Siempre he pensado que las pistas más certeras para espigar las posiciones que imperan en el nacionalismo español con respecto a Euskadi, se encuentran en la prensa española de derechas. Esa prensa que, al sur del Ebro, zahiere sin piedad a los socialistas, pero al norte dirige todas sus invectivas hacia el nacionalismo vasco, elevando a los socialistas a los altares. El significado político que el nacionalismo hispánico atribuye a la fiesta gratuita que ayer celebraron en Ajuria Enea, se explicita con mucha más nitidez en las páginas de esta prensa que en las más sutiles y rebuscadas de las cabeceras afines a la izquierda española. Veámoslo
Hubo una época en la que esa misma prensa consideró que el Estatuto de Gernika constituía una pérfida cesión que los franquistas acomplejados que pilotaron la transición hicieron al voraz e insaciable nacionalismo vasco. Una claudicacion intolerable. Se acusó a Suarez de haber concedido al País Vasco un Estatuto «potencialmente separatista». Recuerdo a este respecto un artículo que José María Gil Robles publicó en el ABC el 27 de julio de 1979, bajo el grave título de «Responsabilidad para todos». El Estatuto, a su juicio, había ido demasiado lejos. Su contenido excedía con creces los límites de lo admisible. Había transgredido todas las líneas rojas. En lo lingüístico, en lo competencial, en lo simbólico y, por su puesto, en lo nacional. La tesis de Gil Robles era clara:
«Conjugados, en efecto, el artículo primero del Estatuto con la disposición adicional, queda configurado el ente autonómico como una nacionalidad que, a través de la autonomía, accede de momento a su autogobierno, hasta que le convenga al País Vasco actualizar sus derechos históricos, en la medida en que lo crea oportuno. Es decir, realidad de autogobierno, hoy, como camino para una posible independencia mañana. Las cosas son así, desdichadamente, y no merece la pena que nos engañemos. Se pudo pensar, en un momento de cierto optimismo, que el jefe del gobierno haría cuantas concesiones fueran precisas para reconocer mayores facultades a los negociadores vascos; pero que se mantendría inflexible, por lo menos, en la defensa de los postulados fundamentales del principio de soberanía estatal. No ha sido así por desgracia»
Sin embargo, creo no equivocarme si afirmo que, de haber seguido vivo, Gil Robles habría participado con entusiasmo en la fiesta bufa que ayer tuvo lugar en Ajuria Enea. Eso sí, lo hubiese hecho con una estado de ánimo muy diferente al que expresaba en el artículo que acabo de citar. Con una percepción muy distinta de lo que el Estatuto de Gernika representa políticamente. Porque en este punto, como en otros muchos, el imaginario nacionalista español, ha experimentado cambios. Vaya si lo ha hecho. Veamos un ejemplo.
La editorial del ABC de hoy saluda con efusividad el festejo de ayer porque, a su juicio, es el «resultado del cambio político que mandó el PNV a la oposición». La misma cabecera que hace treinta años publicó aquél artículo de Gil Robles en el que se definía al Estatuto como un intrumento «potencialmente separatista», hoy pone al PNV como chupa de dómine por haber exigido durante tres décadas un cumplimiento estatutario que, para los editorialistas del diario conservador, «no han sido otra cosa que trampas tendidas al Estado para arrancarle competencias y cesiones que le permitieran llegar a una relación de cosoberanía». Ya ven. El Estatuto apuntó tan lejos, que se aprobó para no ser cumplido. Porque cumplirlo constituía un delito de lesa patria.
La reflexión final es de traca. Cisnismo en estado puro. Léanla:
«Por todo esto, es histórica y políticamente necesario un Gobierno autonómico que defienda aquello que ETA y el nacionalismo quieren destruir. El Estatuto de Guernica es fruto de la Constitución española y sólo de ella. Mientras esté vigente y sea aplicado, el fracaso político del PNV y ETA está garantizado y hará más viable no sólo la derrota del terrorismo, sino también la reconducción del nacionalismo a políticas de moderación y lealtad constitucional. Negarla al PNV al PNV la premisa mayor de su discurso -la ilegitimidad del orden constitucional en el País Vasco- es fundamental para acabar con esa estafa llamada «conflicto vasco».
El Socialimo, ahora con la responsabilidad del poder y el apoyo ejemplar del PP, puede hacer posible la transformación que necesita la sociedad vasca, liberándola del victimismo nacionalista y de esa excepcionalidad antidemocrática impuesta por ETA. Pero para alcanzar ese objetivo, también los socialistas deben creer en el Estatuto de Guernica. No siempre lo hicieron y las consecuencias fueron dramáticas en el proceso de negociación política con ETA de la pasda legislatura. Patxi López respaldo suficiente para que, como pide el PNV, el Estatuto se cumpla, empezando por su artículo 1, que define al País Vasco como Comunidad Autónoma constituida dentro del Estado Español y de acuerdo con su Constitución y con el presente Estatuto»
Hagamos abstracción ahora de los fragmentos más injuriosos e infamantes del párrafo transcrito. No son importantes. Forman parte del libro de estilo del ABC. Pues bien, si dejamos al margen estos aspectos del texto, la editorial se limita a registrar el papel que desde el nacionalismo español se asigna hoy al Estatuto de Gernika, como ariete contra el PNV. Ni más ni menos. Ya no es un peligroso puente de oro hacia la independencia. Ni tan siquiera es el suelo común que pisamos los vascos. Por abandonar, el nacionalismo español, desnudo, ha abandonado hasta la edulcorada retórica del punto de encuentro y el marco de convivencia. El texto de Gernika ya no es, para ellos, un mínimo común denominador. Es, sencillamente, la coartada que permite apuntalar la acumulación de fuerzas españolistas que da aliento al Gobierno pepedependiente de López.
