Ayer, el president de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, anunció su propósito de disolver anticipadamente el Parlament y convocar elecciones para el próximo 25 de noviembre. Lo hizo mediante un discurso auténticamente histórico en el que, además de hacer pública su intención de llamar a los ciudadanos a la urnas, llegó a hacer afirmaciones como la que sigue: “Este Parlament ha votado en más de una ocasión que Catalunya tiene derecho a la autodeterminación. Ha llegado la hora de ejercer ese derecho de manera democrática, pacífica y constructiva. No hace falta buscar enemigos externos, sólo es necesario fijarnos en nuestra fuerza interior como nación”. A lo que más tarde añadía: “Espero, deseo y confío en que estos objetivos se consigan en la próxima legislatura, mejor en una legislatura que en dos […] Encarar un proceso de autodeterminación requiere que el president que lo lidere tenga una fuerza especial que sólo le puede dar el pueblo en unas elecciones […] Si en las próximas semanas he de reclamar esta fuerza especial, no quiero que nadie pueda pensar que la pido a mayor gloria mía o a mayor conveniencia de CiU; prefiero que desde el primer momento las reglas de juego sean claras, limpias y transparentes”.
Aunque siempre habrá gente dispuesta a exigirle una precisión mayor, creo que nadie puede abrigar la más mínima duda sobre la intención que le anima. El president aspira a recabar el apoyo de los ciudadanos para poner en marcha un proceso de autodeterminación que conduzca a Catalunya a la independencia. Ni más ni menos. Y por si alguien tenía alguna dificultad para interpretarlo así, en el debate parlamentario de hoy ha sido un poco más explícito aún. Artur Mas hizo, desde la tribuna de oradores, un llamamiento claro e inequívoco a todos los partidos catalanes para que participen en el diseño conjunto de una hoja de ruta, cuyo último paso consistiría en la realización de una consulta popular a la que los ciudadanos de Catalunya serían convocados para decidir si quieren o no constituir “un Estado propio” dentro de la Unión Europea. Y remató la propuesta con la siguiente advertencia:
“Primero hay que intentarlo de acuerdo con las leyes, y si no se puede, hacerlo igualmente. La consulta debe producirse en cualquier caso. Si se puede hacer la vía del referéndum porque el Gobierno lo autoriza, mejor. Si no, debe hacerse igualmente”.
O sea que la consulta se celebrará con el permiso del Gobierno, o sin él.
La prensa de hoy da amplia cuenta del adelanto electoral -concebido, como se ve, con tintes plebiscitarios- y adorna la información con un amplio elenco de opiniones firmadas por periodistas, columnistas y pensadores de toda laya. No creo necesario precisar que las opiniones que se vierten en las cabeceras de Madrid son, en general, contrarias a la decisión del president y extremadamente críticas con el rumbo que con la misma viene a imprimir a la política catalana. Lo que sí quisiera resaltar es la escasa originalidad de los argumentos con los que arremeten en contra la iniciativa. Tras leerlos -lo he hecho con cierto detenimiento en el vuelo que esta tarde me ha traído de Madrid a Bilbao- me he quedado con la sensación de que, a salvo, quizás, de algún matiz anecdótico, todos ellos habían sido esgrimidos ya -y me atrevería a decir que hasta abrumadoramente manidos- con ocasión de las iniciativas políticas que fueron impulsadas por el Parlamento vasco durante la etapa del Lehendakari Ibarretxe. Se nota que la sala de máquinas propagandística del nacionalismo español no está sobrado de talento creativo. Una y otra vez tira de los mismos tópicos y lugares comunes, sin tomarse más molestia que la de cambiar los nombres de las personas y de los territorios. El mimetismo argumental es tan intenso que, en ocasiones, trasciende las meras razones para extenderse hasta las mismas expresiones. O dicho en otros términos, es tan escasa la fuerza innovadora de las razones que se aducen, que se llegan a decir las mismas cosas y de la misma manera. Sin retoques ni modulaciones.
