No es la primera vez que aludo a Kosovo en este blog. Lo hice hace, ya dos años, con ocasión de la declaración de independencia acordada por su Parlamento (ver «El reconocimiento de Kosovo y los fantasmas del nacionalismo español«, publicado en este blog el 8.04.10). Posteriormente he vuelto a hacerlo, aunque de un modo más liviano y tangencial. Hoy vuelvo a retomar el asunto, porque el último Consejo Europeo acordó conceder a Serbia el estatuto de país candidato a la UE, lo que inevitablemente suscita la cuestión de Kosovo, que figura, también, citada por su propio nombre, en los informes de la Comisión que hacen referencia al proceso de ampliación. Y ante ello, la pregunta es inevitable: ¿tiene sentido seguir negando el reconocimiento a Kosovo cuando es evidente que todos los Balcanes Occidentales se están desenvolviendo ya en una inequívoca perspectiva europea?
En la última comunicación que la Comisión remitió al Parlamento Europeo y al Consejo en relación con la estrategia de ampliación de la UE -el documento está fechado en octubre de 2011- se insiste una vez más en la necesidad de seguir avanzando en la política iniciada tras los conflictos de los Balcanes de los años noventa, con el objetivo de conducir la totalidad de la región hacia la paz, la estabilidad, la democracia y, finalmente, hacia la adhesión a la UE. Y en este marco general, se constata que el arresto y posterior entrega de Ratko Mladic y Goran Hadzic al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, contribuyó a desbloquear el camino de Serbia hacia Europa. Pero la comunicación cita también el diálogo iniciado entre Belgado y Pristina, «uno de cuyos objetivos era avanzar en el camino hacia la UE, y que ya ha producido sus primeros resultados».
La Cumbre de Salónica de 2003 confirmó que «el futuro de los Balcanes Occidentales está en la UE». Pero para entonces, Europa había puesto en marcha ya un proceso de estabilización y asociación entre los países de la zona, que pretendía ir preparando el camino hacia el objetivo de la integración. Desde entonces se han dado muchos pasos en esa dirección. La cooperación regional avanza ostensiblemente y el ansiado objetivo de la reconciliación gana enteros año tras año. Gracias a ello, el horizonte de la UE está empezando a ser algo realmente accesible para los países de la antigua Yugoslavia. Siguiendo la estela de Eslovenia -que se incorporó en 2004- Croacia firmó el Tratado de adhesión el 10 de diciembre de 2011. En él se establece que formará parte de la UE el 1 de julio de 2013. Serbia -tercero en liza- es, ya, país candidato. Pero no avanzará en el proceso de adhesión si no se apresta a continuar encauzando las diferencias que mantiene con Kosovo. Por lo que se refiere, concretamente, al conflicto serbiokosovar, en la comunicación antes citada, la Comisión se congratula, expresamente, por los avances experimentados «en el diálogo Belgrado-Pristina, facilitado por la UE». Y a renglón seguido observa:
«Recientemente se han conseguido resultados positivos al solucionarse los problemas relativos al funcionamiento inclusivo de las iniciativas regionales derivadas de las diferencias de puntos de vista sobre el estatuto de Kosovo, pero aún queda por hacer. Se alcanzó un acuerdo en el marco del diálogo Belgrado-Pristina sobre la aceptación por Serbia de los sellos de aduana de Kosovo, lo que deberá permitir restablecer el comercio regional en el marco de las ACELAC […] En el diálogo Belgrado-Pristina sigue pendiente una resolución global de las diferencias relativas a la cooperación regional. La Comisión insta a todas las partes afectadas a seguir buscando soluciones prácticas y pragmáticas para garantizar la inclusividad de la cooperación regional, sin perjuicio de una diferencia de posiciones en cuanto al estatuto de Kosovo. Los avances del año pasado muestran que ello es posible».
En el capítulo relativo a Serbia, la Comisión recomendaba al Consejo Europeo la concesión del estatuto de país candidato -como efectivamente ha ocurrido el pasado 2 de marzo- pero dejaba claro que Belgrado había de continuar dando pasos en «el diálogo con Kosovo» y proceder «rápidamente a la aplicación de buena fe de los acuerdos alcanzados hasta la fecha». El informe es, pues, favorable a Serbia, «siempre que prosiga el avance y que se halle una solución práctica para los problemas de Kosovo».
