arrendamientos no están declarados (un 68% del total) se concentran en Cataluńya, Andalucía y Madrid.
Respecto a la cuantía defraudada, Cataluńya lidera el ranking con más de 740 millones de euros anuales de rentas no declaradas por arrendamiento de vivienda, seguida de las comunidades de Madrid y Andalucía, con 709,7 millones y 404,4 millones de euros, respectivamente.
Eso debe de ser un privilegio fiscal que no fue referido en el editorial de La Vanguardia y de l’Avui.
O sí lo dijeron? Cuando cemento gastan por el Principat. Y no solo por el Principat, claro. El fraude fiscal por el territorio común es del 23% del PIB. Allí no paga nadie! Ellos sí que son privilegiados!
Donatien
Donde creo que Juanjo ha perdido la correcta visión es en el hecho de que es la ciudadanía quien determinará quién sustituye a quién, si es el caso. Y con esa postura…. mal vamos.
Al me dedica un extenso comentario, con referencias al Rh y a cierta patología identitaria que, al parecer, nos aqueja a los nacionalistas vascos, que no logro contextualizar. ¿Dónde habré hablado yo del Rh? No soy capaz de recordarlo, francamente, pero supongo que será el tributo que todo político ha de satisfacer por pertenecer a un partido y hacerlo públicamente; que tiene que asumir como propio todo lo que todos los militantes del pasado o del presente hayan podido declarar públicamente en relación con cualquier materia.
No sé si Europa tiene «pueblos viejos» como asegura la editorial catalana compartida con respecto a Catalunya, ni sé, tampoco, si puede hablarse, como pretendía Aznar, de una Europa vieja -como sinónimo de apolillada- y de una Europa nueva en la que se situaba -¡bendita novedad!- él mismo, junto a los euroescépticos británicos y los hermanos katzinsky que regían los destinos de Polonia. En cualquier caso, me ha llamado la atención la nitidez con la que ve la «soberanía española», que nos acusa -supongo que a los nacionalistas vascos- de no querer ver. Decía Herrero de Miñón que él no conocía a esa señora de tan pomposo nombre. Yo tampoco he tenido el gusto de saludarla jamás. En la era de Westfalia, se decía que los Estados en los que se dividía la comunidad internacional eran, todos, soberanos, es decir, titulares de un poder superior -soberanía viene de super omnia- que no conocía limitación alguna. Pero en el siglo XXI, la soberanía es un chiste. Cualquier multinacional se impone a los designios aparentemente inmutables de un poder que se pretende soberano. Los fenómenos sociales, económicos y hasta delictivos trascienden a los países y superan la capacidad de los Estados para controlar lo que ocurre en el interior de sus fronteras. Y los Estados tienen que unirse -reconociendo con ello que la soberanía es poco más que un nombre vacío- para afrontar con un mínimo de eficacia los efectos que esos fenómenos globales producen en su seno. La ilusión de los Estados por aparentar seguir siendo soberanos entra en el terreno de lo patético.
Por lo demás, amigo AI, me parece muy bien que te sientas bilbaíno y sólo bilbaíno. Yo también vivo en Bilbao -aunque me pase tres días a la semana en Madrid- pero me considero más de Bermeo, donde nací, crecí y accedí al mundo consciente. Pero ni a tí ni a mí nos dice el pasaporte que seamos de Bilbao o de Bermeo. A ambos, nos dice que somos de nacionalidad española. Y a mí me parece muy bien que haya gente que se sienta española y quiera que esa su identidad se vea reflejada en al Pasaporte. Tampoco tengo nada que objetar al hecho de que alguien se sienta bilbaino -y sólo bilbaino- pero no ponga reparos al hecho de que en su pasaporte figure la española como su única nacionalidad. Pero me parece legítimo que quien no comparta esa ilusión, se resista a aceptarla.
Por lo demás, Al, no es precisamente envidia lo que siento por lo ocurrido en Catalunya. Si repasas el post original podrás comprobar que me limito a constatar la diferencia y a destacar los puntos en los que esa diferencia es más ostensible.
