No me quiero ni imaginar lo que podría ocurrir si, tras un atentado en el que ETA asesina a una persona, algún cargo relevante del PNV hiciese una declaración, asegurando que el comunicado que eventualmente hubiese hecho público la familia del finado, le ha dejado un «sabor amargo« porque pone de manifiesto que hay gente en Euskadi que no se ha enterado todavía de lo destructivo que la organización terrorista representa para los vascos.
Le hubiesen llovido cachetes por todos los lados. La prensa le hubiese puesto de vuelta y media y los tertulianos hubieran tenido material para justificar sus emolumentos durante varios días. Unos y otros le hubiesen tachado de insensible con el dolor de las víctimas y le hubiesen dicho de todo menos bonito. Es más. Incluso hubiese podido ocurrir que algún osado ignorante con patológica avidez de presencia mediática, aprovechase la ocasión para denotar la histórica connivencia que siempre ha existido entre el nacionalismo terrorista y el aparentemente pacífico.
Pues bien, eso es lo que acaba de hacer Rosa Díez con el comunicado publicado por la familia de Inaxio Uria en la que se denuncia, entre otras cosas, la hipocresía de ETA. Se ha permitido apostillar a los familiares del industrial azpeitiarra recientemente asesinado, afirmando que «sus declaraciones muestran hasta qué punto hay demasiados ciudadanos que no han llegado a comprender lo que es ETA, lo que el terrorismo nacionalista representa para el futuro de nuestra sociedad«.
Caramba, con Rosita. Qué omnisciencia la suya. Qué poderío. Creerse capaz de dar lecciones sobre lo que representa ETA, incluso a los que más directamente han padecido sus zarpazos asesinos, no está nada mal. Denota una notable autoestima. O, alternativamente, un descaro monumental. ¿Se creerá, de verdad, que ella y sólo ella monopoliza la correcta interpretación de lo que ETA constituye para los vascos? ¿Se creerá, de verdad, que su percepción sobre el fenómeno etarra es más certera y está por encima de la que puedan tener algunas de sus víctimas?
Sorprende, ciertamente, la seguridad con la que actúa en estos temas la diputada de UP y D.
Pero tan chocante o más que la reacción de Rosa Díez, que pone de manifiesto los excesos -no sé si paternalistas o displicentes- en los que puede llegar a incurrir quien que se considere en posesión exclusiva de alguna verdad transcendental e incontrovertible, es la indiferencia con la que la prensa ha acogido su declaración.
¿Han visto publicada alguna crítica a la dama de UP y D? Yo no. ¿Han asistido a algún vendaval mediático que tuviera como epicentro a Rosa Díez y su indecorosa respuesta al comunicado de la familia de Inaxio Uria? Yo no. ¿Han oído a algún tertuliano afearle su conducta? Yo no.
A eso se le llama andar en el trapecio con red.
Atentados recibidos por Rosa Díez: 0
Atentados recibidos por Inaxio Uria: más de uno y el último mortal.
Es evidente que las víctimas de ETA no son homogéneas, como tampoco lo son los vascos… y con toda seguridad hasta los mismos asesinos tienen sus diferencias.
A ver Jesusito, yo también creo junto con Rosa Díez que hay demasiada gente en Euskadi que la valoración que hace del fenómeno terrorista deja mucho que desear. Esto explica en parte que pueda subsistir semejante lacra anacrónica.
Personalmente me importa un pimiento la sagrada unidad territorial de España tal y como esta recogida en la Constitución. Y en cuanto al llamado proceso de construcción de Euskadi, siento decir que no corre mejor suerte. Aunque eso si, cuando pienso en las provincias vascas francesas, confieso que tengo que reprimir una sonrisa ligeramente maliciosa. Pero lo que sería bueno de verdad, de verdad, es que la variada sinfonía nacionalista tomara nota y dejara de hablar de los vascos como un determinado conjunto concreto, para empezar a reconocer la variedad (eso si que es un hecho diferencial contundente) que se da en la población a pesar de los esfuerzos uniformadores del poder local.