En treinta años, como hemos visto, el espacio sociológico que sostiene el nacionalismo español, ha pasado de considerar al Estatuto como un peligro, a reputarlo una garantía. Primero lo concibió como una peligrosísima vía de agua en el casco de la invicta nave española. Ahora, como una trinchera contra el nacionalismo vasco. Antes, el Estatuto fue visto como una hemorragia por la que iba a desangrarse España. Ahora, es la barricada que garantiza la unidad indisoluble de España frente al efecto disolvente del nacionalismo vasco.
Hemos pasado de la hemorragia a la barricada. Las cosas claras y el chocolate espeso.
La definición de «fiesta bufa» es muy atinada. Yo mismo hubiera ido de haber estado en tu lugar, Erkoreka. Me hubiera puesto un antifaz para integrarme en la fiesta, o una máscara de gas de cuero, y de este modo no te hubieran reconocido en las fotos del evento, de suerte que nadie hubiera podido decir que Erkoreka acudió, como hizo Imaz, y hubieras pasado desapercibido.
En estos tiempos de estética underground gótica, de bondage y leather, el rojo y el negro dominantes en el atrezzo de Lakua bajo una gran efigie pretendidamente desafiante de López resultan muy stendhalianos. (Recordemos cómo acaba la historia).
Está bien porque en otro caso la vida sería mucho más aburrida. Siniestro.
Gora Euskal Herria
Artículo por artículo,aquí te envio un artículo (este de hoy mismo) de Tonia Etxarri en «el correo Español».Como verás,incluida una mención a tu persona.Como comprobarás,hay párrafos que llevan a la hilaridad por muy en serio que se lo quiera tomar uno,la alusión al euskobarométro me recuerda el último,ese que decía que el gobierno de López si contaba con algo era con mucha desconfianza y poco apoyo,como el mismo López,que era el quinto político en valoración siendo el mejor valorado Ibarretxe,prueba nada baladí de que se están haciendo trampas al solitario constantemente y que si alguien vive fuera de la realidad son por una parte,los organizadores del «punto de encuentro» virtúal de ayer y la misma SRA Etxarri que confunde deseos con realidades.Por otra parte esa obsesión en encontrar ayer «nacionalistas» en el sarao deja a las claras la desesperada búsqueda de legitimidad en la que andan Patxi y los suyos.Lo que las urnas no da,»el correo Español» tampoco.En fín,que están rozando el patetismo,que ayer Patxi se encontró con los suyos y con la SRA Etxarri,al parecer. El artículo:
«A Ardanza sí le importaron las transferencias. Pero a Ibarretxe no le interesaban los tecnicismos autonomistas».Conmemorar y reivindicar. No el texto en sí sino el espíritu de convivencia del Estatuto que marcó el comienzo de una etapa de despegue político del País Vasco en los primeros años de la democracia.
Lo que explicó ayer el lehendakari Patxi López en el acto festivo de Ajuria Enea es lo que se ha venido haciendo durante todos estos años, aunque el 25 de octubre no estuviera marcado en rojo en el calendario. Porque en estas tres décadas se ha festejado que el marco político haya permitido a Euskadi dotarse del nivel de autogobierno que ha sido la envidia de tantos paises de Europa. Ha dado sentido a toda la arquitectura institucional de la comunidad autónoma reconociendo los derechos históricos, sus normas forales y el propio futuro autonómico. Casi nada. Se reclamaban, como era lógico, las transferencias debidas mientras se reconocía nuestra calidad de autonomía, a pesar del terrorismo. Pero se festejaba. En principio, todos. Y, a partir del 98, el PNV se apeó del tren del consenso porque el Pacto de Lizarra le obligó, con meridiana claridad, a tomar una nueva deriva antiestatutaria.
Y después de ese fatídico año, solo las fuerzas constitucionalistas celebraban el espíritu del Estatuto, el 25 de octubre. Despreciar el Estatuto según el balance de las competencias pendientes de transferir obedece a un planteamiento tan tecnicista, a estas alturas, que ni siquiera los nacionalistas creen en él. Lo utilizan para alejarse de cualquier celebración estatutaria; cierto. Pero su argumento sobre la incongruencia del festejo de un Estatuto incumplido resulta una excusa demasiado endeble, que en el fondo encierra su deseo de volver a poner el ‘plan Ibarretxe’ sobre la mesa, como han hecho este fin de semana.
No seríamos honestos con la memoria de nuestra tierra en todo este tiempo si no recordásemos que fue el PNV (el de Ibarretxe, de Egibar, el de todos) el que soltó las amarras del consenso porque solo le interesaba desbordar el Estatuto para fortalecer el frente nacionalista. Al lehendakari Ardanza, que participó en el acto de su partido el sábado en Gernika para reivindicar el ‘plan Ibarretxe’, sí le preocuparon en su día las transferencias. Y no digamos a Garaikoetxea, que tuvo el privilegio de presidir el primer Gobierno vasco de la democracia, cuando se creó la Ertzaintza, se negoció el Concierto y el Cupo, se puso en marcha Osakidetza y la red de educación… Toda una aventura, esa sí, apasionante.
Porque Euskadi empezó a dar pasos de gigante en la autonomía económica y política gracias al Estatuto. Pero a Ibarretxe no le interesaban ya los tecnicismos autonomistas. Y no le importó apoyarse en los votos del entorno de Batasuna para aprobar su plan con la mayoría necesaria en el Parlamento vasco. Un plan rechazado por el Congreso de los Diputados en el año 2005, que el PNV ha vuelto a rescatar este fin de semana para evidenciar la fractura política de la sociedad vasca. Es necesario reconocer que, a pesar de su fuerte oposición (tan ensimismados están en su nuevo papel que el portavoz parlamentario Josu Erkoreka cree que «las relaciones entre el PSE y el PP se han deteriorado» gracias a su intervención), hoy estamos mejor que el año pasado. Porque hace un año por estas mismas fechas, el empecinamiento de Ibarretxe por convocarnos a una consulta el 25 de octubre llegó a provocar un clima de crispación difícil de sostener por mucho tiempo.
