Patxi López viene repitiendo en los actos preelectorales de las últimas semanas, que se presenta a estos comicios «para ganar». Sin embargo, todo lo que está haciendo el Gobierno que preside en esta última fase de la legislatura, parece concebido por alguien que da por seguro que va a perder. El que trabaja para ganar y confía realmente en la posibilidad de hacerlo, no pone en marcha una devastadora política de tierra quemada. Antes al contrario, procura salvar de la ruina los efectos y herramientas que le resultarán necesarias para seguir trabajando en el futuro. Sólo quien lo da todo por perdido y no siente la más mínima preocupación por lo que pueda suceder tras su derrota, se dedica a dinamitar lo construido para reducirlo a escombro y dificultar, así, la tarea del que venga por detrás.
Los milicianos de extrema izquierda que, durante la guerra civil, incendiaron Irún, devastaron Eibar y barrenaron la Universidad de Deusto, no lo hicieron «para ganar», sino porque sabían que iban a perder y les importaba una higa lo que pudiera ocurrir tras ellos.
Algo de esto sucede, como decía, con la gestión de las finanzas públicas que el gabinete de López está llevando a cabo en este momento crepuscular de su mandato. Que no parece la de alguien que aspira a «ganar», sino la de alguien que da por descontada su derrota. Y me explico.
Desde el PNV hemos hemos denunciado en numerosas ocasiones que el Ejecutivo de López está inmerso en la irresponsable dinámica de adquirir, ahora que termina la legislatura, compromisos económicos de gran envergadura, con el único objetivo de lastrar financieramente al Gobierno que salga de las urnas el 21-o y endosar, así, a sus responsables, la carga de adoptar una serie de decisiones que deberían ser implementadas sin más demora. Pero como hay gente que no conoce los entresijos de la Administración pública ni está familiarizada con sus técnicas y procedimientos de trabajo, son muchos los que no alcanzan a comprender en qué consiste exactamente nuestra denuncia. Por eso me he decidido a poner un ejemplo concreto. Concreto y -me interesa mucho destacarlo- real. Porque lo que a continuación refiero no es una fabulación, sino un caso extraído de la realidad, que no resulta difícil documentar en todos sus detalles.
Todos los años, al inicio del curso escolar, el Departamento de Educación del Gobierno vasco publica una orden por la que se convocan becas y ayudas al estudio para la escolarización de estudiantes de niveles no universitarios. Según el modelo de los últimos años, la convocatoria atiende, con diferentes baremos, los gastos derivados de la enseñanza en sí misma, el desplazamiento, la residencia, el material escolar y el comedor. La suma total que el Gobierno vasco destina a financiar este programa de becas ronda, grosso modo, los 50 millones de euros. Hace dos años, fue de 53.758.737 euros. El año pasado ascendió a 53.040.000 euros; un cantidad ligeramente inferior a la del año precedente. Y este año, se repite la cifra.
Como la convocatoria suele referirse a un curso académico que da comienzo en el mes de septiembre de un año y finaliza en junio del año siguiente, es habitual que la orden especifique cuál es el presupuesto que va a financiar cada beca o ayuda, porque los presupuestos se aprueban para un año natural. La orden de 2010, por ejemplo, establecía que de los 53.757.737 de euros que se iban a destinar a becas, 26,2 millones -aproximadamente la mitad- se iban a financiar con cargo al presupuesto de 2010 y los 27,5 millones restantes con cargo al presupuesto de 2011. La orden de 2011 establecía un reparto parecido: de los 53.040.000 millones destinados a ese fin, 26 millones iban a salir del presupuesto de 2011 y los 27 millones restantes del presupuesto de 2012.
Este año, sin embargo, todo cambia. Es normal. Patxi López acaba su mandato. Y aunque dice que se presenta a las elecciones «para ganar», todo parece indicar que no. Porque su empeño en gastárselo todo y dejar la caja llena de facturas para que apechugue el siguiente, pone de manifiesto que, diga lo que diga en los mítines, no está en la idea de continuar. Este año, como ya he señalado, la convocatoria de becas y ayudas al estudio asciende a una suma de 53.04o.000 euros. Pero, muy contrariamente a lo que ha venido sucediendo hasta ahora, el presupuesto de 2012 no soportará la mitad del costo total de las becas, sino un exigüo 10%. Dicho en cifras absolutas, 4.595.881 euros. El resto, es decir, el grueso del montante, nada menos que 48.444.119 euros, se pagará con cargo al presupuesto del año que viene.