Por tanto, de indecorosa respuesta nada, ¿qué crees tú que opinaría la mayoría de las víctimas?
Saludos
No me extraña, Danielito, que pienses como Rosa Díez y que le salgas al quite en este comentario. Creo que guardais notable sintonía en muchos temas.
Es cierto que el colectivo de víctimas es muy heterogéneo en su pensamiento político. Es algo tan evidente que casi produce sonrojo el tener que explicitarlo.
Pero no siempre ha sido así.
Hubo una época -no muy lejana en el tiempo- en la que los más poderosos mass media del Estado quisieron implantar la falsa y manipulada idea de que las víctimas de ETA obedecía, todas, a un mismo prontuario ideológico -próximo, por cierto al del PP de Aznar- y que discrepar de sus planteamientos convertía automáticamente a uno en cómplice del terrorismo.
Hoy, las cosas han cambiado ligeramente, aunque algunos sigan defendiendo planteamientos parecidos, como el de que sólo se puede condenar a ETA y sintonizar con las víctimas si se renuncia al independentismo y se asume, como única opción democrática posible, la apuesta por una Euskadi autonómica en el seno de una España más o menos descentralizada.
Querido Danielito, yo también pienso que hay gente en Euskadi que se equivoca a la hora de valorar el significado político del terrorismo de ETA. Creo, por ejemplo, que se equivoca Rosa Díez -perdón, no es que se equivoque, ella manipula conscientemente, porque conoce la verdad- cuando describe el terrorismo de ETA como “terrorismo nacionalista”. No. ETA se define a sí misma, como “organización socialista revolulcionaria”. Socialista, amigo Daniel, Socialista. Como Rosa Díez fue hasta ayer mismo. Socialista.
Por lo demás, yo no he criticado la opinión de Rosa Díez sobre ETA -que puede tener la que quiera, por supuesto-; lo que me ha llamado la atención y he hecho notar en el comentario es el desparpajo con el que Rosa se permite llamar la atención públicamente a los familiares directos de una víctima del terrorismo y hacer notar que están equivocados. A mí no me lo hubiese tolerado la prensa. A ella sí. Todavía hay diferencias.
Sobre tus mayéuticas reflexiones en torno a la construcción de Euskadi, me ahorro reflexiones, porque no son observaciones a mis comentarios, sino lugares comunes, muy manidos, que se utilizan por doquier para denostar al nacionalismo vasco. Yo nunca he dicho que los vascos seamos un conjunto homogéneo y lo del esfuerzo uniformador del poder local me produce risa ante las tremendas máquinas propagandísticas que tiene a su disposición el Estado español y sus principales partidos, el PP y el PSOE.
Un cordial saludo
Rosa Díez es una mujer clarividente y valiente. Sus opiniones sobre el terrorismo son las de las víctimas. Gobernará España y acabará con los privilegios de los nacionalistas. Algunos suspiramos por la llegada del momento en el que eso ocurra.
El nombrarme por dos veces como Danielito me hace sospechar que la variante que aplique a tu nombre no ha tenido muy buena acogida, me queda la duda de si ha sido por el diminutivo o por lo del castellano. Dicho sea de paso, a mi de pequeño me llamaban Danielín.
No sé como llamarían a Rosa Díez en su niñez, pero es cierto que despierta en mí ciertas simpatías, sobretodo cuando veo la cara que ponen en el Congreso algunos diputados de su antiguo partido ante sus intervenciones. ¿No se me negará que ciertas posturas del PSOE de defender la unidad de España con el nacionalismo español clásico y simultáneamente combatir nacionalismos periféricos con más nacionalismo aldeano no tiene su vertiente cómica?
Respecto a la construcción de Euskadi y mis supuestas habilidades mayéuticas, no sé si tomarme la cosa como un cumplido o como algo peyorativo, pero lo que si me queda clarísimo, es que cada vez que se afea la conducta manipuladora nacionalista separatista y la asfixia mental que conlleva, la respuesta siempre es la misma: el nacionalismo español más.