Tendremos fiesta oficial cuando se apruebe en el Parlamento vasco, pero el nuevo Gobierno tiene por delante el gran reto de implicar a buena parte de la sociedad que todavía sigue encerrada en el armario por temor a reconocer que forma parte de ese 70% detectado en las encuestas del Euskobarómetro que admite estar satisfecho con el nivel de autogobierno conseguido hasta ahora. A pesar de todas las dificultades, ayer fue un día hermoso. Las víctimas del terrorismo formaban parte del recuerdo permanente del lehendakari. Y muchos agradecieron la presencia de Josu Jon Imaz y de Mario Fernández.
De las ausencias, las más recordadas las de gente valiosa que contribuyó a la puesta en marcha del Estatuto. Juan Mari Bandrés, galardonado ayer mismo con la distinción al buen trabajo (‘Lan onari’), afectado desde hace años por una lesión cerebral y cuya contribución a la puesta en marcha de la Euskadi autonómica, desde el Consejo General Vasco, fue de una entrega sin límites, verdaderamente encomiable. Con un espíritu de compromiso similar al que mantuvo el político centrista, ya fallecido, Chus Viana, sin cuyo voto, por cierto, no habría sido posible aprobar con mayoría en el Parlamento vasco el himno oficial de la comunidad autónoma. La fotografía de Fernando Buesa, asesinado por ETA, hablando con los parlamentarios de Herri Batasuna evocaba el recuerdo de la aportación socialista a la educación en el País Vasco.
Los terroristas lograron acabar con Buesa y lo intentaron con Jose Manuel Recalde; los dos habían sido consejeros de Educación. Euskadi está en deuda con tantos servidores de la política, con mayúsculas, que el dia 25 de octubre se ha convertido en una fecha solemne. Es de justicia que se conmemore como tal porque, mientras no haya una alternativa mejor, el consenso logrado en el referéndum de hace 30 años.
Interesante sería realizar este mismo análisis para comprobar qué decía el PNV (o Deia, que es lo mismo) hace treinta años y qué dice hoy para negarse a celebrar el Estatuto, y limitarse a conmemorarlo, matiz que no capto del todo, por cierto.
Dudo que la razón por no acudir a este acto sean las 35 ó36 competencias pendientes de transferir. Desde luego, para ser el motivo principal de la negativa, extraña que no se sepa exactamente el número concreto.
En mi opinión, lo que pesaba era la negativa a participar en un acto junto con ese lehendakari «ilegítimo» que debe ser Patxi López y no el hecho de que todavía no se hayan logrado competencias trascendentales para el desarrollo de Euskadi como la de Paradores.
Dice hoy uno artículista de ésos que tanto denostas que si el Esatuto está muerto para el PNV no es porque falten esas competencias, sino porque sólo faltan esas competencias. Porque ha muerto de éxito. ¿Si se consiguiesen esas 35 ó 26 competencias, celebraría el PNV el aniversario del Esatuto junto con los socialistas, como hiciera hace 30 años en La Casilla? Vista la deriva en la política jeltzale de los últimos diez años, mucho me temo que no.
a mí el abc, la sinrazón, el mundo y demás grupo vocento me dan calanbres con solo ojearlos! ahora resulta que d. pako y la intachable conducta del pp son los garantes de nuestro estatuto? no si vd tenía razón! d. pako gusta a todos, cuidado z.p.! además este va de ovejita bueno y obediente!
Y López pretendía que los abertzales acudiesen a celebrar su propio «linchamiento político». No sólo tratan de engañar, pretenden que las víctimas del engaño colaboren entusiasmadas!!. Es curioso como en ese editorial de ABC se quitan completamente la careta, relacionando a PNV y al conjunto del nacionalismo vasco con ETA, mientras ponen al truncado Estatuto (siempre claro que siga incumpliéndose) como barrera contra las opciones legítimas y democráticas de la mayoría de los vascos.
Cada vez está más claro que España no es leal con el pacto que supuso aquel estatuto. Y , lo más grave, cada vez tenemos todos los nacionalistas vascos más claro que no es posible defender en la España «democrática» todas las ideas legítimas, sencillamente porque España no es una verdadera DEMOCRACIA. Nos están radicalizando a base de negarnos hasta lo ya pactado y firmado. La feria montada ayer por López en Ajuria Enea es una palada más en la trinchera que el Frente españolista ha cavado entre vascos. El panorama es desolador. Cuando ya no quede ningún puente ¿Qué van a hacer con los que aún nos resistamos a sumarnos a su proyecto para «homogeneizar» Euskadi ¿Bombardearnos?
JELen agur
Es evidente, Josu.
Lo que entonces era una amenaza, por obra de una intrincada y concienzuda labor político-jurídica, el estatuto esta capado, por incumplimiento de transferencias y por laminación de las transferidas, con los máximos órganos judiciales, cómplices de la situación, mirando para otro lado, ahora es manifestación de alegría jacobina.
Pero cuando el estatuto generó consenso es cuando se firmo y se votó. No lo que es ahora. No se puede deciur al PNV ue está saliendo del consenso, porque este capado estatutario, destruye por sí mismo el consenso.
Por lo tanto, el PP y el PSE se felicitan de lo que hay, importándoles el consenso de todos los vascos un pimiento. Pero proclaman lo contrario.
No desaprovechará la Izquierda Revolucionaria el momento para proclamar (una vez más) la necesidad de acumulación de fuerzas presuntamente abertzales. No es nuestro camino.
Un abrazo
La gente no reconoce abiertamente sus errores y sus cambios de opinión. Y menos en política. Todos se expresan como si lo que ahora dicen fuera lo que han venido diciendo desde que nacieron o desde que se fundó su partido.
En efecto, los partidos, como los individuos cambian de opinión con frecuencia, según van aprendiendo, avanzando… o según van cambiando las circunstancias. Al fenómeno se le puede llamar cambio de chaqueta, capacidad de adaptación, flexibilidad… A pesar de lo cual, nadie admite que donde decía digo ahora dice Diego.
