Esta mañana, Iñaki Anasagasti y yo hemos comparecido ante los medios de comunicación para dar cuenta de un hecho que reviste un interés indudable para los aficionados a nuestra historia política del último siglo. En el marco de los actos llevados a cabo para conmemorar el cincuentenario del fallecimiento de José Antonio Aguirre, el Congreso de los Diputados ha publicado un libro en el que se recogen, de modo sistemático, todas sus intervenciones ante el Pleno de las Cortes republicanas.
El recuerdo histórico de José Antonio Aguirre está asociado, fundamentalmente, a su condición de primer lehendakari de Euzkadi. Esa es la cualidad por la que se le rememora las más de las veces. Sin embargo, esa faceta de su biografía política no agota, ni mucho menos, la notable trayectoria que trazó como hombre público. Antes de acceder a la primera magistratura del País Vasco autogobernado, Aguire fue, también, alcalde de Getxo y diputado electo en las Cortes de la II República, donde ocupó escaño entre 1931 y 1936.
Como diputado a Cortes, a las que accedió a la temprana edad de 27 años, Aguirre formó parte de las minorías parlamentarias en las que se integraron los electos pertenecientes al PNV. En las Constituyentes fue miembro de la Minoría vasco-navarra pro Estatuto, que los nacionalistas compartieron en esa legislatura con tradicionalistas y católicos independientes. Durante el bienio radical-cedista, formó parte de la Minoría nacionalista vasca, en la que se integraron los doce diputados jeltzales que obtuvieron acta en las elecciones de 1933. Y en la legislatura del Frente Popular, se integró nuevamente en la Minoría nacionalista, cuya constitución fue posible merced a la contribución del diputado catalán Doménech Palet i Barba, de ERC, que aportó a los nueve diputados del PNV el escaño que les faltaba para completar los diez reglamentariamente exigidos para la válida constitución de una minoría. Todavía recuerdo la campaña que EA hizo en las elecciones generales de 2004, anunciando que formaría Grupo Parlamentario con ERC. Finalmente no lo hizo. Y no porque no fuera reglamentariamente posible, sino porque no le interesaba. Poca gente sabía entonces que, setenta años atrás, el PNV ya había pasado por la experiencia de compartir Grupo con los republicanos catalanes. Paradójicamente, aunque es un dato que apenas se conoce en la actualidad, el único partido vasco que ha colaborado con ERC en la constitución de un Grupo Parlamentario en las Cortes del Estado español, es el PNV.
Pese a su carismático perfil y sus indudables cualidades para la política parlamentaria, Aguirre nunca fue el Jefe de las minorías en las que se integró. Su juventud constituyó, probablemente, el principal obstáculo para ello. En las Cortes Constituyentes, la jefatura de la Minoría vasco-navarra recayó sobre el carlista navarro Joaquín Beunza. Y en las siguientes legislaturas, la máxima responsabilidad de la Minoría nacionalista correspondió a José Horn Areilza, un maduro y prestigioso abogado bilbaíno, elegido por la circunscripción de Vizcaya-Capital. Durante las ausencias de Horn –que fueron muchas, durante la última fase de la República, a causa de una grave enfermedad que fue minando su salud hasta acabar con su vida, en los albores de la Guerra Civil- sus funciones fueron desempeñadas por el guipuzcoano José Antonio Irazusta.
Sin embargo, Aguirre tampoco fue un diputado del común. Por su carácter, su proyección y su intensa participación en los debates de mayor enjundia política, siempre estuvo abocado a compartir liderazgo con los que ostentaban la jefatura de la Minoría. Tal y como anota Leizaola, desde 1933, “el liderazgo [parlamentario] del PNV se componía de dos personas. Don José Horn, que tenía una cabeza muy ordenada, muy estructurada en el sentido parlamentario […] y José Antonio Aguirre, que resultaba muy representativo en el nivel popular, en el nivel euskeldún”.
La tarea parlamentaria que Aguirre desarrolló en las Cortes de la II República, nos era conocida a través de una de sus principales obras, titulada Entre la Libertad y la Revolución, que el político getxotarra publicó, precisamente, para dar cuenta de las gestiones que llevó a cabo ante las instituciones republicanas para dar cauce a las ansias de autogobierno del pueblo vasco. Pero no es lo mismo seguir esa actividad a través de una narración -aunque esta haya sido redactada por el propio interesado- que espigarla directamente en el Diario de Sesiones, donde se puede acceder directamente a la literalidad de las palabras y colegir, a través de las anotaciones de los taquígrafos, el clima en el que se desarrollaron los debates. Creo, en ese sentido, que la publicación a la que se refiere esta reseña -que forma parte de una colección más amplia, en la que se incluyen las intervenciones parlamentarias de otros diputados eminentes, como Manuel Azaña, Antonio Maura o Fernando de los Ríos- viene a cubrir una laguna bibliográfica. Las intervenciones parlamentarias de Aguirre, suministradas en bruto, permiten acceder a su pensamiento, más completo y matizado que lo que habitualmente se transmite a través de las obras de divulgación, y en el que cabe destacar su nacionalismo honesto, franco y abierto, su profundo compromiso con la democracia, en unas Cortes en las que no faltaban los escépticos con el sistema representativo, su profunda religiosidad y su firme compromiso con las causas sociales.