Aunque Kosovo se encuentra un poco más lejos de la adhesión a la UE -los criterios y condiciones establecidos para la adhesión, conocidos como criterios de Copenhague, son exigentes y su ejecución es supervisada con una atención creciente- las exigencias relativas a la progresiva resolución de los conflictos que mantiene con Serbia son de semejante tenor.
En un contexto como el descrito, de paulatino avance en la cooperación y en la estabilización regional, no resulta descabellado imaginar un escenario de plena integración de los Balcanes Occidentales en el seno de la UE. Lo veremos, sin duda alguna, antes pronto que tarde. Serbia y Kosovo mantienen un diálogo que está dando resultados positivos y que seguirá rindiendo frutos en los próximos años, porque así lo exige la condicionalidad establecida por la UE para hacer posible la adhesión de nuevos Estados miembros. La experiencia demuestra que los criterios de Copenhague son un extraordinario acicate para el cambio.
Así las cosas, uno se pregunta si tiene sentido que el Estado español siga aferrándose a la rígida postura de no reconocer a Kosovo como Estado independiente y oponerse a mantener relaciones diplomáticas normalizadas con Pristina. Lo han hecho ya la mayoría de los Estados miembros de la UE; 22 de los 27: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, los Países Bajos, Polonia, Portugal, Chequia, el Reino Unido y Suecia. Lo ha hecho también EEUU.
Las razones que aducen en el Ministerio de Asuntos Exteriores -en esto no se ha producido cambio alguno entre Zapatero y Rajoy- son más que objetables. Sostienen que la declaración unilateral de independencia acordada por el Parlamento de Kosovo el 17 de febrero de 2008, es ilegal. Sin embargo, la cuestión fue sometida a la Corte Internacional de Justicia y esta resolvió el 22 de julio de 2010 que «the adoption of the declaration of independence of 17 February 2008 did not violate general international law, Security Council resolution 1244 (1999) or the Constitucional Framework. Consequently the adoption of that declaration did not violate any applicable rule of international law». Se puede decir más alto, pero no más claro. La declaración de independencia de Kosovo no vulneró el ordenamiento jurídico internacional. Pretender -como pretende el Ministerio de Asuntos Exteriores- que el Gobierno de España es algo así como el supremo e irreductible garante de la legalidad internacional, incluso más allá de los pronunciamientos de la Corte Internacional de Justicia, linda con lo patético.
Resumiendo: ni la oportunidad estratégica ni la legalidad internacional avalan la posición de España en el asunto de Kosovo. Cerrar filas con Rusia, Vietnam o Kirguistán frente a la posición defendida por la inmensa mayoría de los socios europeos, no contribuye, prcisamente, a consolidar una Acción Exterior sólida y pujante por parte de la UE. Y defender la legalidad internacional por encima de lo que postula la Corte Internacional de Justicia resulta, cuando menos, pretencioso.
¿Cuál es, entonces, la razón por la que España se resiste a enmendar su posición anti-Kosovo?
La respuesta es clara. No hay una razón exterior que justifique semejante posición. La razón es interior. Se llama Catalunya, Euskadi y Galiza. Es el miedo a que estas tres naciones se sientan estimulados a seguir la senda de Kosovo, lo que mantiene a España defendiendo una posición que ya no hay quien comprenda.
La actitud de España en el tema de Kosovo es patética. Pero no hay nada nuevo bajo el sol. El espíritu del españolito medio es el mismo de Milosevich y Mladic. También ellos se consideraban no nacionalistas. Pero para defender a su Gran Serbia única e indivisible sacaron los tanques a la calle y cometieron tropelías mil.
No sea necio Erkoreka. Kosovo no tiene nada que ver con España y menos todavía con su Euzkadi. Parece mentira la tontería que ha escrito. Está usted fatal. El querer comparar Kosovo con Galicia es la cosa más tonta escrita en años. Mejor dedíquese a husmear archivos parroquiales en Bermeo y déjese de estas simplezas.
