En 1942, el escritor portugalujo Juan Antonio Zunzunegui entregó a la imprenta la segunda serie de sus Cuentos y Patrañas de mi ría. Era una colección de relatos breves, reunidos en un solo volúmen bajo el inquietante título de «El hombre que iba para estatua». El rótulo, que encabeza una portada de tono ocre bastante intenso, aparece ilustrado con un dibujo en el que se representa una silueta humana dividida verticalmente en dos mitades. La de la derecha refleja al hombre, vestido con americana, camisa a rayas y una pajarita al cuello. La situada a la izquierda, por su parte, traza el perfil de una estatua de corte clásico, labrada en blanco, desprovista de ropa y con el brazo extendido. Su pose es la de un emperador augusto.
El título de la obra se corresponde con el primero de los cuentos del libro, que es, probablemente, el más chocante de todos los que integran el volumen. El relato refiere la historia de un hombre nacido en Portugalete que, desde la más tierna infancia, se planteó el objetivo vital de procurarse una estatua. Nació con vocación de estatua. Seducido por la imagen de «don Víctor», que se levantaba «en el antepecho de la plaza, junto al muelle, frente a la estación de ferrocarril», cuando todavía no sumaba más que tres años y nueve días, Miguel -que ese era su nombre-, tenía claro que cuando le preguntasen por lo que quería ser en el futuro había de responder con claridad y resolución que estatua. Iba para estatua.
Tal fue el empeño que puso en el cumplimiento de ese su propósito que, según reseña el relato, desatendió completamente su formación académica: «No quiso estudiar ni el bachillerato». Parecía no darse cuenta de que las estatuas se erigen en recuerdo de las personas que han hecho algo reseñable a lo largo de su vida. Son el recuerdo de algo o de alguien memorable. Pero él sólo buscaba la gloria. El reconocimiento. La inmortalidad. Y estudiando era muy difícil alcanzar semejantes metas.
Consagraba los días a pasearse por el pueblo a la búsqueda de un lugar adecuado para ubicar en él la estatua a la que aspiraba.
Tan caprichoso afán, le planteó problemas con la familia, lógicamente. A medida que Miguel crecía, su padre procuraba abrirle los ojos y disuadirle. Por su bien, claro. Pero todo era inútil. Un día, al comprobar que el pueblo ya tenía la estatua de don Víctor y que sería difícil encontrar hueco y disposición para otra, el progenitor le sugirió por enésima vez que alterase sus planes: «Yo que tú cambiaba de carrera -le dijo-; todavía estás a tiempo». Pero Miguel se mantuvo impertérrito en sus trece:
– La vocación es la vocación, padre, yo he nacido para estatua y estatua seré.
Su respuesta fue igualmente cortante cuando, en el lecho de muerte, la tía soltera le propuso dejarle todos sus bienes si renunciaba a la pretensión:
– No me conoces, tía; mi vocación es indeclinable. Yo he nacido para estatua, como se nace rubio o moreno, y tengo que cumplir mi destino; en cuanto a tus bienes, puedes disponer de ellos como quieras; no los necesito.
Pero el nervio central del relato se plantea, en toda su crudeza, cuando el progenitor de Miguel, cansado ya de recibir las negativas y desplantes de su hijo, le pregunta por qué, si realmente está interesado en pasar a la eternidad glorificado en una estatua, no trabaja para hacerse acreedor a ella. Primero hay que hacer algo meritorio en la vida para merecer la estatua.
– Has pasado de los treinta años y no haces nada, Miguel. Me parece muy bien que sigas pensando en ser estatua, pero ¿por qué no haces algo destacado para merecerla? Sí, hombre, sí; si quieres una estatua, gánatela.
Miguel sonrió y respondió que, lo que deseaba era «tener estatua sin haber hecho otra cosa que preocuparme de tenerla…, que ya es bastante. Trabajar, ¿para qué? Para que el día de mañana se pongan de acuerdo los vecinos que vivan alrededor de mi monumento, sobre quién soy yo y cuáles son mis méritos. No y no».