Las intervenciones de Aguirre vienen precedidas por una presentación, firmada por el presidente del Congreso y por cuatro reseñas suscritas por los cuatro portavoces que el Grupo Parlamentario vasco ha tenido en el Congreso desde 1977 hasta hoy: Xabier Arzalluz, Marcos Vizcaya, Iñaki Anasagasti y el titular del blog. También se incluye parte de un informe inédito que José Antonio Aguirre elaboró en 1940 para informar al Vaticano sobre la labor parlamentaria que llevó a cabo en ese período. Completan el cuadro dos testimonios personales sobre la persona de Aguirre y su trayectoria política. Una de Indalecio Prieto y otra de José María de Areilza.
Francamente, creo que el resultado merece la pena.
Pensaba que era otro libro “ala Limón” del Sr. Erkoreka y el Anasagasti, pero se ve que no. Esta nueva opereta, no se ha escrito para denigrar a nadie como otros libros que han escrito estos dos caballeros, es simplemente un libro de carácter institucional en el que ha participado hasta (que poca vergüenza tiene) el señor Bono. Éste “Bolo” tiene la suerte (entre otros más) de haber sido ser el blanco de una de las muchas gracietas del Sr. Erkoreka, le llamó “Cabestro”. El Bono olvida pronto y ahora les echa una mano, así nos va.
-¿Cuál es el balance del mandato político de José Antonio Aguirre?
Echar gasolina a un conflicto que acabó en una terrible guerra civil. Carlistas, falangistas o derechistas se unieron con los militares entre otras razones por la agresividad del nacionalismo vasco. Los militares golpistas siempre agitaron la bandera del miedo a que los separatistas despedazaran la nación, muchas personas tenían miedo de políticos como J. A Aguirre y de ahí muchas de las adhesiones.
-José Antonio Primo de Rivera, Gil-Robles, Mola, Lluís Companys , José Antonio Aguirre, Sanjurjo, Francisco Franco, Fal Conde o incluso Rafael Sánchez Mazas son culpables de la Guerra Civil de manera directa y de 40 años de franquismo en los que derivó el conflicto de manera indirecta. Habría que repudiarlos y no ensalzarlos por el daño que nos han hecho a todos. ¿Dónde está la justicia?
José Antonio Aguirre después de echar leña al fuego antes de la guerra civil ,durante ella ,se dedicó ayudar a que la república perdiera la guerra una vez empezada, rompió la unidad de mando del ejército republicano restándole eficacia y coordinación. Hizo traiciones tan grandes como regalar Bilbao y sus fábricas intactas a los fascistas para que Franco tuviera más armas con la que masacrar al pueblo y al gobierno legítimo republicano.
Personalmente no me creo que en el “Pacto de Santoña” no tuviera que ver nada José Antonio Aguirre, me parece inverosímil que no tuviera conocimiento de ello. De momento los documentos que pueden dar algo de luz en este tema están en manos de la Sabin Etxea que como todos sabemos es un órgano político y sectario peor que la CIA y a no ser que haya una WIKILIX vasca nunca sabremos la verdad.
El Napolentxu Chocolatero, para rematar la faena huyó a Francia mientras la sangre de miles de jóvenes vascos corría sin parar por las calles de su “amada Euzkadi” tanto la quería que cogió las de Villadiego y no paró hasta pasar la frontera.
“En la cercana prisión de El Dueso, los gudaris todavía lo están esperando”.
-Ahora le hacemos veinte homenajes, cuarenta monumentos, doscientas mil calles y mil libros. ¡Claro que sí Sr. Erkoreka!
Non erosi daiteke liburua, Josu?
Aupa Josu,
Oso interesgarria atera duzuen liburu hau. Inola ere, eta nik aspaldi irakurria badut ere, beti iruditu zait oso azpimarragarria Jose Antonio Agirrek Errepublikako Gorte haietan 1931.eko Abuztuaren 26an egindako diskurtsoa. Iruditzen zait alde ideologiko-doktrinaletik erabat esanguratsua dela edozein jeltzalentzat. Urte berri on.