Así que, Josu, a lo mejor el chocolate no es tan espeso. Si, para el ABC, el Estatuto era un peligro y ahora es una garantía, a lo mejor es que algo de mella ha hecho la insistencia nacionalista. Aunque vayan unos pasos (o unos kilómetros) por detrás de vosotros, da la impresión de que se mueven y de que se mueven en la misma dirección ¿no?
Lo que pasa es que vosotros también os movéis y así, aparte de que no hay forma de alcanzaros, la perspectiva desde la que véis al ABC no cambia.
En cualquier caso, enhorabuena por este logro mediático.
Por si os sirve de ilustración, corto y copio una parte de un artículo que escribí hace unos años sobre esta cuestión. No está actualizado, pero es lo que más a mano tengo para formular mis propias observaciones en relación con las cuestiones que planteáis.
El PNV nunca ha ocultado su concepción del Estatuto de Gernika como un punto de partida que en modo alguno agota sus aspiraciones. Meses antes de que la Asamblea de Parlamentarios vascos aprobara su propuesta, el partido jeltzale ya advertía que, pese a negar su apoyo a la Constitución de 1978, no renunciaba a tomarla como referencia inicial de cara a la construcción de un marco autonómico viable para Euskadi, pero dejando claro que ello no le llevaba a renunciar a otras metas más ambiciosas para el autogobierno vasco. En un manifiesto hecho público las semanas previas al referéndum constitucional, expresaba “su determinación de proseguir su labor política firme y esperanzada por la consecución de un Estatuto de Autonomía que proporcione a Euskadi los instrumentos mínimos para su autogobierno en el momento histórico actual, sin perjuicio de mantener sus reivindicaciones históricas y nacionales a través de las vías políticas”. Como se ve, los objetivos alcanzables “en el momento histórico actual”, eran, a juicio del PNV, los “instrumentos mínimos” que resultaban necesarios para poner en marcha el autogobierno de Euskadi. Y el compromiso en alcanzarlos, tenía lugar “sin perjuicio de mantener sus reivindicaciones históricas y nacionales”.
En coherencia con este planteamiento, el PNV es una de las formaciones que proponen la inclusión en el Estatuto de una cláusula de reserva de derechos. Lo hace mediante la presentación al Texto Base elaborado por la ponencia, de una enmienda de adición al artículo 3º con el siguiente texto:
“El régimen de autonomía que en este Estatuto se establece no implica en ningún caso renuncia a los derechos históricos del pueblo vasco cuya plena realización estriba en la restauración foral íntegra de su régimen político”
Por lo demás, el apoyo del PNV al texto estatutario se justificó en todo momento apelando al pragmatismo. El discurso con el que argumentó su respaldo al Estatuto partía de la persuasión de que, aun cuando el texto sometido a referéndum no era, ni mucho menos, el ideal para el nacionalismo vasco, representaba la meta susceptible de ser alcanzada en aquel momento. El diputado Marcos Vizcaya aludía a él como “el único posible actualmente”. Y el senador Mitxel Unzueta observaba: “Nos hubiera gustado traer de la Moncloa más autonomía pero se ha traído toda la que se ha podido en estos momentos difíciles”
Aceptarlo, entrañaba, pues, una opción realista que, además, no suponía una vergonzosa claudicación en los postulados del nacionalismo, porque la aceptación de aquel marco, como claramente expresaba su disposición adicional, no significaba renuncia alguna a la consecución de objetivos de autogobierno mucho más ambiciosos. La reserva de derechos que configura esta disposición les daba pie a los líderes jeltzales para afirmar que el innegable paso adelante que suponía el Estatuto no iba a introducir al País Vasco en una ratonera sin salida que, antes o después fuera a desplegar sus efectos mortíferos sobre el ímpetu desplegado por el pueblo vasco en pos de su autogobierno, sino todo lo contrario; suponía entrar en un escenario abierto en el que estaba expresamente prevista la posibilidad de dar nuevos pasos adelante hasta la plena satisfacción de lo que, no sin imprecisión, el precepto conceptúa como los derechos que pudieran corresponderle en virtud de su historia.
Resulta sumamente útil consultar lo que se escribía en esta época en los órganos de comunicación propios de la organización jelkide. El semanario Euzkadi de las semanas previas al referéndum, por ejemplo, está plagado de artículos que invitaban al voto positivo y en los que, prácticamente sin excepción alguna, se apela a esta visión abierta del Estatuto. Jose Mª López-Arostegui sostenía que la disposición adicional del Estatuto “deja abiertas las puertas para mayores exigencias, una vez que nos demostremos a nosotros mismos que somos capaces de crear una Administración y unos cuadros susceptibles de desarrollar las competencias transferidas”.
Con su habitual estilo cáustico, Jose Luis Irisarri afirmaba que “El Estatuto de Gernika es bueno, mediano o malo, pero es lo único que tenemos al alcance de la mano para poder concienciar a nuestro pueblo, para poder euskerizarlo, para poder organizarlo y para poder decir: aquí existe un pueblo en marcha hacia su libertad, que sabe gobernarse y que aspira a otras cuotas de poder y de responsabilidad”. Nafarrate escribía igualmente que “El BAI se volcará en pro del Estatuto que, aunque incompleto, (un nacionalista pide más) pone sobre el tapete esto que es ALGO y no lo otro que no es nada. El BAI amplía horizontes porque tiene una carga poderosa de emoción y realidad […] que nos permiten llegar hasta límites que solamente con el Estatuto es posible alcanzar, y aún desde aquí seguir nuestra ruta histórica hasta alcanzar la cota final en la que, como nacionalistas y sabinianos, estamos empeñados”
En un folleto editado por la ejecutiva alavesa del PNV bajo el título Estatuto de Guernica y su valoración, encontramos otro claro ejemplo de la insistencia con la que esta formación nacionalista recordó durante la campaña la importancia que reserva de derechos incluida en la disposición adicional, revestía de cara a justificar su apoyo al Estatuto. En el capítulo relativo a los comentarios valorativos, el folleto incluye una referencia expresa a la Disposición Adicional, en la que se destaca su arraigo histórico, y se anota que se trata de
“una idea que ha estado presente en cuantas reivindicaciones de tipo autonómico hicieron nuestros mayores: La aceptación de un determinado nivel de autonomía, acorde con las circunstancias de todo tipo que imperan en cada momento político, nunca ha supuesto renuncia a los derechos que al Pueblo Vasco le corresponden en virtud de su historia y de su voluntad de autogobierno”.