El relato tiene un final dramático, que no hace al caso reproducir aquí. Porque lo realmente trágico del mensaje que el autor desea transmitir es, a mi juicio, la existencia de gente tan ciegamente ambiciosa que se obsesiona con el éxito, con la meta, con el objetivo final, sin darse cuenta de que éste casi nunca baja gratuitamente del cielo, sino que hay que trabajárselo con sudor y esfuerzo.
Miguel no acababa de darse cuenta de que, para tener una estatua, había que merecérsela; había que trabajar, primero, en favor de la comunidad y destacar por las contribuciones -económicas, artísticas, o del tipo que fuere- hechas en su beneficio. Se ha de ser un gran benefactor, un filántropo, una celebridad mundial, un gran líder o un mecenas muy generoso para que los vecinos consideren la posibilidad de inmortalizar el recuerdo de su vecino mediante la erección de una estatua. Pero nadie puede aspirar a tener estatua sin procurarse, previamente, el mérito necesario para ello.
El relato de Zunzunegui evoca otras figuras de la Euskadi contemporánea que consideran, también, que es perfectamente normal pretender «tener estatua sin haber hecho otra cosa que preocuparme de tenerla». Que se puede aspirar a tener estatua sin haber hecho nada para merecerla.
Y cuando alguien les pregunta qué han estudiado o qué han hecho en favor de la comunidad para pretender una estatua, preguntan: ¿Dónde hay que estudiar para ser estatua? Y sus epígonos le ríen la gracia como si fuera una ocurrencia sagaz y creativa.
«Chapeau!», es triste pero es así, así nos gobiernan y así vamos. Ánimo con el trabajo, entre todos recuperaremos Euskadi.
Bravo!!!! Magnífico Josu. MAGNÍFICO!!!!
Bien cerquita le pillaba a «Miguel» de su casa la estatua de Victor Chavarri… tan solo a unos 100 metros.
Por cierto !!!
Si pinchan en el blog de Patxi Lopez, le veran a «Miguel» vestido de vasquito justo a los pies de la estatua de Victor Chavarri.
No es broma!!!
A ver si le va a quitar Zunzunegui a Nostradamus su fama????
jajjajjajajajaja…… muy bueno Josu.
que bueno! este sr es el atrezzo de cualquier obra o comedia
No se que es mas triste, querer ser estatua sin hacer nada o querer erigir una estatua a quien no ha hecho nada. Quien es ahí el tonto útil?
De todas firmas, esta por ver si nuestro particular hombre estatua hace o algo o no. Otra cosa es en beneficio de quien la haga.
Por cierto, o puedo dejar de mostrar mi asombro ante la capacidad del psoe de jugarsela a todos los demás partidos y la insistencia de estos en morder el anzuelo y no hacer caso de aquello de «si las barbas de tu vecino…». Primeo fue el eaj, después IU & cía. con el tema de la reforma fiscal, ante ayer CiU con el tema apoyo en e congreso al techo de gasto – financion catalunya y ahora PP en Araba. increible de verdad. Y encima a eso lo llaman centralidad.
P.D: No quiero dejar pasar la ocasión sin señalar que a veces me sorprende el PSOE. Ha sido capaz de trilar en una semana a los otros dos partidos mas potentes del estado, al PP en Araba y a CiU en el juego congreso(apoyo al techo de gasto)- financiación catalunya. Hace unas pocas semanas a IU & cía. en
Lo de estatuta supongo que lo dirás también por la «cara dura» de algún otro portugalujo….brillante, Josu
Hoy en día no hay tal problema. Existen para fortuna unionista empresas variopintas destinadas a erigir estatuas virtuales de personajes de actualidad, tales como Cadena Ser, El Correo, Antena 3, y un largo y exasperante etc.
Oh cielos, tenemos una nueva incorporación, se llama EiTB y promete muuuuucho.
