Durante el proceso de negociación que ha culminado en el acuerdo adoptado la semana pasada en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, se ha repetido hasta la saciedad que el nuevo modelo de financiación autonómica no afecta a Euskadi, porque goza de un sistema de financiación singular, de raíz foral, que se rige por normas y discurre por cauces distintos al de las Comunidades Autónomas de régimen común. Yo no lo tengo tan claro. No digo que la afirmación sea falsa. Digo, tan sólo, que abrigo dudas al respecto. Y me explico.

Reunión, ya histórica, de la Comisión Mixta del Concierto Económico
Una de las principales razones que han forzado al Estado a diseñar un nuevo modelo de financiación, tiene que ver con la insuficiencia de los recursos disponibles por parte de las CCAA para financiar adecuadamente las competencias de su titularidad y los servicios públicos dependientes de las mismas. Los gobiernos autonómicos se quejaban de que el dinero no les llegaba. O dicho de otro modo, que las transferencias de fondos procedentes del Estado, no cubrían los gastos a los que ascendían los servicios públicos que prestaban a sus ciudadanos. Y con el fin de cubrir ese desfase, venían reclamando recursos adicionales. Dinero extra. Sumas complementarias a las ordinarias del sistema, orientadas a cubrir el déficit existente entre lo que recibían y lo que habían de gastar.
¿Cómo se ha producido ese desfase entre ingresos y gastos?
Las causas son diversas. En algunos casos porque, en el momento de la transferencia, el coste de los servicios se fijó en una cifra inferior a la real. Y año tras año, ese desajuste ha ido abriendo una brecha que al cabo del tiempo resulta inasumible. En otros, porque se han producido incrementos demográficos que no fueron tomados en cuenta cuando se calculó el coste de los servicios. No es lo mismo prestar servicios sanitarios, educativos o de asistencia social a dos millones de habitantes que a tres. En ocasiones, también, porque, durante los últimos años, la legislación estatal ha ido imponiendo a las Comunidades Autónomas obligaciones adicionales, no previstas en el momento de las transferencia, que han disparado el coste del servicio, sin ajustar, al mismo tiempo, la correspondiente compensación financiera.
Las razones del ahogo financiero que denunciaban las Comunidades Autónomas son, como se ve, del más variado origen y condición. Cálculos incorrectos o desfasados, incrementos demográficos, nuevos servicios impuestos por Estado, etcétera.
Ocurre, sin embargo que, en relación con algunas de estas razones, la última reforma de la Ley del Cupo, que fue aproba hace escasamente dos años -me refiero a la Ley 29/2007, de 25 de octubre, por la que se aprueba la metodología de señalamiento del cupo del País Vasco para el quinquenio 2007-2011- sentó unas previsiones que, al menos en algunos casos, obligan a estudiar la posibilidad de que Euskadi haya de ser, también, compensada financieramente por el Estado. No con transferencias de fondos, lógicamente, porque no es ese el modelo financiero vasco, sino con deducciones en el cupo a satisfacer al Estado.
En efecto, el artículo 11, punto cuarto de la citada Ley establece que:
«Si durante cualquiera de los años del quinquenio, el Estado se reservara o asumiera nuevos compromisos de financiación derivados de medidas legislativas, de interés general o de acuerdos interinstitucionales, sobre materias cuya ejecución corresponda a las Comunidades Autónomas, se reunirá la Comisión Mixta del Concierto Económico para analizar y determinar la participación financiera que, en su caso, corresponda al País Vasco».
A la vista de esta norma, yo creo que, cuando se aprueben las reformas legislativas en las que se ha de instrumentar el nuevo modelo, el Gobierno vasco, habría, cuando menos, de promover una reunión de la Comisión Mixta del Concierto Económico, con el fin de estudiar si entre las razones que han movido al cambio de modelo hay alguna que justifica la participación de Euskadi en el reparto de fondos. Porque parece claro que, en el tránsito hacia el nuevo sistema de financiación, se dan algunos de los supuestos a los que la norma transcrita vincula la obligada reunión -el artículo se expresa en términos imperativos: «se reunirá»- de la Comisión Mixta.
Aunque mucho me temo que el Gobierno pepedependiente de López -tan pepedependiente como madridependiente- no será quien primero y más activamente vaya a moverse para hacer notar esta circunstancia.
que desgracia, estamos en manos de z.p y su caudillito lópez, que nos pase lo menos malo!