La observación final sobre la importancia de esta disposición era tan clara como terminante:
“La consideración de que los niveles autonómicos que el Estatuto contempla sólo son un anticipo a cuenta de los derechos que a Euzkadi le corresponden y a los que no renuncia, avala la importancia de esta Disposición Adicional de cara a nuestro futuro como Pueblo”
Sirva como síntesis del modo en el que fue percibido este mensaje desde muchas instancias del Estado español, las palabras que el senador independiente Bosque Hita pronunció en la Cámara alta durante la tramitación del texto estatutario. En un intento por resumir las interpretaciones que del Estatuto estaban dando lo que él consideraba “…los dirigentes más moderados del pueblo vasco…”, este Senador del Grupo Mixto, que poco después ingresaría en Coalición Popular, constataba que “…desde los más significativos de estos dirigentes y representantes hasta los más modestos, empiezan a decir que el Estatuto vasco es un paso, no es el final de un camino…”. Algo más explícito, el senador popular Matutes atribuía esta interpretación del Estatuto a “…algunos de sus autores, entre los que se encuentra el propio Presidente del Consejo General vasco…”.
Con posterioridad se intensificaron notablemente este tipo de declaraciones. Y precisamente analizándolas, el periodista Vicente Copa aseguraba que “Para el PNV, el Estatuto no marca el techo de posibilidades autonómicas. Lo acepta en la actual coyuntura, pero aspira a ulteriores objetivos federales. Esta realidad resulta evidente”. A él, entonces, como a todo el mundo, esto le parecía evidente. Pero hoy no parece que todo el mundo comparte esta visión.
Por ello, no deja de extrañar que, ahora, un cuarto de siglo después, haya autores que, inducidos por el afán de reprochar a los nacionalistas vascos todo tipo de perfidias y deslealtades lleguen a afirmar que, en el momento de su aprobación, el Estatuto respondió al programa de máximos del nacionalismo vasco; lo que ¾según ellos¾ convertiría sus posiciones actuales en una auténtica felonía.
Hoy, Patxo Unzueta considera que es “reescribir la historia”, el presentar el Estatuto de Gernika “como un acuerdo de mínimos forzado por la presión golpista y desnaturalizado luego por las resistencias centralistas a desarrollarlo”. Para él, que en 1987 recriminaba al PNV “esa relativización de la autonomía, ese descrédito del Estatuto de Guernica (calificado, además, como de mínimos)”, no es cierto que, al tiempo de su aprobación, la norma estatutaria marcara el listón mínimo; antes al contrario, sostiene que “el Estatuto consensuado [en 1979] se acercaba al programa máximo del PNV”
En el juego interactivo que comentaristas, académicos y políticos en activa vienen desarrollando en su combate contra el nacionalismo vasco, estas reflexiones han entrado a formar parte del discurso oficial de algunas formaciones políticas. Sirva como ejemplo, este comentario que el portavoz del Grupo Popular en el Senado formulaba en la sesión plenaria del 23 de febrero de 2005:
“…todavía no se ha dado cuenta de que el nacionalismo vasco no está conforme con todo lo que tiene y que todo le parece poco. Y le pongo un ejemplo –usted lo ha dicho-: el Estatuto de Guernica. Cuando se aprobó, el Estatuto de Guernica era la solución histórica para el problema vasco. Muy pronto, pasó a ser un Estatuto de mínimos. Hoy ya es algo obsoleto, algo inservible, algo que ya hay que sustituir”
Pero para el PNV, como hemos visto, el Estatuto de Gernika siempre fue de mínimos. Cuando se aprobó, en 1979, cuando Patxo Unzueta le criticaba su empeño en relativizarlo, en 1987 y hoy, en los albores del siglo XXI.
A Corcuera le parece igualmente que el argumento de que los nacionalistas vascos aceptaron el Estatuto porque se ajustaba a lo que en aquél momento histórico era posible, “sencillamente, parece falso, sin más historias”. Sin embargo, cuando se le pregunta por el espíritu con el que se aprobó la Disposición Adicional señala que “se puso para seguir diciendo a los de HB y a las propias bases nacionalistas que no renunciamos a nada (…) Es otra vez una apelación ideológica estrictamente nacionalista que les sirve cada cierto tiempo”. Pero las razones de Corcuera incurren en una gran contradicción Si en el Estatuto se metió absolutamente todo aquello a lo que el nacionalismo aspiraba entonces, ¿porqué hubo que decir “a los de HB” y “a las propias bases nacionalistas” que no se renunciaba a nada?. ¿Quienes son los nacionalistas que expresaron “extraordinaria dicha” al aprobarse el Estatuto, sin las “bases nacionalistas” y sin los “de HB”?. Pero aun hay más. Si tan satisfecho estaba el PNV con la meta estatutaria, ¿cómo se explican las constantes apelaciones que en 1979 se hicieron desde sus filas al sentido político de la Disposición Transitoria?