Curioso argumento este de justificar los abusos del poder con la excusa de que el “enemigo” abusa aún más.
Al socialismo, como ideología, se le pueden hacer muchas críticas –probablemente al español en concreto más- sin que uno se sienta incomodo por ello, incluso aunque se haga desde una parcelita nacionalista conservadora. Pero lo que es absolutamente insostenible es afirmar que los jóvenes “gudaris” de ETA vayan por ahí poniendo bombas por defender las ideas de Marx. Esto no hay quien se lo trague.
En los comunicados de la banda terrorista se puede apreciar claramente la formación intelectual que poseen sus miembros y el nivel mental y moral en el que se mueven. Una cosa es lo que dicen ellos que son, y otra cosa muy distinta es lo que realmente son: si ellos son socialistas yo soy obispo de Roma.
Por higiene mental, paso de responder a eso de que a ETA no se la puede describir como “terrorismo nacionalista”.
En cualquier caso, el problema no es si son socialistas o nacionalistas. La pregunta es como es posible que de una infancia mimada y opulenta brote ese feroz odio irracional y la empanada mental que les lleva a hasta el extremo matar.
Aunque el nacionalismo español tiene un pasado penoso y siniestro, lo cierto es que hace mucho tiempo que se murió Franco en la cama, y parece que, afortunadamente, ya no surgen salvadores –hay quien afirma que esto es casi un milagro teniendo en cuenta los zarpazos etarras- dispuestos a asesinar por España y su sagrada unidad.
Respecto a la postura de Rosa Díez, un observador imparcial podría afirmar que cualquier individuo puede legítimamente dedicar su vida a la causa nacionalista de aquí o de allá para construir naciones donde lo considere oportuno. Exactamente con la misma autoridad moral que un antinacionalista tiene derecho a trabajar para que estas ideas prosperen lo menos posible donde le plazca y lo considere pertinente.
Y objetividades a parte, algunos desarraigados, dándose un pequeño paseo por la historia hasta pueden extraer fácilmente la conclusión de que no hay nacionalismos buenos y malos, y que todos sin excepción alguna, son potencialmente como mínimo, irremediablemente “gravemente perniciosos y peligrosos”.
Un cordial saludo, de un (no militante por el momento) antinacionalista a un nacionalista
Hombre, Daniel, el diminutivo que utilicé para referirme a tu digna persona, no pretendía ser desdeñoso, sino cariñoso. Y no era, desde luego, expresión de rencilla personal alguna, porque, sencillamente, no era consciente de que me hubieras llamado Jesusito. El diminutivo me encanta y el castellano, también -lamento romperte los esquemas- por lo que difícilmente podía haberme enfandado por el hecho de que me aludieses en diminutivo o en castellano.
El problema es que, si a tí, de pequeño, te llamaban Danielín, a mí me llamaban Josutxu. Lo digo sin ánimo de provocar, porque hay españoles para los que el hecho de tener que pronunciar o escribir un nombre en lengua vasca, constituye toda una afrenta. No era ese mi propósito. Si me hubiesen llamado Jesusito, lo admitiría sin problema alguno, pero no fue así. Lo siento. Mi entorno familiar fue vascoparlante. ¿Qué le vamos a hacer? ¡No todos somos perfectos! Cuando algún español me dice que hay que llamar a las cosas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino, he de responderle que, para mí el pan es ogia y el vino ardoa.
Que Rosa Díez suscita en tí “simpatías”, no hay duda alguna. Y nada tengo que objetar al respecto. Cada uno simpatiza con el, la o lo que quiere. Lo que me llama la atención es el hecho de que te guste -principal o exclusivamente- por las caras que ponen sus antiguos compañeros de partido ante sus intervenciones. ¿No te parece un motivo un poco zafio? Te lo pregunto sin ánimo de herir.