Resulta decepcionante tener que asistir una y otra vez al mismo raca-raca argumental. Uno espera algo más de un Estado centenario que ha destinado ingentes recursos a estimular a su casta pensante y escribiente para que construya un relato sólido y creíble que le sirva para defenderse del enemigo interior. Pero me temo que en este ámbito, como en muchos otros, gran parte de esos recursos se han malgastado sin ton ni son, alimentando una burbuja pomposa, pero poco productiva, de reconocimientos públicos, mercedes honoríficas y boyantes cargos administrativos y académicos. No basta con que alguien sea elevado a los honores de la Cátedra o que sus libros gocen de los favores de la imprenta o del reconocimiento de premios amañados, para que pueda decirse de él -o de ella- que forma parte de la comunidad intelectual homologada en Europa.
Repasemos, brevemente, algunos de los tópicos más trillados.
1.- El argumento constitucional
Nos encontramos, en primer lugar, con el argumento constitucional. Ya se sabe, todo aquello del artículo 2º de la Carta Magna, la unidad indisoluble de la Nación española, la patria común e indivisible de todos los españoles, la soberanía única y monolítica del pueblo español, la necesidad de afrontar una exigente reforma constitucional, etcétera.
La invocación taumatúrgica de la norma constitucional suele ser, por regla general, el primer resorte defensivo del nacionalismo español ante las iniciativas como la impulsada por el president de Catalunya: “Eso no se puede hacer -te dicen- porque lo prohíbe la Constitución”. Con lo que ponen al descubierto esa singular concepción constitucional, tan cara a la cultura política hispánica, que concibe el texto de 1978, no como una techumbre compartida, sino como una trinchera.
Pero el argumento constitucional no siempre se utiliza en los mismos términos. Tiene modulaciones. En el mejor de los casos, se amenaza con la aplicación del artículo 155 que -si dice- para eso está: para asegurar el cumplimiento “forzoso” de las obligaciones legales por parte de las Comunidades Autónomas que no lo hicieren de buen grado o atentasen gravemente el interés general. En el peor, se invoca directamente el artículo 8º y el papel de las fuerzas armadas en la defensa de la unidad e integridad del territorio hispano. Javier Algarra recordaba, por ejemplo, en La Razón de hoy que “Algunos círculos militares han advertido al presidente de la Generalitat que cualquiera que participe en la fractura de España, podrá ser juzgado por alta traición ante un tribunal castrense”. Nada menos. Y echaba mano de la historia para rememorar que, en octubre de 1934, a Lluis Companys se le aplicó la Ley marcial por proclamar el Estat Català dentro de la República Federal Española. Ahí es nada.
En cualquier caso, una retórica inflada, como la que suele utilizarse en este tipo de coyunturas, acaba tachando la iniciativa más legítima y democrática, de intolerable desafío a la Constitución. Un desafío a la misma Constitución que los grandes partidos del Estado ignoran descaradamente o someten a tortuosas interpretaciones cuando así conviene a su interés. Las palabras dan forma a concretas maneras de ver las cosas. Y los desafíos, ya se sabe, requieren respuestas adecuadas: enérgicas; firmes; tenaces.
En la formulación y el desarrollo de este argumento nunca falta la voz autorizada de uno o varios prestigiosos juristas, expresamente consultados para la ocasión. Como si la opinión de un letrado, por mucho que sus amigos lo hayan puesto en el Tribunal Constitucional, pudiera sobreponerse a la voluntad mayoritaria de un pueblo.
