Esta mañana he tenido ocasión de saludar en Madrid, a Josu Feijoo, el primer euskonauta de la historia. Josu es un vitoriano de 44 años que acumula a sus espaldas un dilatado curriculum como alpinista de elite. Cuenta en su haber varios ochomiles y una gran experiencia en la organización y dirección de expediciones de alta montaña. Pero lo que realmente le seduce es el cielo; el espacio exterior. Y aspira, por ello, a ser astronauta.

Con Josu Feijoo, esta mañana.
Josu lleva varios años sometiéndose a todo tipo de pruebas físicas, psicotécnicas y psicométricas con el fin de acreditar sus cualidades para salir al espacio. También asiste con cierta regularidad a los cursos y seminarios que se imparten en la Nasa para formar a los futuros astronautas. Hace diez días, sin ir más lejos, recibí una postal muy cariñosa que me remitió desde el Kennedy Space Center, donde se encontraba participando en uno de estos cursos. Me enviaba un mensaje cargado de entusiasmo: «10, 9, 8, 7,….. ya falta menos paa que la ikurriña vaya al espacio».
Josu sueña con pasar a formar parte de la lista mundial de personas que han volado por encima de los 180.000 pies de altura y, por tanto, se considera que han alcanzado el espacio exterior. Y está literalmente volcado en la realización de su sueño. Basta compartir con él cinco minutos, para comprobar que derrocha energía por los cuatro costados y exhibe una ambición sin límites; dos factores -el de la energía y el de la ambición- que supongo imprescindibles para poder coronar con éxito un proyecto vital como el suyo.
Si sus previsiones se cumplen, Josu saldrá al espacio a lo largo de 2010. Y llevará consigo la ikurriña, con el firme propósito de situarla lo más alto posible.
Pero el mérito de Josu se acrecienta notablemente si se tiene en cuenta que es diabético tipo I. Una enfermedad crónica que le obliga a desplazarse a todas parte con el consabido «bolígrafo» de insulina. Si sus planes se cumplen, el año que viene será el primer astronauta diabético del mundo, lo que constituye un dato extraordinario que reviste un notable interés para la comunidad científica.
Ánimo, Josu, que estás a punto de acariciar tu sueño. Cuando inicies tu singladura, desde la tierra que pisamos -a los políticos nos conviene caminar con los pies en el suelo- miraremos todos los días al cielo, para adivinar entre las nubes la nave que llevará la ikurriña al punto más alto que jamás haya conocido.
Esto se le debió ocurrir a un bilbaíno cuando los militares pusieron la bandera española en el Gorbea (4.862 pies)
Bueno, no es por fastidiar ni desmerecer a Josu Feijoo, pero siempre había considerado que el primer vasco en el espacio fue Léopold Eyharts. Nacido en Biarritz en 1957, estuvo en la estación MIR en 1998.
Recuerdo que apareció en el periódico, y que dijo haber llevado una pelota de txistera, jamón de Baiona, y una réplica de la torre Eiffel al espacio.
Lo recuerdo porque siempre he dicho que ha habido antes un vasco en el espacio que un español. Porque, excluyendo a Miguel «Michael» López Alegría, el primer español en el espacio es Pedro Duque, que no fue al espacio hasta octubre de 1998. ¡Eyharts subió el 29 de enero de 1998!
http://fr.wikipedia.org/wiki/L%C3%A9opold_Eyharts
Ya era hora de que salieras en una foto con alguien realmente ilustre, Erkoreka.
Feijoo arabarra aurrera!
Sr. Erkoreka, no quiero ser puntilloso pero el primer euskonauta de la historia se llamaba Richard Eyharts y era de Iparralde.
Aun así, zorionak a Josu Feijo
Berriak…….Berriak………Berriak……..Berriak……..Berriak
John Garamendik atzoko hauteskundean irabazi du.
Hala ere, euskotar batek Ameriketako Kongresuan dugu orain.
Aceptadas las apostillas. Feijoo será el segundo vasco en el espacio. Pero no sé por qué… me da que será el primero que lleve la ikurriña. Con perdón de Ramón, claro.
Donatien, me hubiese gustado sacarme una foto contigo en Bilbao, pero no nos diste una sola pista para descubrir tu paradero.
Ja, :-), Ja! Estás seguro de que sería una buena idea? Creo que no soy tan fotogénico como tú o Josu Feijoo, Josu, en serio. Quién sabe, puede que algún día, en Bilbo, en Madrid, en Barcelona, en Budapest…
Pero a cambio tienes que aceptar tomar un vino húngaro en mi humilde residencia danubiana con vistas al Danubio, la isla de Margit y las colinas de Buda en la próxima visita que realices a este Estado (eso sí, si es en las próximas semanas tendría que ser en el restaurant Farger o en el Tom George porque está en fase de ejecución una renovación).
Eres muy generoso.
D.
Josu,
Hace 10 años, debuté de una Diabetes Mellitus tipo 1. Como en aquel entonces me dijo un endocrinologo, siendo diabética, puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
En este siglo XXI, un diabético puede alcanzar cualquier cosa que se proponga.
Así que, con conocimiento de causa, una diabetes, no es motivo para no ir a la luna…..y más allá.
Zorionak Josu.