Un nuevo atentado de ETA -otra salvaje acción de esos descerebrados- ha vuelto a provocar la muerte de dos seres humanos, provocando el llanto de sus allegados y la indignación de todas las personas cabales. Una nueva convulsión social. Una nueva sacudida para la conciencia de las gentes de bien.
Tanto en este blog, como fuera de él he expresado en repetidas ocasiones la inmensa repulsión que me producen los actos terroristas de esa organización, que se empecina en prologar en el tiempo, la tétrica mancha negra que constituye en la historia contemporánea de Euskadi.