Dice el refrán que al mentiroso se le coge antes que al cojo. La experiencia, sin embargo, pone de manifiesto que, a veces, se tarda más de lo que uno quisiera. En el caso del ciclista Lance Armstrong, por ejemplo, han tenido que pasar varios años para que pueda darse por probado que su deslumbrante gesta como corredor de élite, fue una vil patraña alimentada con el consumo masivo sustancias dopantes.
Lo de Patxi López ha sido más fácil, porque todo era, también, más visible y ostensible. Acaba de anunciar el fin de la legislatura y todo el mundo sabe ya que comenzó su mandato mintiendo -«jamás pactaré con el PP»- y que lo remata de la misma manera: «digan lo que digan, no adelantaré las elecciones». Porque la verdad cruda y desnuda es que, contra lo que prometió en campaña, pactó con el PP y que, contra lo que prometía hace tan solo unas semanas, ha acabando adelantando las elecciones. El hecho de que Basagoiti, su socio, haya mentido también -«Jamás romperé el pacto con el PSE en el País Vasco, porque eso sería darle carnaza al PNV», aseguró en mayo de 2011; un año antes de que lo rompiera- no sirve para disimular la entidad de las mentiras de López.
Pero para un político, tan malo como mentir, es que, además, se crea sus propias mentiras. Porque, si cuando miente, engaña; cuando da por buenas sus propias falsedades, acaba aplicando políticas equivocadas que dañan el interés general y perjudican a todos los ciudadanos.
Por el modo en el que los socialistas vascos evalúan, estos últimos días, la actuación de su Gobierno, parece evidente que han acabado creyéndose sus propias mentiras. Basta comprobar la -cuando menos, aparente- normalidad con la que dan por supuestas apreciaciones que en absoluto se corresponden con la realidad. Veamos algunas de ellas.
a) Dicen que el suyo ha sido un Gobierno no-nacionalista. Falso. Ha sido un Gobierno nacionalista español. No solo por la identidad política de las dos formaciones que le han dado sustento, sino también por el objetivo que se propusieron que, como bien sintetizó Mayor Oreja en su primer balance, consistía en promover «un cambio de valores en el País Vasco que fortalezca la idea de España».
b) Dicen haber demostrado que también se puede gobernar Euskadi sin el concurso de los nacionalistas vascos. Falso. Lo que han demostrado es que los nacionalistas españoles tienen a su disposición herramientas legales y control institucional suficiente como para manipular las elecciones y formar en Euskadi una mayoría artificial que dé sustento a un Gobierno que no representa a la mayoría de los ciudadanos.
c) Dicen que han gobernado sin obsesiones identitarias. Falso. Lo único realmente reseñable de su acción de gobierno ha sido el empeño, casi patológico, de actuar en el terreno de los símbolos. ¿O es preciso recordar la proliferación de enseñas rojigualdas, el mapa del tiempo en ETB, el lema turístico «I need Spain» o las interminables dificultades impuestas al equipo ciclista Euskadi?
d) Dicen que han gobernado para todos. Falso. Su actuación ha sido excluyente y sectaria en casi todos los ámbitos: en el de la concesión de subvenciones, en el de la contratación pública, en el del tratamiento a las entidades y asociaciones de la sociedad civil, en el de la programación de la televisión pública -la fábula sobre la Transición, encargada a los amigos es, literalmente, infumable-, en el del tratamiento del euskera -me da que en la próxima campaña no cumplirá su promesa de debatir el lengua vasca- y en el de la presencia exterior, donde ha renunciado de manera vergonzante a marcar perfil propio.
e) Dicen que han conseguido poner fin a la división y a la crispación política existentes en la sociedad vasca. Falso de toda falsedad. Lo único que han hecho ha sido enterrar definitivamente la idea de la transversalidad -López la utilizó como bandera en la campaña electoral para después aliarse con el PP en un cerrado frente de acumulación de fuerzas españolistas- y favorecer, con sus enjuagues y manejos, la reafirmación del nacionalismo vasco en sus convicciones más profundas. Hoy no hay menos independentistas en Euskadi que hace cuatro años. Hay más. Gracias, en buena parte, a la pésima gestión gubernamental que ha desarrollado el gabinete de López. Tampoco hay más cohesión social ni menos división ideológica que entonces. Ningún nacionalista vasco ha renunciado a sus sentimientos de identidad nacional o a sus aspiraciones de autogobierno porque el reclamo turístico de Euskadi se haya llevado a cabo bajo el lema I need Spain, o porque López se haya presentado por esos mundos de Dios como presidente de una región española. Lo que sí ha habido es una oposición menos estridente de lo que fue el despiadado ataque sin cuartel que el PSOE y el PP llevaron a cabo contra el lehendakari Ibarretxe. Si la pluralidad de los sentimientos de identidad es división, los vascos están tan divididos o más que hace cuatro años. Que esa división pueda expresarse libre y democráticamente no es malo, ni debería inquietar a nadie. El miedo que López y los suyos quieren inocular ahora a la sociedad vasca, cuando alertan de que el regreso del nacionalismo vasco al Gobierno «reactivará la división y la crispación» no es, en el fondo, más que una expresión de intolerancia y antipluralismo, difícilmente conciliable con los postulados democráticos. No admiten la pluralidad ideológica de la sociedad vasca y demonizan al oponente, identificándolo con la fractura social. Su dilema -«O yo o el caos»- resulta demasiado conocido ya para que pueda engañar a alguien.