En los ordenadores de ABC utilizan como corrector ortográfico el «facha 1.0». Es una aplicación muy antigua, de los 70, pero en abc consideran que les agiliza mucho el trabajo. No tiene mas de tres herramientas y es imposible cambiar el limitado vocabulario que utiliza: En cuanto escribes «pnv» aparece automáticamente «… y eta» . Y si escribes «pnv denuncia…» el sistema genera un párrafo con «victimismo» y » estratregia de eta” en el resto del texto. El desarrollador diseñó este software con las premisas de extrema simplicidad y exclusiva aplicación en entornos muy rudimentarios.
El programa se bloquea con facilidad en cuanto se le exige una carga mas dura y exigente de trabajo y no permite importar ideas de otros archivos.
Ha habido intentos de actualización del software. Los mas recientes en el mercado:
“closed acces rose 10.0”: Detecta y elimina automáticamente cualquier intento de rigor y objetividad en el texto.
Tb la suite ensambladora “ war shepherd solares edition” : Localiza y elimina la pluralidad de opiniones y fuentes fidedignas que se instalen sin el permiso del administrador en el ordenador. Incluye el malware «quiroga» que impide que se creen procesos reales de trabajo del usuario.
A pesar de contar con una mejor interfaz con el usuario el problema que han tenido estos software ha sido el mismo del programa que partían: Al basarse en un código sin fuentes quedan como simples bases de datos cerradas y limitadas. Lo malo es que su posición dominante les permite controlar el mercado.
Para empeorar las cosas todos estos programas se venden en cajas cerradas incompatibles con arquitecturas escalables.
Sugerimos trabajar con entornos abiertos tipo “ think gaur 2020”
la verdad es que la gente común de la calle tiene una empanada total, resulta que lópez emplea la frase maldita: DERECHO A DECIDIR y los peperos tan pitxis como si no hubiese dicho la frase por la que un sr fue desalojado con malas artes de ajuria enea! ahora el tipo dice que esta dispuesto a pagar el 25% de la seguridad de los arrantzales, pero no se supone que ya pagamos a defensa? para que estan? lo dicho lo de ayer es otro show de marketing y fotos con protagonistas como GABILONDO que parecía más lehendakari que lópez soltando un discursete político, yo no entiendo porque se empeñan en meternos a gente nacida en euskadi que emigró hace muchos años a madrid! digase en etb, radio euskadi en los premios, en el gobierno……….se trata de una jamada de tarro? o que? cada dia se desdicen, crean confusión e incertidumbre, vamos a estar asi 4 años? pero esta gente no se da cuenta que nunca han defendido nada del estatuto? y ahora de repente se autoproclaman salvapatrias? estamos lokos o que?
Leyendo esto la conclusión es que el Estatuto está muerto. Pudo ser pragmático en su génesis, pero fue dudosamente democrático basilarmente y el tiempo así lo ha demostrado. Las circunstancias en las que nos hallamos hablan por sí solas. Sí, los de HB tenían razón.
Nos llevaría una eterna discusión el para qué y cuánto ha servido, algo ya inútil, y yo sería muy condescendiente si se me pidiera entrar en ella, pero ahora, de cara al futuro, creo que es perjudicial su mantenimiento y vigencia.
El Estatuto de Gernika y/o de la Moncloa de la LO 3/79 es un zombie peligroso que debe ser dinamitado y aniquilado democráticamente y substituído por un estatuto político pragmático pero además basado en un acuerdo realmente democrático, no como el vigente.
Sinceramente pienso hacerlo es jugar a la ruleta, rusa o francesa, con el futuro del País Vasco como país diferenciado de Europa.
D.
Quería decir que … «Sinceramente pienso que NO hacerlo es jugar a la ruleta, rusa o francesa, con el futuro del País Vasco como país diferenciado de Europa.»
Gracias.
JELen agur
Esta claro, Josu.
La Disposicion Adicional, en la que tanto empeño particular puso el PNV, acredita que el estatuto de 1979 era para nosotros sólo el arranque de nuestro autogobierno.
Pero, además, el Pacto del que presume López es el estatuto firmado y refrendado en 1979, y ése no está cumplido, no es pacto el mero heho de que haya autogobierno basado en un estatuto.
Por lo tanto, el Pacto está pendiente de cumplimiento por una de las partes. La otra parte (nosotros) aceptábamos el marco constitucional. Pero, si el pacto no se cumple, y tampoco hay posibilidad de ser cumplido…Ramon…¿cuál es la consecuencia evidente, justa y lógica?.
A lo mejor tengo que poner un ejemplo de la vida cotidiana (no creo).
Para Joseba,
como nacionalista español que soy te digo:
el pacto según tu no esta cumplido por parte del Estado, la consecuencia evidente es que con ello los independentistas expresan sus ideas cada vez con más fuerza, pero independentistas son ya, es sólo cuestión de tiempo.
Te puedo decir (y muchos como yo pensamos lo mismo) que este pacto incumplido (faltan competencias por transferir) hay que tirarle a la basura por Insolidario con el resto de país. Y como alternativas tendríamos 2 en función de un referéndum en Euskadi:
1- Independencia total como cualquier otro estado
2- Nuevo estatuto vasco donde volvieran al estado competencias indispensables(educación, policía,etc) aparte de anular completamente el Concierto Económico.
Para mí, es la independencia total, la que la sociedad vasca tiene que pedir de forma generalizada y clara, y no andar con ambigüedades o con planes de risa e insultantes como el Plan Ibarretxe. La gran mayoría de socialistas y populares NO VEN ese deseo de independencia, por lo tanto no van a ir al ritmo que los nacionalistas vascos deseáis, y si esas competencias no están transferidas,TAMPOCO es ilegal que aún lo estén.
Como tampoco sería ILEGAL cambiar la constitución y desde allí devolver al estado nuevas competencias que están en manos de las CCAA.
Pero como ya he dicho, yo soy partidario de hacer un referendúm en Euskadi para votar su independencia sin más, sin ambigüedades, y es eso lo que los nacionalistas tienen que hacer: HACER POLÍTICA CLARA PARA LA INDEPENDENCIA. Sólo así, una gran parte de españoles, empezará a pensar que dicha independencia es necesaria para unos y para otros.
