No he sido capaz de encontrar las notas que tomé en el encuentro que Néstor Kirchner, a la sazón presidente de Argentina, mantuvo con los portavoces parlamentarios del Congreso y del Senado durante el viaje oficial que le trajo a Madrid a mediados de 2006. Voy a intentar, sin embargo, hacer un ejercicio de memoria e intentar reconstruir aquel breve episodio, que fue el único en el que tuve la ocasión de ver y escuchar en persona al mandatario recientemente fallecido.
He de precisar, en primer término, que no todos los presidentes extranjeros que visitan las Cortes se prestan a este tipo de reuniones. Kirchner se avino a hacerlo, lo que dice mucho en su favor. Aunque he de añadir de inmediato que no accedió a un turno de preguntas. Es posible que la agenda lo hiciera imposible, no lo sé. Lo cierto es que nos saludó con arreglo al protocolo, soltó su discurso y se marchó precipitadamente.