Esta mañana he subido a la cumbre del monte Sollube. Me gusta finalizar el año ascendiendo a alguno de los montes bocineros de Bizkaia. Y como en este final de 2008 me parecía un poco excesivo aproximarme al Gorbea, que es el más alto, me he inclinado por Sollube, que es el primero de los montes bocineros -el más antiguo; el de la Bizkaia nuclear- y se encuentra ligeramente más cerca de mi residencia habitual.
Ha sido una ascensión agradable. Pero arriba, el viento soplaba con mucha fuerza. He permanecido en la antena el tiempo imprescindible para obtener captar algunas imágenes fotográficas. Dos o tres, no más. La visibilidad no era buena y el ambiente, como conscuencia del viento, estaba desapacible.
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Una manifestación contra el PNV
No me quiero ni imaginar lo que podría ocurrir si, tras un atentado en el que ETA asesina a una persona, algún cargo relevante del PNV hiciese una declaración, asegurando que el comunicado que eventualmente hubiese hecho público la familia del finado, le ha dejado un «sabor amargo« porque pone de manifiesto que hay gente en Euskadi que no se ha enterado todavía de lo destructivo que la organización terrorista representa para los vascos.
La prensa de hoy destaca con grandes caracteres unas declaraciones que Zapatero hizo ayer por la mañana y en las que afirmaba que “ETA ha desperdiciado sus tres oportunidaodes, ya no habrá más”. Prácticamente todos los medios interpretan las palabras del presidente como expresión de su voluntad de no reeditar con ETA proceso de diálogo alguno.
La red está repleta de nichos curiosos. Día sí y día también, el navegante se encuentra en internet con portales, blogs y similares que son cauce de expresión de los planteamientos más estrambóticos y las ideas más chocantes. Todo tiene cabida en esa maraña de cables y conexiones. Y la verdad es que uno nunca deja de sorprenderse con la enorme variedad de datos y opiniones que pueden encontrarse en un ordenador conectado a la línea telefónica. Bastan cinco minutos para percatarse de lo mucho que la libertad de expresión ha ganado merced a las tecnologías de la comunicación.
Hoy no es un día adecuado para hacer comentarios políticos. Ni a los políticos se nos permite hacerlos. Hoy es un día que, en nuestro entorno cultural, se consagra a la familia, a los amigos y a cultivar la solidaridad con todos los seres humanos. Un día para el recogimiento y la celebración de la fraternidad.
Creo que es, prácticamente, lo único que estamos en condiciones de asegurar que ocurrirá en los próximos comicios vascos. Que el panorama político se bipolarizará entre el candidato del PNV y actual Lehendakari, Juan José Ibarretxe y el aspirante del PSOE Patxi López. No es necesario haber superado un master en sociología electoral para vaticinar que la pugna se centrará en torno a estas dos figuras que son, con diferencia, las que con más posibilidades de postulan ante los ciudadanos para acceder a Ajuria-Enea.
Llevo ya varias horas sin poder contener la risa. Me he atragantado ya tres o cuatro veces pero, aunque lo intento, no soy capaz de atenuar las convulsas carcajadas que me afloran enérgicas desde lo más profundo del abdomen.
Corría el año 1971 cuando Pedro Laín Entralgo, publicó uno de sus libros más conocidos, titulado A qué llamamos España. Laín había formado parte del grupo de jóvenes intelectuales que militaron en la Falange durante la inmediata posguerra. Pero ya en los años cuarenta, su pensamiento inició una evolución que, con el paso del tiempo, le llevaría a defender posiciones bastante lejanas a las que, todavía, en los albores de los setenta, daban sustento al régimen del Franco.