Por otra parte, yo, que piso el hemiciclo con cierta frecuencia, no advierto que sus compañeros de partido gesticulen de manera especial cuando ella toma la palabra. Creo que, en general, la desprecian y se muestran indiferentes con respecto a lo que pueda decir o hacer. Ya sé que cierta prensa le dedica especial atención y vende sus intervenciones como si fuesen discursos de Obama. Pero te puedo asegurar que no es, ni de lejos, la que más interés suscita entre los diputados.
Sobre fenómenos cómicos en política, podríamos hablar largo y tendido. Afortunadamente, la política se puede vivir, también, con humor y no solamente en clave melodramática.
Hay un punto de tu último comentario, que generado en mí una cierta curiosidad. Me acusas de recurrir a la herramienta dialéctica que, a tu juicio, es habitual cuando a un nacionalista (vasco) se le acusa de algo: “El nacionalismo español, más”. He repasado detenidamente mi comentario y no acabo de ver donde, exactamente, recurro a ese argumento que, por lo demás, yo procuro no utilizar más que lo estrictamente necesario.
Sencillamente, me atribuías unas posiciones que yo no he sostenido en el post. No sé si otros nacionalistas vascos lo han hecho alguna vez, pero yo no. Y como lo que me atribuías parecía extraido del aburrido Manual de tópicos antinacionalistas, que algunos utilizan como vademecum para sus escritos, me he limitado a señalar que no iba a responder a lo que decías de mí que no se correspondía con la realidad. Pero veo que sigues con el Manual a cuestas y me vuelves a acusar de algo que no he hecho. A partir de ahí, ¿qué puedo hacer? Si mi actitud y mis argumentos no valen para romper los lugares comunes, sólo me queda levantar los hombros con resignación y pasar a otro tema.
Yo no conozco tan bien como tú a los militantes de ETA y no sé cuales son las ideas que mueven a cada uno de ellos individualmente considerado. A lo mejor tú, que pareces muy documentado, me puedes ilustrar sobre el particular. Lo que sí afirmo es que, en sus comunicados, desde hace ya muchísimos años, la organización terrorista se define a sí misma, indefectiblemente, como “Organización Socialista Revolucionaria para la Liberación Nacional”. Y eso, amigo Daniel, te guste o no te guste, te haga obispo de Roma o de Albacete, significa lo que significa. Hay muchos estudios sobre la identidad ideológica de ETA, que te podría hacer llegar si estas interesado.
Por cierto, me conmueven tus dotes para indagar en los arcanos de la psicología personal. Cuando dices que una cosa es lo que los etarras dicen que son y otra lo que realmente son, me deslumbras. ¡Con semejantes habilidades, ya podrás!
En lo que coincido contigo es en la radical incomprensión del fenómeno humano que subyace a ETA. Jóvenes opulentos que, en pleno siglo XXI se embarcan en locuras inexplicables.
No siento animadversión de principio contra los antinacionalistas. ¡Por supuesto que cada uno puede adscribirse a la causa que desee! Sólo anoto que la política de Rosa Díez no es antinacionalista. Todo lo contrario. Es de un nacionalismo español furibundo y apabullante. No seré yo quien se lo impida o le niegue legitimidad, pero conviene no confundir. Si es antinacionalista vasca, lo es, exclusivamente, por el radical españolismo que profesa.
Por lo demás no me cuento entre los idiotas que distinguen genéricamente entre nacionalismos buenos y malos. Creo gozar de una mayor capacidad de discernimientos. En todos los nacionalismos hay planteamientos constructivos, enormemente positivos para vida colectiva y la convivencia democrática y planteamientos destructivos. En el seno del nacionalismo español ha habido y hay de ambos. Y también en el nacionalismo vasco que, en esto, no es una excepción.
Con respecto a los “desarraigados” que se proclaman no nacionalistas, me gusta observarles antes de emitir una opinión fundada. En Euskadi conocemos sedicentes no nacionalistas como Mayor Oreja que recientemente escribió un libro titulado “España, una gran Nación”. Con no-nacionalistas así, el nacionalismo, sencillamente, no existe.
