El martes por la mañana, las familiares de los secuestrados en el Alakrana, mantuvieron una entrevista con el presidente de la Audiencia Nacional. Al salir, se negaron a hacer declaraciones a los medios de comunicación. Pidieron comprensión a los profesionales de la información destacados en la Audiencia, y justificaron su silencio apelando a lo delicado del asunto y a los negativos efectivos que la publicidad de sus palabras podrían provocar en el feliz desenlace del secuestro.

¿Quién de ellos es el responsable?
Por la tarde, visitaron a Zapatero en La Moncloa. Al abandonar el edificio presidencial, su actitud fue la misma. Discreción. Tiento. Cautela. Mucho cuidado. No van a hacer declaraciones estridentes que puedan ser aprovechadas por los secuestradores para reforzar sus posiciones y demorar el fin del calvario que están viviendo. Prefiren no lanzar a la opinión pública mensajes que puedan resultar contraproducentes de cara a lo que realmente les interesa: la inmediata liberación del atunero y de sus tripulantes.