2.- El argumento europeo
También es habitual el argumento de la UE. Ya se sabe, todo aquello de que Catalunya quedaría automáticamente excluida de la Europa comunitaria y tendría que colocarse en el último lugar de la interminable fila que conforman por los países candidatos, lo que le obligaría a someterse al requisito de la unanimidad y al cumplimiento de los criterios de Copenhague, que rigen la incorporación de nuevos socios al club europeo. Como si los tratados de la UE contemplasen expresamente una exclusión automática. Como si, de producirse, la hipotética exclusión de Catalunya sería consecuencia inexorable de la aplicación del derecho originario de la UE y no fruto de la resentida venganza del Estado español, que forzaría al resto de los Estados miembros a mantener esa posición. Como si fuera seguro que una España, sin uno de sus territorios más europeístas, cumpliría los requisitos de Copenhague. Como si las políticas de ampliación y de vecindad de la UE fueran compatibles con la idea de cerrar eternamente las puertas a un territorio como Catalunya.
El veterano eurodiputado verde Daniel Cohn-Bendit afirma en La Vanguardia de hoy que “Si en Catalunya hubiera un refrendo masivo a favor de un Estado propio, la UE no tendría más remedio que admitirla como Estado. Y punto”. Pues eso. Si Croacia se encuentra ya a las puertas de la UE -la próxima semana ratificaremos en el Congreso el tratado de adhesión de este país autodeterminado- y la Comisión lleva tiempo instando a Serbia y Kosovo a que mejoren sus relaciones desde la perspectiva de su futura incorporación a la casa común europea, sería inconcebible que una Catalunya eventualmente autodeterminada permaneciera per saecula saeculorum excluida de la UE.
3.- El argumento del agua salada
Rara vez falta entre los argumentos que se emplean contra las iniciativas como la de Artur Mas, las invocaciones a la vieja teoría del agua salada que la Asamblea General de la ONU utilizó para circunscribir el ejercicio del derecho de autodeterminación a los territorios coloniales, antes de que Alemania -¿colonia?- se unificara invocando el derecho de libre determinación del pueblo alemán y el mapa político europeo se transformara radicalmente merced al ejercicio de este mismo derecho. Como si la experiencia no nos hubiera enseñado que la comunidad internacional ha reconocido numerosos casos de ejercicio legítimo del derecho de autodeterminación en supuestos que de ninguna manera pueden encajar en el estrecho marco de la teoría del agua salada. ¿Cuándo fue Eslovenia colonia de Serbia? ¿Se puede decir que Sudán del sur ha sido colonia de Sudán del norte?
4.- El argumento de la ruina económica
Es igualmente obligado el argumento de la ruina económica. Ya se sabe, la conocida y bien subvencionada tesis de Mikel Buesa, según la cual, una Catalunya independiente sería económicamente inviable, porque habría de afrontar una serie de costes, en aranceles, embajadas, fuerzas armadas, etcétera, que asfixiarían financieramente al nuevo Estado, dejándolo exhausto. Ese argumento según el cual, el secular ímpetu empresarial de los catalanes, que se ha traducido históricamente en logros económicos no desdeñables, desaparecería de la noche a la mañana, una vez privado del manto protector del Estado español.
Como si el genio emprendedor de Catalunya sólo pudiera manifestarse bajo el estimulante humus de una España amiga de pelotazos y burbujas especulativas que todavía suspira por proyectos como el de Eurovegas. Como si la UE no contara entre sus miembros con Estados menos poblados y menos prósperos que Catalunya, cuya viabilidad, sin embargo, nadie cuestiona. Como si extramuros de la UE no hubiera Estados claramente viables, de menor dimensión y pujanza económica que Catalunya. Como si a la inmensa mayoría de los consumidores les importase lo más mínimo el hecho de que los productos que demandan, porque responden a sus expectativas, procedan de una región del propio Estado o de un Estado vecino. Como si, en última instancia, la amenaza de la recesión económica pudiera constituir una razón decisiva para poner freno la firme determinación del que, tras ponderar cuidadosamente todas alternativas, ha optado por abrir su propio camino.
5.- El argumento de la fractura social
Rara vez suele faltar, igualmente, el argumento de la fractura social. Ya se sabe, todo aquello de que, si tú te vas por tu cuenta, estás excluyendo y expulsando a los vecinos de tu territorio que no se quieren ir contigo. El cómico Albert Boadella escribía hoy en El Mundo que se veía “por fin como español en la tierra que nací gracias al pasaporte que me expedirá la futura embajada española de Barcelona”.