Un saludo efusivo de un ciudadano de la nación vasca a un autoproclamado antinacionalista que asegura sentir simpatía por los planteamientos nacionalistas españoles de Rosa Díez.
El que a ti de pequeño te hablaran en euskera y a mí en castellano, no debería de ser problema. Más bien el problema lo crean los que utilizan el idioma para hacer patria y lo meten con calzador en la enseñanza, en las instituciones y en los medios de comunicación oficiales, aunque sólo lo entienda una minoría y no lo hable ni Dios. Ser euskoparlante -que no vascoparlante- o castellanoparlante nada tiene que ver con la perfección, pero el caso es que no quisiera caer en la crueldad de comparar el esukera con el castellano… una vez oí decir que era algo así como comparar un espermatozoide con un ser humano. Un exceso verbal de un español, seguro.
Bien, te admito cierta zafiedad en lo de mis simpatías respecto a Rosa Díez y el PSOE. Y estoy contigo en cuanto al desprecio que le profesan sus antiguos compañeros; no así en lo de la indiferencia, ahí se esconde la peor de las hipocresías, fijo.
Te acepto que el carácter simplón y manido del «Manual de tópicos antinacionalistas» es aburridísimo… no más aburrido que el coñazo del sufrido «Manual de tópicos nacionalistas» y su murga de derechos históricos, idioma propio, raza y demás cantinelas. Y si no fuera por la parte trágica, la verdad es que la cosa sería simplemente hilarante.
«…lo del esfuerzo uniformador del poder local me produce risa ante las tremendas máquinas propagandísticas que tiene a su disposición el Estado español», en fin Josu, sirva esta frase tuya para ilustrar que el victimismo y «el y tú más» lo usáis constantemente los nacionalistas “aspirantes”. Los otros -los que poseen el titulo- ciertamente son más fuertes, pero el complejo que arrastran desde la Transición mal cerrada les ocasiona un punto débil que les hace bastante vulnerables. El problema lo tenéis con los gabachos, estos ni tragarán ni se andarán con paños calientes. Ahí la cosa yo la veo negrísima-negrísima, ¿como la ves tú?
En tu saludo efusivo te proclamas como un ciudadano de la nación vasca… pongo la mirada kafkiana y me rasco la cabeza: mola esto de que haya dos naciones dentro de los mismos kilómetros cuadrados, mola mazo. Pero no tienen porqué ser necesariamente dos, nada de limitaciones. A lo mejor hay tres, o cuatro, o cinco, o… dada la hora que es habrá que ir cenando.
Saludos cordiales
Hola Daniel:
Hasta ahora me había limitado a seguir desde la tribuna este interesante debate pero al leer tu última aportación me ha surgido una duda que, si no es mucha molestia, quisiera que me aclararas, por favor: ¿Qué diferencia hay entre euskoparlante y vascoparlante? Me temo que mi limitada comprensión no alcanza para distinciones tan sutiles.
En cuanto a tu temor a ser excesivamente cruel con el euskera, si con la comparación entre un espermatozoide y un ser humano te refieres al tamaño tienes razon, en comparación somos menos los que hablamos euskera que castellano, pero si pretendías hacer una comparación más maliciosa, o cruel, aludiendo a su estado de desarrollo estate tranquilo que el euskera no saldrá tan malparado frente al castellano.
Un saludo.
Hola Aitor, pretendía de forma esquemática hacer la distinción sutil entre los vascos que hablan castellano y los vascos que hablan euskera. Me temo que los primeros son una aplastante mayoría, aunque muchos de los segundos no se quieran enterar y hasta les consideren menos vascos.