Querido Aita Barandiaran:
Que usted no obedece a la identidad tras la que se oculta resulta con toda evidencia del hecho de que en su comentario haya cometido una falta de ortografía tan grave como la de escribir «ala Limón», cuando lo que quería decir -supongo-, es «al alimón». Barandiarán, del que parece querer hacer mofa y escarnio, nunca hubiese incurrido en semejante aberración ortográfica.
Pero es que, además, hay un dato complementario -aparte, claro está, del inmenso anacronismo que supone pretender encarnar a alguien que falleció hace ya varios lustros- que le delata a usted como un suplantador que quiere pasar por quien no es. En un post posterior ha insertado dos comentarios -dos en el mismo post, con un intervalo de media hora escasa- que llevan el mismo número IP -el 81.38.226.22-, aunque esta vez se oculte tras el nombre de Sabino Arana Goiri. Es fácil adivinar donde se sitúa usted, desde el punto de vista ideológico, con tanto empeño en denostar lo que considera iconos del nacionalismo vasco. Pero, por favor, no juegue más a la impostura. No intente despistarnos jugando al escondite. Si va a continuar refugiándose en el anonimato para escribir disparates e insultar a su gusto, elija si prefiere embozarse tras la figura de Barandiaran o tras la de Sabino Arana, pero juegue limpio. Por de pronto, no publicaré los otros dos comentarios. Pero no por ello dejaré de desearle un feliz año nuevo, algo que no negaré ni a quienes, como usted, se toman la molestia de elegir un 2 de enero, domingo para más señas, para entrar en un blog ajeno con el único propósito de desahogarse colgando tres denuestos, a cada cual más constructivos, y con seudónimos diferentes. ¡Se quedaba corto, de verdad, el que decía que en este mundo hay para todo!
Aita Barandiarán deber ser de Algete o del valle del Jarama, que queda bastante lejos de Ataun y de Sara.
Pero, por qué le llemas getxotarra a Agirre Lekube, Erkoreka? Acaso tú eres madrileno en lugar de bermeano? José Antonio era de Uribarri. Pregúntale a su tocayo Rubalcaba, que es del barrio y vive por donde tenía la fábrica de chocolates su aita.
Para mí, uno de los discursos más bonitos de Aguirre es el que pronunció en el Congreso el día en el que se aprobó el Estatuto, octubre de 1936, en plena guerra civil:
«Planteado el problema, nuestra posición fue clarísicma: luchando la democracia contra el fascismo, el nacionalismo vasco había de colocarse, como siempre en su historia se colocó, al lado de la democracia».
No era el caso de los padres y de los abuelos de la mayoría de los que hoy votan al PP en Euskadi. Entre la democracia y el fascismo, eligieron y eligen el fascismo.
También le deseo un feliz año nuevo a usted y que sea un buen año para todos los vascos y todos a los españoles (pido perdón por incluir también a estos últimos).
Pido mil disculpas por la falta de ortografía. Es imperdonable mi falta de atención a la lengua de Cervantes. El Gobierno Vasco es uno de los mayores pilares económicos de la Fundación Pro Real Academia Española que ya en tiempos de Ibarretxe y también (aunque con menos dinero) de Patxi López es uno de los mayores donantes económicos. Hay que reconocer la cosas buenas.
Pido perdón al escritor de fábulas y esoterismo Barandiarán, que tantos buenos momentos a través de su lectura me ha hecho pasar. Nunca fue mi intención faltarle el respeto a esté fabulista tan original que nos inventó unos mundos fantástico y mitológicos llenos de brujas y genios, que ya le hubiera gustado a Tolkien concebirlos. Pido disculpas por ello y pido publicamente que sea elevado a la categoria más alta de la literatura mundial.
Nunca he tenido un Blog ni entro en Blogs ajenos, sólo he entrado en su Blog a dar mi humilde opinión. Pido perdón por ello. Pido perdón también por esconderme en el anonimato, pero la verdad su Blog también lo leen muchos chivatos de la izquierda abertzale y no me apetece que nadie me señale, igual soy un poco cobarde por ello pero espero que me comprenda pero por supuesto pido perdón por ello.
Me ha castigado censurándome 2 comentarios, me lo merezco está claro, pero perdoneme por escribir ésto: No me importa la censura ya que para que usted los publique y luego los frikis de siempre me contesten con burradas varias, prefiero que no los coloque y así nadie me insulta gratuitamente.
El Domingo 2 de Enero estaba estudiando y en una parada que hice pensé, vamos a ver que ha escrito el de Bermeo, y por eso lo de los comentarios, veo que fue una mala idea, desconocía que incurriera en un delito tan grave ¿Es delito escribir en Domingo? ¿Me van a mandar a los forales y a los nacionales por escribir en Domingo? .De todas maneras le pido perdón y le prometo no volver jamás a escribir ese día sagrado. Pido disculpas públicas por ello.