Genial Josu , de verdad , pero veo que un cuento creado a mediados del pasado siglo , sea tan acorde y tan aplicable a día de hoy que me deja poco menos que perplejo y bastante preocupado.
¿Qué hemos aprendido de nuestro pasado?
¿Quién no aprende del pasado ? ¿Que futuro le espera?
Los fabricantes de la estatua nos prometieron una nueva era , sín violencia , sín crispación ,sin divisiones.
Yo no lo veo y en lo que a mi respecta el hombre estatua al cual te refieres puede esperar «In saecula saeculorum»
JELen agur
El otro día escuche la cancion de «un pueblo es» de Maria Ostiz (qué viejo soy y qué bien cantaba la condenada) y me vino el pensamiento de Pachi y la verdad, parecia escrita para la ocasion que vivimos en Euskadi.
Si teneis la oportunidad de escucharla, hacedlo.
Josu es una persona muy ocurrente, lo ha bordado.¡Genial!.
ya no es ETB, es TELELOPEZ con CENSURIO al frente!
Gran relato y magníficamente traido a este blog.
Yo apuntaría que no veo a sus convecinos de Portugalete, en absoluto, dispuestos a erigir una estatua en recuerdo del «Nuevo Miguel».
Plas,plas,plas(aplausos),!que bueno!,por las fotos se empieza,pose para aquí,pose para allá y a esperar el momento de posar para la estatua..jejejej,que uno ya tiene costumbre.
Más le valdría a usted haber colaborado durante los años que estuvieron en el poder para que no hubiera estatuas (fotos) de terroristas adornando sus calles y plazas, ya que no hicieron nada reseñable por la humanidad, a menos que los considere gudaris. Así a lo mejor podría yo reírme con su «ingenio», tal como lo hace ese coro de comentaristas de carnet.
A qué me recordarán estos aires? Venir y «arrasar» con el dueño del artículo y de paso con todos los comentaristas, vamos, que no quede ni rastro … Ya sé Josu que te sabes defender como nadie tú solo, pero permíteme esas palabras.
Bueno, pues, ahí va otro «comentarista de carnet»: «Magnífico artículo Josu!»
(ola bloguera desde «Papis» hasta Marka») …
Y es que …
NO ME IMPORTA CÓMO ME LLAMEN. LO QUE ME IMPORTA ES LO QUE SOY.
🙂
bueno ya les valdría a otros no dejar a VERA salir en una revista del cuore llamda VANITY FAIR reafirmandose en su fechoria GAL y creo que le indultarón y anda tan feliz por la calle, lo mismo de galindo a este ultimo nadie le ha pintado su casa con amenazas me parece, la ley para todos o para ninguno!
Quedo muy agradecido a los «comentaristas de carnet» por sus elogiosos comentarios al post. El humor contribuye a humanizar la política. Y la cultura a dignificarla. Por eso procuro -no sé si con acierto o sin él- insertar toques de humor y retazos culturales en mis comentarios.
No sé si tenéis carnet o carecéis de él. Nunca se lo he preguntado a nadie. Lo que tengo claro es que, en este blog, prefiero comentarios introducidos por gentes con ideología -sea o no coincidente con la mía- que los hechos por una empresa de comunicación a la que se paga dinero por mantener vivo el blog del político. Creo que en Euskadi hay más de uno de este tipo, ¿no?
Zapata viene con un tópico manido hasta la extenuación. Vivimos tiempos de propagandas. Y la última campaña publicitaria del infalible Gobierno que rige los destinos de los vascos consiste en retirar ostensiblemente de las calles vascas -con el apoyo logístico de todo tipo de cámaras fotográficas y de televisión- los carteles de la izquierda radical que recuerdan a sus presos y reivindican su vuelta a casa. Todo ello, claro está, con la aviesa intención de lanzar dardos envenenados al PNV que, al parecer, nunca ha hecho nada semejante cuando estuvo en el Gobierno vasco.