El loco no puede reincorporarse a la realidad, está permanentemente viviendo su fantasía.
Carlos Castilla del Pino. Psiquiatra y escritor español.
Como ya comenté en otra oocasión… o cambian de postura o teminarán fuera… al tiempo!…. Aunque lo seguirán haciendo hasta. que los que manejan. el cotarro les ordenen otra cosa… que a lo mejor es lo que les mola… la sumisión.
Observación: Como se puede apreciar en la foto, hasta en Kosovo son del Athletic! Eup!
¿unitarismo?
Háblame del unitarismo vasco del PNV.
Erkoreka acaba diciendo:
«La respuesta es clara. No hay una razón exterior que justifique semejante posición. La razón es interior. Se llama Catalunya, Euskadi y Galiza.
Es el miedo a que estas tres naciones se sientan estimulados a seguir la senda de Kosovo, lo que mantiene a España defendiendo una posición que ya no hay quien comprenda.»
A mi me parece un buen motivo fácil de comprender.
¿donde está el problema?
Tienes razón, Josu. Kosovo es una piedra en el zapato de los españoles. ¡Cómo les fastidia que haya casos como Kosovo en los que puedan mirarse las naciones sin Estado europeas!
Alfred y el del nombre largo te responden por partida doble. Cada uno dos comentarios. Se nota que les pica. Pues ya saben… a rascarse.
Yo sí creo que hay una cosa en las que Euskadi y Kosovo son iguales. Las dos tienen que enfrentarse a Estados esencialistas, violentos e intransigentes: El Estado español y el Estado serbio.
Eso es lo que les diferencia de Escocia. Que Escocia tiene enfrente un Estado democrático: el Reino Unido.
¿Unitarismo del PNV? ¿Quien ha dicho semejante bobada? El PNV diseñó una Euskadi descentralizada sobre territorios historicos. Y por ser coherente con el modelo confederal (que ahora se lo quiere cargar PPatxi LóPPez) estableció un sistema electoral que le perjudica claramente. Con muchos más votos, saca menos escaños.
El PNV Es cualquier cosa menos unitarista.
es una piedra, el comparar Euskadi con kosovo, será porqué kosovo fue bombardeada, y destruida hasta los cimientos, su pueblo masacrado por un dictador es igual que España.
¿que ha tomado usted Sr.Erkoreka, no habrá estado fumando o tomando sustancias ilegales?.
cuándo vuelva a escribir, escriba algo coherente, basado en la superioridad de la raza vasca sobre el resto de los pueblos de la península, del pueblo elegido por Dios tras Israel en el A.T, y cosas de esas. Pero cuándo se meta en sembrados de temas internacionales nos afecta a todos/as sean vascos o no, sean de Bollullos Par del Condado o de Bermeo, sean de San Bartolomé de Tirajana o de Getxo. Así que sea prudente en meterse en camisas de once varas, no vaya ir a por lana y salga trasquilado. un saludo.
¡Hay que ver como es España!
Claro que lo de Francia es peor: Reconoce a Kosovo y simultáneamente ignora olímpicamente lo de Iparralde. Es más que humillante.
No hay manera. No pasa de ser algo folcloricofestivo en el mejor de los casos.
¿Tragará alguna vez?
¿Pica?
Je, je.
Saludos cordiales
Respeto su opinión e incluso le he votado, pero no la comparto. La forma en la que Kosovo se hizo con la independencia solo respeta los derechos de una parte, y no tiene en cuenta que la región de Kosovo fue el origen de Serbia, y que los albaneses llegaron más tarde a esta región (Imperio Otomano). Los nacionalismos, incluido el vasco, aducen razones históricas. ¿Acaso no es trascendente la historia de Kosovo como territorio históricamente de los eslavos serbios?
Es divertido ver a España estrechamente unida a Rusia en el caso de Kosovo, cerrando los ojos ante el hecho de que Rusia arrebató a Georgia por las armas los territorios de Abjazia y Osetia del sur.
¿Acaso eso le parece bien a España? No sé si a España le parece bien, pero seguro que a españoles combativos como Daniel y Todo a babor, sí.