f) Dicen que han conseguido el fin de la actividad armada de ETA. Falso. Faltaron en la cumbre de Aiete y es conocido que, a López, el comunicado de ETA le pilló en un tren cruzando los EEUU. Lo que se puede decir es que el adiós a las armas de ETA -que se hubiese producido de cualquiera manera, con López o sin López en el Gobierno vasco- tuvo lugar mientras el lehendakari miraba a las musarañas.
g) Dicen que han defendido el autogobierno vasco. Falso. No han cumplido una sola de las promesas electorales en las que se comprometían a obtener nuevas transferencias y a promover una reforma estatutaria para incrementar el autogobierno. Las únicas transferencias realizadas son las que el PNV arrancó a Zapatero -algunas de las cuales, por cierto, tuvieron que realizarse pese a la voluntad contraria del Gobierno de López- y la reforma estatutaria se metió desde el primer día en el cajón de los asuntos olvidados.
h) Dicen que han defendido las competencias de Euskadi frente a las invasiones del Gobierno central. Falso. Sólo ha recurrido algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno de Rajoy. Pero no interpuso un solo recurso contra las normas de Zapatero que vulneraban el Estatuto de Gernika. Un elocuente dato le pone al descubierto. Durante el año y medio en el que Zapatero, López y Montilla coincidieron al frente de sus respectivos ejecutivos -entre primavera de 2009 y otoño de 2010- Montilla recurrió ocho veces ante el Tribunal Constitucional contra las normas y actos de Zapatero y López ni una sola vez.
i) Dicen que han gobernado la economía con solvencia y consenso. Falso. Al principio del mandato se sacó una foto con un amplio grupo de empresarios y dirigentes empresariales vascos, pero todo ha quedado en pose y propaganda. Ha acabado lanzando invectivas contra Confebask.
j) Dicen que han defendido la economía real y el empleo. Falso. Durante los tres últimos años, el índice de actividad industrial ha descendido en Euskadi y el desempleo ha alcanzado cifras inusitadas. Lo único cierto es que, con López al frente del Ejecutivo vasco, la actividad económica ha bajado y el paro ha subido.
k) Dicen que han defendido el Estado del bienestar. Falso. Aplicaron sin rechistar todos los recortes de la etapa de Zapatero y están aplicando -con algunos aspavientos, si, pero sin oponer una resistencia efectiva digna de ser tenida en cuenta- la inmensa mayoría de los que está imponiendo Rajoy, aunque algunos de estos -como la eliminación de la tarjeta sanitaria de los inmigrantes, la limitación en el régimen de sustituciones de los profesores de la enseñanza pública o el sueldo de los empleados públicos durante el período de baja- habían sido implantados con anterioridad por el propio Gobierno vasco.
l) Dicen que han hecho una gestión presupuestaria aseada. Falso. Multiplicar la deuda, falsear el déficit estructural y posponer el pago de las facturas, es cualquier cosa menos disciplina presupuestaria. Y no voy a dar datos porque me acusarán de catastrofista. Pero desgraciadamente, su pésima administración de las cuentas públicas se pondrá al descubierno cuando los vencedores de las próximas elecciones abran todas las carpetas del Departamento de Hacienda.
En definitiva, primero mintieron y después se han creído sus propias mentiras.
Esto parece como aquellas medallas que se colgaba el mago andreu en la pechera…. con la diferencia que él sabía que lo suyo era el ilusionismo.
Estos otros viven de la ilusión de que alguien se trague sus propias mentiras, que repetidas muchas veces esperan se conviertan en realidad.
Estimado Josu. Está claro que el adelanto se veía venir. Bueno, pues ahora ya están en pre campaña electoral y veremos muchos CHOQUES. No obastante si los calculos no fallan, el PNV gobernará con alguién en coalición porque no tienen asegurada la mayoría de 38. Por lo tanto o van con los españolistas-centralistas o van con los abertzales. ¿O también cabe en minoria y solos?. En fín, todo es posible y López lo sabe. Se lo dije cuando el Constitucional dió via libre a Amaiur……ahora es el momento.
SALUDOS
En cuanto esta banda de inútiles usurpadores sea desalojada de Lakua;auditorías a tutiplén,en profundidad,departamento por departamento.Urge la puesta en marcha,de una vez,del tribunal de cuentas(tras desratizarlo adecuadamente) y la Fumigación en profundidad de los cientos de inútiles sociatas enchufados por doquier durante el pucherazo.
Esto para empezar y por la vía de urgencia.Hay que ir avanzando hacia la normalidad democrática y moral tras estos tres años de ignominia.
Josu, itzalezko egurra, datuegaz. Eskertzen da gidoi moduan. EUTSI.