No es pequeño, como se ve, el mochuelo que Patxi endosa al que venga por detrás. En vez de asumir la mitad de la suma total a la que asciende el programa de becas, como ha venido siendo habitual en los años precedentes, se hace cargo de un insignificante 1o%, y que sea el siguiente el que apechugue con el resto.
La estratagema es de un cinismo apabullante. Por un lado se jacta, con ensayada afectación, de no estar dispuesto a aplicar un sólo recorte a los servicios públicos y las políticas sociales, y por el otro, reduce drásticamente los fondos disponibles para becas y ayudas al estudio aunque, eso sí, trampeando cuidadosamente la convocatoria de manera que parezca, a todos los efectos, que el recorte lo hace efectivo el siguiente; no él.
Si tan sólo se tratase de un pulso entre partidos políticos y aspirantes a gobernar en Euskadi, el tema sería grave, pero hasta cierto punto comprensible. El problema es que, además, se juega irresponsablemente con los planes de centros educativos, públicos y de iniciativa social y con la suerte de miles de estudiantes jóvenes y sus respectivas familias en un ámbito -el educativo- que constituye, sin duda, un pilar fundamental del Estado del bienestar.
Es evidente, pues, que Patxi no se presenta «para ganar». La tierra quemada que está dejando tras de sí pone de manifiesto que, en realidad, no sólo lo da todo por perdido, sino que, además, le importa más bien poco el daño que su actitud destructiva pueda irrogar al Estado del bienestar y a los sectores más débiles de la sociedad. Agur, Patxi.
Muy buen artículo, concretando las pifias de Patxi y su banda. Esa es una minucia, entre todos los pufos que van a dejar al siguiente Gobierno. Espero que el próximo lehendakari sea Urkullu, haga un balance de inicio de legislatura y lo denuncie una sola vez, bien alto y claro, para ponerse a gobernar mirando al futuro, por el bien de todos. Pero sabiendo explicar y vender bien su actuación. Porque el poder mediático… ¡ya sabemos por dónde respira!
Agur Francisco Javier
Hasta nunca. Siempre supe que eras sectario y mediocre. Ahora lo sabe la inmensa mayoria de los vascos
En resumen. Patxi López se dedica a alertar -a atemorizar, mas bien- a los ciudadanos, hablandoles de los recortes que aplicará el PNV si accede al Gobierno, pero él ya está aplicando recortes en Educacion. Si este año paga el 10% de las becas, en lugar de el 50% que venía pagando hasta ahora, la conclusión es clara: ya ha recortado el 40% en becas. El recorte es un hecho. Y lo ha aplicado el mismo Patxi López, en el capítulo -tan social- de las becas a la enseñanza no universitaria. Patxi López es, ya, Patxi Manostijeras. En Educacion, cuando menos, es así.
Bueno, Josu, lo que expones en este post no es más que un pequeño ejemplo de todas las maniobras que están haciendo los socialistas para cargar la mochila financiera del próximo Gobierno. En la Ertzantza, han firmado un generoso convenio cuyo impacto económico empezará a hacerse efectivo a partir de 2013. Como bien dices, ellos no esperan estar en el Gobierno cuando haya que cumplir con ese compromiso. Hace poco han sacado licitaciones para el metro de San Sebastián, después de haberse pasado la legislatura con los brazos cruzados. Otro mochuelo para el siguiente Gobierno. También ahora han sacado, después de tres años y medio de parálisis, licitaciones para la construcción de bloques de viviendas sociales. ¿Quién las pagará? El próximo Gobierno.
Es claro que López no piensa estar en Ajuria Enea cuando lleguen las facturas de todos esos compromisos.
Lo que indigna es que PPatxi LóPPez sea tan cínico que encima mete candela diciendo a la gente que los que vengan detrás de él aplicarán recortes que él no ha aplicado.
AUDITORIAS,y que la gente sepa a que nos atenemos porque sino todo será culpa del que entra y no del que a gestionado mal
Me temo que el retraso en la convocatoria de subvenciones a creación de nuevas cooperativas que lleva este año va por el mismo camino:Que la convoque el nuevo y la pague con cargo a su presupuesto.
