A última hora de la tarde del viernes, me acerqué al palacio Oriol de Santurtzi -un soberbio edificio, construido en 1902, que domina el Abra- para participar en la gala solidaria anual que organiza la asociación Santurtzi Gastronomika. Este año, la gala tenía como protagonista a la Asociación de Cáncer de Mama de Bizkaia (ACAMBI), una entidad creada en 1988, por un grupo de mujeres que habían padecido un cáncer de mama y que, conocedoras del trauma que se vive con ocasión del diagnóstico de esta enfermedad y los tratamientos posteriores y conscientes de la importancia que reviste afrontarlos con el mejor ánimo posible, decidieron organizarse para prestar apoyo a todas las que se encontrasen en esa situación, visitándoles tras la operación y ofreciéndoles su compañía, respaldo y apoyo.

Entre la presidenta actual de Acambi y la que le precedió en ese meritorio voluntariado durante veinte largos años.
Como viene siendo habitual, el acto contó con una organización perfecta, que se desarrolló bajo la atenta y discreta batuta de Joseba Ramos, presidente de Santurtzi Gastronomika, que nunca deja un detalle suelto. Y una vez más, la gala constituyó una excelente ocasión para poner de manifiesto la importancia que reviste la organización de la sociedad civil para cubrir las demandas solidarias de los seres humanos que no pueden ser atendidas por las instituciones. Las mujeres de Acambi sintieron el calor y el apoyo de todos los presentes y los invitados tuvimos ocasión de descubrir la profunda dimensión humana del trabajo que desarrolla la asociación en favor de las afectadas por un cáncer de mama.