Al mismo tiempo se haría otro referéndum en el resto de España, donde se decidiría(en el caso que en euskadi votara por la continuidad en españa) si Euskadi podría ingresar en el estado españo y en que condiciones( sin concierto, sin competencias en policía,educación etc).
En definitiva, estoy de acuerdo en que tengáis poder de decisión sobre vuestro futuro, pero sin que vuestra decisión menoscabe la nuestra.
Comparto visión con ABC. El Estatuto es la garantía de la pertenencia de los vascos a España. Ustedes son Españoles y el Estatuto de Guernica afianza su españolidad para siempre.
VA DE PERIODISTAS «INDEPENDIENTES»:
LAS palabras, como la audiencia, se las lleva el viento. En la primera y única entrevista que el director general de EITB concedió a DEIA a finales del pasado mes de julio -en los últimos días este periódico ha intentado ponerse en contacto con el máximo responsable del ente público, obteniendo siempre el silencio como respuesta-, Alberto Surio perfilaba los rasgos que iban a marcar a la nueva radiotelevisión pública vasca. «No queremos hacer una televisión sectaria ni doctrinaria ni al servicio de ninguna ideología», subrayaba este periodista al tomar la batuta de EITB. Pasado el tiempo y la euforia inicial, la «apuesta por el pluralismo» con la que Surio fue presentado en sociedad por socialistas y populares se desvanece a pasos agigantados.
La reciente destitución de tres editoras de los informativos Gaur Egun y Teleberri de Euskal Telebista por la emisión de un vídeo que mostraba las reacciones de los partidos políticos y agentes sociales a la última operación policial contra la izquierda abertzale oficial supuso una muestra del cambio que Surio y su equipo pretenden instaurar en el ente público. Un lavado de imagen que el pasado fin de semana tuvo su punto álgido con la cobertura informativa que la radiotelevisión pública vasca diseñó con motivo del trigésimo aniversario del Estatuto de Gernika.
A través de las pantallas de televisión, el público de EITB pudo constatar que la balanza se inclinó sospechosamente hacia un lado. Curiosamente, el lado de quienes invitaron a Surio a dejar su trabajo como corresponsal político de un diario de Vocento para comandar el ente público.
Las ediciones de Gaur Egun y Teleberri del sábado -veinticuatro horas antes de la jornada que Patxi López quiere bautizar como el Día de Euskadi-, comenzaron a desnivelarla. Aunque la noticia con más peso informativo teórico de la jornada fue la concentración que el PNV organizó en la Casa de Juntas de Gernika para denunciar el incumplimiento del marco estatutario, acto que contó con la presencia de los dos últimos lehendakaris, los informativos de ETB abrieron con los paseos en globo aerostático que el Gobierno vasco organizó en las tres capitales de la CAV para acercar a la ciudadanía el aniversario del Estatuto. Sin embargo la presencia de la ciudadanía en las imágenes fue raquítica: seguramente porque no hubo muchos ciudadanos interesados en subir en globo. Y si no los hubo fue imposible sacarlos.
Quien sí salió fue la portavoz del Gabinete López, Idoia Mendia, quien tuvo la oportunidad de realizar críticas a la postura del PNV. Y, ya como segunda cabecera del día, el acto jeltzale. Pero la verdadera noticia de la jornada, si se tiene en cuenta el tiempo que los responsables de los informativos del ente público dedicaron al mismo, fue el Congreso que el Partido Popular de Bizkaia celebró en Bilbao. El cónclave de los populares, con las intervenciones estelares de Antonio Basagoiti y Mariano Rajoy, ocupó el doble de tiempo que las dos noticias anteriores.
monográfico en ajuria enea Y el domingo, en EITB únicamente se habló del aniversario del Estatuto. Además de las conexiones en directo desde el palacio de Ajuria Enea -donde el lehendakari López hizo de anfitrión ante un público que no fue tan diverso como algunos han querido vender-, el ente reservó el prime time nocturno para un especial sobre el Estatuto. Primero, el reportaje Bajo el árbol de Gernika, que logró una más que discreta audiencia del 8,5%. O lo que es lo mismo, 81.000 espectadores siguieron en directo el espacio. Presentado por Xabier Elorriaga (un asiduo a los actos de apoyo a Patxi López), la desproporción entre abertzales y constitucionalistas en el documental fue notoria. Salvo Carlos Garaikoetxea, Xabier Arzalluz e Iñaki Esnaola, el cupo de oradores estuvo dominado por voces constitucionalistas, entre las que destacaron las de Txiki Benegas, Mayor Oreja, Emilio Guevara, Paco Llera, Miguel Larrea, Charo Zarzalejos, José Antonio Maturana o Javier Olaberri. Porcentaje aproximado: tres a uno. Los televidentes vascos prefirieron el entretenimiento a la doctrina: 176.000 espectadores vieron Doctor Mateo y 137.000, Sin tetas no hay paraíso.
Una hora después, un debate cerraba el fin de semana dedicado al Estatuto de Gernika. En la mesa, Charo Zarzalejos, Luis Rodríguez Aizpeolea, Eugenio Ibarzabal, Germán Yanke y Miguel Larrea. Los tertulianos rozaron la unanimidad y las opiniones se acercaron a los postulados políticos que defienden socialistas y populares. La audiencia fue soberana en su respuesta, ya que sólo el 8,2% (57.000 espectadores) optó por contemplar este espacio. Ayer, Arantza Quiroga y Leopoldo Barreda (PP) coparon los espacios de entrevistas de la cadena.
JELen agur
No digo lo que afirmas que digo, en primer lugar.
En segundo lugar, el mito de la insolidaridad. ¿Con quien?¿Quien mide eso?¿Cómo se mide?
El estatuto es mejorable, por supuesto. Se ha dotado de unos instrumentos que en su momento fueron atrevidos pero, el que quiera puede copiarlos. Ningún estatuto esta cerrado.
