Esta noche -cosa poco habitual en mí- he visto los informativos de televisión. Y he prestado especial atención, lógicamente, a las crónicas relativas el encuentro que la delegación designada al efecto por el PNV ha mantenido en Sabin Etxea con la representación enviada por el PSE para dialogar en torno a la propuesta de estabilidad institucional planteada por el EBB.

Reconozco que me ha hecho gracia ver a los representantes socialistas aduciendo, azorados, todo tipo razones y argumentos para desembarazarse cuanto antes de la molesta propuesta de colaboración, sin que se note demasiado que si no pueden acceder a la misma, es, en realidad, porque se lo impide el enfeudamiento al que les somete el acuerdo que tienen cerrado con el PP. Probablemente a causa de ello, al concluir el reportaje, no pude contenerme: Añadí una risotada adicional a la sonora carcajada que emití esta mañana.
Esta mañana he estado en Madrid. Ha sido un viaje fugaz, de ida y vuelta, pero que no he podido eludir. Así es la vida del diputado. Ajetreada. Sobresaltada. En constante movimiento. Un día nos encontramos celebrando las madalenas en Bermeo y al día siguiente nos vemos, con traje y corbata, en el centro mismo de la villa y corte. Y mañana, ¡vaya usted a saber donde! Nuestra agenda cambia con más rapidez que el tiempo en el verano de Helsinki.