Como si al utilizar este argumento no se estuviera reconociendo, siquiera implícitamente, que también se provoca una cierta fractura social cuando se decide retener a la fuerza a la mayoría que se quiere ir, con la coartada de la minoría que se quiere quedar. Como si los criterios de Copenhague de acceso a la UE no establecieran rigurosos estándares de respeto a las minorías. Como si la arraigada cultura cívica de los catalanes fuera a trocarse de repente en un violento huracán de intolerancia y exclusión. Como si en la Europa del siglo XXI fuese imaginable una política de discriminación y marginación de los grupos humanos que reivindican el reconocimiento de su propia personalidad.
6.- El argumento antinacionalista
Siempre, sin excepción, se aprovecha la ocasión para echar mano del trillado argumentario que habla de la connatural vileza de todo nacionalismo -aldeano, alicorto, egoísta, insolidario, excluyente, violento, falsario, mitómano, oportunista y un largo etcétera- y de la incapacidad intrínseca de los políticos nacionalistas para acertar en la gestión de los asuntos públicos. Ya se sabe, todo aquello de que las reivindicaciones nacionalistas, siempre basadas en la falsedad, son la coartada que permiten ocultar otras deficiencias, incapacidades o vicios. Carrascal observa en el ABC de hoy que “la mentira es inherente al nacionalismo como la espuma a la cerveza”. Al nacionalismo catalán, se entiende. Como si el nacionalismo español fuese un nicho de valores excelsos en el que destacan con luz propia la verdad y la autenticidad, la democracia y el respeto a los derechos fundamentales. Otros, recordaban los casos de corrupción que cierta prensa ha atribuido últimamente a destacados líderes de CiU. Aviso a navegantes. Si vas por ahí, atente a las consecuencias.
Entre los reproches al uso, nunca faltan los de ventajismo y oportunismo. Los nacionalistas, ya se sabe, sintetizan todos los males del mundo. Toni Bolaño argüía en La Razón que “Parafraseando a Clinton, la verdadera razón –de la iniciativa de Mas- no es el pacto fiscal ni la independencia, son los presupuestos, estúpidos. El presidente catalán ha estado hábil. Aprovecha la debilidad de sus adversarios, o su visones, se pone a la cabeza de una manifestación independentista, que no deseaba y se niega a asumir su responsabilidad en una gestión más bien mediocre”
Estoy seguro de que este argumento se exprimirá hasta el límite en los próximos días. Como estoy seguro también de que se esgrimirá desde posiciones radicalmente nacionalistas españolas, que ignorarán la viga del propio ojo, para denunciar airadamente la paja del ajeno.
7.- El argumento ad personam
Nunca falta, en fin, el argumento ridiculizante y descalificatorio de la persona, que pretende atacar la iniciativa por la vía de destruir la imagen y la reputación de quien la promueve. Ya se sabe, todo aquello de que una reivindicación soberanista sólo puede ser formulada por un personaje estrafalario, privado de inteligencia, de ponderación, de equilibrio o de todo ello. Con Ibarretxe, este argumento se utilizó ad nauseam. O mucho me equivoco o tampoco tardará en aplicarse despiadadamente a Mas. Ya empiezan a hacerse notar las primeras manifestaciones. Vaya como muestra un ejemplo.