Sobre el artículo que me adjuntas, veo que utilizar la expresión «nacionalismo», adornada con los epítetos menos elogiosos, por cierto, sólo para el caso catalán. El nacionalismo español no debe existir. Y la pugna se produce, por tanto, entre nacionalistas catalanes, excluyentes, sectarios e impositivos y ciudadanos abiertos y plurales que sólo se sienten españoles por casualidad. Es un esquema muy manido, que no me acaba de convencer. A lo mejor será porque, en el caso de Euskadi, es el que viene avalado por la línea editorial de los medios más poderosos, frente a los cuales, adopto, casi por principio, una actitud preventiva.
Tampoco yo creo, al igual que Donatien, que se puedan pedir peras al olmo. La experiencia nos enseña que es inútil pedir que se aparte de la violencia a quien no está dispuesto o no le dejan hacerlo.
Un saludo a todos
A mi con lo de la violencia me pasa igual que con lo de la soberanía. Me parece un concepto vacío, Josu.
Si no te diría lo contrario.
Un saludo,
Donatien
He caído por casualidad en este blog y leyendo diferentes posts…saltándome los que están en euskera porque desafortunadamente no lo entiendo aunque me encantaría llego a uno en que aparece la palabra Catalunya, y como catalán pienso : ¡ay madre! la de barbaridades que se van a decir…que si separatistas, que si estos nacionalistas imponen su lengua a todo el mundo cuando la realidad en Catalunya es bien distinta…palabras como Estatuto, independentistas, catalufos, peseteros no podrían faltar, son ingredientes que llenan la ensalada de los tópicos propios de lectores de La Razón, El Mundo, el ABC, la Gaceta…(no salgo de mi asombro! En cuántos medios nos ponen verdes!!) Con interés he leído el post, solamente porque me ha atraído esta percepción que se tiene en el País Vasco de lo que sucede en Catalunya ya sea por las afinidades que existen en cuanto compartir propósitos, tener una lengua y cultura propias. Y para decirlo sin tapujos, ambas son naciones –pese a quien pese-.
Todo aquel que lo niege sabe que se miente a sí mismo, escuchan hablar en catalán o en euskera y reconocen que algo no va bien, se enrabian, ven que esa nación española está en peligro que se puede desmembrar en cualquier momento…un panorama apocalíptico! Ahora encima que si las consultas independentistas en Catalunya…¿pero esto qué es? Maldicen a aquellas personas que no comparten esta idea de la “nación española”…una grande y libre! Sin embargo, no se dan cuenta que en España hay otras naciones…otras lenguas que en el caso del catalán lo hablan casi 6 millones de personas. Pero vamos a matizar…estas 6 millones de personas,¿ lo hablan diariamente? ¿Es la lengua de uso habitual en la calle? Perdonad pero eso ya es otra cuestión…que el castellano está excluido de la sociedad catalana es una mentira como un templo. Es oírlo en cualquier televisión y me pongo enfermo, ¿pero que mentiras son estas? Quiénes son todas estas personas: políticos, analistas políticos, tertulianos, algunos periodistas para hacer una afirmación tan escabrosa, si la mayoría nunca –ni pretenden- conocer la verdad que reside en Cataluña viniendo aquí para verlo…hablan de lo que no saben, de lo que se publica en los medios catalanes tan sólo para criticarlo…
La realidad es otra muy distinta, aquella en que la única manera de que no se “extinga” el catalán es que por suerte todavía persista como lengua vehicular en las escuelas…algo que creo que no sucede en Euskadi, que hay dos tipos de escuelas: las ikastolas y las que enseñan en castellano y tienen el euskera como asignatura (corregidme si me equivoco). Sin embargo, aun teniendo esta exclusividad del idioma de la enseñanza, la realidad de la calle es totalmente distinta…en Barcelona ya no se escucha apenas una palabra en catalán…lo lees en letreros y carteles, sí…¿pero que más da? ¡Una lengua se tiene que hablar! Así pues creo que hay que cambiar los papeles, yo diría que existe una discriminación del catalán frente al castellano, y no al revés como se quiere hacer ver. Y en cuanto a lo de que se discriminan a los que hablan es castellano, entonces a mí ya me habrían apaleado hace años…y a todos los que somos “xarnegos” en Catalunya. Aquellos de mi generación que nos llamamos Roger, Aleix, Gerard, Josep, Jaume pero con apellidos tan sonoros como Fernández, Lozano, Fuentes, Serrano, García…
Basta ya de hablar de lo que no se conocer y de basarse en los típicos “A mi un amigo me dijo que estuvo en Cataluña (o en Euskadi)….” ¡vívanlo antes de hablar! No prejuzguen a la gente de esta manera y tampoco pongan a todos en el mismo saco. Yo por ejemplo no me considero independentista, solo apoyo el federalismo y sí, creo que Catalunya es una nación al igual que Euskadi o Galicia.