Lo que no entiendo es como no se aventa esto en los medios de comunicación,ayer estuvo Egibar en la radio de Ares,podía haber aprovechado para que la gente se enterara.Es cierto que la brunete no os lo pone fácil,pero no se aprovechan las oportunidades.En este sentido,la política de comunicación del PNV es lamentable.
Ángel Gabilondo ha asegurado que los presupuestos garantizan la financiación suficiente para llevar a cabo políticas de calidad y equidad educativa. De los 2.976 millones de euros de que dispondrá el Ministerio en 2011, hasta 680 se destinarán a la Secretaría de Estado de Educación y Formación Profesional, mientras la Secretaría General de Universidades (que gestiona también las becas) contará con un presupuesto de 1.818 millones de euros, un 2,2% más que el año pasado.
¿Quieren que les diga por qué esto no sale en los medios? La razón es muy simple: porque se trata de un tema de finanzas, y las finanzas son aburridas y difíciles de entender, y por eso no interesan. La gente solo ve lo que se puede pesar y tocar, la mercancía en los almacenes, el agua cayendo por la presa. Pero no ve los registros contables ni los kilowatios-hora.
Yo tuve un jefe que en su empresa hacía lo mismo que Patxi López en la administración: inflaba los almacenes con semielaborados y mercancía terminada y a final de año -no por casualidad justo antes de que se marchara a otro sitio- presentaba un balance bastante lucido. Los problemas aparecían en el ejercicio posterior y eran la pesadilla del nuevo gerente.
Lo más extraordinario de todo es que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando. Que no lo entendieran los obreros pase, pero es que ni siquiera los ingenieros, los ejecutivos de cierto nivel y aun los contables captaban la gravedad del tema. Y de este modo el sujeto en cuestión -al que apodaban «el caballo de Atila» (porque donde él pisaba no volvía a crecer la hierba empresarial) iba pasando de empresa en empresa hundiéndolas a casi todas.
Ustedes se acordarán de aquella época: eran los salvajes años 80 y principios de los 90. La gente pensaba que cuando todas aquellas empresas se iban a pique era por mala suerte. Y en realidad se trataba de una mala gestión financiera.
Pues bien, el próximo año las cuentas del Gobierno Vasco estarán al borde de la ruina, y nadie será capaz de ver la relación que existe entre esos agobios y la mala gestión del ejecutivo López, de la misma manera que en Estados Unidos nadie es capaz de relacionar los asesinatos con las armas que se emplean para cometerlos. ¿Nos apostamos algo?
Adiós, presidente, porque usted no llegó a ganarse el honor de ser llamado lehendakari. Los lehendakaris, a excepción de usted, han sido honrados.
No ha cumplido usted nada de lo que prometió. Se dedicó a colocar a sus amiguitos del alma del txiringuito. Vivió a costa de nuestro sudor celebrando comilonas, bebiendo los mejores caldos y asistiendo a pases de modelos para ver los trajes que vestirá la ertzaina. En fin, gastó usted mucho dinero en clases de euskera a las que no asistió y aprovechó usted tanto como en sus estudios de ingeniería. Fracasó en ingeniería y, precisamente por no conocer las leyes de la física, se le está hundiendo el barco. Me atrevo a decir que usted le hizo el boquete adrede.
Además se adornó usted con los logros de otros. Fue el PNV quien arrancó las competencias a ZP y usted, pobre diablo, quería negociarlas a la baja. Los ciudadanos no somos tan tontos como usted.
Y como usted no es especialista en nada, tomando prestadas sus propias palabras, no entiende usted de nada. No entiende de números, desconoce los acontecimientos históricos que marcaron la historia de Europa y de la humanidad, lee y recomienda obras de tercerones, hace ruido en vez de música. Y gracias a ese portento coronado timonel por un porquero, los vascos tendremos que trabajar mucho más para sacar a nuestra amada Euskal Herria adelante. No nos importa, trabajaremos.
Y como fiel contribuyente a las arcas públicas, exijo su inhabilitación para cargo público de por vida por incompetencia. Esta figura jurídica existe y exijo se le aplique a usted, previo embargo cautelar de todos sus bienes y los de sus familiares directos.
Pero debo agradecerle algo, sr. López. Nunca nadie en Euskadi hizo tanto por el independentismo como usted. Gracias, presidente.