Antonio Burgos se divertía en el ABC de hoy, haciendo sarcasmos con el apellido de Mas: “¿Por qué los menos escribimos Más con acento y los más lo ponen sin él? El presidente de la autonomía catalana, ¿qué es? ¿Un adverbio de cantidad que “denota idea de exceso, aumento, ampliación o superioridad en comparación expresa o sobrentendida”, como dice el DRAE, o, por el contrario, es una conjunción adversativa, que siempre está dando por saco y poniéndole un “pero” a todo?” Y a partir de ahí activaba el tono irónico de su columna, con la idea de elevarle a la categoría de gobernador de Puerto Rico, por aquello del Estado asociado. Conservo varios artículos que hicieron algo parecido con Ibarretxe. En esta misma línea, Jiménez Losantos, satirizaba en El Mundo contra “la dinastía de los Pujol [que] no se privaría del placer de ver a Oriol Josué entrando en la Tierra Prometida por el Senyor Yhavet al patriarca Jordi Moisés”
Este es, resumidamente expuesto, el simple y repetitivo argumentario que automáticamente se vierte contra toda iniciativa de carácter autodeterminista que surja desde algún territorio del Estado español. Un argumentario que, como se ve, ya ha empezado a utilizarse en relación con la propuesta política impulsada por el president de la Generalitat.
En el caso vasco, se utilizaron algunos más, de los que ahora quisiera destacar dos. Se tiró mucho de la burda metáfora del árbol y de las nueces, que convertía a los líderes políticos en cómplices del terrorismo y se recabó, también, el apoyo de la cúpula conservadora y ultraespañolista del episcopado español, que no dudó en acceder a la invitación para acabar tachando de inmoral todo intento de romper la unidad indisoluble de la nación española.
El primero de estos argumentos no es utilizable en el caso catalán, aunque nunca faltará algún intento de forzar las cosas para hacer uso de él. El segundo, por el contrario, creo que no tardará. Cosa distinta es que, en los tiempos que corren, pueda tener algún efecto en la opinión pública.
Sí, todo eso está muy bien, pero cuánto dinero debe el Reino de España y cuánto dinero debe Cataluña, por tanto? Me refiero a la Cataluña española, no a la taurina o del Rosellón, claro.
Mucho, demasiado como para que me crea que lo de CIU ahora, responsable necesaria de esa deuda, no está montando todo este pollo de opereta para otra cosa que no sea justamente buscar una condonación de Berlín haciéndose la víctima todos y asustando a Europa con una Grecia de proporciones fabulosas.
Ahora lo que urge es, en realidad, salvar a Euskadi de esa autėntica ruina y de la miseria de esa ola, de cuyo lugar de ruptura tan cerca nos hallamos.
Hemos de mantenernos en el lugar y movernos si vemos que la ola rompe en diferentes sitios. De momento, Josu, va alguien en el Alderdi a explicar desde el escenario cómo va a recuperarse la cantidad de 500 millones de Euros que solo este año el PNV y el PPSOE estån entregandoa Ferrovial, FCC, Amenabar o Florentino Perez en cimentar Euskadi para el TAV radial madrileño en su ramal a Vascongadas?
Recuerda -calcula- que 500 millones es a 2’2 (*) lo que 20.000 millones es a 80 (**). Crees sensato esto? Crees que no os va a afectar también a la visa personal cotidiana de vuestro grupo social y familiar?
(*) Millones de habitantes en Vascongadas.
(**) Millones de habitantes en la República Federal de Alemania.
1.- Argumento Constitucional.
Qué opina la Constitución de 1978 de la Ley Marcial de 1934????
La Ley suprema no es la marcada en España sino la que Europa dicta.
Si Europa reconoce las declaraciones unilaterales de independencia. Si se aplicase el art.8 de la CE a lo mejor, de cara a Europa, se interpretaría como invasión de territorio colindante o declaración unilateral de guerra por parte de estado europeo… (lo mío no es el derecho internacional pero me suena chungo).
Si una Constitución tacha a un referendum de anticonstitucional, esa constitución podría ser tachada de antidemocrática.
2.- Argumento Europeo
Y dentro de España …. siempre, siempre, forever and ever está garantizada la pertenencia a Europa???
3.- Argumento de la ruina económica
Infumable! En todo caso todos los principios son duros pero si optase por nobtener ejército, casa real,… (las CCAA no tenían embajadas propias que querían abolir????)… Si se boicotean los productos catalanes, no pasa nada, es cuestión de tiempo que vuelvan a comparlos…. » la pela es la pela»…
4.- Argumento de la fractura social
Han oído hablar de la doble nacionalidad? Lo único que se fracturaría sería la caja.