De hecho, gran parte del territorio actual del Estado español fue arrebatado por las armas por los reyes castellanos a los antiguos reinos de la península. El reino de Navarra lo conquistó a sangre y fuego en el siglo XVI y la sangrienta historia de Cataluña en la guerra de sucesión es sobradamente conocida. La historia pesa. Por eso los españoles siguen conservando un artículo en su Constitución (el artículo 8º) que pone en manos del Ejército la defensa de su unidad e integridad territorial. Es lo que hay. Un nacionalista español es un imperialista violento. Por eso Daniel y Todo a babor aplauden las tropelías y abusos que las fuerzas armadas serbias cometieron en Kosovo. Les gustaría ver al Ejército español haciendo lo mismo en tierras vascas y catalanas.
¿En qué se parecen Euskadi y Kosovo?
En dos cosas
A) En que en los dos países hay una mayoria favorable a la independencia.
B) En que los dos países tienen enfrente Estados imperialistas y poco o nada democráticos: Serbia y España.
En todo lo demás son diferentes.
Hombre que las mesnadas Castellanas eran superior a cualquier otra tropa de la península en el siglo XVI, tiene una explicación mire usted, se llama el oro que corría por las venas del imperio de los territorios del nuevo mundo.
Hombre que sino le gusta el artículo octavo de la Carta Magna de 1978, y lo quieren modificar, cómo buen demócrata les invito a buscar las mayorías suficientes en el Congreso y el Senado par su modificación, eso es POLÍTICA con mayusculas, lo demás son brindis al sol.
Al energúmeno de la fotografía, que levanta las dos banderas: mejor le iría en la vida, si fuera al dentista.
De todas maneras; lo que hagan en Kosovo o en Sudán me importa una mierda. No sé por qué el Erkoreka le da tanta importancia a lo que sucede en estos países tan extravagantes.
Otro día nos vendrá dando la matraca con países tan parecidos a España como: Nagorno-Karabakh, Osetia del Sur, Etiopía y demás ¡Erkoreka, cada vez flipamos más!
Cómo en el congreso no pintáis nada, nos vienes por el internet con estas cosas ¿Qué hemos hecho los pobres españoles para tener que aguantar esto?
Anda majo, ¿Por qué no te vas a escribir otro libro con el Anasagasti?
Advierto en Todo a Babor una incontenible querencia franquista. Por de pronto, avierte a Erkoreka de que si aborda las cuestiones internacionales discrepando de las posiciones oficiales del Gobierno español, puede salir «trasquilado». Literal. Menuda amenaza. Por menos que eso hay jóvenes vascos en la cárcel acusados de delitos muy graves. Claro que la amenaza de un franquista nunca será castigada por un Código Penal y un juez españoles. Pero luego añade que le parece bien que la Constitución españoles avale las atrocidades que el ejército serbio cometió en Croacia y en Bosnia. Nos lo vende como si fuese una mera cuestión de mayorías: si no le gusta el artículo 8, refórmelo. Las brutalidades serbias le parecen bien siempre que se hayan cometido en defensa de la integridad territorial de un Estado. El nacionalismo de Estado (tanto da si Serbia o España) puesto por encima de los seres humanos. Vergonzoso.
Ese tipo de actitudes son las que aconsejan irse de España cuanto antes. Cuanto antes. España es un nido de fascistas que son capaces de reproducir el drama de Yugoslavia con tal de defender la unidad indisoluble de su patria.
JVidal, Kosovo no aduce razones históricas. Aporta la incontestable fuerza democrática de los votos. Si las mayorías no sirven en una democracia, ¿Qué es lo que sirve?
Mklikjh, cariño, ¿Alguien te obliga a entrar en este blog? Si no te gusta lo que se escribe en él, se me ocurren cientos de cosas alternativas que puedes hacer para segregar esa espesa baba españolista que destilas.