No voy a negar un punto de maldad respecto a la comparación entre idiomas en mi anterior comentario. Ya que insistes, claro está, no me refería a la obviedad del número de parlantes, sería ridículo. Tan ridículo como querer comparar a ambos idiomas en desarrollo y literatura: Hay amores que matan y hay amores que ciegan. Me queda claro que el tuyo por el euskera es de arruinarse en el oculista.
Lo dicho: no hay peor ciego que el que no quiere ver. ¡¡¡Que hay que viajar más!!!
Un saludo
Hola Daniel:
Si he entendido bien hay tres colectivos a distinguir: los euskoparlantes, vascos que hablan euskera; vascoparlantes, vascos que hablan castellano y castellanoparlantes, que erróneamente yo pensaba que se refería a los vascos que hablan castellano pero que al parecer constituyen un tercer colectivo que no logro identificar.
Tienes razón al decir que hay amores que matan. Por desgracia, el amor que algunos profesan al castellano resultó ser letal para el euskera durante 40 años, lo cual sitúa al euskera con una cierta desventaja que, aunque se va corrigiendo, todavía se arrastra. Pero no confundas número con desarrollo, la desventaja que menciono se refiere exclusivamente al primero. Doy por hecho que no conoces el euskera, acepta mis disculpas y corrígeme si estoy equivocado, pero tal vez debido a ese desconocimiento le supongas una menor capacidad de comunicación. ¿No te parece una actitud un tanto pobre juzgar algo que no se conoce?
Supones bien al afirmar mi amor por el euskera, es lo que tienen las lenguas maternas, que uno las ama con pasión. Pero hierras una vez más al suponerme tan miope lingüísticamente. Por suerte soy capaz de expresarme en Euskera, Castellano, Inglés y Frances, lo que me permite aceptar con agrado tu sugerencia de viajar más.
Supongo que tú mismo practicarás el consejo que me das de viajar más, aunque intuyo que lo hacemos con mentalidades diferentes. Personalmente prefiero abrirme al mundo desde lo que soy, aportar y recibir, no recibir exclusivamente ignorando o despreciando lo que tengo.
Un saludo.
Aprovecho la tarde del sábado para atender mi blog y poner al día el contacto con mis interlocutores; los habituales y los esporádicos, que todos merecen un esfuerzo.
Amigo Daniel. Afirmas que el problema no deriva del hecho de que mi lengua materna fuese el euskera y la tuya el castellano no es el problema. ¡Menos mal!. Hay gente, demócrata, tolerante y pluralista de toda la vida, que no es capaz de asumir eso con normalidad. Sostienes que el problema emana de quienes meten su lengua «con calzador, en la enseñanza, en las instituciones y en los medios de comunicación oficiales». Bien, es una opinión. Pero no sé si te das cuenta de que acabas de censurar de un plumazo a todos los Estados del mundo. No sé si era esa tu intención, pero lo has hecho. Porque todos los Estados constituidos con arreglo a Derecho, meten «con calzador» su lengua oficial en la enseñanza, en las instituciones y en los medios de comunicación oficiales. Todos. Sin excepción. El Estado español lo hace con el castellano. El gabacho con el francés. El portugués con la lengua de Camoens y así sucesivamente, hasta Malta con el maltés.
Es posible que lo que hayas querido censurar no es el hecho de que un Estado imponga su lengua de esa manera -un Estado es un Estado, claro, y siempre goza de prerrogativas que no se reconocen a los demás tipos de entes públicos- sino el hecho de que lo haga un poder público no constituido como Estado. Una Comunidad Autónoma, por ejemplo. Pero no creo que ibas por ahí. ¿O sí?
No temas incurrir en crueldad por comparar el euskera con el castellano. Ya lo hizo Adolfo Suarez cuando aseguró que era imposible impartir clase de física nuclear en euskera, incurriendo en un ridículo espantoso. Al día siguiente un profesor de la Universidad del País Vasco se ofreció a hacerlo. Y hoy, un elevadísimo porcentaje de las materias que se imparten en las universidades vascas, se ofrecen (también) en lengua vasca. Yo mismo, cuando se acabe mi apasionante periplo por el mundo de la política activa, volveré a la Universidad de Deusto a enseñar Derecho Público en las dos lenguas oficiales de Euskadi.