En lo de que hay gente para todo, es verdad (usted como casi siempre tiene razón). Tengo que reconocer que fui uno de los pocos que compró su último libro “ala Limón” (bien escrito ahora) sobre el abuelo de Aznar, libro que me gustó mucho e incluso releo de vez en cuando, ¡Qué razón tiene usted! “Hay gente para todo”
Erkoreka. Una corrección. Creo que querías decir. ¡ Se quedaba corto, de verdad, el que decía que en este mundo hay gente para todo!.
Saludos y un feliz año nuevo.
Admito, Donatien, que el apelativo getxotarra aplicado a Jose Antonio Aguirre es, cuando menos, cuestionable. Pero lo cierto es que fue alcalde de Getxo y, en su condición de tal, dio sus primeros pasos en la vida política, encabezando la comisión de alcaldes que promovió el Estatuto de 1931. Cuando abandonó Euskadi camino de un exilio del que no regresaría, Aguirre estaba empadronado en Getxo. Algo es. Eso le diferencia de mi relación con Madrid, donde me paso varios días a la semana, pero ni estoy empadronado ni aspiro a ser alcalde.
Vale, Aita Barandiaran. El desahogo es saludable y nunca se lo he impedido a nadie. Y siempre ayuda desviar la atención sobre asuntos que el interlocutor no ha tocado. Pero seguro que me has entendido, ¿verdad? Con eso me conformo. Gracias por tu sugerencia final. Efectivamente, quería decir que hay que «gente para todo».
Aita Barandiaran es tan español como Sanchez Albornoz (es decir, diez sobre diez) pero tiene un coeficiente intelectual que le llega a los tobillos. Y sus conocimientos antropológicos (el universo mítico y legendario ha sido siempre uno de los principales temas de estudio de las culturas tradicionales) se sitúan por debajo del nivel del mar en las bajamares mas pronunciadas.
Dice primero que nunca entra en los blogs ajenos. Y unas líneas mas adelante dice que el 2 de enero pensó: «voy a leer lo que ha escrito el de Bermeo» ¿En que quedamos? ¿Entras o no entras?
Si vas a contestar con otra excentricidad surrealista, mejor que te ahorres la respuesta. Con lo que ya has escrito me basta y hasta me sobra para conocer la extremada pobreza de tu raciocinio, su es que puede llamarse así, a la conexión, a baja intensidad, de la única neurona que te queda. Muy maltrecha, por cierto.
Sí, puede que tengas razón. Yo decía de mí mismo que era sopeloztarra e incluso estaba empadronado en la localidad costera uribetarra, en la cuál residía, aunque lo cierto es que no nací allí y que no me unía sentimentalmente a ella más de lo que me unía a Barrike, con la que supuestamente no tenía nada que ver pero con la que por alguna razón me sentía más identificado que con Sopelana, probablemente porque mi vinculación sentimental se hallaba justamente los acantilados comunes de ambos municipios, más con los de Barrike.
Sí, podemos decir que José Antonio Agirre era getxotarra, claro que sí. Seguro que fue un buen alcalde.
¿Han comentado en el libro su relación con el régimen Nazi en Alemania, o su colaboración con la CIA para perseguir a comunistas y socialistas en América del sur?
Este es un personaje bastante oscuro y del que creo que el Pais Vasco no debería sentirse orgulloso.
En Euskadi hay personajes mucho más valiosos, que casualmente no son nacionalistas.
Os lo digo yo que no soy de alli y me encanta la historia.
Un abrazo
Lo que no es normal, muy normal, es trazar el perfil de un personaje histórico como José Antonio Aguirre, dogmatizando las banalidades publicadas en dos libelos absurdos, financiados en tiempos de Aznar con el designio conocido por todos. Lo de los nazis es una milonga sin soporte heurístico alguno (los que se abrazaba a los nazis en aquel momento, lo hacían con bandera española y al son de la marcha real) y lo de la CIA una manipulación ridícula. Si es usted aficionado a la historia, por favor, nútrase de fuentes académicas solventes, trabajadas por profesionales de la historia y no de libelos publicados por periodistas o por terroristas arrepentidos, con el apoyo interesado de grandes editoriales, que anteponen la soberbia política del momento, a la búsqueda desapasionada de la objetividad histórica.
Aguirre fue un hombre apasionado y honesto, radicalmente democrático y profundamente humanista. Un modelo tanto para los políticos de su época como para los actuales. Su trayectoria está ampliamente reflejada en publicaciones de la máxima fiabilidad académica, que han visto la luz en el País Vasco, aunque difícilmente llegan al gran público español. Si le interesa la verdad, búsquelas. No se deje arrastrar por el libelo denigratorio.
Saludos cordiales