Me encantaría hablar de otros temas como algo que he leído por ahí –no he puesto mucha atención tampoco- que si la editorial de los 12 periódicos catalanes estuvo subvencionada por Montilla y la Generalitat…la verdad es que me río y encima si esa fuente proviene de Juan Antonio Cordero Fuentes, un afiliado de Ciutadans –la versión catalana de UPyD…que sustenta su ideario político en exterminar cualquier síntoma de “nacionalismo periférico”. Así pues, Montilla que no es nacionalista ni es nada y siente lo mismo por Catalunya que yo al ver un plato de patatas cocidas…como se manipula la información, ¡qué cosas hay que escuchar! Me parece que no visteis las reacciones de los políticos catalanes al ver el editorial la mañana siguiente de su publicación…solo lo aplaudió CiU, los demás ni se inmutaron.
PD: ¿qué raro no? ¿cómo se expresa el catalufo este en castellano no…? ¿No decían que en Catalunya la escuela solamente enseñaba en catalán?
Me despido de ustedes con un «Adeú-siau» y «Agur»
Hombre, Donatien, en el terreno estrictamente conceptual, todo está conformado por conjuntos vacíos. Los conceptos son creaciones humanas sin entidad real más allá de la materia gris que consume su concepción y su formulación. Pero mientras nadie ha visto nunca a lo que se quiere describir con el concepto soberanía, el concepto violencia describe una realidad bastante más tangible, ¿no te parece? Yo tengo una cicatriz en la frente de una pedrada que me dieron a los 10 años. Te aseguro que la sentí con bastante más énfasis que cualquier soberanía de las que dicen que existen.
Gérard, gracias por tu reflexión y tu aportación. Estoy bastante en sintonía contigo. Pero desafortunadamente, tenemos enfrente un muro cerrado de planteamientos hispanocéntricos, incapaz de dar juego a tus propuestas pluralistas. Todavía conservo un Libro de texto de Formación del Espíritu Nacional -la asignatura de adoctrinamiento político que se impartía en la escuela franquista- y cada vez que lo releo descubro que muchos de sus planteamientos siguen rabiosamente vigentes en buena parte de España. Vaya un ejemplo: ¿Cual es tu Patria? pregunta el libro. Y el alumno ha de responder: «Mi Patria es España. Yo sé que mi Patria es España y que tengo que colaborar leal, sencilla, generosa y abnegadamente por su bien y su grandeza, ya que así estoy trabajando por el bien de todos los españoles y por mi propio bien, ya que todo lo que se haga por España se hace por sus hijos. Y es que el verdadero patriotismo exige a todos la entrega total en servicio del bien general, colocando el bien de la nación por encima de todos los intereses particulares. Pero si cada uno cumple con la misión que tiene encomendda pensando en el interés de España, es seguro que ésta volverá a ser grande, como lo fue en la época imperial. Porque la Patria se hace grande si todos queremos que lo sea, si todos nosotros somos buenos españoles, si cada uno trabaja con el mayor interés en su puesto, si cada uno sigue fielmente lo que le indica su conciencia. Y es que España será grande si lo es su agricultura y su comercio, y sus sabios y sus artistas y sus estudiantes y sus profesores y sus banqueros y sus empresarios y sus obreros; en una palabra, si lo son todos los españoles». ¿Por qué te llamas español? vuelve a preguntar el libro. Respuesta: «Soy español porque he nacido en España y siento el mayor orgullo de tener esta Patria que Dios me ha dado y por la que han entregado su vida tantos héroes y tantos mártires». Y así sucesivamente…
el terreno estrictamente conceptual, todo está conformado por conjuntos vacíos. Los conceptos son creaciones humanas sin entidad real más allá de la materia gris que consume su concepción y su formulación.