Claro que, la propaganda queda vacía cuando uno descubre que las calles de muchos municipios de Navarra, donde el PNV nunca ha desempeñado responsabilidades relacionadas con la seguridad pública, exhiben tantos carteles de presos de ETA o más que los de la CAV, sin que nadie impulse su retirada. Ya sabemos que, en todo tiempo y lugar, el PNV es el malo de la película. Racista, clericaloide, connivente con el terrorismo, sectario, excluyente, etcétera. Pero, ¿quién es el malo en Navarra, amigo Zapata?
El post iba de estatuas, hasta que Zapata quiso equiparar a las estatuas con las tétricas fotografías difundidas por las gestoras. No sé por qué ha querido dar el salto. También hay estatutas de terroristas en las calles. No hace todavía un año, que el Ayuntamiento de Santander -que nunca ha gobernado el PNV- decidió, junto con el Gobierno regional -que tampoco ha estado regido por los jeltzales- retirar la estatua ecuestre de Franco -el pacifista- que lucía en una de sus principales plazas. Aunque supongo que esto, a Zapata, no le debe interesar demasiado. Zapata, claro, va a lo que va. Su objetivo es certero. No se distrae. No se dispersa. Nunca se aparta de su propósito.
Hay, sin embargo, algo que comparto con Zapata. Creo, como él, que ETA no ha hecho grandes aportaciones a la humanidad. No, ciertamente. Y añado que, a la causa nacional vasca, no sólo no han contribuido con algo positivo, sino que la han perjudicado gravemente. Y pienso, en fin, que sus miembros nada tienen en común con los gudaris del 36.
Sr. Erkoreka: En primer lugar, gracias por contestar. En segundo, me alegro de que le guste tener comentaristas con ideología, aunque mi comentario no tiene que ver con ésta. Verá, yo no soy de su ideología pero eso no debería llevarme a estar en desacuerdo con usted en cuestiones digamos…morales. Por si le interesa, no soy seguidor de Zapatero ni de Rajoy.
Los malos de Navarra o Santander no dejan de ser los malos ande el PNV por medio o no, así que no me venga con la tontería de que apunto hacia su partido. Usted es el que ha escrito el artículo y lógicamente a usted tenía que dirigirme (por otro lado el señor Sanz me parece aburrido y no me apetecería leerme su blog si es que tiene alguno).
Y por supuesto que me parece muy bien que ostensiblemente se retiren las fotos de criminales en el PV. Eso es algo que no tiene que ver con propagandas de ninguna clase ni con ideología alguna. Y ustedes debieron retirarlas antes precisamente porque es una cuestión moral. Si lo que me está diciendo es que el PSOE no impulsa en Navarra la retirada de esas fotos entonces le diría que los del PSOE son los malos en Navarra. Y los inmorales.
Lo que ocurre es que por mucho que aspire a comentaristas con ideología da la sensación de que le satisfaría que todos fuesen de la misma. Esa es mi impresión. Además, como sabe muy bien de qué pie cojean sus muchos lectores, no tiene ningún problema en aderezar convenientemente sus artículos con cierta dosis de demagogia, como se comprueba en su escrito sobre la señora israelí, Dalia, descendiente de los judíos expulsados de España. Así, no tiene ningún empacho en decir que «La España actual germinó, pues, sobre un gesto tan racista y excluyente como la expulsión de gente como Dalia», obviando el hecho conocido de que los judios fueron expulsados mucho antes de otros países europeos que usted considera grandes democracias como Francia o Inglaterra.
En fin, tragedias del siglo XV de las que soy heredero pero de las que usted también lo es aunque quiera zafarse por su condición de vasco. Si bien esa misma condición quizá le permita analizar mucho mejor que yo qué sienten los y las «dalias» que han ido saliendo del PV durante los últimos años, expulsados sin decreto oficial (siglos XX y XXI). Yo de eso también soy por supuesto heredero y puede que en parte responsable, pero ya que vive usted por allí está en mejor disposición de saber quiénes han tenido un mayor grado de responsabilidad.