Y hablando de Fascismo y Totalitarismos, vamos a repasar vía wikipedia, lo que dice, de lo que dijo D.Sabino Arana, ya que me tildan de franquista, yo podía tildar de pre-cursores del nazismo a los vascos nacionalistas, veamos pues la aclaración:
Analizando la historia y las costumbres ancestrales del pueblo vasco reclamaba el reconocimiento de éste como nación soberana, sosteniendo que la pervivencia de su lengua (euskera) implicaba forzosamente que el siempre católico pueblo vasco jamás había sido sometido y nunca habría renunciado a su soberanía, que manifestada en los fueros, suponían un pacto entre naciones soberanas que no era respetado por España. Abogaba por que cada territorio histórico siguiera su propio camino nacionalista y democrático hasta la conformación de una «Euskeria» católica y federal.
Uno de los pilares del nacionalismo vasco en su origen, que es señalado como concepto identitario de los vascos, además de la historia, la religión, la lengua y las tradiciones, es la existencia de una «raza vasca» de habla vasca, pura y ajena a mezclas con otras razas, especialmente la «española» a la que Arana consideraba como invasora, desleal, anticatólica y, por ello, especialmente impura; algo que adaptó del nacionalismo romántico europeo que usó como base ideológica y que estaba muy extendido en la sociedad europea del momento.
Para Arana, los invasores «maketos», eran la encarnación de los males que aquejaban a la patria vasca; dicho termino utilizado por Arana es de origen prerromano («magüeto») y era usado en la provincia limítrofe de Cantabria; tras la revolución industrial fue utilizado popularmente en la zona minera vizcaína en donde los obreros vascos llamaban «makutuak» a los llegados del exterior.
Según cita el propio Arana, los cuatro partidos católicos de la época eran de tendencia vasquista: carlistas, euskalerriakos, integristas y nacionalistas, estaban totalmente de acuerdo en que los inmigrantes eran los odiados invasores del territorio vasco que representaban físicamente la destrucción de los modos de vida tradicionales de los vascos, no por su condición de foráneos si no por que importaban ideas que Arana y el resto de los citados partidos consideraban contrarias a las costumbres vascas. Los «maketos» eran los genuinos representantes de la mezquindad española y de su inferioridad étnica y cultural. El «maketo» para Arana personifica sus dos grandes demonios: el secularismo (los obreros son en su mayor parte gente que blasfema y se enfrenta a la iglesia), y la industrialización (que destruye la sociedad rural ideal de Arana).
Y hecha la aclaración ¿Quién es más fascista?, un franquista o un nacionalista vasco.
Qué ganas de bostezar me producen las gansadas de Todo a babor, dichas como si fueran reflexiones originales y sagaces. Su ridícula tesis es la que se difundió a todo trapo en tiempos de Aznar empleando en ello ingentes fondos públicos.
Los antecedentes del nazismo están en España. El precedente inmediato del genocidio judio es la expulsión acordada por los reyes católicos. Y para xenofobia la expulsión, algunas décadas después de todos los moriscos. O te bautizas o te vas de España. Esa sí que es una manera excluyente ys ectaria de montar una nación. Españ es racista desde su acta fundacional.
Los campos de concentración se inventaron durante la guerra de Cuba. los implementaron los de Artemisa para castigar a los rebeldes que aspiraban a la independencia.
España está en el origen y la raíz de todo lo oscuro y tétrico que ha dado de sí occidente. La intolerancia, la Inquisición, la contrarreforma, el index, Fernando VII, el Carlismo-Requeté,…
España es un asco. Y que un español obsesivo y enfermizo venga aquí a denostar el nacionalismo vasco, provoca risa. Cuando los nazis estuvieron en la península no fue para ayudar al nacionalismo vasco, sino para perseguirlo de manos de Franquito el de Ferrol. La legión Cóndor no abría brecha para levantar ikurriñas, sino para quitarlas poner en su lugar la bandera rojigualda.
«Nadie quiere ser hoy como España. España solo vale para el flamenco y en vino tinto»
Richard A. Boucher (embajador de los EEUU y secretario general adjunto de la OCDE)
No se puede jugar con el equívoco de confundir en el mismo término de nacionalismo, el sentimiento legítimo de pura autodefensa de quienes reclamamos el autogobierno de nuestros pueblos como instrumento para la supervivencia de nuestras culturas y la preservación de nuestros legítimos intereses, con la actitud impositiva y agresora de quienes nos niegan, desde los nacionalismos dominadores de Estado, esas legítimas aspiraciones.
http://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_de_Santo%C3%B1a