Eskerrik asko, nos lo habeis encasquetado a la mujer con esas definiciones?
Hola Gérard,
No sabía lo del nombre «catalufo», sólo conocía lo de «polaco» en plan faltón.
No, no es así, el modelo de euskera como asignatura es el modelo A, minoritario, y no sirve para conocer la lengua vasca con solvencia. El modelo D, en euskera como lengua vehicular con el castellano como asignatura, es el mayoritario, seguido del modelo B, billingüe vehicular. Las ikastolas son digamos escuelas de modelo D, que eran privadas en su origen y que luego en torno a la mitad de ellas se han adherido a la red pública.
Bueno, esto Erkoreka te lo puede aclarar mucho mejor que yo.
Josu, ya sé que no viene a cuento, pero ya que lo mencionas puede que sí. Yo recibí una pedrada en la cabeza también, y la cicatriz también puede que se note mirando bien, aunque estare bajo mi cabello.
En realidad fue una pelota de goma, de esas que disparan los cuerpos policiales «antidisturbios» (nunca las disparan contra miembros propios, de su propio cuerpo, aunque sean los causantes de los disturbios, como te podrás imaginar). No me gusta hablar de esto, pero lo voy a hacer por lo que has escrito:
Fue en septiembre de 2003, en una manifestación que no se aclaró que fuera ilegal, en Zabalburu. Yo estaba allí, al principio de la manifestación. No soy precisamente un asiduo a manifestaciones, aquella era quizás la tercera o cuarta de mi vida (lo cual en nuestro País no es tanto), y había sido convocada bajo el lema «Gora Euskal Herria», habiendo mostrado su adhesión, aunque fuera a título personal, gentes de EA y de ELA. Había, estoy convencido, incluso jeltzales, y no solo gente de la Izquierda Abertzale.
Pues bien, puedo asegurar, porque yo estaba al principio y lo vi, que no fue atacada la Ertzaintza en ningún momento «arrojándose botellas», como arguyó tres días después el consejero de Interior, Balza a la sazón, y el portavoz del EJ, Imaz, en rueda de prensa para explicar su versión. Mintieron.
Con su debida acreditación, supongo, acudieron a la rueda de prensa los mismos periodistas que estaban cubriendo el evento de la manifestación el sábado anterior en Bilbao para manifestar su protesta ante la acción policial. Como se veía en la foto de prensa, lo hicieron algunos con casco de moto, uno con cabestrillo (que a lo mejor era falso, pero así aparecía en una foto), e intentaron a la llegada a la sala de prensa entregar un texto escrito al sr. consejero, que ni siquiera los miró.
Bueno, pues como te decía, uno, que no había hecho nada, y tampoco menos que los demás que allí nos hallábamos en los primeros metros (la calle Autonomía estaba repleta de manifestantes, hasta más allá de la Casilla), se vio repentinamente, sin aviso, como los fotógrafos, atacado por aquellos funcionarios. Recibí un impacto en mi cabeza desde unos 20 metros, puedo calcular, estando en la esquina que forman la calle Autonomía y la calle General Concha. A unos 5 centímetros de mi ojo izquierdo, justo donde empieza mi cabello. En el momento que sucedió lo que no pude imaginar es que fuera una pelota de goma, como sólo pude entender pasados muchos segundos, sino de algo macizo, de un hierro pesado, o de una piedra, pero de una piedra enorme, no de una pedrada como la que recibiste cuando tú tenías 10 annos (y que yo también recibí con 11); era diferente, resultado de la enorme velocidad a la que la dura pelota «de goma» sale disparada de una escopeta distante unos 20 metros.