5.- Argumento antinacionalista
Antinacionalista Catalán, con el nacionalismo o patriotismo español no son tan críticos, tiene razón Lehendakari.
5,- Argumentos antipersonas….
Pues califican tanto a quienes los escriben como a quienes los celebran a nivel moral, personal y definen claramente su bajo CI… no tienen un argumento mejor porque no les da, no quieren o les pone la humillación ajena????
Fdo: Una aldeana.
El sinsorgo de PPatxi LoPPez ha dicho hoy en Madrid que la independencia es el peor negocio de la historia. Ya. Por eso, ninguno de los Estados independientes que pueblan el planeta han vuelto a la dependencia. Ninguno. No será ten ruinoso el negocio cuando nadie renuncia a él, ¿No? Todo los contrario, los españoles festejan la guerra de la Independencia, como una gran noticia, porque vencieron. ¿Donde está la ruina?
Lo de Patxi López es increíble.
Primero confunde su papel de lehendakari con el de miembro de la ejecutiva española del PSOE y arremete contra Artur Mas, el presidente de la Generalitat, atacando su propuesta de autodeterminación con adjetivos impropios de un lider político que se precie ¿qué pinta un presidente vasco criticando al presidente catalán como si fuera un simple peón de Ferraz?
Pero es que, después, van sus compañeros del PSC y en vez de votar en contra de la propuesta de Mas, se abstienen. En el Parlamento de Catalunya. Con lo que Patxi queda como un cochero zafio.
Que se vaya cuanto antes, por Dios. Que nos deje en paz y deje de avergonzarnos.
Josu,
He soñado que el dueño de un restaurante con corbata protegía a ciudadanos de los energúmenos de los escuadrones uniformados y que tú y el PNV apoyabais a los energúmenos que perseguían a los ciudadanos para apalearles.
Qué pesadilla! Era como si el PNv fuera la Falange de las JONS!
Josu, ¿Has visto las imágenes de Sabino Cuadra exhibiendo, orgulloso, la credencial de diputado del Congreso español, sede de la soberania nacional de España, ante la policía? Menudo revolucionario. Mientras los demás se tiene que buscar la vida como pueden, él, aristócrata privilegiado, se acoge a la inmunidad parlamentaria que la Constitucion española reconoce a los representantes del pueblo soberano español.
Vergonzoso. Vergonzante. Intolerable.
Hay que ver a donde ha ido a parar la juventud alegre y combativa.
Esto es un CHOLLO señores. Un autentico CHOLLO.
Los de Sortu queremos implantar el SOCIALISMO en Euskal Herria. Lo de la INDEPENDENTZIA, solo nos interesa en la medida en que es necesaria para implantar el SOCIALISMO.
Lo que nos gusta es el modelo iberoamericano de ALBA. El SOCIALISMO del siglo XXI.
Y los pequeño burgueses (algunos grandes burgueses) de EA siguen como idiotas coaligados con nosotros. No se enteran de nada. Les engañamos en el señuelo progresista, para que nos ayuden a ganar las elecciones. Y cuando las ganemos todas, ya ajustaremos cuentas con ellos, empezando por Garaikoetxea, que es un burguesote de traca y Larreina, que alimenta el opio del pueblo.
Pero mientras tanto, no pasa nada. Nosotros vamos preparando la implantación del SOCIALISMO CHAVISTA y ellos se chupan el dedo, contentos porque les metemos en listas y les dejamos hablar en los mítines.
Por eso digo que esto es un CHOLLO. Un autentico CHOLLO.