¿Es España solidaria? Tras 150 años de jacobinismo a ultranza, nos encontramos con un estado que de puro centralista, soporta provincias «estrella» y provincias «estrelladas». ¿Hace falta poner ejemplos de la geografia hispana?
Invoca solidaridad y se puede decir que ha sido un modelo de gestion parcial insolidaria.
¿Quiere más dinero Madrid? Lo que tiene que hacer es repartir las instituciones relacionadas con el gobierno central (institutos de todo pelaje) por toda la geografia hispana.
Gracias a ello, madrid soporta un ejercito de funcionarios mantenidos con los impuestos de todos, instituciones de todo tipo e influencia…y, claro, donde se toman decisiones politicas de calado presupuestario al que se arriman grandes empresas que viven de ello y detras grandes bancos que acreditan ingentes volumenes monetarios.
De esta forma Madrid se puede decir sin errar lo más mínimo que es la mantenida de todos los españoles, y presumen de una gran potencia económica, pero mantenido por los demas.
Así que en lugar de acusar de insolidaridad a los demas, más le valdria al jacobinismo historico español, demostrar un mínimo interés por tantos territorios hispanos deprimidos y olvidados.
Los vascos somos los que decidiremos qué competencias queremos y cuales no. Si la independencia es la obsesion que teneis, hay que decir que no hay que confundir unidad con uniformidad. En USA, depende del estado que se trate, puedes tener diferentes condenas (incluída la capital) para un mismo delito. Loque esta prohibido en algun sitio esta permitiido en otro. Y nadie duda de la unidad de los americanos. Pero unidad en el respeto y la libertad, no en la uniformidad. Cada estado se regula en la mayoria de las materis.
Esta divergencia de opiniones forjada en un lapso de 30 años respecto al Estatuto de Guernica demuestra que el nacionalismo vasco aventaja en unos cuantos pasos al nacionalismo español.
Gil Robles, y ahora Patxi Lopez, Basagoiti y compañia, son personajes cortos de miras. Por que ya nadie se mete en el PP o el PSOE para defender ideales puros, o planes brillantes y utiles. Tanto PP como PSOE se alimentan basicamente de trepas, enchufados, mediocres, corruptos y vendepatrias.
Son partidos sin personalidad, sin principios claros, solidos y congruentes. Es logico que las personas que se suban al barco tengan parecidas cualidades.
Y es previsible que lo sigan siendo, porque ahora las personas inteligentes, capaces, conscientes y comprometidas se alistan en las filas del PNV o CIU si tienen la suerte de nacer en Euskadi o Catalunya, los idealistas se van a IU u otro partido de izquierda, y los que valen en el resto del estado lo que hacen es pasar de la politica, y optar por una via individualista. Nadie les puede culpar viendo como esta el percal.
Vuestra independencia, si todo sigue asi, es cuestion de tiempo. Poco tiempo.
MARBELLA 0 – 2 ATLETI.
A la paz de Dios:
Nacionalismo vasco, nacionalismo español, medio de nacionalismo, cuarto y mitad, yo es que me pierdo en esta maraña, soy muy torpe, lo reconozco, será por eso que no acierto a entender porque algunos han sentido tanto, y siguen sintiendo, haber perdido la manija de unas instituciones que tanto desprecian, posiblemente será porque menos da una piedra.
Hala, a pasar buena noche,
DESDELASERENA.
El problema no es tanto el estatuto (ni la constitución), pues reparte para todos los gustos: actualización de derechos historicos, Nación (españa), pueblo vasco o Euskal Herria, autonomía conjunta a la que tienen derecho Bizkaia, Araba, Gipuzkoa y Nafarroa, nacionalidad, concierto y convenio económico, competencias exclusivas o en coordinación o transferibles bajo acuerdo. El problema tampoco es la UE con su consejo de ministros, su parlamento, su comisión, su comité de regiones.
EL equilibrio de la complicada arquitectura institucional hace que el poder está bastante descentralizado y sea dificil de controlar por un solo agente
El problema, en españa, son más bien los «constuticionalistas» (algunos que se dicen así) con su LOAPA, su nación española, su tribunal constitucional (rápido para la ley de consulta lento para el estatuto de cataluña), su circunscripción única para la cámara europea. Vamos su pensamiento a lo Rouseau, aparentemente bonito pero irresponsable y sin frenos, jacobinismo o si prefieren, nacionalismo político uniformador: un estado, una nación, un pueblo, un dni, una ley, una lengua, un gobierno, una guillotina (no, esa ya no se usa, y menos con los monarcas). Y por tanto sólo son capaces de pensar en «lo uno o lo otro», «o eres como hay que ser o no eres», el viejo «españa una y no cincuetayuna». Y los ciudadanos, subditos de la nación.
Ojo, que en el nacionalismo vasco también hay de esos, pocos y con muchísimo menos poder político (y no me refiero a los revolucionarios mistíco-marxistas de sagardotegi y txanoa, que ese es otro derrame)
Efectivamente,conozco varios de la Serena bastante más avispados que el torpe que nos visita.
Para que no te hagas maraña,nacionalista vasco es, por ejemplo,el dueño de este blog.Nacionalista Español,entero,es Rodriguez Ibarra,ya sabes;»Sí,soy un patriota Español,porque a mí,si me quitan la patria,me lo quitan todo».Rodriguez Ibarra dixit,militante del mismo partido que Patxi López,otro nacionalista Español que pacta apoyo a su gobierno (previa engañufla) con el PP,partido también Nacionalista Español.Todo queda en la patria común……Arriba,abajo,derecha e izquierda.Ahora sí,no?.
Quizás lo que te pasaba es que como el dinero no tiene patria y a veces viene de Europa,otras de Cataluña,y otras quién sabe de donde,lo mejor es ser «ciudadano del mundo» y ya sabes….dame pan y dime tonto.
Hala,buena siesta.