Como resultado del terrible impacto, que abrió una brecha de unos 3 centímetros de diámetro en el lugar de mi cabeza citado, sentí que perdí el conocimiento. Recuerdo que empecé a caer al suelo por ello, pero me recobré y huí del ataque de los garantes de mis derechos y diligentes protectores General Concha arriba.
El ataque, como la sentencia de la audiencia provincial dice recientemente y sin equivocarse y como se filtró con un documento interno por alguien desde dentro de la Ertzaintza al periódico Gara semanas después, fue dirigido por Legarda desde la Ertzaintzetxea de Deusto a través de una cámara dispuesta en el helicóptero que nos sobrevolaba continuamente.
Lo mío no fue nada, felizmente, pero tal como senala la sentencia de la que te envié noticia recientemente por resena aparecida en Deia en la que se condena a la Ertzaintza, al Gobierno Vasco, a pagar 72 000 Euros a dos personas manifestantes que resultaron sin un ojo y sin un testículo, para otros ciudadanos ha resultado un trauma vital físico indiscutible.
Por eso te digo que lo de la violencia, como argumento político, es un concepto vacío para mi. Se puede llenar como se quiera, dependiendo de quien lo haga.
Gabon,
Donatien
Eskerrik asko gaia ateratzeagatik Josu,
Ultimamente tambien me he preguntado si realmente nos podemos escaquear del concepto y basar nuestras interpretaciones cognitivas en relacion solamente al objeto. Pero siguiendo tu explicacion ,»en el terreno estrictamente conceptual, todo está conformado por conjuntos vacíos.» He mirado mis apuntes de la escuela Lacaniana y el conjunto vacio es uno de los «elementos» espacio abierto que surgen en topologia. «If the space is not dense space means that it has open space, so makes the surround » complement» and the density is not so much.
Dense spaces-jouissance.
Me gustaria saber mas sobre este tema pero en estos momentos mi materia gris tampoco da para tanto.
Oye, donatien, una pregunta ¿ no fue esa manifestación en la que Imaz pidio perdon por aquellos que solo querían manifestarse de forma pacifica?. Porque yo le oí pedir perdón aunque igual no fue esa y me he equivocado.
Saludos.
¿He hablado de las mujeres, mariasun? Que yo sepa, en la reflexión que reproduces sólo hablo de «creaciones humanas» expresión que, correcta o no, es válida tanto para el género masculino como para el femenino.
Donatien, creo que convienes conmigo en que, o bien los conceptos son todos vacíos desde el punto de vista de su entidad material -y tanto da hablar de soberanía, como de violencia, de imperialismo, de opresión, de propuesta democrática o de negoziazioa- o nos empeñamos en discernir los que aluden a realidades tangibles de los que hacen referencia a objetos inaprehensibles. El de la violencia tiene que ver con algo bien tangible. Que se puede utilizar ad beneficium proprium, por supuesto, según el lugar que cada uno ocupe en el acto violento, pero que resulta indisociable de una realidad material contundente. La pedrada que yo recibí procedió de un marroquí que vivía con su familia en Bermeo. Un auténtico vanguardista en esto de la Inmigración de origen africano. Y mira por donde, ni me querellé contra él, ni le condenaron a indemnizarme por el daño causado -en la era de la imagen una cicatriz en la frente no ayuda mucho mejorar el aspecto estético- ni, siento, por ello, ojeriza alguna contra las gentes procedentes del Magreb. En la manifestación de la que hablas, cuyas circunstancias no recuerdo ni soy capaz de precisar si se ajustaron más a tu versión o a la proporcionada por Balza e Imaz, a quienes conozco personalmente sin que tenga razones para afirmar que gustan de mentir -más bien todo lo contrario- hubo heridos que, según relatas, recurrieron a los tribunales integrantes del Poder Judicial previsto en la Constitución española de 1978 y obtuvieron del mismo -con arreglo a la propia norma constitucional- una indemnización que de alguna manera compensa el daño sufrido por sus eventuales excesos. Pero hay casos peores, como sin duda no se te oculta. Este mismo mes -el día 3, para ser más exactos- se conmemoró el aniversario de la muerte a tiros de Inaxio Uria, un constructor jubilado que iba a jugar la partida con sus amigos al bar de costumbre.