Quizá mi formación en materia de «Constituciones » y » Estatutos» sea muy primaria , pero creo que después de vivir 66 años en este jodido pais llamado españa y de trabajar casi 50 , algo he aprendido. Desde las primeras ellecciones, llamadas democráticas, nunca tuve duda, siempre voté al PNV , y me parece que será muy dificil que cambie, salvpo que pierda el sentido común o el PNV lo pierda. Pero cuando se habla de Independencia, algo me dice que los que preconizan esto , no creen en ello. Entiendo que pasar de Euskadi dentro de españa a Euskadi libre , dentro de europa , no se puede hacer de hoy para mañana. hay muchos temas y muy dificiles a resolver, aun cuando españa y su parlamento de Madrid estuviese de acuerdo: Moneda, deuda, integración en europa, que la UE lo permita y marque el como hacerlo , y un sinfin de cuestiones relacionadas. No comprendo y por tanto no comparto que haya direogentes políticos que hablen de INDEPENDENCIA y no expliquen nada sobre estos asuntos que cito. Esto me arece jugar con el pueblo, principalmente con la juventud. Amigo Josu , te agradecería un comentario sobre esto.
J.Félix
Pues el españolista pingüino Enric Juliana, enemigo acérrimo del Concierto Económico y persona non grata para los vascos, insiste en La Vanguardia que España se equivoca cuando equipara a Mas con Ibarretxe. Dice que ni son ni representan los mismo. Lo de Ibarretxe fue, a su juicio, una pantomima y de Mas una iniciativa que va en serio. Ya lo dice un pingüino. Manda huevos.
Por cierto, veo que Boronatien se pone más nervioso conforme se acerca el dia de las elecciones. Lo comprendo. Tantas ínfulas que se ha dado la izquierda revolucionaria maoísta vasca, incorporando a su proyecto a ingenuos pequeño burgueses y numerarios de opus dei, para ahora quedar por detrás del PNV, tiene que ser una experiencia muy dura.
Boronatien Martínez no sabe o no se quiere enterar de que el coste del TAV no lo asumen las instituciones vascas sino el Gobierno español. Los vascos solo asumimos el 6,4% de su coste. Bastante menos que lo que ha supuesto ETA para la economia vasca en sus casi cincuenta años de asesinatos y extorsiones. Con la diferencia de que el TAV es una infraestructura moderna que nos acerca a Europa y ETA solo supuso muerte, destrucción, regresión, y suciedad para la causa nacional vasca, que pasó de ser admirada en todo el mundo a ser despreciada en todas las cancillerías, excepto en la de Cuba y Corea del norte.
Pero Boronatien, como Mintegi, nunca concenará a ETA.
Eso no es un sueño, Donatien, es una ilusión. Como la de pensar que algún dia la izquierda abertzale conseguirá demarcarse de la costra intolerante y violenta. Yo sueño todos los días con que Mintegi condena a ETA. Pero al despertarme descubro que no solo no condena, sino que anima, complacida, a los círculos bolivarianos que sabotean repetidores y piden boicotear a los ciudadanos que libremente deciden no hacer la huelga que les quieren imponer los intolerantes.
Tenias razón, Josu. La reacción de la conferencia episcopal no ha tardado. Se ha hecho pública hoy, arremetiendo contra los nacionalistas catalanes como si la unidad de España estuviera en los evangelios. Afortunadamente, ya nadie hace el más mínimo caso a las advertencias de esa cuadrilla de fachas.
También tenías razón en lo de la progresiva caricaturización de Artur Mas. Ayer, un articulo publicado en el ABC intentaba ridiculizarle diciendo que que se parece al tipo que antiguamente salía dibujado en las botellas de la loción FLOiD.
El ataque ni cesa. Y se basa, como bien decías, en los mismos argumentos tremendistas que se utilizaron con Ibarretxe, por mucho que el jilipollas de Enric Juliana se empeñe, como alguien dice por aquí, en repetir que no se le puede confundir a Mas con Ibarretxe.
[…] y como advertí hace ya algunas semanas (Cfr. “Idénticos tópicos para naciones diferentes“, publicado el 26.09.12) el furioso tsunami patriótico que ha tomado cuerpo en España para […]