El pasado martes, cuando la cámara aprobó la Moción del PP en la que se instaba al Gobierno a cumplir el Pacto de Toledo garantizando “el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones frente a coyunturas económicas adversas y mediante la revalorización automática y con carácter anual de todas las pensiones contributivas del sistema de Seguridad Social, conforme a la evolución anual del IPC”, ya se pudo constatar que, salvo los diputados del PSOE, que votaban más por disciplina que por convicción, la cámara baja estaba en contra de la congelación acordada por el Gobierno en el Real Decreto-Ley de la semana pasada.
A lo largo de la tarde, como viene siendo habitual, los socialistas nos habían pedido a todos los Grupos Parlamentarios que actuásemos con esa actitud indefinible e inaprehensible que en los momentos de dificultad denominan “responsabilidad política”, y votásemos en contra de la iniciativa. A los grupos de izquierda, además, les recordaron que venía avalada por el PP; una observación que siempre les ayuda a forjar bloques parlamentarios anti-populares. En Euskadi se abrazan a los populares con la pasión de los enamorados, pero en Madrid les utilizan como espantajo para forjar la unión de las izquierdas. Sin embargo, nadie parecía estar por la labor. Ni las derechas, ni las izquierdas, ni el centro. Y en los minutos previos al comienzo del debate, parecía evidente que Zapatero, que tantas veces había repetido en público el grito demagógico de que mientras él fuera presidente del Gobierno nunca experimentarían retroceso alguno las percepciones de los pensionistas, iba a tener que desdecirse solo. Es decir, sin que nadie -salvo sus propios efectivos parlamentarios- le ayudasen lo más mínimo a pasar el trago. La portavoz socialista en el Pacto de Toledo, López y Chamosa, una militante histórica de la UGT en Catalunya, cumplió dignamente su papel, pero hubiese preferido, sin duda, que fuese otro compañero de Grupo el que tuviera que beber de aquél cáliz.
El resultado de la votación fue tan gráfico como elocuente. De los 341 diputados presentes en el hemiciclo -sólo faltaban 9, como en las grandes ocasiones- 176 votaron a favor, 164 en contra, y se registró una única abstención. La cosa estaba clara. Sólo Zapatero y su Grupo estaban por la congelación de las pensiones. A regañadientes, pero lo estaban.
Sin embargo, dos días después, el jueves de la misma semana, las 13 abstenciones de los diputados de CiU, Coalición Canaria y UPN, hacían posible que el Real Decreto-Ley del Gobierno quedase convalidado por la mínima: 169 votos a favor y 168 en contra. Pocas veces se producen mayorías tan ajustadas. Probablemente por ello, se vivieron momentos de mucha tensión. Los abstencionistas hicieron discursos muy críticos contra Zapatero y su política económica y todos, indefectiblemente, cargaron las tintas en la congelación de las pensiones. Pero la congelación es ya un hecho. La convalidación del Real Decreto-Ley la ha convertido en una realidad tan cruda como palpable. Y ahora, todos contenemos la respiración en la esperanza de que no resulten necesarias más medidas de ajuste contra los sectores sociales más necesitados.
El miércoles, por la tarde, Iñigo Urkullu hacía pública en Bilbao, la decisión de votar en contra de la convalidación del Real Decreto-Ley. No fue una ocurrencia improvisada, como a alguien, por ahí, se le ha ocurrido sugerir. Todo lo contrario, fue una decisión muy meditada, adoptada con un respaldo inmensamente mayoritario y con pleno conocimiento de causa, después de haber intentado dialogar con el Gobierno para proponerle, infructuosamente, fórmulas que atemperasen el rigor de la propuesta para con los sectores más débiles y garantizasen un mayor respeto de las competencias y las dinámicas propias de las comunidades autónomas. Como el Gobierno no reaccionó, optamos por el No.
La oposición del PNV a la convalidación del Real Decreto-Ley ha dado mucho que hablar. Quien más quien menos, todo el mundo tiene alguna versión sobre lo que dicha actitud significa de cara al próximo futuro. Me divierto mucho leyéndolas. Especular sobre lo que el PNV hará o dejará de hacer en el próximo futuro se ha convertido en un auténtico deporte nacional para algunos diletantes. Los disparates que se llegan a decir sobre nosotros son, de verdad, mayúsculos. De esos que provocan una hilaridad estrepitosa e incontenible de puro excéntricos y extravagantes. Algunos de los que se venden como grandes conocedores del partido jeltzale, sienten por nosotros tanta animadversión que la pasión les ciega hasta el extremo de incurrir, cuando opinan, en el más espantoso de los ridículos. Voces que se tienen por muy bien informadas, han llegado a decir, estos días, cosas tan rigurosamente falsas como que el Grupo Parlamentario del PNV en el Congreso de los diputados ha votado a favor de todas las iniciativas legislativas que el PSOE ha presentado en la cámara en el último año. ¡Hace falta ser indocumentado para hacer semejante afirmación! Cuanta mejor imagen darían si se leyesen mi blog de vez en cuando.