En cualquier caso, es evidente que los conceptos de soberanía y violencia son difícilmente asimilables desde el punto de vista de la realidad a la que apelan. Así creo yo, al menos.
Creo que te veo bastante conceptual en este comentario Josu. Justifica el acto (que ETA haya matado) para contraponer todo el juicio de Donatien sobre una manifestacion que no era en apoyo de ETA sino de GORA Euskal Herria. Justificas la actuacion de la Ertzaina en contra de la juventud y no juventud de Euskalherria que solo manifiestan sus deseos??
A mi me faltan muchos datos esto es increible.
Mi pregunta a Josu es si el PNV a convocado alguna vez alguna manifestacion? No lo tengo claro.
Lasai, mariasun. Yo no he citado a ETA. Especulábamos -creo que esa es, pese a su imprecisión, la palabra correcta-sobre la esencia y consistencia de los conceptos y, en concreto, sobre el concepto de «violencia» que no he sido precisamente yo el que he traido a colación en este concreto foro. Y para ilustrar la especulación -sigo creyendo que esa es, pese a su imprecisión, la palabra correcta- poníamos ejemplos de violencias que hemos sufrido personalmente o que hemos visto padecer en nuestro entorno. La violencia siempre es mala. Esa es, al menos, mi opinión. Pero la violencia gratuita es peor que la ejercida proporcionadamente en defensa propia. Y en el plano comunitario, la violencia ejercida contra las normas de convivencia democráticamente adoptadas por el colectivo, es peor que la ejercida proporcionadamente en defensa de esas normas con el único objetivo de hacerlas prevalecer frente a quienes las vulneran. Los excesos nunca están justificados, obviamente. Pero hay expresiones de violencia que incurren íntegramente en el ámbito del exceso y actos de violencia que sólo a partir de determinado umbral incurren en el exceso. No justifico, por tanto -sería absurdo que lo hiciera- ni la violencia ejercida a quien sólo discurría por la calle dando goras a Euskal Herria -yo mismo lo he hecho en numerosas ocasiones- ni a la proferida gratuitamente contra quien asistía pacíficamente a la cita cotidiana con la partida de naipes.
El PNV mariasun, ya convocaba manifestaciones en 1932 cuando ni tú ni yo habíamos nacido. Y desde entonces, ha convocado decenas de ellas, bien sea de forma individual o bien de forma colectiva.
Obama, leader a quien el PNV puso como ejemplo en precampana electoral, acaba de decir que la guerra -el colmo de la violencia- es necesaria para la paz.
Aún no has explicado a Mariasun, Josu, por qué has enmarcado la muerte del sr. Uria en el restaurant de Loiola (el de mis txipiroin-tinta con mi partner, recordarás) en el contexto de la brecha en mi cuero cabelludo senalada.
Gabon
D
Pues imagínese señor Erkoreka, si el PSE es diferente al PSC, como sera el PSPV de Valencia, que se dice del Pais Valencia, pero que no mueve un dedo sin el beneplácito de Madrid.
Por cierto en su post incluye al País Valencía dentro de Catalunya en la foto que pone….Grave error¡¡¡¡
Este país se va a pique. VIVA ESPAÑA y NO a las independencias.