La equiparacióno del euskera al espermatozoide por contraposición al castellano, que se sitúa al nivel del ser humano desarrollado, no creo que sea un exceso verbal. Es, probablemente, una necedad. Ya suponía que no era una frase tuya, sino prestada. Las teorías que jerarquizan las lenguas en función de su intrínseca capacidad para expresar ideas completas y desarrolladas, no gozan de gran prestigio hoy en día.
No creo que confrontas con acierto el Manual de tópicos antinacionalistas con lo que calificas de Manual de tópicos nacionalistas. El primero tiende a identificar a todos los nacionalismos con sus peores expresiones históricas. Todos son racistas, sectarios, excluyentes, potencialmente criminógenos, etc. El segundo, sencillamente, no existe. Y no existe, porque el nacionalismo es un nomen que se aplica a realidades y proyectos muy diferentes. No es igual el nacionalismo de Hitler -imperialista, agresivo y de un racismo criminal- que el de Groenlandia, que sólo aspira a encontrar su propia ubicación en el mapa. Creo que me explico.
Sobre las dificultades que ha de afrontar el nacionalismo vasco al norte de los Pirineos, no tengo empacho en admitir que son muchas y difíciles de superar. Similares -si me permites la comparación- a las que encuentra el nacionalismo español en Hernani u Ondarroa, por ejemplo. En cualquier caso, una cosa es cierta. El nacionalismo vasco difícilmente impondrá una bandera por cauces coercitivos, como el nacionalismo español está haciendo en municipios e instituciones que no la sienten como propia. El nacionalismo se puede vivir en claves muy distintas.
Si el que citas es el mejor ejemplo que has podido encontrar de utilización por mi parte del argumento «tú más», sospecho que has tenido bastantes dificultades para avalar tu acusación con pruebas fehacientes. En la frase que traes a colación, no comparo nacionalismos. Comparo la limitada fuerza del Poder local con la imponente maquinaria que tiene a su disposición el poder estatal. Pero el poder local no tiene por qué ser nacionalista, necesariamente. En la geografía española, el poder local valenciano, por ejemplo -con perfiles como el de Fabra, sin ir más lejos- no guarda sintonía con el central casi en nada. Sólo en lo nacional.
Me declaro ciudadano de la nación vasca, porque es lo que siento. Me dices que a lo mejor puede haber tantas naciones como personas. Perfecto. En lo que la prensa española bautizó como Plan Ibarretxe decíamos que, cuando menos, deberían reconocierse entre los vascos dos nacionalidades. Y que cada uno se acogiese a la suya. Los no-nacionalistas nos dijeron que no. Que solo hay una Nación. Sólo una y para todos, les guste o no les guste. Sea usted no-nacionalista para acabar así…imponiendo su nación a los demás como la única posible y admisible.
Cordiales saludos, nuevamente.
Siento la tardanza en comentar éste Post pero, pero……
En América latina odian a los estúpidos e incultos españoles como tú Daniel (nombre judío y no español). ¿Estás seguro que no se puede enseñar mecánica cuántica en nahuatl o en maya?. Investiga y descubre como los mayas usaban binario y los castellanos no sabían ni 1+1.
La influencia del euskera, árabe, griego y por supuesto latín en el castellano es evidente y su mayor antigüedad también. Ojalá nunca se pierda nunca ninguna lengua por la agresión de otra, el desarrollo del lenguaje transcurre a lo largo de demasiados siglos como para ningunear a una lengua por el número de personas que la hablan. Sin embargo, ten cuidado porque el castellano en América no es tan fuerte como te venden y seguramente será imposible su utilización en ciencias, puesto que su pobreza en cuanto a personas que la practican impide su adaptación a un leguaje como el científico que es muy cambiante. Lo siento el inglés ha ganado al castellano. ¿Hablas inglés?