Un saludo.
Si entiendo bien, amigo Zapata, su reflexión no es ideológica. Ni tan siquiera política. Es, o aspira a ser, moral. Se aparta igualmente de Zapatero y de Rajoy y apunta hacia una valoración estrictamente ética de las conductas de los partidos políticos y de sus líderes.
Bien. Ya vamos acotando el marco del diálogo. Porque supongo que reconocerá que su primer comentario tenía todas las trazas de una invectiva partidista encuadrable en una estrategia que se encuentra muy de moda últimamente: Zaherir gratuitamente al PNV para poner en valor y legitimar ciegamente al Gobierno de López. Si no es ese su caso, perfecto. Cambiamos de registro. Pero permítame una precisión. En Navarra no gobierna el PSOE. Hace ya muchos años que gobierna UPN con el que, hasta ayer mismo, estaba asociado el PP. Y Navarra cuenta, también, con su propia Policía Foral, aunque sea verdad que el reparto de funciones con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no coincida exactamente con el de la Ertzaintza.
Se equivoca, amigo Zapata, en su apreciación sobre el tipo de ideología que me gustaría que tuvieran los lectores y comentaristas de este blog. Le adelanto, en primer lugar, que son muchos los usuarios del mismo que se sitúan en posiciones políticas muy distantes a las mías. Si lee con atención los comentarios insertos en otros posts, podrá comprobarlo. Y observará, también, que es a ellos, a los que, por regla general, dedico más tiempo. Siempre, por supuesto, desde el más absoluto respeto al discrepante.
Me acusa de demagogia. Y me pone como ejemplo el post relativo a Dalia. ¿Tanto daño le hizo ese post? Yo hablé de España, porque Dalia fue expulsada de España. ¿Qué quiere que le haga? Así son las cosas. Entiendo que haya gente a la que le cuesta reconocer puntos negros en su pasado colectivo, pero eso no oculta ni desbarata la realidad. En cualquier caso, citar el concreto ejemplo de Dalia, cuyos antepasados fueron expulsados por los reyes católicos, no me obliga a hacer una historia general de la expulsión de los judíos de todos los países europeos. ¿O cree usted que sí? Con semejantes cautelas preventivas, sería imposible escribir dos líneas sobre el asunto más irrelevante.
Por cierto, el ejemplo de Dalia me sirvió para concluir algo que no está muy lejos de las conclusiones a las que llega usted mismo. Que todos, personas y pueblos, tenemos en nuestro pasado legados poco plausibles. Que no todas las biografías personales y colectivas son poesía. Y me pareció importante explicitar esa conclusión porque algunos de los que manejan con soltura tópicos acusadores unidireccionales, sólo ven prosa desgarrada en el pasado del PNV y del nacionalismo vasco. Le puede citar varias decenas de libros dedicados a ese específico menester.
Un cordial saludo.
La moral no puede ser partidista, la moral debe ser aplicada al hombre sin tomar en cuenta su condición ideológica, religiosa, étnica… Es un concepto universal aplicable a todos. De lo contrario se convierte en una doble moral. El mundo occidental, bandera de las libertades (de mercado?) está realizando intervenciones preventivas, invadiendo países y matando a civiles a diario. Levanta murallas y convierte Europa en un fortín para los miles de desesperados que emigran, les sea imposible o más difícil. En los últimos años se calcula que han muerto más de 10.000 personas en las costas españolas. ¿Dónde está la moral? ¿Dónde está esa ética, ese pacifismo?
Los presos de ETA también tienen derechos. Son tratados como presos políticos, quiero decir se les juzga en un tribunal especial, según una ley especial y se les hace cumplir la condena muy lejos de su casa -en contra de lo que dice la propia legalidad española, si no me equivoco. Amnistía Internacional ha denunciado la situación en repetidas ocasiones. Se dan casos de tortura y muchas muertes turbias en los penales que terminan siendo certificadas como suicidios.