Felicidades por levantar este tema. No sé por qué, si porque estoy mal informado o porque realmente nadie lo ha tocado antes, lo cierto es que lo de la refinanciación de las regiones del Estado a cargo de los PP GG del Estado, a los que se contribuye desde las Vascongadas con un cupo del 6’2% de los mismos si no recuerdo mal, es un tema del que no he leído nada desde Euskadi, desde una perspectiva vasca.
Porque claro, si determinadas autonomías van a contar ahora con un total de once mil millones adicionales pagados por el Estado central, he de entender que el 6’2% de ese total -que no va hacia Vascongadas ni Navarra- proviene de transferencias vascas, no?
En tal caso, no es lo procedente descontar del cupo a pagar al Estado la cifra correspondiente, esto es, unos 680 millones de Euros? Con ese dinero se pueden hacer cosas en formación profesional o conservación medioambiental, por ejemplo (para compensar el dano de los 71 VIADUCTOS previstos para la «Euskal Y Vasca» en 70 Kms. de trayecto sobre tierra, sin ir más lejos).
Claro que estando al frente de las instituciones comunes el sr. López, quien tributa directamente a la madrilena calle de Ferraz, no tengo muchas esperanzas sobre este asunto.
La autonomía más autónoma del mundo.
López se coge unas «merecidas» vacaciones (¡merecidas por los que le sufrimos, claro!) y el PPSOE pide aplazar el debate sobre la propuesta de unidad ante la Crísis del PNV hasta septiembre. Idoia Mendia, portavoz del Gobierno de Gasteiz, ha afirmado que López no acudió a la reunión con las diputaciones porque era (sic) «una reunión de trabajo». ¡Y tu Josu les propones abrir una nueva tarea con la actualización del Cupo! ¡Pero qué están muy cansadoooossss!!! ¡¡No les agobiémos, hombre!! Sentémonos en los jardines de Ajuria Enea a dar entrevistas tipo «Hola» y a esperar a que florezcan los «brotes verdes»
Queridos amigos,
El publirreportaje al que el sr. Araujo se refiere, publicado el pasado domingo por la prensa del corazón, es la mejor lección de la podredumbre del actual marco jurídico-político, el constitucional-autonómico espanol, desde un punto de vista de utilidad nacional vasca para el acceso al autogobierno y a la soberanía.
Es, por anadidura, un ejercicio de chulería, ignorancia y desprecio simbólico que ya había comenzado con la retirada de la biblia euskérica de la ceremonia de traspaso y asunción de la lehendakaritza y de la introducción de las fuerzas armadas espanolas en la Casa de Juntas de Gernika.
Es un recochineo. Una vez escuché en Radio Euskadi, antes de que el PPSOE echara a la Izquierda Abertzale de la asamblea autonómica de Vitoria y, con ello, al PNV del gobierno autonómico, a mi diputado regional sr. Erkoreka que «nadie puede poner en duda que el PNV, por estar al frente de muchas de las instituciones, y tener la obligación de dictar normas jurídicas y de hacerlas cumplir, declare solemnemente su compromiso de responsabilidad en dicha obligación», o algo así.
Pero claro, ahora ya no están «al frente» de algunas de esas instituciones. Cuál es por tanto entonces el objetivo político ahora del EAJ-PNV? Por encima de lo escrito al principio de sus estatutos asociativos -una especie de broma ante la realidad-, parece muy depurado: estar al frente de determinadas intituciones, ahora ya menguadas en su cantidad.
Desolador.
Como habréis comprobado, el tema ha suscitado el interés de la prensa que se ha hecho eco largamente de mi observación. Pero lo que yo pretendía no era despertar a la prensa, sino provocar una mínima reacción del Gobierno pepedependiente de López. Pero López no sabe no contesta. Está de vacaciones.
Donatien recuerda que una vez en Radio Euskadi dije «algo así». Es posible que lo hiciera. Pero al parecer, mi posición tuvo éxito entre muchos alcaldes de la izquierda abertzale que también han optado por hacer «algo así». En cuanto se ha dictado la sentencia de ilegalización de ANV han corrido a disolver sus grupos municipales para resituarse en el mixto o como no adscritos. Si lo hubiese hecho el PNV sería un traidor claudicante. Pero ellos lo hacen sin traicionar y sin claudicar. En cuanto Ares ha dado la orden de eliminar de las calles las fotografías de los presos de ETA, algún alcalde de ANV ha corrido a cumplir el mandato antes de que le reconvengan. Si lo hace el PNV es «Espainiaren morroi». Pero si lo hace ANV es una hábil treta para engañar a los españoles. Todos, según veo son amigos de actuar «algo así».