Los que nos expulsaron del Gobierno vasco, pese a haber ganado las elecciones, nos acusan de habernos echado al monte. Súbitamente, hemos dejado de ser, según dicen, el partido responsable que siempre fuimos. Y uno se pregunta, ¿acaso no estábamos ya en el monte? ¿No nos desalojaron del Gobierno vasco precisamente porque estábamos en el monte? ¿No fue ese el pretexto que utilizaron para justificar su sagrado y patriótico matrimonio?
Por su parte, los que les ayudaron a desalojarnos de Ajuria Enea nos elogian, ahora, por haber actuado con seriedad y acierto. Y uno se pregunta: si tan serios y certeros somos, ¿por qué era tan necesario desplazarnos el Gobierno vasco y sigue siendo tan urgente hacer efectivo el cambio en todas las instituciones de Euskadi?
No sé lo que nos deparará el próximo futuro, pero no veo a Zapatero tan agotado como algunos pretenden. Personalmente está muy tocado, es cierto. Se le ve ojeroso y hundido. Se han diluido definitivamente la magia y la baraka que con tanta fortuna le han acompañado en el devenir político de los últimos años. Su crédito está bajo mínimos, en todos los ámbitos: en el seno del PSOE, del Gobierno que preside, de las Cortes Generales y de la opinión pública. Nadie parece confiar en él. Todos rehúyen su compañía. Quema. Algunos han querido poner tanto énfasis en lo que les separa de él, que hasta le han llegado a tildar de cadáver político. Pero conviene retener que la política está llena de cadáveres mal enterrados. No hay que olvidar que sólo él puede adelantar las elecciones. Y que tampoco la alternativa -Rajoy- entusiasma a nadie. Además, Zapatero es un hombre al que adorna una acreditada capacidad de recuperación. Todos le vimos abatido cuando ETA reventó la T-4, pocas horas después de que hiciese los mejores augurios para el año entrante, pero aquel golpe no le impidió remontar el vuelo, ni ganar holgadamente las siguientes elecciones generales. Un presidente del Gobierno siempre tiene a su alcance algún resorte eficaz para huir de las hecatombes. Y Zapatero no carece de ellos. Sin ir más lejos, Jordi Sevilla publicaba hace unos días una hipótesis de la hoja de ruta en la que puede estar pensando el presidente del Gobierno español para salvar con buenas mañas los escollos más inmediatos y presentarse a las próximas elecciones generales con marchamo de vencedor.
La prensa afín al PP se frota las manos publicando el resultado de encuestas electorales que encumbran a los conservadores a los éxitos más excelsos. Suenan tambores festivos que vaticinan una holgada mayoría absoluta para Rajoy. Pero el partido no ha concluido aún. Y no lo hará hasta que el árbitro haga sonar el silbato. En política, como en la vida, no hay que precipitarse. El que lo hace, pierde el control del tiempo, que es un factor esencial del éxito. Y el silbato, hoy por hoy, sigue aún en la boca de Zapatero.
Pues en cuanto a la congelación de las pensiones,… precisamente la semana pasada anunciaron en diferentes informativos de distintas televisiones «la inversión» que el ministerio de defensa va a acometer en breve para dotar a los «soldaditos ejjjpanioles» de la más moderna tecnología, van a tener un visor incorporado en el casco que les va a permitir tener visibilidad en toda circunstancia, conexión a internet en todo momento, unas metralletas de lo mas futuristas,… y lo van a tener todos para el año que viene,…
Y digo yo,… es esto un gasto estrátegico, necesario y urgente o superfluo, innecesario y un tanto pavoneante,… curiosamente nadie a protestado por ésta pantomima de pandereta cañí!!!! Qué bien se lo van a pasar con sus nuevos juguetitos cuando les lleven al Gorbea de excursión, esa Chacon y su devastadora intuición femenina, ole!
P.D: Visca Jimmy Jump!!
Tengo muchas dudas sobre el no apoyo al Real Decreto Ley; siendo la política del Gobierno del Estado nefasta si las medidas llegan a ser rechazas el descalabro hubiese sido inmediato. La situación es tan calamitosa que, en cualquier caso, apoyando o no las medidas, el varapalo que se le avecina a la economía española va a ser tremendo. Los gastos superan con mucho a los ingresos y los acreedores (que no especuladores) con razón cada vez dan menos crédito al Estado por la gran posibilidad de impago. Como dicho escenario, no colocar la deuda, sería dantesco el ajuste ha de ser enorme… y así será su repercusión en la economía. En fin, que están a un paso de la suspensión de pagos. Los recortes no son nada, absolutamente nada, con lo que viene en los próximos meses y años, la ruina es total… y poco se puede hacer porque la situación actual es consecuencia de los años anteriores. En absoluto me extrañaría un gobierno de concentración ante lo que se avecina… Los vascos tenemos la opción de seguir el camino de la ruina que se le avecina a España o tomar como modelo los países punteros de Europa; pena no haber preparado bien la coyuntura histórica a la que nos enfrentamos.
Gracias, Erkoreka. Queda todo aclarado. Además me has alegrado la noche.
Yo la lo he dicho muchas veces. Prefiero que Zapatero termine su mandato antes que unas elecciones anticipadas porque, como dice cierta persona que conozco, la alternativa no levanta grandes pasiones.
Saludos.