La violencia de ETA es inadmisible, como cualquier tipo de violencia. Pero la naturaleza política de ésta hace que «la moral» del discurso de poder se cebe con ellos, mientras es ciego a sus propias violencias, o a otras que se dan en la sociedad -violencia de género, racial… Creo que es un derecho honrar a tus muertos, creo que es un derecho exigir tus derechos… Creo que las fotos de los presos en el País Vasco y Navarra son dolorosas , para víctimas y vicitmarios pero inocuas y son muestra de una realidad que por prohibirlas no va a desaparecer, un conflicto que debe solucinarse desde el diálogo y de manera pacífica.
A veces me da un poco de respeto hablar sobre estos temas. Pero reconozco que leyendo la prensa desde hace unas semanas le doy vueltas a la cabeza. A veces es bueno ponerse en la piel de los demás para entender las cosas.
Una banda terrorista ha decidido usar el asesinato como método para sus objetivos políticos. Cada vez más la sociedad vasca le dice que no, y no me cabe la menor duda que dentro de ellos tendrá lógicamente (o debiera) haber un debate interno. Lo que no puede suceder es esa utilización (como siempre), política de ciertos partidos con este tema.
Llevo de un tiempo a esta parte leyendo los titulares cada vez que dan un golpe a ETA, en plan : «ya casi los tenemos». Cada vez que detienen a alguien, hablan de que es un alto dirigente, que la banda está más débil que nunca … Pero las detenciones se siguen sucediendo, y los atentados, por desgracia también. Es como si metafóricamente, cada vez que se emiten comunicados en esa dirección, se estuviera reavivando la llama, en un círculo vicioso que no ve la luz al final del tunel. Asuntos como la retirada de carteles, es como la simbología de lo que realmente sucede; efectivamente antxon, una realidad que parecen querer esconder, pero que seguirá ahí.
Así, políticamente, unos vienen a decir que si unilateralmente hubiera ese debate interno que decidiera aparcar la violencia, los otros dirían que es su mérito particular, que ya lo habían dicho, que «casi eran suyos». En definitiva particularmente me parece denunciable las formas en las que el asunto ETA se lleva a la opinión pública. Es un tema serio, que necesita seriedad, no titulares triunfalistas en la prensa.
Unos y otros erran, y a cada uno le corresponde su cacho de responsabilidad, unos que lo hacen mal, y otros que precisamente no ayudan. No ven más allá de la represión policial, que consigue «coger» a unos y reproducir a otros.
Siempre he creído que la movilización social es más efectiva, pero desde la unidad. Porque bastante poderoso es ya el adversario político, como para encima estar divididas las distintas sensibilidades nacionalistas. Movilización social no es ir rompiendo escaparates y contenedores; eso sólo refleja frustración materializada en destrozos. La movilización social sería como esa masa humana que demuestra pacíficamente con su voz, con sus reivindicaciones, con sus estrategias inteligentes, con su cabeza pensante, cuál es el sentir de la mayoría.
Es lo que aprecio desde mi limitado punto de vista.
múgica el actual defensor del pueblo fue quien tuvo la fantástica idea de mandar a los presos etarras muy muy lejos de sus casas, pues no pusó empeño ni nada este individuo, nunca me gustó porque creo que tuvó mucho que ver en el 23 f
Por cierto, Josu, ¿cual de los dos que aparecen en la fotografía es el que nació con vocación de estatua? ¿El de la izquierda o el de la derecha? Bata zein bestea…
al de la izquierda le intentan imitar muchos porque aunque es un bribón es tan CAMPECHANO y cae tan bien!
Amaia: te caerá a ti bien. A mí me da vergüenza verlo. Es un producto mediático, un vividor que llegó de la mano de Franco. El mayor símbolo que deja claro quién ganó la guerra civil. El jeje de Estado, nada más ni nada menos. El rey es un impresentable, cojona!